En las costas de Piriápolis, departamento de Maldonado, se vivió una historia que conmovió a todo Uruguay. A fines de octubre de 2025, una elefanta marina del sur llamada Alma llegó a la playa y dio a luz a una cría a la que los rescatistas bautizaron como Francisca. El nacimiento fue un hecho excepcional, ya que estos animales suelen habitar regiones más frías y no es común que se reproduzcan tan al norte.
Durante casi un mes, madre e hija permanecieron juntas en la costa. Los técnicos de la Intendencia de Maldonado y los voluntarios de SOS Fauna Marina instalaron un vallado para proteger el área y evitar que el público se acercara demasiado. Alma alimentó a su cría exclusivamente con leche durante unos 25 días, el tiempo habitual de lactancia en esta especie.
El 6 de noviembre, Alma emprendió su regreso al mar, dejando a Francisca en la playa. Su partida fue tranquila y natural, como explicaron los especialistas. En los elefantes marinos, la madre abandona a la cría cuando ya ha completado su alimentación inicial y puede comenzar su etapa de independencia.
Desde entonces, Francisca permanece en la costa bajo la observación de técnicos y voluntarios. El objetivo es garantizar su bienestar hasta que tenga la fuerza suficiente para sumergirse por completo y seguir su camino en el océano.
El caso de Alma y Francisca no solo generó un fuerte vínculo emocional con los vecinos y visitantes de Piriápolis, sino que también sirvió para concientizar sobre la importancia de respetar el espacio de las especies marinas. Las autoridades recuerdan que no se debe intentar acercarse, tocarlas ni alimentarlas, ya que eso puede alterar su comportamiento natural.
Hoy, Alma ya está mar adentro, y Francisca sigue en la playa, creciendo día a día. Su historia es una muestra de la fuerza de la naturaleza y del compromiso de la comunidad con la protección de la fauna marina.
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