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Valle Salvaje Capítulo || Irene y su plan de drogar a Bárbara con láudano [AVANCE]
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00:00Valle salvaje quedó marcado tras estos acontecimientos como si cada rincón del valle hubiera absorbido
00:09las lágrimas, los gritos y los secretos revelados. La caída de Irene, su desenmascaramiento
00:15público y su exilio forzado demostraron que incluso quienes fingen pureza pueden albergar
00:19tormentas devastadoras en el interior. Su partida dejó un vacío extraño, una mezcla de alivio y
00:25tensión latente pues todos sabían que su promesa de regresar no era un simple arrebato, era una
00:30amenaza. La marcha de Leonardo por otro lado fue una despedida silenciosa dolorosa pero necesaria.
00:37Su amor por Bárbara tan sincero como mal construido había causado heridas imposibles de ignorar. Su
00:44ausencia dejaba un eco en la casa grande, un recordatorio constante de lo que pudo haber sido
00:48y nunca sería. Su decisión de marcharse representó un acto de redención, un intento de reconstruirse
00:55lejos del caos que él mismo había alimentado. Bárbara en cambio emergió como la figura más
01:01transformada. Tras ser manipulada, drogada y desacreditada encontró dentro de sí una
01:06resiliencia nueva. No era la joven frágil que llegó al valle sino una mujer consciente de su valor y
01:12dispuesta a dejar atrás el lugar que casi la destruyó. Con el apoyo de Adriana y Mercedes comenzó
01:18a caminar hacia su propia reconstrucción emocional encontrando en la verdad un arma más poderosa que
01:23cualquier venganza. Mientras los cielos se oscurecían con una tormenta que parecía reflejar las emociones
01:29del valle una certeza se imponía aunque los villanos habían caído y las despedidas se habían
01:33pronunciado las heridas tardarían en sanar. Pero en esa fragilidad una nueva esperanza comenzaba a
01:40florecer. En la casa grande mientras la inquietud navegaba silenciosa entre los pasillos como un
01:46fantasma que nadie quería reconocer otra mente se agitaba con una determinación tan fría como
01:50peligrosa. Irene Galvez de Aguirre estaba sentada frente a su tocador el diario abierto pero no
01:56escribía pensamientos ni lamentos. No. Su pluma trazaba líneas cuidadosamente calculadas palabras
02:04que si llegaban a los ojos correctos podrían destruir vidas enteras. Su mano se movía con
02:10firmeza sin temblor alguno como si cada letra fuera una pieza más en un rompecabezas de venganza.
02:15Querido don Hernando las palabras eran un veneno disfrazado de preocupación moral. Acusaciones
02:22veladas sobre encuentros secretos entre Leonardo y Bárbara insinuaciones que atacaban directamente
02:26el honor y la reputación de ambos. Pero incluso al terminar la carta Irene no estaba satisfecha.
02:34No esto no basta murmuró rompiendo la hoja con un gesto brusco. Una carta era demasiado lenta demasiado
02:41suave. Ella quería algo inmediato algo que dejara a Bárbara sin capacidad de defenderse sin voz sin
02:47credibilidad ante nadie. Se levantó y caminó hacia el armario. Allí escondida entre capas de vestidos
02:54elegantes había una pequeña caja. La abrió con manos casi ceremoniales. Dentro un frasco. El mismo que
03:04el médico le había recetado tras la pérdida de su bebé. Laudano. Pero esta vez no sería para calmar
03:11su dolor. Sería para infligirlo. Si no puedo tener amor murmuró con una sonrisa torcida al menos puedo
03:19asegurarme de que ella no tenga paz. El plan se formó en su mente con precisión quirúrgica drogaría
03:25a Bárbara lentamente lo suficiente para que pareciera errática e inestable peligrosa. Y cuando la familia
03:31empezara a creer que la amnesia había mutado en locura nadie escucharía ni una sola de sus
03:36palabras. Guardó el frasco en el bolsillo interior de su vestido respiró hondo y salió de la habitación.
