Valle Salvaje Capítulo 292 – Las máscaras se caen y los pecados de Victoria finalmente salen a la luz.
Entre el remordimiento, la rabia y la soledad, la duquesa enfrenta el juicio más temido: el de su propia conciencia.
😱 En este avance exclusivo, veremos cómo los secretos que guardó durante años se vuelven su castigo más cruel.
👑 Personajes principales: Victoria, Mercedes, José Luis, Adriana, Rafael, Úrsula y Julio.
🔥 Un episodio oscuro, revelador y profundamente humano, donde el poder se convierte en culpa y el amor en condena.
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#ValleSalvaje #Victoria #PecadosDeVictoria #AvanceValleSalvaje #TVNRevisar #Telenovela #Drama #Avance292 #CaídaDeVictoria #ConfesiónFinal
Entre el remordimiento, la rabia y la soledad, la duquesa enfrenta el juicio más temido: el de su propia conciencia.
😱 En este avance exclusivo, veremos cómo los secretos que guardó durante años se vuelven su castigo más cruel.
👑 Personajes principales: Victoria, Mercedes, José Luis, Adriana, Rafael, Úrsula y Julio.
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00:00Lentadora, ¿te da miedo volver a sentir algo por mí?
00:02Por Dios, Damaso, contrólate.
00:05Victoria, mírame a los ojos y júrame que no eras el mante del duque antes de que me marchara.
00:12El amanecer siguiente cubrió Valle Salvaje con un manto de niebla y silencio.
00:18La noticia de la muerte de Damaso se extendió como un susurro envenenado por todo el valle.
00:25Nadie sabía si fue enfermedad o venganza, pero todos entendieron que con él moría el último vestigio de inocencia.
00:34En la casa grande, Victoria se encerró en su habitación, negándose a recibir a nadie.
00:40La duquesa que una vez desafiaba al mundo se derrumbaba en soledad,
00:45consciente de que su pasado había regresado para sepultarla.
00:49José Luis, frío y distante, dio órdenes precisas, que lo entierren sin honores.
00:57Nadie debe mencionar su nombre, pero en su interior el miedo lo consumía.
01:03Sabía que la caída de Damaso no era el final, sino el principio de su propia ruina.
01:08Tomás seguía libre, Mercedes sabía demasiado, y Adriana, la única con corazón limpio, comenzaba a sospechar de todo.
01:19En la casa pequeña, Luisa se recuperaba lentamente bajo los cuidados de Alejo y de Mercedes.
01:26Cada respiración era un triunfo, una prueba de que el amor podía sobrevivir a la crueldad.
01:32Rafael y Adriana, por su parte, intentaban construir un nuevo comienzo,
01:38pero la sombra del apellido Galvez de Aguirre los perseguía como una maldición.
01:43El valle seguía dividido, y en cada rincón resonaban las palabras que Isabel había escrito antes de huir.
01:50«Rompan el ciclo de mentiras» o «El valle los devorará».
01:55Esa advertencia era ahora más cierta que nunca.
01:58Entre las flores que crecían sobre la tumba de Damaso, un cuervo negro grasnó, presagio de que la paz aún estaba lejos.
02:08El viento sopló sobre las colinas, llevando consigo los secretos, las culpas y las promesas incumplidas.
02:18Valle salvaje respiraba otra vez, herido, incierto, pero vivo, esperando el próximo pecado.
02:25La noche había caído sobre valle salvaje, y la lluvia golpeaba los ventanales de la casa grande como si quisiera arrancarlos de cuajo.
02:35Victoria caminaba por el pasillo principal con los pasos descompasados, su bata de seda arrastrándose sobre el suelo de mármol.
02:44Tenía el rostro desencajado, el cabello desordenado, los ojos ardiendo con una mezcla de furia y miedo.
02:51Damaso, José Luis, la amenaza de perderlo todo, su mundo, ese palacio de poder que había edificado durante años sobre cimientos de mentira, comenzaba a derrumbarse.
