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Curro descubre el secuestro de Ángela por Lorenzo
El misterio en La Promesa alcanza un punto de no retorno. Tras días de incertidumbre y rumores, un hallazgo inesperado lo cambia todo: una prenda de Ángela aparece en medio de la búsqueda, confirmando las sospechas más oscuras de Curro. Ahora ya no hay dudas… Lorenzo la ha secuestrado, y el capítulo 669 promete desenmascarar su terrible verdad.
Pero mientras la tensión crece con el destino de la joven pendiendo de un hilo, las intrigas se multip ...
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#‘LaPromesa’, #avance, #capítulo, #669Curro, #descubre, #secuestro, #Ángela, #Lorenzo
Curro descubre el secuestro de Ángela por Lorenzo
El misterio en La Promesa alcanza un punto de no retorno. Tras días de incertidumbre y rumores, un hallazgo inesperado lo cambia todo: una prenda de Ángela aparece en medio de la búsqueda, confirmando las sospechas más oscuras de Curro. Ahora ya no hay dudas… Lorenzo la ha secuestrado, y el capítulo 669 promete desenmascarar su terrible verdad.
Pero mientras la tensión crece con el destino de la joven pendiendo de un hilo, las intrigas se multip ...
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00:00Curro descubre el secuestro de Ángela por Lorenzo. El misterio en la promesa alcanza
00:15un punto de no retorno. Tras días de incertidumbre y rumores, un hallazgo inesperado lo cambia
00:22todo. Una prenda de Ángela aparece en medio de la búsqueda, confirmando las sospechas
00:27más oscuras de Curro. Ahora ya no hay dudas, Lorenzo la ha secuestrado, y el capítulo
00:34669 promete desenmascarar su terrible verdad. Pero mientras la tensión crece con el destino
00:42de la joven pendiendo de un hilo, las intrigas se multiplican en el palacio. Federico sacude
00:48las certezas de Vera con una revelación que destruye todo lo que ella creía de su familia.
00:52Catalina se queda cada vez más sola frente a la intransigencia de Adriano, y Cristóbal,
00:58lejos de rendirse, prepara una nueva amenaza contra Pía y Ricardo. Con secretos al borde
01:05de salir a la luz y enfrentamientos familiares más intensos que nunca, la gran pregunta es
01:10inevitable. ¿Logrará Curro rescatar a Ángela antes de que sea demasiado tarde? ¿O el plan
01:16de Lorenzo aún guarda un giro más siniestro? El aire en la promesa se había vuelto denso,
01:22casi irrespirable, cargado con el peso de los secretos y las ausencias.
01:29Cada rincón del palacio, desde las cocinas bulliciosas hasta los salones silenciosos
01:34y dorados, parecía contener el eco de una pregunta no formulada, un miedo que nadie se
01:39atrevía a nombrar en voz alta. El crepúsculo del miércoles 3 de septiembre caía sobre los
01:46jardines como un velo de melancolía, tiñendo de naranja y púrpura las hojas de los árboles
01:51y proyectando sombras alargadas que se retorcían como espectros danzantes. Y fue en uno de esos
01:58salones, donde el polvo flotaba en los últimos rayos de sol, que la tensión alcanzó su punto
02:03álgido, cristalizando en una sola frase, una daga verbal lanzada con una precisión helada.
02:09Cristóbal, de pie frente a Leocadia, había dejado caer la pregunta con la parsimonia
02:16de un verdugo. Su voz, siempre un murmullo controlado, resonó en el silencio con la
02:23fuerza de un trueno.
02:27Leocadia, dígame la verdad, solo una vez, ¿es Ángela su hija? El mundo de Leocadia se
02:33detuvo. El latido de su corazón, que hasta ese momento era un tambor desbocado en su pecho,
02:40pareció cesar por completo.
02:44Las facciones de Cristóbal, impasibles y frías como el mármol de una tumba, no ofrecían
02:50refugio, ni una brizna de compasión.
02:52Sus ojos, oscuros y penetrantes, la escrutaban no como a una persona, sino como a un enigma
03:00que estaba decidido a resolver, sin importar el coste.
03:05El tiempo se estiró, cada segundo una eternidad en la que Leocadia revivió una vida entera
03:10de sacrificios, de mentiras piadosas y de un amor tan profundo y feroz que la había obligado
03:16a ocultarlo bajo capas y capas de servicio y discreción. Su garganta estaba seca, un
03:23desierto de pánico. Quería negar, gritar, insultarle por su osadía, pero las palabras
03:29se negaban a formarse.