03:43La primera pieza en ser manipulada debía ser Victoria. La tía siempre suspicaz siempre ávida
03:49de control sería un terreno fértil para plantar la semilla adecuada. La encontró en el pasillo
03:55revisando cartas con la expresión fría que la caracterizaba. Tía Victoria dijo Irene acercándose
04:01con un aire de preocupación fingida. Puedo pedirle un favor. Dechoya levantó la mirada
04:08intrigada. Depende del favor. Es sobre Bárbara respondió Irene bajando la voz mientras en sus
04:15ojos fingía angustia. Estoy preocupada por ella su comportamiento últimamente me hace pensar que
04:21su amnesia puede ser algo más serio. Dechoya frunció el seño. Que sabes que yo no sé. Irene fingió
04:30vacilar lo que solo aumentó la curiosidad de Victoria. Anoche la vi deambulando. Hablaba sola. Decía cosas
04:39sin sentido palabras como venganza. Incluso mencionó su nombre. Me asusté. Venganza repitió Victoria agudizando
04:49la mirada. ¿Contra quién? Irene suspiró teatralmente. No lo sé. Pero tengo miedo de que pueda
04:58lastimarse o lastimar a alguien más. Victoria cuya mente era una red siempre alerta para amenazas
05:04reales o imaginarias consideró esto con gravedad. Hablaré con José Luis. Tal vez sea necesario limitar
05:12sus accesos. Tal vez incluso. Un sanatorio sugirió Irene con la inocencia más falsa que jamás había
05:20pronunciado. Victoria asintió lentamente. Exactamente. La sonrisa interna de Irene fue tan oscura que habría
05:30helado la sangre de cualquier observador. La semilla estaba plantada. Ahora solo quedaba regarla. Más tarde
05:39cuando Bárbara intentaba concentrarse en un libro que no lograba leer un golpecito suave sonó en su
05:44puerta. Entró Irene con una bandeja de té y galletas. Una imagen casi maternal. Pensé que tendrías
05:53hambre dijo con dulzura. Bárbara la miró con desconfianza. Desde cuando te preocupas por mí. Siempre
06:01lo hice. Aunque tú no lo creas. Sirvió el té con movimientos delicados dejando que unas gotas de
06:08lauda no cayeran sin que Bárbara pudiera verlo. Bebe. Te hará bien. La joven tomó la taza sin
06:16sospechar agotada emocionalmente vulnerable. ¿Por qué estás haciendo esto Irene? Preguntó Bárbara en
06:22un suspiro al ver tanta falsa cordialidad. Porque quiero paz. Quiero que podamos cerrar heridas mintió
06:30Irene con la precisión de una actriz experta. Cuando Bárbara se llevó la taza a los labios Irene contuvo
06:36el aliento. Al ver que la joven tomó el primer sorbo supo que la primera fase de su plan había
06:42comenzado. En pocas horas la fragilidad se convertiría en confusión. Y la confusión en
06:49ruina. La casa grande dormía envuelta en un silencio pesado apenas interrumpido por el susurro
06:55del viento que se filtraba entre las ventanas del pasillo principal. La luna llena alta y blanca
07:00iluminaba los corredores con un resplandor fantasmagórico que hacía que las sombras parecieran
07:05moverse por cuenta propia. Eran casi las dos de la madrugada cuando Bárbara Salcedo envuelta
07:11en su camisón blanco bajó lentamente las escaleras. Sus pasos eran suaves casi temerosos
07:17como si temiera que el eco pudiera traicionar la fragilidad que llevaba dentro. No buscaba
07:22realmente un libro aunque su mano se deslizara por los lomos polvorientos de los estantes.
07:27Lo que buscaba era algún alivio o cualquier cosa que amortiguara el dolor que se había
07:30convertido en un huésped permanente de su pecho. El descubrimiento de la traición había sido
07:36demasiado la carta a las palabras que la destrozaron la revelación de que Leonardo e Irene sus dos
07:41afectos más grandes la habían traicionado sin piedad. Aún podía sentir el peso del papel entre sus
07:47dedos. Aún podía escuchar el crujido de su mundo al romperse. Se apoyó contra un estante y cerró los
07:55ojos. ¿Por qué no fui suficiente? Susurró al vacío sin esperar respuesta. Las lágrimas silenciosas
08:02rodaron por su rostro. Entonces lo escuchó pasos. Primero leves, luego más definidos acercándose sin
08:10prisa. No sabía si esconderse o enfrentarse a quien fuera que caminara por la casa a esa hora pero
08:15cuando la figura apareció en la entrada de la biblioteca su respiración se detuvo. Era él.
08:21Leonardo de Guzmán despeinado con la camisa desabotonada como si hubiera estado batallando
08:27con sus propios demonios. El brillo de la luna recortaba su silueta dándole un aspecto casi irreal.
08:34Bárbara murmuró con voz ronca. No sabía qué. No te acerques gritó ella retrocediendo hasta chocar
08:42con el estante. Sus dedos temblaban. No podía soportar la idea de tenerlo tan cerca después de lo que
08:49había descubierto. Pero él dio un paso. Y luego otro. Necesito hablar contigo. Necesito explicarte
08:59insistió. Explicar que escupió ella. Que me traicionaste con mi mejor amiga que mientras yo
09:06lloraba por ti tú estabas besándola a ella que parte de eso necesita explicación. Leonardo levantó
09:12las manos como si temiera que cualquier movimiento brusco pudiera hacerla huir. Fue un error. Un horrible
09:19error del que me arrepiento cada segundo. No me interesan tus excusas lo interrumpió. Pero él
09:26siguió avanzando. Ella podía oler su colonia. Ese aroma que antes la reconfortaba y ahora le provocaba
09:34náuseas. Vete. Si tienes algo de compasión por mí vete suplicó. Pero Leonardo no se movió hacia la
09:43puerta. En lugar de eso en un impulso que ninguno anticipó la tomó por los hombros. No puedo irme. No
09:51puedo vivir con este peso. Bárbara te amo. Solo a ti. Ella forcejeó. Mentiroso sollozó tratando de
10:02liberarse. Pero entonces él se inclinó y la besó. Un beso desesperado hambriento como si en él buscara
10:09redención. Por un instante efímero su cuerpo recordó. Recordó lo que era pertenecer a esos
10:16abrazos recordar el calor y la seguridad. Pero el instante fue breve. No gritó empujándolo con toda
10:23la fuerza que pudo reunir. El sonido de la bofetada resonó como un trueno en la biblioteca. Leonardo no
10:31retrocedió. Lo siento necesitaba que supieras que aún te amo. Tu amor es veneno, dijo ella helada.