03:05Matilde apareció al final del pasillo con una lámpara en la mano.
03:09¿Desea algo, señora?
03:13Victoria se detuvo, girándose con lentitud.
03:16¿Qué haces levantada a estas horas?
03:19Fui a verificar que los establos estuvieran cerrados antes de la tormenta.
03:24Mentira, dijo Victoria fríamente.
03:28¿Estás escuchando tras las puertas, como siempre?
03:32Matilde bajó la cabeza, pero sus manos temblaban.
03:37No haría eso, duquesa.
03:40Victoria avanzó hacia ella, su sombra alargándose sobre las paredes.
03:46No te atrevas a contradecirme.
03:48¿Se detuvo tan cerca que Matilde pudo sentir su respiración?
03:53¿Te crees intucable porque Isabel ya no está?
03:57Pero déjame recordarte algo.
03:59¿Yo puedo destruirte en un instante?
04:02¿Yo no?
04:04¡Cállate!
04:05Gritó Victoria, abofeteándola con tanta fuerza que la lámpara cayó al suelo y se apagó.
04:11—Eres una cucaracha, Matilde, una sirvienta que solo sigue viva porque yo lo permito.
04:21Si vuelves a mirarme con esos ojos, te haré sacar de esta casa como a un animal.
04:27Matilde se llevó la mano a la mejilla, con los ojos brillantes de rabia contenida.
04:34—Algún día, señora, murmuró.
04:36—La gente verá quién es usted en realidad.
04:39—Victoria rió, un sonido hueco y cruel.
04:44—¿Ese día nunca llegará?
04:47—¿Por qué todos los que lo han intentado han terminado muertos o desaparecidos?
04:52—¿Quieres unirte a ellos?
04:54Matilde no respondió.
04:57Se dio la vuelta y caminó con la dignidad que aún le quedaba,
05:02aunque por dentro se sentía rota.
05:05Pero en el fondo de su corazón, una llama se encendió.
05:08La del rencor y Victoria, cegada por su propia soberbia, no lo notó.
05:16Horas después, en el establo, Mercedes se encontraba reunida con Damaso.
05:21El hombre, empapado por la lluvia, bebía de una botella mientras su mirada se perdía entre las sombras.
05:28Así que, fue ella dijo en voz baja, fue Victoria quien envenenó a Pilara.
05:36Mercedes asintió, el rostro endurecido, la primera de muchas víctimas.
05:41Pero te diré algo, Damaso, su tiempo se acaba.
05:47Tú eres la pieza que faltaba.
05:50Yo no busco venganza, respondió él.
05:52Solo la verdad, la verdad y la justicia no siempre caminan juntas, dijo Mercedes con tono frío.
06:01Pero si quieres verla pagar, necesitarás más que palabras.
06:06Necesitas pruebas.
06:08Yo las tengo.
06:10Damaso la miró fijamente.
06:11¿Y por qué me ayudarías?
06:15¿Por qué ella mató a mi hermana?
06:17¿Por qué destruyó a mi familia?
06:20¿Y por qué ya no tengo nada que perder?
06:23En ese momento, un relámpago iluminó el establo.
06:27Y por un segundo, los dos se observaron con una comprensión silenciosa.
06:32Eran aliados por el dolor.
06:35Victoria caerá, susurró Mercedes.
06:38Lo juro por la tumba de Pilara.
06:40En la casa pequeña, mientras tanto, Adriana no podía dormir.
06:46Caminaba de un lado a otro en la habitación, la carta de Isabel abierta sobre la mesa.
06:52Su mente repetía cada frase, cada advertencia.
06:56Por vuestra madre, por vuestra memoria.
06:59¿Qué me ocultabas Isabel?
07:02Murmuró.
07:03Rafael, que se había levantado al escucharla, se acercó.
07:07¿Tienes que descansar, Adriana?