03:33¿Cómo lo sabía? ¿O era solo una sospecha, una red que lanzaba con la esperanza de atraparla?
03:39Miró a su alrededor, buscando una vía de escape inexistente. Las paredes del salón,
03:46adornadas con retratos de antepasados que la juzgaban con miradas severas, parecían
03:50encogerse a su alrededor.
03:54Señor, logró susurrar, su voz un hilo tembloroso y ajeno. No sé de dónde ha sacado semejante
04:01disparate.
04:03Ángela es una buena chica, una de las doncellas más trabajadoras, pero, no me tome por idiota,
04:10Leocadia, la interrumpió Cristóbal, dando un paso casi imperceptible hacia ella.
04:15El movimiento fue mínimo, pero el efecto fue el de una fiera acortando la distancia
04:21con su presa. He observado, he escuchado, he atado cabos que otros, en su ceguera o su
04:29estupidez, han ignorado. La forma en que la mira cuando cree que nadie
04:35la ve. La angustia en su rostro, que va más allá de la preocupación de una simple ama
04:40de llaves por una empleada desaparecida. Es el terror de una madre. Cada palabra era un
04:47golpe certero. Leocadia sintió que el aire le faltaba. Se llevó una mano al pecho, intentando
04:54calmar el caos que se había desatado en su interior. Recordó el día que Ángela llegó
05:01a la promesa, una niña asustada con los ojos muy abiertos, y cómo tuvo que fingir una indiferencia
05:06profesional que le desgarraba el alma. Recordó cada una de las veces que había velado su
05:13sueño desde el pasillo, cada pequeña reprimenda que le había dado para protegerla de los peligros
05:18del mundo, cada gesto de afecto que tuvo que reprimir.
05:22—¡Usted no sabe nada! —replicó, intentando infundir en su voz una fuerza que no poseía.
05:29—¡Oh, sé más de lo que cree! —continuó él, su voz bajando a un susurro conspirador y venenoso.
05:38—¡Sé que una mentira de esa magnitud es un arma poderosa, y en las manos adecuadas,
05:45puede ser muy... útil. Así que se lo preguntaré una última vez, y le aconsejo que piense muy bien
05:53su respuesta, porque de ella dependen muchas cosas. Más de las que imagina, ¿es Ángela,
06:00la doncella desaparecida, su hija? La pregunta quedó suspendida entre ellos,
06:05vibrando con un poder devastador. La respuesta de Leocadia no sólo sellaría su propio destino,
06:13sino que podría cambiar el frágil equilibrio de poder en la promesa para siempre.
06:20El sol terminó de ocultarse tras el horizonte, sumiendo el salón en una penumbra que era el
06:25reflejo perfecto de la oscuridad que se cernía sobre sus vidas.
06:31El capítulo 668 había cerrado su telón con esta cumbre de tensión, dejando a todos conteniendo
06:37la respiración, a la espera del amanecer del jueves, un amanecer que traería consigo descubrimientos
06:43cruciales y decisiones irrevocables. El alba del jueves 4 de septiembre rompió con una luz pálida
06:51y enfermiza, como si el propio cielo estuviera indeciso entre el día y la noche. Para Curro,
06:59sin embargo, no había habido noche. Había sido una vigilia interminable, una sucesión de horas
07:05tortuosas pasadas recorriendo los terrenos de la promesa una y otra vez, con la única compañía del
07:10viento frío y una desesperación que crecía con cada minuto que pasaba sin noticias de Ángela.
07:17Ya no era solo preocupación. Era una angustia física, un nudo en el estómago que le impedía
07:22comer y una pesadez en los párpados que no provenía del sueño, sino del puro agotamiento emocional.
07:30Se negaba a aceptar la posibilidad de que se hubiera marchado por su propia voluntad.