10:39Lo destruyes todo. A mí, a Irene, a ti mismo. Vete. Y no cuentes a nadie lo que pasó. Déjame al menos mi
10:50dignidad. Salió corriendo envuelta en lágrimas. Leonardo se desplomó en una silla cubriéndose el
10:57rostro. Nunca imaginó que alguien los estaba observando. En el pasillo oculta en la penumbra
11:04Irene había sido testigo de todo el beso, las palabras, el rechazo. Y lo que nació en su interior
11:10ya no era tristeza. Era venganza. La luz del amanecer entraba tímidamente por los ventanales
11:17de la casa grande bañando el comedor en tonos dorados que contrastaban radicalmente con el
11:21ambiente pesado que se respiraba en el salón. Era una mañana que prometía calma, pero lo que se
11:27desarrollaría allí distaba mucho de ser tranquilo. La familia comenzó a tomar asiento poco a poco,
11:33cada uno arrastrando consigo sus propios pensamientos, pero ninguno tan turbulento
11:37como los de Bárbara y Leonardo. Ella bajó última con el rostro pálido y los ojos rodeados de sombras
11:43profundas huellas de una noche sin descanso. Al ver a Leonardo sentado, el impulso de dar media
11:49vuelta surgió de inmediato pero la voz firme de José Luis la obligó a quedarse. Siéntate Bárbara.
11:56Tenemos asuntos importantes que discutir. Ella obedeció sin replicar tomando el asiento más
12:02lejano posible de Leonardo. Evitó su mirada a toda costa pues cualquier contacto visual podía
12:08reabrir la herida que aún sangraba desde la noche anterior. Pero lo peor estaba por llegar. La puerta
12:16se abrió y entró Irene con una expresión tan perfectamente calculada que sólo alguien que la
12:20hubiera visto la noche anterior sabría reconocer el veneno que escondía detrás. Su saludo fue
12:26demasiado dulce, demasiado impecable. Buenos días. Durmieron bien su mirada fue directamente hacia
12:33Bárbara luego hacia Leonardo y la sonrisa tenue que acompañó a su pregunta fue una daga disfrazada
12:38de cortesía. Mercedes frunció el ceño al notar la tensión y Rafael intentó suavizar el ambiente
12:44comentando algo trivial pero fue inútil. Irene no había perdido la oportunidad de hundir sus uñas en
12:50el momento exacto. Es curioso comentó untando mantequilla en su pan con movimientos metódicos
12:56como hay quienes no pueden dormir cuando la conciencia pesa demasiado. Leonardo se atragantó
13:02con su café. Bárbara apretó los labios. El silencio se volvió incómodo. ¿A qué te refieres
13:10querida intervino Becchoa y es siempre dispuesta a detectar cualquier rastro de drama que pudiera
13:14usar en su beneficio? O nada en particular respondió Irene con inocencia fingida. Sólo que escuché
13:22pasos anoche puertas abriéndose voces susurrando en la biblioteca. Marcó la palabra biblioteca con
13:28una precisión quirúrgica. La sangre abandonó el rostro de Bárbara. Probablemente eran los criados
13:35intervino Rafael intentando desviar la conversación. Tal vez concedió Irene aunque no suelen tener
13:41permitido entrar ahí después de medianoche. La tensión alcanzó un punto insoportable. José Luis
13:48decidió cortar el tema. Leonardo tu padre insiste en que la boda con Irene se celebre antes de fin de
13:55mes. El silencio estalló como un cristal roto. Padre ya dije que no puedo casarme con Irene. No es
14:03una opción sentenció José Luis. O te casas o serás desheredado. Bárbara tragó saliva. Ser mencionada
14:12como un escándalo la hizo estremecer. No he hecho nada murmuró. Victoria aprovechó el momento como una
14:20serpiente esperando atacar. Tu amnesia ha causado más problemas de los que crees. Eso es mentira
14:27protestó Bárbara poniéndose de pie. Yo no solo quiero paz. Y la tendrás intervino Irene con una
14:35sonrisa helada. Cuando Leonardo y yo estemos casados ya no tendrás que preocuparte por encuentros no
14:41deseados. La frase cayó como un martillazo. Irene había declarado abiertamente que sabía lo del beso.
14:50Leonardo se tensó. Bárbara sintió como el pánico la estrangulaba. Yo no me voy a casar contigo dijo
14:57Leonardo al fin con voz firme. No sería justo para ti ni para mí. Justo se burló Irene. Fue justo lo que
15:06me hiciste fue justo besarla a ella. El comedor explotó en murmullos ahogados. Mercedes intentó
15:14intervenir pero Irene ya estaba en pie apuntando a Bárbara como si fuera la villana de la historia.
15:20Algunos deambulan por la noche haciendo cosas que no deberían verdad Bárbara. La joven no pudo
15:25contenerse. Entre lágrimas salió corriendo de la sala. Leonardo quiso seguirla pero Irene lo atrapó
15:33del brazo susurrando con un veneno que el oso sangre da un paso y contaré todo. Cada detalle.