07:10No puedo.
07:11Siento que hay algo más.
07:14Algo que conecta todo esto.
07:16La carta, la huida de Isabel, la furia de Victoria, la prisión de Luisa.
07:23Todo está entrelazado.
07:25Rafael le tomó la mano.
07:28Mañana hablaremos con Mercedes.
07:31Ella sabe más de lo que dice.
07:33Adriana asintió, aunque su mirada seguía perdida.
07:38Sí, Mercedes, ella siempre supo más de lo que aparenta.
07:42Mientras tanto, en su despacho, José Luis bebía brandy frente al fuego.
07:48Pensaba en Victoria, en Damaso, en el peligro que se cernía sobre su apellido.
07:54No lo admitiría en voz alta, pero por primera vez en su vida tenía miedo.
08:01Si me hundes, Victoria, susurró con amargura, te llevaré conmigo al infierno.
08:06Afuera, la lluvia seguía cayendo.
08:10En algún lugar del valle, el trueno resonó como un rugido de advertencia.
08:16La tormenta apenas comenzaba.
08:19El amanecer se abrió paso entre las nubes con una luz gris, débil,
08:25como si el sol mismo temiera asomarse a valle salvaje.
08:29En la casa grande, Rafael se despertó antes del alba, atormentado por la conversación de la víspera.
08:37Las palabras de Damaso retumbaban en su mente.
08:40Tu padre me robó la vida, me robó a mi esposa y destruyó mis tierras.
08:46Aquel hombre no mentía.
08:48Lo había dicho con una certeza que no necesitaba pruebas.
08:53Rafael bajó las escaleras con paso firme.
08:56En el despacho, José Luis ya estaba despierto, leyendo informes y fingiendo normalidad.
09:04Padre, ¿tenemos que hablar?
09:06El duque alzó la vista.
09:08¿Su expresión fría?
09:10No es hora para dramatismos.
09:13Quiero saber si es verdad lo que dijo Damaso.
09:16¿Le impidió comprar tierras en el valle?
09:20José Luis sonrió con desprecio.
09:22Ah, y afeo, ¿te dejaste envenenar por las palabras de un muerto que camina?
09:30Responda.
09:31Padre, ¿es cierto o no?
09:34José Luis dejó caer la pluma y se levantó.
09:38Sí, lo hice.
09:40Porque ese hombre no merecía quedarse aquí.
09:43No era noble, no era digno.
09:47Y porque lo que me pertenece no se reparte.
09:51Rafael lo miró con incredulidad.
09:54¿Y Victoria también era parte de lo que te pertenece?
09:58Victoria era una oportunidad, replicó él sin titubear.
10:03¿Y la aproveché?
10:05Un silencio pesado cayó entre ambos.
10:09Rafael dio un paso atrás, asqueado.
10:12Ha destruido todo lo que toca, padre.
10:15Familias, amores, su propio nombre.
10:19José Luis encendió un cigarro con calma.
10:22Tú hablas como si fueras un santo.
10:25Pero cuando tengas mi poder, harás lo mismo.
10:28¿No hay lugar para los débiles en este valle?
10:32Rafael lo observó en silencio.
10:35Pero dentro de él algo se quebró.
10:38Por primera vez dejó de ver a su padre como un modelo a seguir
10:42y empezó a verlo como un enemigo.
10:45Salió sin despedirse, con la determinación ardiendo en los ojos.
10:50En el jardín Adriana lo esperaba, envuelta en un chal.
10:54¿Qué ha pasado?
10:56Todo, respondió él.
10:58¿Mi padre lo hizo?
11:00Saboteó a Damaso, manipuló a todos
11:03y usó a Victoria como herramienta.
11:06¿No hay límite para su ambición?
11:09Adriana sintió con un temblor en la voz.
11:13Entonces, el valle está perdido.
11:16No, replicó Rafael.
11:17No mientras nosotros sigamos aquí.