07:34Conocía a Ángela, conocía su lealtad, su bondad, y también el miedo latente que a veces veía en sus
07:42ojos, un miedo que ahora entendía que tenía un origen muy concreto. Sus sospechas, al principio
07:50una idea vaga y terrible que intentaba desechar, se habían solidificado en una certeza monstruosa que
07:56apuntaba en una sola dirección, Lorenzo. Su padrastro, el capitán de la mata, el hombre
08:03cuya crueldad había probado en su propia piel durante años. Curro había empezado a observar
08:09a Lorenzo con una atención febril. Notaba su calma antinatural, su displicencia casi teatral
08:15cada vez que alguien mencionaba la desaparición de la doncella. Era la calma del depredador que
08:21ha ocultado bien a su presa y disfruta del caos que ha provocado. Esa mañana, impulsado por una
08:29corazonada, por un instinto primario que le gritaba que buscara en los lugares más olvidados,
08:34se dirigió a una de las viejas cabañas de aperos, en el linde más alejado del bosque que rodeaba la
08:40finca. Era un lugar en ruinas, que nadie utilizaba desde hacía décadas. Las puertas de madera carcomida
08:48gemían al ser empujadas y el interior olía a humedad, a tierra y a tiempo estancado.
08:55Ángela, susurró en la penumbra, más como una plegaria que como una llamada. El desorden era total.
09:04Herramientas oxidadas, sacos de arpillera a podridos y telarañas que colgaban como sudarios.
09:12Empezó a remover los escombros con una energía frenética, sin saber muy bien qué esperaba encontrar.
09:18El polvo se levantaba en nubes densas que le hacían toser, pero no se detuvo. Fue entonces
09:26cuando lo vio. Asomando bajo una pila de tablas de madera apolillada, un trozo de tela de un color
09:33familiar. Un azul pálido, el color de los hacianos en primavera, el corazón le dio un vuelco.
09:40Se arrodilló, apartando las tablas con manos temblorosas. Allí estaba, no era un simple trozo
09:48de tela. Era un lazo, un pequeño lazo de seda que Ángela solía usar para recogerse el pelo.
09:57Lo recordaba perfectamente. Se lo había regalado él mismo, comprado en un mercado del pueblo hacía un
10:03par de meses, en un impulso de afecto que no supo cómo expresar con palabras. Ella se había sonrojado,
10:11y desde ese día, lo llevaba casi siempre, lo recogió del suelo. La seda estaba fría y
10:18ligeramente húmeda. Tenía una pequeña mancha oscura, casi negra. Tierra, o quizás, no se atrevió a pensar
10:27en qué más podría ser. Al apretarlo en su puño, la imagen de Lorenzo se materializó en su mente con
10:32una claridad aterradora. Recordó miradas lascivas del capitán hacia Ángela, comentarios con doble
10:40sentido que en su momento había intentado ignorar. Recordó la posesividad y la ira que Lorenzo mostraba
10:48cuando cualquier hombre, incluido él, se acercaba a ella. No era una sospecha, era una epifanía
10:55terrible, una verdad que caía sobre él con el peso de una losa de granito. Lorenzo, Lorenzo la había
11:04tomado, la tenía secuestrada. La prenda no era sólo una prueba de que Ángela había estado allí. Era la
11:10firma de su agresor, un trofeo descuidado o una pista dejada con arrogancia. La esperanza inicial de
11:17encontrar una señal de que seguía con vida se vio instantáneamente eclipsada por el terror de saber en
11:22manos de quien estaba. El aire se escapó de sus pulmones en un silbido. El miedo por Ángela se
11:30mezcló con una oleada de rabia pura y primigenia. La rabia de un niño indefenso que había sufrido los
11:38abusos de ese hombre y que ahora veía como la historia se repetía, con una crueldad aún mayor,
11:43sobre la persona que le importaba. Salió de la cabaña tropezando, con el lazo azul apretado en la
11:51mano como si fuera la única prueba tangible de su cordura. Ya no había dudas, sólo había un monstruo,
11:59y Curro sabía que tenía que enfrentarse a él. Mientras la terrible certeza de Curro echaba raíces,
12:06un carruaje se detenía frente a la entrada principal de la promesa. De él descendió una figura que muchos
12:14creían que tardarían en volver a ver Federico, el marqués de Luján. Su regreso fue silencioso,
12:22sin la pompa de antaño. Parecía más delgado, y las líneas de preocupación en su rostro se habían
12:28acentuado, pero había en su mirada una nueva determinación, una claridad que había estado
12:33ausente durante mucho tiempo. No se detuvo a hablar con el servicio que salió a recibirle. Tenía un propósito
12:41claro, una conversación pendiente que consideraba de vital importancia. Atravesó los pasillos con
12:49paso firme, ignorando las miradas de sorpresa, hasta que encontró a quien buscaba en la galería
12:55acristalada, limpiando con esmero los cristales por los que se filtraba la luz de la mañana.