15:40Él quedó inmóvil atrapado entre la culpa y el miedo. Y en lo profundo de su mirada Irene encontró
15:46lo que quería control. El desayuno terminó en ruinas con el eco del chantaje flotando como un
15:52espectro. El día no había hecho más que comenzar y la tormenta apenas empezaba a formarse. En la casa
15:59pequeña lejos del veneno que impregnaba cada rincón de la casa grande el ambiente era muy
16:04distinto aunque igual de doloroso. Allí no había intrigas ni traiciones pero sí una lucha silenciosa
16:10contra la fragilidad de la vida misma. Alejo llevaba días sin dormir sentado junto a la cama
16:16donde Luisa reposaba pálida respirando con dificultad recuperándose lentamente de la fiebre que casi la
16:21había arrancado de este mundo. Sus manos entrelazadas con las de ella parecían ser lo único que mantenía a
16:28flote su esperanza. Mi amor susurró Alejo en cuanto vio que Luisa intentaba abrir los ojos.
16:35¿Cómo te sientes hoy? Luisa sonrió débilmente. Mejor mintió porque la verdad era que cada músculo
16:42de su cuerpo seguía doliendo como si la enfermedad le hubiera robado fuerzas que aún no sabía cómo
16:47recuperar. No tienes que quedarte aquí todo el tiempo. No voy a moverme de tu lado respondió él
16:54inclinándose para besar su frente. Su voz era una promesa, una súplica y una declaración al mismo
17:00tiempo. En ese momento entró Matilde con el pequeño Evaristo. El niño corrió hacia la cama
17:06sosteniendo con orgullo una margarita medio marchita. Mamá te traje una flor. Luisa tomó la flor con manos
17:15temblorosas. Es hermosa mi cielo. Gracias. Alejo dice que pronto vas a estar bien y que iremos al
17:23campo a jugar dijo Evaristo con toda la inocencia que sólo podía ofrecer un niño que no conocía la
17:28palabra tragedia. Alejo intentó sonreír. Si iremos al campo haremos un picnic seremos la familia más feliz
17:36del mundo. Matilde que observaba la escena sintió un nudo en la garganta. Después de tanto sufrimiento
17:43verlos así era casi insoportable. Sin embargo ella sabía que la paz era sólo aparente. Había alguien
17:51esperando hablar con Alejo. Tu padre está aquí murmuró casi con culpa. Dice que es importante. La
18:00expresión de Alejo se endureció al instante. No tengo nada que decirle. Alejo intervino Luisa con un
18:07hilo de voz. B. Escúchalo. Él dudó pero finalmente asintió y salió de la habitación dejando atrás la
18:16calidez tenue del hogar para enfrentarse al hombre que más daño le había causado. Encontró a José Luis
18:22en el salón de pie junto a la ventana con las manos entrelazadas detrás de la espalda. Había algo
18:28distinto en el algo que Alejo no había visto jamás humildad. ¿Qué quieres? preguntó Alejo sin rodeos.
18:34José Luis se giró y lo miró como si cargara un peso insoportable. Quiero ayudar. Ayudar ahora es un
18:43poco tarde para eso no crees. José Luis bajó la mirada. Sí. Tarde pero no demasiado tarde. Hijo cometí un
18:53error terrible. Mi obsesión con el linaje casi mata a una inocente. Alejo apretó los puños. Tú ordenaste
19:03su arresto. Tú la colocaste en esa celda. Lo se admitió José Luis con una sinceridad poco habitual.
19:11Y lo aceptó. No puedo deshacerlo pero sí puedo intentar enmendarlo. Quiero traer a los mejores
19:18médicos del país. Quiero que reciba el mejor tratamiento posible. Cuando se recupere quiero
19:25darles mi bendición para que se casen. Alejo retrocedió como si le hubieran lanzado un golpe.
19:31¿Y por qué? ¿Por qué ahora? Porque casi la pierdo respondió José Luis con la voz rota. Ya perdí a
19:39Julio. Ya perdí a Gaspar. No quiero perderte a ti también. El silencio entre ellos fue largo y tenso.
19:49Finalmente Alejo dijo si haces esto será por Luisa. No por mí. No confundas mi aceptación con perdón.
19:57José Luis asintió lentamente. Lo entiendo. Y no regresaremos a la casa grande añadió Alejo.
20:06Este es nuestro hogar. Aquí o en cualquier otro lugar pero lejos de tus mentiras. Lo acepto murmuró
20:14José Luis derrotado. Cuando salió de la casa pequeña Alejo lo observó alejarse con una mezcla
20:19de pena y alivio. No había reconciliación ni la habría pronto pero tal vez solo tal vez existía
20:25una posibilidad de impedir que el daño continuara extendiéndose como una maldición heredada. Lo que
20:31ninguno de los dos sabía era que en ese mismo instante en la casa grande una nueva sombra se
20:36estaba formando. Una sombra que pronto convertiría el sufrimiento físico de Luisa en apenas un preludio
20:42de algo mucho más oscuro. Las horas siguientes transcurrieron en una niebla pesada para Bárbara.
20:49No sabía exactamente cuando había terminado el té ni cuando sus párpados habían comenzado a sentirse
20:54tan pesados que apenas podía distinguir los contornos de su propia habitación. La sensación
21:00era extraña como si su cuerpo estuviera sumergido en agua tibia mientras su mente flotaba en un limbo
21:05brumoso. Cuando finalmente despertó el atardecer teñía el cielo de un rojo intenso que se filtraba por la
21:11ventana pero nada en esa belleza logró devolverle la claridad necesaria para entender qué ocurría.