11:20¿Haré lo que sea para impedir que siga destruyendo vidas?
11:24Al mismo tiempo, en la casa de los Hernando, otro drama se desarrollaba.
11:30Leonardo, de pie en la galería, contemplaba el campo con una mezcla de ira y tristeza.
11:36Detrás de él, Irene intentaba acercarse con cautela.
11:41Tu padre, tu padre insiste en anunciar nuestro compromiso este fin de semana, dijo ella en voz baja.
11:48Leonardo cerró los ojos, apretando los puños.
11:52No quiero casarme contigo, Irene.
11:56Lo sé, chuchurruela.
11:58Y no quiero obligarte, pero no tengo opción.
12:02Siempre hay una opción.
12:05Como la de Bárbara, preguntó Irene con amargura.
12:09Ella eligió fingir amnesia para escapar de ti, para liberarte.
12:13¿Y tú sigues prisionero?
12:16Las palabras lo hirieron más de lo que esperaba.
12:20No hables de ella.
12:21¿Te duele?
12:22Porque la amas, continuó Irene.
12:25Pero dime, ¿crees que yo no sufro?
12:28Estoy atrapada en un matrimonio que no quiero,
12:30obligada por un padre que usa mi vida como moneda de cambio.
12:35Leonardo bajó la mirada.
12:37Entonces, ¿cuí hecho un mico?
12:40Irene soltó una risa amarga.
12:43¿Y vivir de qué?
12:44¿De sueños?
12:46Este valle devora a los que no tienen poder.
12:49Lo sabes tan bien como yo.
12:52El silencio entre ellos fue interrumpido por la llegada de don Hernando,
12:56cuya voz tronó desde la puerta.
12:58Suficiente.
13:01Irene, ve adentro.
13:03Leonardo, ven conmigo.
13:06Tenemos asuntos que discutir.
13:09El joven obedeció,
13:11aunque en su interior hervía el deseo de rebelarse.
13:15De vuelta en la casa grande,
13:17Mercedes caminaba hacia el establo con paso decidido.
13:20Allí, Damaso la esperaba, visiblemente enfermo.
13:25Su piel pálida y la tos persistente revelaban un deterioro que ya no podía ocultar.
13:31¿Estás seguro de enfrentarte a José Luis?
13:35Preguntó ella.
13:36Damaso asintió.
13:39No tengo miedo.
13:41¿Ya no me queda tiempo?
13:43Lo único que quiero es que la verdad se sepa.
13:47Mercedes lo miró con una mezcla de compasión y admiración.
13:51Entonces, no estás solo.
13:55Yo te ayudaré a acabar con ellos.
13:58Mientras el sol finalmente rompía las nubes,
14:01un nuevo pacto se sellaba en el corazón del valle.
14:04Un pacto nacido del dolor y la venganza.
14:07El día se extinguía lentamente sobre las colinas del valle,
14:12tiñendo los cielos de un rojo denso, casi sangriento.
14:17En la casa grande, el silencio era tan absoluto
14:20que se podía escuchar el crepitar del fuego en las chimeneas.
14:25Victoria estaba sola en su habitación, de pie frente al espejo.
14:30Su reflejo la observaba con una mezcla de desprecio y tristeza.
14:34Por primera vez en años, no veía a la duquesa altiva, poderosa,
14:40sino a una mujer cansada, acorralada por sus propios pecados.
14:45Se quitó los pendientes de diamante y los dejó sobre la mesa con un golpe seco.
14:51Todo esto, todo por nada, murmuró.
14:54Las lágrimas, contenidas durante días, comenzaron a correr por su rostro.
15:00La visita de Damaso la había dejado destrozada.
15:04Y las palabras de José Luis, esas que la habían herido más que cualquier humillación,
15:09seguían resonando en su cabeza.
15:11Si mi familia necesita que te deje atrás, no dudes que lo haré.
15:16La puerta se abrió sin previo aviso.