13:02Vera, dijo, su voz más suave de lo que ella recordaba. La doncella se sobresaltó y se giró,
13:08haciendo una reverencia casi automática. La sorpresa en su rostro era evidente. Señor
13:16marqués, no le esperábamos, bienvenido. Gracias, Vera, ¿podrías acompañarme al despacho? Necesito
13:24hablar contigo de algo importante. A solas, el tono de Federico no admitía réplica. Vera asintió,
13:31con el corazón acelerado por la incertidumbre. ¿Habría hecho algo mal? ¿Se habría descubierto
13:38algo de su pasado? Siguió al marqués hasta el imponente despacho, un lugar que siempre le
13:43había infundido un profundo respeto y cierto temor. Él le indicó que tomara asiento, un gesto
13:51inusual que la desconcertó aún más, mientras él se quedaba de pie, apoyado en el borde de la gran mesa
13:56de caoba. Vera, sé que tu llegada a la promesa estuvo envuelta en circunstancias peculiares,
14:05comenzó Federico, eligiendo sus palabras con cuidado. Y sé que has hablado poco o nada de tu
14:12familia, de tu vida antes de estar aquí. No te culpo. A veces, el pasado es una carga pesada. Vera
14:20tragó saliva, sus manos entrelazadas con fuerza sobre su regazo. Señor, yo, déjame hablar,
14:30por favor, la interrumpió él con amabilidad. He pasado mucho tiempo fuera, reflexionando,
14:38poniendo en orden mis pensamientos y mis recuerdos. Y hay algo que debo decirte,
14:43algo que creo que tienes derecho a saber, aunque pueda resultar perturbador.
14:47El silencio se instaló en la habitación, denso y expectante. Federico la miró directamente a los
14:55ojos, y Vera vio en ellos una profunda sinceridad, pero también un atisbo de dolor.
15:02He estado investigando, haciendo preguntas sobre tu origen, y lo que he descubierto lo cambia todo.
15:09Todo lo que te han contado, todo lo que crees saber sobre quiénes son tus padres,
15:13sobre tu familia. Es una mentira. Vera sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Las palabras
15:20del marqués eran como piedras lanzadas a un estanque en calma, creando ondas que amenazaban
15:26con ahogarla. No, no comprendo, señor. Balbuceó. Lo comprenderás. Aseguró Federico,
15:36su voz teñida de una extraña solemnidad. Tu familia no es quien tú crees. Hay secretos,
15:44Vera. Secretos muy oscuros que te han mantenido oculta y alejada de tu verdadero legado por razones
15:50que apenas empiezo a entender. Personas en las que confiabas te han manipulado. Te han construido
15:56una vida falsa para protegerse a sí mismos. La respiración de Vera se volvió superficial.
16:03Su mente era un torbellino. ¿Una mentira? ¿Toda su vida? Pensó en las historias que
16:08le habían contado, en los rostros que asociaba con su infancia.
16:14¿Era todo un decorado? ¿Quién? ¿Quién soy yo, entonces? Preguntó, su voz apenas un susurro roto.
16:23Federico suspiró, el peso de la revelación pareció encorvar sus hombros. Eso es algo que
16:29descubrirás poco a poco. Pero quiero que sepas que no estás sola en esto. Y que la verdad,
16:36por dolorosa que sea, siempre es mejor que vivir en el engaño.
16:41Lo que te han hecho, es imperdonable. Te han robado tu identidad. La charla continuó,
16:46y con cada frase de Federico, el mundo de Vera se desmoronaba un poco más.
16:51Le habló de conexiones insospechadas, de nombres que ella jamás había oído pero que,
16:58según el marqués, estaban íntimamente ligados a su sangre.