21:17Se incorporó con dificultad. La habitación daba vueltas, los muebles parecían moverse como sombras
21:23vivientes y cada paso que daba era torpe casi doloroso. Que que me pasa murmuró con voz pastosa.
21:31Intentó sostenerse en el poste de la cama pero incluso eso parecía deslizarse bajo su mano. El pasillo
21:37la recibió con un silencio inquietante aunque para Bárbara era imposible distinguir si el silencio
21:42pertenecía a la casa o a su propia mente trastornada. Caminó tambaleándose respirando con dificultad
21:48guiada sólo por una sensación vaga de urgencia. No sabía qué buscaba hasta que un pensamiento
21:54emergió como un trueno Leonardo. No sabía por qué lo necesitaba. No sabía si lo buscaba para reclamar,
22:02para llorar o para gritarle la verdad del beso ante todos. Sólo sabía que su nombre seguía
22:07repitiéndose en su mente como un eco imparable. De pronto se encontró en el salón principal donde
22:13la familia tomaba el té de la tarde. Mercedes fue la primera en verla. Bárbara que te ocurre y estás
22:20pálida. Los demás se giraron al verla sorprendidos por su estado tambaleante. Bárbara intentó responder
22:28pero las palabras salían atropelladas incoherentes. ¿Dónde está? ¿Dónde está el traidor?
22:34Traidor preguntó Rafael acercándose preocupado. Leonardo gritó ella señalando con un dedo que
22:41temblaba como una rama al viento. El él me besó. Anoche. En la biblioteca. Un silencio sepulcral cayó
22:51sobre la sala tan abrupto que parecía congelar el aire. Leonardo que acababa de entrar al salón
22:57quedó paralizado. Mercedes intercambió una mirada inquieta con Rafael. José Luis se puso
23:03de pie lentamente los ojos convertidos en brazas. Becchoia abrió la boca como una serpiente dispuesta
23:10a atacar. Y desde un rincón en penumbra Irene observaba la escena con una expresión que escondía
23:16satisfacción bajo una máscara perfecta de sorpresa y preocupación. Bárbara estás confundida dijo
23:22Leonardo dando un paso hacia ella. Pero su rostro pálido y tenso lo delataba. No estoy confundida
23:30gritó ella. Tú me besaste. Dijiste que me amabas. Y yo yo fui tan estúpida. Las lágrimas resbalaron
23:40por su rostro mientras Rafael la sostenía antes de que cayera al suelo. José Luis incapaz de contener
23:46su furia abramó es esto cierto Leonardo. Él vaciló. Tenía dos opciones mentir o admitir. Y eligió el
23:55camino que lo hundiría. Si dijo finalmente. Si la besé pero no fue como ella. O que conveniente
24:03intervino Irene avanzando con teatralidad. Entonces que fue Leonardo un accidente tropezaste y tus labios
24:10cayeron sobre los de ella. El comentario provocó un murmullo todavía más denso. Victoria alzó la
24:17voz. Irene tiene razón. Esto es indignante. Y tú Bárbara tu comportamiento es extraño desde hace
24:26días. Quizá tu amnesia se ha agravado. No estoy loca protestó Bárbara pero su voz sonaba borrosa como
24:34si hablara desde el fondo de un pozo. Mercedes se acercó y tomó su rostro entre las manos. Sus
24:41pupilas estaban dilatadas su piel pálida y sudorosa. Algo no cuadraba. Bárbara que tomaste. Solo te Irene
24:50me dio. Las palabras se apagaron antes de terminar. Su cuerpo se desplomó por completo y Rafael la levantó
24:58en brazos con rapidez. El caos estalló entre gritos y órdenes mientras corrían por el pasillo para
25:04llevarla a su habitación. Irene se quedó atrás con una expresión perfectamente calculada de horror.
25:11Tal vez con tanto estrés tomó lauda no sugirió con voz quebrada. Las personas con pérdida de memoria
25:17suelen recurrir a ello. Nadie la contradijo. Y mientras el médico llegaba mientras todos corrían
25:24desesperado, Irene permaneció en silencio. Observaba. Analizaba. Disfrutaba. Su plan avanzaba.
25:35Y la reputación de Bárbara acababa de recibir la estocada más poderosa. La conmoción que había
25:41estallado en el salón seguía resonando por toda la casa grande como una tormenta que se negaba a
25:46disiparse. Mientras Rafael y Mercedes ayudaban al médico a estabilizar a Bárbara en su habitación,
25:52un silencio tenso se cernía sobre los pasillos rotos solo por las pisadas apresuradas y los
25:57susurros nerviosos de los criados. Pero lejos del caos y el desconcierto en una esquina oscura del
26:03corredor, Matilde observaba cada movimiento de Irene con una creciente sensación de inquietud.
26:09Ella había visto demasiadas tragedias, demasiadas máscaras caer. Y aunque muchos seguían creyendo en
26:15la dulce fachada de Irene Mechelda, no estaba convencida. Había algo en su mirada, una chispa fría que
26:21no correspondía con alguien horrorizado por la supuesta caída emocional de Bárbara. Así que
26:27la siguió. A distancia. Con pasos sigilosos. Irene caminó con un ritmo frenético hacia su habitación.
