Había mucha expectación y esperanza por el regreso de la Macarena a su altar en la basílica, por volver a contemplarla tras una restauración de casi cuatro meses. Así lo atestiguan las largas colas que desde las 6 de la madrugada se agolpan en torno al templo para ver de nuevo su imagen.
Alrededor de las 4 de la madrugada comenzaba a vislumbrarse lo que iba a ser esta jornada de la Inmaculada para muchos devotos de la Macarena, sevillanos o no; desafiando el frío se empezaba a formar la fila que daría paso a ese momento esperado que llegaría a las 6.00 horas, cuando las puertas de la basílica se abrieron para dar entrada a los primeros fieles, a los que la Macarena esperaba a los pies de su altar para un encuentro cercano, cara a cara, que les ha permitido comprobar los resultados de esa nueva restauración.
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