17:04Las palabras de Federico no eran acusaciones vacías. Estaban cargadas de una convicción
17:09que ponía patas arriba a todo lo que la doncella creía saber. La dejó allí, en el despacho,
17:16con la cabeza llena de dudas y el corazón dividido. Por un lado, una parte de ella se
17:23resistía a creer en aquella historia increíble. Por otro, las piezas de su propio pasado,
17:31aquellas que nunca habían encajado del todo, comenzaban a moverse, formando un nuevo y
17:36aterrador rompecabezas. Sola, más sola que nunca, Vera se enfrentaba a una crisis de identidad que
17:45amenazaba con destruir los cimientos mismos de su ser. En otra parte del palacio, la soledad era
17:52también la compañera de Catalina. Desde que había escuchado la conversación secreta entre Martina
17:58y Jacobo, una conversación que apestaba a conspiración y a traición, sentía un peso en
18:04el pecho que no la dejaba respirar. Había escuchado con claridad cómo planeaban socavar los esfuerzos
18:11por mejorar las condiciones de los trabajadores, cómo hablaban de mantener el orden natural de
18:17las cosas, un orden que para Catalina significaba simplemente la explotación de los más débiles.
18:24Confiando en el espíritu progresista y en la aparente rectitud de Adriano,
18:29decidió compartir con él su descubrimiento.
18:33Lo encontró en la biblioteca, revisando unos libros de contabilidad. Esperaba encontrar en él
18:38un aliado, un confidente que compartiera su indignación y la ayudara a desenmascarar a la
18:43pareja.
18:46Adriano, necesito hablar contigo. Es urgente. Dijo, cerrando la puerta tras de sí.
18:54Adriano levantó la vista de sus papeles, con una expresión de curiosidad. Catalina, claro.
19:00¿Qué ocurre? Pareces alterada. Catalina respiró hondo y le relató, palabra por palabra, lo que había
19:09oído. No omitió detalle, desde el tono despectivo de Martina hasta la complacencia de Jacobo. A medida
19:19que hablaba, su voz se cargaba de una justa ira. No puedo creerlo, Adriano. Están conspirando a nuestras
19:27espaldas. Martina, mi propia prima, está trabajando activamente para sabotear todo por lo que luchamos.
19:37Y Jacobo, siempre supe que no era de fiar. Quieren que los trabajadores sigan viviendo en la miseria
19:43para su propio beneficio. Es despreciable. Terminó su relato, esperando una explosión de indignación
19:51similar por parte de Adriano. En cambio, lo que recibió fue un silencio calculado. Él se reclinó
19:59en su silla, juntando las yemas de los dedos, con una expresión pensativa que a Catalina le pareció
20:05alarmantemente fría. Catalina, entiendo tu enfado. Dijo finalmente, su tono medido y carente de la pasión
20:14que ella esperaba. Pero debemos ser cautos. ¿Estás completamente segura de lo que oíste? A veces,
20:22las conversaciones se sacan de contexto. El corazón de Catalina se hundió un poco. Lo oí perfectamente,
20:30Adriano. No hay contexto que justifique esas palabras. Hablaban de mantener a los trabajadores
20:37en su lugar. Aún así, continuó él, evitando su mirada y centrándose en un punto indefinido de la
20:43estantería, enfrentarse a ellos directamente podría ser. Contraproducente. Martina es tu prima,
20:52y Jacobo tiene el favor de los marqueses. Acusarles sin pruebas irrefutables podría volverse en tu contra.
21:00Podrían tacharte de histérica o de conflictiva. La mandíbula de Catalina se tensó.
21:07¿No era esa la reacción que había previsto? ¿Pruebas irrefutables? Mi testimonio es la prueba.
21:13¿Acaso no confías en mí? ¿Lo que te estoy diciendo no es suficiente para que al menos te
21:17posiciones? Creí que compartíamos los mismos ideales, que luchábamos por la misma causa.
21:25Y lo hacemos. Se defendió Adriano, aunque su voz carecía de convicción. Pero la estrategia es
21:31importante. A veces, es más inteligente esperar, observar, reunir más información antes de actuar.
21:42Una ofensiva frontal ahora mismo podría causar más daño que bien. Podríamos perder el apoyo que hemos
21:47conseguido. Catalina lo miró fijamente, y por primera vez, vio en él no a un aliado, sino a un político.