26:37Entró y cerró la puerta apenas con un pequeño clic. Matilde intrigada esperó unos minutos antes de
26:43acercarse. Justo cuando estaba a punto de retirarse un murmullo atravesó la rendija entreabierta.
26:50Perfecto, susurró Irene. Todo está saliendo exactamente como lo planeé. Matilde sintió como
26:58su corazón se detenía. Apretó los labios conteniendo un grito. Ira, miedo y horror se
27:05mezclaron en su interior como una ola repentina. Escuchó más. La voz de Irene sonaba emocionada,
27:12casi eufórica. Unas dosis más y nadie creerá nada de lo que diga. Bárbara estará tan desorientada
27:20que pensarán que está completamente loca. Incluso si intenta hablar sobre el beso nadie la escuchará.
27:27Matilde retrocedió un paso con la mano sobre la boca para ahogar un jadeo. Pero lo peor llegó segundos
27:33después cuando Irene continuó con su confesión venenosa. Y Leonardo él pagará por haberme
27:39rechazado. Se casará conmigo. Lo obligaré. Y Bárbara bueno los accidentes pasan no una caída
27:47por las escaleras una sobredosis accidental nadie sospecharía de una mente enferma. El mundo se
27:53oscureció momentáneamente ante los ojos de Matilde. Aquello ya no era manipulación. Era una amenaza
28:01directa. Una declaración de intención. Con el corazón latiendo a mil por hora corrió por el
28:08pasillo bajo las escaleras y se dirigió a la casa pequeña. Allí encontró a Adriana cuidando de Luisa
28:14ajena al infierno que se estaba gestando en la casa principal. Adriana susurró a Matilde casi sin
28:20aire. Tenemos un problema. Un problema muy grave. Adriana se incorporó de inmediato reconociendo en la
28:29expresión de Matilde un peligro real. ¿Qué pasó? Matilde todavía pálida le contó todo lo que había
28:36escuchado. Cada palabra. Cada amenaza. Cada gota de veneno en la voz de Irene. Adriana necesitó apoyarse
28:46en la mesa para no perder el equilibrio. Dios mío murmuró. Esto es peor de lo que imaginábamos.
28:54Irene ya no es solo una mujer herida se ha vuelto peligrosa. Capaz de cualquier cosa. ¿Qué hacemos?
29:02Preguntó Matilde con voz temblorosa. Después de lo que pasó hoy nadie nos va a creer. Todos piensan
29:09que Bárbara está desestabilizada. Adriana frunció el ceño pensando con rapidez. Necesitamos pruebas.
29:17Algo que nadie pueda negar. El frasco dijo Matilde. El frasco de laudano. Debe estar en su habitación.
29:28Y quizá más notas algo que confiese sus intenciones. Adriana vaciló. Es peligroso. Lo se respondió Matilde
29:38con determinación firme. Pero Bárbara está en peligro. Y no voy a quedarme de brazos cruzados.
29:45Mientras trazaban el plan en la casa grande se preparaba la cena más tensa en la historia de
29:50Valle Salvaje. Bárbara permanecía en su habitación profundamente adormecida. Leonardo no tocaba la
29:58comida. José Luis intentaba mantener la compostura. Irene sin embargo brillaba con una radiancia
30:05inquietante como si se alimentara del sufrimiento que había sembrado. Propongo un brindis anunció
30:11Irene levantando su copa. Por mi próxima boda con Leonardo y por el inicio de una nueva vida lejos
30:17de este dolor. Leonardo estrelló su copa contra la mesa con tanta fuerza que el vino se esparció
30:23como sangre. No puedo hacer esto declaró de pie. No me voy a casar contigo. No después de lo que
30:32hiciste. Los murmullos crecieron. Las miradas se clavaron en él. ¿Cómo te atreves a acosarme?
30:40gritó Irene con lágrimas que parecían auténticas. Pero justo en ese instante la puerta se abrió de
30:46golpe. Matilde irrumpió en la sala sosteniendo un frasco y varios papeles. Encontré esto exclamó.
30:54El láudano. Y notas instrucciones. Irene estaba drogando a Bárbara. El silencio que cayó después
31:03fue tan profundo como una tumba. Y por fin el monstruo quedó expuesto. El silencio que siguió
31:10a la revelación de Matilde fue tan espeso que parecía llenar cada centímetro del comedor. Todos
31:16miraban el frasco de láudano y las notas que ella sostenía con manos temblorosas. Notas escritas con una
31:23caligrafía impecable fría metódica. Instrucciones detalladas día uno cinco gotas. Día dos aumentar
31:31a ocho. Objetivo desorientación completa. Pérdida de credibilidad. Mercedes las tomó con mano firme sus
31:40ojos ampliándose con horror al leerlas. Rafael apretó los puños incapaz de contener la indignación.
31:46Irene, en cambio, permaneció completamente inmóvil. Su máscara de inocencia se resquebrajó por primera
31:54vez. Respiró hondo y luego sonrió. Una sonrisa tan helada que hizo estremecer incluso a Victoria.
32:03Si dijo rompiendo la tensión como un latigazo. Si la drogué. ¿Y qué? Un jadeo recorrió la mesa.
32:11Como pudiste susurró Mercedes horrorizada. Como no respondió Irene con una mezcla de risa histérica
32:19y rabia contenida. Siempre es bárbara no la pobre víctima la frágil muñeca rota siempre todos cuidándola
32:26protegiéndola deseándola. El veneno de sus palabras heló la sangre de todos. Tú le robaste el amor de
32:33Gaspar escupió Matilde con furia. Y ahora querías destruirla por completo. Gaspar nunca me amó.
32:41Me usó y luego me desechó rugió Irene sus ojos entelleando. Y Leonardo, Leonardo jamás me eligió.
32:49Jamás. Leonardo dio un paso atrás perturbado por la intensidad de su mirada. No justifica lo que
32:57hiciste, replicó Rafael con voz grave. Drogaste a una inocente. Planeaste lastimarla aún más.
33:05Irene soltó una carcajada amarga. ¿Y qué hay de ustedes José Luis mandó encarcelar a Luisa sabiendo
33:12que podía morir? Dekchoia ha asesinado a personas y lo sabemos todos. Pero claro Irene es la única
33:20monstruosa. Dekchoia palideció al escuchar su nombre. José Luis sintió como la vergüenza le
33:27oprimía el pecho. Se acabó, anunció José Luis finalmente. Te irás mañana mismo. Te enviaremos al
33:36convento. Allí aprenderás humildad. Un convento se burló Irene. Esa es tu solución en cerrarme.
33:45Eres peligrosa, intervino Adriana desde la entrada. Todos voltearon. Ella había llegado justo a tiempo
33:53para escuchar el final. Planeabas empujar a Bárbara por las escaleras. Planeabas matarla.
34:01El rostro de Irene se tensó. No sabes nada. Se suficiente, respondió Adriana con firmeza.
34:09Y no dejaré que la lastimes. Por un instante brilló en los ojos de Irene un destello extraño
34:15algo muy parecido al miedo. Pero desapareció tan rápido como había surgido. Esa noche mientras el
34:22resto de la familia seguía asimilando lo ocurrido Irene actuó. No dormía. No podía. La ira la
34:31devoraba por dentro. El miedo también. Un convento encerrada como una criminal no. No lo aceptaría.
34:41Cruzar los pasillos oscuros de la casa grande era casi un hábito para ella. Sabía dónde evitar las
34:47tablas que crujían. Sabía quién dormía profundamente y quién no. Caminó con paso firme hacia el despacho de
34:54su padre. Allí en un cajón oculto estaban los papeles que podrían incendiar al valle entero.
35:00Forzó la cerradura con una horquilla. No tardó mucho. Los documentos aparecieron uno tras otro.
35:09Contratos, cartas, incluso confesiones. Hasta que encontró lo que buscaba una carta de Isabel
35:14distinta de la que Adriana guardaba. Esta era más directa, más explosiva describía la participación
35:21de Becchoia en el intento de asesinato de Pedrito. Perfecto murmuró Irene apretando el papel como un
35:27arma. Pero un sonido la sobresaltó. Unos pasos. Lentamente una figura entró al umbral del despacho.
35:37Era Atanasio. Sabía que vendrías aquí, dijo él con calma sosteniendo una vela. Irene retrocedió,
35:44dio un paso pero no soltó los papeles. ¿Qué quieres? preguntó ella con voz dura. Lo mismo que tú
35:51respondió él acercándose. Ver arder este lugar. El silencio entre ellos se volvió denso. Sé quién eres
36:00Irene, continúa Atanasio, pero tú no sabes quién soy yo, ¿verdad? No me importa quién seas. Él sonrió.
36:08Soy tu primo. Los ojos de Irene se abrieron como platos. ¿Mientes? No. Mi padre fue Antonio Galvez de
36:19Aguirre. El padre de José Luis. Yo soy el hijo bastardo. Igual que tú lo eres en el fondo aunque
36:27te hayan criado aquí como una princesa. El golpe emocional desarmó a Irene por primera vez en toda
36:34la noche. Podemos destruirnos uno al otro o Atanasio extendió la mano. Podemos ayudarnos.
36:42Irene respiraba con dificultad. Su mente trabajaba a toda velocidad. ¿Qué quieres a cambio? preguntó.
36:51Venganza respondió él con una calma espantosa. ¿Y los documentos que tienes en tus manos? Antes de que
36:58Irene pudiera decidir la puerta se abrió bruscamente. Rafael y dos guardias entraron.
37:05Ahí está, gritó Rafael. Entréganos esos documentos. Irene los apretó contra su pecho. Por un instante
37:14pensó en correr. En saltar por la ventana. En huir del mundo entero. Pero Atanasio la sostuvo por el
37:22brazo y le susurró. Si saltas mueres. Si entregas los papeles vives. Y podrás pelear otro día. Ella lo
37:32miró. Y en ese segundo un pacto silencioso se selló entre ambos. Lentamente entregó los documentos a
37:40Rafael. Todos pagarán por esto dijo con voz baja casi calmada. Todos. Mientras los guardias le escoltaban
37:49hacia su habitación Irene lanzó una última mirada a Atanasio. No había palabras. Solo una promesa
37:57oscura. Esto no había terminado. Y él lo sabía. El amanecer llegó cubriendo valle salvaje con una
38:05luz tenue casi tímida como si incluso el sol dudara en iluminar un lugar marcado por tantas lágrimas,
38:11traiciones y secretos. Frente a la casa grande un carruaje esperaba con dos guardias a cada lado. El aire
38:18estaba frío casi cortante pero Irene parecía no sentirlo cuando fue conducida hacia él. Caminaba
38:24erguida con la cabeza en alto con esa dignidad altiva que incluso en su derrota se negaba a abandonar.