21:56Un hombre que medía los riesgos, que priorizaba la cautela sobre la justicia. Un hombre que, en el
22:04fondo, quizás tenía miedo. ¿Miedo? ¿Es eso lo que tienes, Adriano? ¿Miedo de enfrentarte a ellos? Su
22:13voz era un susurro cargado de decepción. No es miedo, es prudencia. Replicó él, su tono volviéndose más
22:22defensivo. No podemos permitirnos un escándalo que nos perjudique a todos. ¿Que nos perjudique a
22:29todos? Repitió Catalina, incrédula. O que te perjudique a ti. Lo que escuché fue una injusticia
22:35flagrante. Y tú me pides que me quede de brazos cruzados. Me pides que ignore la traición de mi
22:42propia familia. La tensión en la biblioteca se podía cortar con un cuchillo. La brecha entre
22:49ellos se había abierto, ancha e insalvable. Catalina se dio cuenta de que estaba sola en
22:54esto. El hombre en el que había depositado su confianza no estaba dispuesto a luchar a su lado.
23:02Se había posicionado, sí, pero no precisamente de su lado. Se había posicionado en el cómodo y
23:08seguro terreno de la neutralidad, que a ojos de Catalina era indistinguible de la cobardía.
23:13Entiendo, dijo ella, su voz ahora gélida, desprovista de toda emoción. Entiendo perfectamente
23:22tu postura. Gracias por tu prudencia. Sin esperar respuesta, se dio la vuelta y salió de la biblioteca,
23:30cerrando la puerta con una suavidad que era más elocuente que cualquier portazo.
23:34Se sentía profundamente traicionada y más aislada que nunca. El conflicto con Martina y Jacobo ya
23:43no era solo una cuestión de ideales. Ahora era una lucha personal que tendría que librar
23:48completamente sola. Y como si el destino quisiera subrayar su soledad, al cruzar el pasillo principal,
23:56se encontró cara a cara con Martina. La tregua tacita que habían mantenido en los últimos días se hizo
24:03añicos en el cruce de sus miradas. Los ojos de Martina, fríos y desafiantes, se encontraron con
24:11los de Catalina, cargados de una nueva y amarga determinación. Catalina, dijo Martina, con una
24:20sonrisa que no llegaba a sus ojos. Te veo preocupada. ¿Algún problema con tus protegidos? La condescendencia
24:29en su voz fue la chispa que encendió la pólvora. Mis únicos problemas, prima, son los lobos con piel
24:36de cordero que deambulan por esta casa. Respondió Catalina, su voz cortante. La sonrisa de Martina vaciló
24:46por un instante. Ten cuidado con las acusaciones infundadas. A veces, la que se cree una heroína no es más
24:53que una ilusa que no comprende cómo funciona el mundo. Y a veces, replicó Catalina, acercándose un
25:01paso más. Las que se creen muy listas y poderosas terminan tropezando con su propia arrogancia.
25:09Este enfrentamiento no ha hecho más que empezar, Martina, y te aseguro que no voy a rendirme.
25:16El choque era inevitable. Sus posturas sobre el trato a los trabajadores eran la punta del iceberg de un
25:21abismo de valores que las separaba. La frágil tregua entre las primas tenía, efectivamente,
25:29los días contados. Una nueva guerra estaba a punto de estallar en el corazón de la promesa.
25:36Lejos de estas intrigas palaciegas, en el mundo de los negocios y las ambiciones personales,
25:42Manuel de Luján sentía una extraña mezcla de euforia y nerviosismo.
25:46Acababa de cerrar el trato. Había vendido su parte de la empresa. La decisión, tomada tras
25:54muchas noches de insomnio, era un salto al vacío, una apuesta arriesgada por un futuro que sólo él
26:00parecía vislumbrar con claridad. Se reunió con su amigo Toño en una de las terrazas del club de
26:07campo, con los documentos recién firmados en su maletín.
26:13«Hecho está, Toño», anunció Manuel, con una sonrisa que no lograba ocultar del todo la tensión
26:19en sus hombros. «Acabo de firmar, soy un hombre libre». Toño lo miró con una expresión que era
26:27una mezcla de asombro y profunda preocupación. Dejó su copa sobre la mesa y se inclinó hacia
26:34adelante. «Manuel, ¿estás seguro de lo que has hecho? Vender tu participación, es una locura».
26:43«Era tu seguridad, tu legado. ¿Por qué has dado un paso tan arriesgado? Porque a veces,
26:49para volar, hay que soltar lastre». Respondió Manuel, su mirada perdida en el horizonte.
26:56«Esa empresa, se estaba convirtiendo en una jaula de oro. Reuniones, números, expectativas. Me estaba
27:03ahogando, Toño. Había perdido la pasión, el motivo por el que empecé todo esto. La aviación,
27:11la emoción de crear, de innovar. ¿Y crees que vendiéndolo todo vas a recuperarla?» Insistió
27:19Toño, incrédulo. «Podrías haber delegado, haberte tomado un respiro. Pero venderlo, ¿qué vas a hacer
27:28ahora? El dinero no dura para siempre. Tengo un plan». Dijo Manuel, y por primera vez, su voz sonó
27:35con una confianza inquebrantable. «Voy a empezar de nuevo. Algo más pequeño, más personal. Un taller
27:43donde pueda diseñar y construir mis propios prototipos, sin tener que rendir cuentas a una
27:49junta directiva que solo entiende de beneficios. Quiero volver a sentir la grasa en mis manos y el
27:55viento en mi cara. Quiero construir el futuro, no administrar el presente». La ilusión en los ojos
28:03de Manuel era palpable, casi contagiosa. Hablaba con la pasión de un soñador, de un artista que ha
28:10decidido romper con las ataduras comerciales para volver a la pureza de su arte. Sin embargo,
28:17Toño, siempre el más pragmático de los dos, no podía evitar ver los peligros que su amigo parecía
28:23ignorar. «Suena muy romántico, Manuel, de verdad. Pero el mundo real es cruel. Necesitas
28:31capital, contactos, un mercado. Y si tu nuevo proyecto no funciona, lo habrás perdido todo
28:37por un sueño. Es un riesgo que estoy dispuesto a correr», concluyó Manuel, tomando un sorbo de su
28:44bebida. «Prefiero fracasar persiguiendo mi pasión que morir lentamente de éxito en algo que ya no amo».
28:51«Confío en mi decisión, Toño, y te pido que tú también lo hagas». Toño suspiró, resignado.
29:01Conocía a Manuel lo suficiente como para saber que una vez que tomaba una decisión, no había vuelta
29:06atrás. Aunque la preocupación seguía rolléndole por dentro, no pudo evitar sentir una punzada de
29:14admiración por el coraje de su amigo. Manuel había elegido la libertad por encima de la seguridad,
29:21una elección que muy pocos se atrevían a hacer. El futuro era incierto, pero la ilusión de Manuel
29:29se mantenía viva, ardiendo con una fuerza renovada que prometía llevarle a nuevas alturas o a una caída
29:35estrepitosa. De vuelta en la promesa, esa misma tarde, el ambiente en la zona del servicio era
29:43irrespirable. La amenaza de Cristóbal pendía sobre las cabezas de Pía y Ricardo como la espada de
29:50Damocles. El ultimátum era claro, uno de los dos debía abandonar el palacio. La decisión era imposible,
29:59una elección cruel diseñada para destrozarles. Estaban en el despacho del mayordomo, los tres,
30:07en un silencio tenso, cuando la puerta se abrió y apareció Manuel. Su regreso había sido tan reciente
30:15que su presencia allí sorprendió a todos. Miró los rostros angustiados de Pía y Ricardo,
30:21y luego la expresión satisfecha y autoritaria de Cristóbal. No necesitó que le explicaran nada,
30:28la tensión era elocuente. Cristóbal, se puede saber qué está ocurriendo aquí. Preguntó Manuel,
30:35su tono tranquilo pero con un filo de acero. Cristóbal se enderezó, molesto por la interrupción.
30:44Señorito Manuel, esto es un asunto del servicio. No necesita importunarse, simplemente estoy aplicando
30:52las normas de la casa. Las normas de la casa las dicta mi padre, el marqués. Y en su ausencia,
31:00yo, replicó Manuel, entrando completamente en el despacho y cerrando la puerta.
31:08Y no recuerdo ninguna norma que obligue a un matrimonio a separarse de esta manera tan cruel.
31:13Pía y Ricardo son dos de los empleados más leales y eficientes que tenemos. Despedir a uno de ellos
31:21es un sinsentido. La cara de Cristóbal se contrajo en una mueca de desagrado. Se sentía desafiado en su
31:29propio terreno. Con el debido respeto, su relación es inapropiada y está afectando a la disciplina del
31:36servicio. He tomado una decisión. Pues me temo que va a tener que dé tomarla. Dijo Manuel, con una calma
31:45que desarmaba. Pía Adarre es el ama de llaves de esta casa desde hace años. Su labor es impecable.