38:30José Luis estaba allí rígido con el rostro endurecido por una mezcla compleja de decepción y
38:35dolor. Espero que aproveches este tiempo para reflexionar sobre tus acciones dijo con un tono
38:41que pretendía ser firme pero que en realidad estaba quebrado. Irene lo observó con una calma perturbadora.
38:47Reflexionar repitió con una sonrisa apenas perceptible. Lo único en lo que pensaré es en
38:54cómo todos ustedes me traicionaron cuando más los necesitaba. Te traicionaste a ti misma respondió
39:00José Luis. Permitiste que tu dolor se convirtiera en veneno. De entre las sombras apareció Victoria.
39:09Sus ojos fríos como siempre se posaron en su sobrina. Irene a pesar de todo quiero que sepas que.
39:15No la interrumpió Irene abruptamente. No quiero tus palabras ni tu fingida compasión. Tú me enseñaste
39:24todo lo que sé sobre manipulación. Si soy un monstruo es porque tú me formaste. Victoria retrocedió como
39:31si la hubieran golpeado. Era la primera vez en años que alguien la dejaba sin palabras. Entonces desde la
39:39puerta principal apareció Bárbara. Pálida todavía débil pero de pie. La recién salida del infierno
39:46pero con una firmeza inesperada. Irene la miró y sonrió con un filo mortal. Disfruta tu victoria
39:54Bárbara. Pero recuerda esto no ha terminado. Algún día volveré y cuando vuelva te quitaré todo lo que
40:01amas. Bárbara respiró hondo. Tal vez vuelvas Irene. Pero cuando lo hagas no seré la misma niña rota
40:10que te permitía lastimarme. Seré más fuerte. Y tú seguirás siendo la misma persona amargada y
40:17vengativa. Las palabras claras y firmes atravesaron a Irene más que cualquier castigo físico. Sin
40:24responder subió al carruaje. Las ruedas crujieron sobre la grava y lentamente se alejó del valle que
40:31tanto la había moldeado y destruido. Nadie dijo nada. Nadie la siguió con la mirada por mucho tiempo.
40:39Simplemente la dejaron ir. A pocos metros otro carruaje esperaba. Este pertenecía a Leonardo. Su
40:48equipaje estaba listo y él lucía devastado pero decidido. Don Hernando discutía con él con furia
40:54contenida. Estás cometiendo una estupidez gruñó. Dejarlo todo desobedecerme renunciar a tu apellido.
41:03La única estupidez fue venir aquí creyendo que podía forzar un amor que no existía respondió
41:08Leonardo sin alzar la voz. El daño ya está hecho. Ahora debo irme. José Luis se acercó y por primera
41:17vez habló sin autoridad. Lamento todo lo que ocurrió hijo. Ojalá las cosas hubieran sido
41:24diferentes. Leonardo asintió. Yo también don José Luis. De verdad lo lamento. Antes de subir al
41:33carruaje levantó la mirada hacia una ventana del piso superior. Sabía que Bárbara estaba allí. Sabía
41:41que observaría incluso si no quería ser vista. Y aunque no podía verla levantó la mano en un
41:47gesto silencioso de despedida. En la ventana Bárbara apretó los labios. Una única lágrima
41:54rodó por su mejilla no por el hombre que se iba sino por lo que pudo haber sido un amor si el destino
41:59no lo hubiera contaminado con mentira y traición. Cuando el carruaje desapareció en el horizonte una
42:05paz tenue cayó sobre la casa. No era real del todo. No era permanente. Pero era un respiro. Esa
42:15misma noche mientras la brisa movía las cortinas y la casa recuperaba lentamente su ritmo habitual
42:19Bárbara se reunió con Adriana y Mercedes en su habitación. El té esta vez preparado por ella misma
42:26descansaba humeante sobre la mesa. Ninguna quería tocar demasiado el tema pero todas sabían que era
42:32necesario. ¿Cómo te sientes? preguntó Adriana suavemente. Bárbara respiró largo y tendido.
42:40Vacía. Pero también aliviada. Es como si finalmente pudiera respirar. Mercedes sonrió acariciando su mano.
42:50Irene se fue. Leonardo también. Ahora puedes empezar de nuevo. ¿De verdad puedo? preguntó Bárbara mirando
42:59sus propias manos como si buscara en ellas una respuesta. No se trata de olvidar dijo Adriana con
43:06sabiduría. Se trata de perdonarte a ti misma y avanzar. La historia te golpeó fuerte pero no te derribó.
43:15Bárbara cerró los ojos. Por primera vez en mucho tiempo sintió que esas palabras eran verdad. Sentía un
43:23cierre. Un fin. La posibilidad de un futuro distinto. Afuera una tormenta se formaba en la distancia
43:31iluminando el cielo nocturno con relámpagos que parecían reflejar los últimos restos del caos
43:36vivido. Y mientras el trueno resonaba como un presagio una verdad quedó clara. El capítulo
43:43había terminado. Pero la historia apenas comenzaba a sanar.
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