31:55Ricardo Pellicer, a pesar de su reciente incorporación, ha demostrado ser un mayordomo competente.
32:01La promesa no puede permitirse el lujo de perder a ninguno de los dos. Así que este ultimátum queda,
32:09desde este mismo instante, desactivado. Manuel habló con la autoridad natural de quien sabe
32:16que tiene el poder. No era el joven soñador que hablaba con Toño. Era el hijo del marqués,
32:22el heredero, defendiendo a su gente. Pía y Ricardo lo miraron con una mezcla de sorpresa y un inmenso
32:30alivio. Una pequeña lágrima de gratitud rodó por la mejilla de Pía. Cristóbal, por su parte,
32:39se quedó sin palabras. La intervención directa de Manuel le había despojado de su poder.
32:46Intentó protestar, buscar un resquicio en la armadura de autoridad de Manuel. Señorito,
32:52su padre enmedió plenos poderes para organizar el servicio como considere oportuno.
32:56Mi padre le dio poder para asegurar la eficiencia, no para satisfacer caprichos personales o llevar
33:04a cabo vendetas. Le atajó Manuel, su mirada endureciéndose. Y esta decisión suya huele a
33:12todo menos a eficiencia. Así que le sugiero que entienda que este asunto está zanjado.
33:17Pía y Ricardo se quedan. Ambos. ¿Ha quedado claro? La pregunta no era una pregunta. Era una orden.
33:28Cristóbal, humillado y furioso por dentro, no tuvo más remedio que ceder. Apretó los puños bajo la mesa
33:34y asintió rígidamente. Como usted ordene, señorito Manuel. Perfecto. Concluyó Manuel. Ahora, si me disculpan.
33:45Con una última mirada de apoyo a Pía y a Ricardo, Manuel salió del despacho. La pareja respiró aliviada,
33:54como si hubieran emergido a la superficie tras haber estado a punto de ahogarse. Se miraron,
34:01y en sus ojos había una gratitud infinita hacia el joven señorito y un amor renovado y fortalecido
34:06por la prueba que acababan de superar. Pero su alivio duró solo un instante. En cuanto la puerta
34:13se cerró, la expresión de Cristóbal se transformó. La sumisión forzada desapareció para dar paso a una
34:22máscara de pura malicia. El ultimátum había fallado, sí. Manuel le había humillado y le había
34:29despojado de su victoria. Pero él no era un hombre que se rindiera. Lejos de ello, la derrota solo servía
34:36para alimentar su rencor y su ingenio para la crueldad. Se levantó de su silla y caminó hacia
34:43la ventana, dándoles la espalda. Su mente trabajaba a una velocidad vertiginosa, buscando una nueva
34:49forma de atacar, una nueva palanca para hacerles daño, una que Manuel no pudiera desactivar tan
34:55fácilmente. Si no podía despedirlos, si no podía separarlos físicamente, entonces encontraría una
35:03manera de hacer su vida en la promesa un infierno tan insoportable que desearían haberse marchado.
35:10Una sonrisa torcida y terrible se dibujó en su rostro. Acababa de tener una idea, una decisión
35:16casi igual de terrible que el despido, pero mucho más sutil y perversa. Se giró lentamente para mirar
35:23a la pareja, que todavía no se había movido, paralizada por la nueva y ominosa atmósfera que
35:29se había instalado en la habitación. Parece que tienen un ángel de la guarda en el señorito
35:35Manuel, dijo Cristóbal, su voz un siseo bajo y amenazador. Pero los ángeles no pueden estar en
35:44todas partes. Ya que ambos van a permanecer en esta casa, tendremos que hacer algunos. Ajustes.
35:52Reorganizar sus tareas para optimizar su rendimiento. Pía y Ricardo intercambiaron una mirada de aprensión.
35:58Sabían que aquellas palabras no presagiaban nada bueno. La gran incógnita era. ¿Qué medida se
36:07sacaría ahora de la manga el mayordomo? ¿Qué nuevo tormento había ideado su mente retorcida
36:12para cambiar de nuevo sus vidas? La breve sensación de victoria se había desvanecido,
36:18reemplazada por un miedo frío y paralizante. La tiranía de Cristóbal, lejos de terminar,
36:24simplemente estaba a punto de adoptar una nueva y más monstruosa forma.
36:31El respiro había sido sólo eso, un instante de calma antes de que se desatara la siguiente tormenta.
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