15:19José Luis entró, impecable, con el porte de quien nunca ha conocido la culpa.
15:24Tenemos que hablar.
15:27Victoria no se movió.
15:29¿Qué más puedes decirme?
15:31¿Ya dejaste claro que, si me convierto en un problema, me borrarás de tu vida?
15:36El duque avanzó lentamente.
15:38¿Necesitamos mantener las apariencias?
15:42Damaso ha regresado.
15:44Y si abre la boca, ambos caeremos.
15:47Pero aún hay tiempo de silenciarlo.
15:50¿Silenciarlo?
15:52Repitió ella con incredulidad.
15:54¿Vas a matarlo?
15:56José Luis la observó en silencio.
15:58En este valle, a veces el silencio es la única forma de sobrevivir.
16:04Victoria retrocedió un paso, horrorizada.
16:08No, no esta vez.
16:11Ya hay demasiada sangre sobre nuestras manos.
16:15Hablas como si fueras inocente, replicó él, su voz convertida en un filo.
16:21Pilara murió por ti.
16:23Isabel huyó por ti.
16:25¿Y ahora pretendes juzgarme?
16:28Basta, gritó ella, con lágrimas en los ojos.
16:32He hecho cosas terribles.
16:35Pero todo fue por ti.
16:37¿Por nuestro poder?
16:39¿Por nuestra posición?
16:40Entonces, cumple tu papel, dijo José Luis fríamente, antes de marcharse.
16:47Victoria se dejó caer sobre el diván, temblando.
16:51Comprendió que su esposo ya no era su aliado.
16:54Era su verdugo.
16:55Mientras tanto, en el establo, Damaso tosía violentamente, la sangre manchando su pañuelo.
17:04Mercedes lo observaba con angustia.
17:06Debes descansar, insistió ella.
17:10No hay tiempo, respondió él.
17:13Si muero, mi verdad muere conmigo.
17:16Y no pienso llevarme al sepulcro las mentiras de esa mujer.
17:20Entonces, ¿hablaremos con el capitán de la hermandad mañana?
17:25¿Él puede protegerte?
17:28Damos o sonriu debiumante.
17:31No haré puro protejarme, Mercedes.
17:33Pero puedo asegurarme de que la caída de Victoria sea mi legado.
17:39En la casa pequeña, Adriana se mecía en una silla, con la carta de Isabel entre las manos.
17:46Rafael, arrodillado frente a ella, la miraba con ternura.
17:50Todo lo que ha pasado, todo lo que está por venir, dijo él.
17:56No importa qué verdad, dice Hevelen.
18:00Solo prométeme que pase lo que pase, no dejarás que el odio te cambie.
18:06Adriana lo miró con lágrimas en los ojos.
18:09Rafael, te lo prometo, pero temo que este valle no nos permita ser felices.
18:15Entonces, huiremos.
18:18Si es necesario, le daremos a nuestro hijo una vida lejos de estas sombras.
18:25Rafael acarició su vientre, sintiendo leve movimiento del bebé.
18:30Por primera vez en días, ambos sonrieron, pero esa paz era frágil, casi ilusoria.
18:37Al caer la noche, una figura encapuchada cruzó los campos empapados.
18:43Era Tomás.
18:45Llevaba una carta en la mano y un puñal oculto bajo el abrigo.
18:50José Luis cree que me usa, susurró con una sonrisa, pero el juego apenas comienza.
18:57En el valle, los truenos resonaban como presagio.
19:02El destino de los galves de Aguirre pendía de un hilo.
19:05Y en el oratorio, donde todo había empezado, Damaso regresó una última vez.
19:13Se arrodilló frente al altar, con la respiración entrecortada.
19:17—Perdóname, señor —murmuró—, pero antes de morir, necesito la verdad.
19:23El viento apagó las velas.
19:25El silencio lo envolvió todo.
19:28Y cuando cayó hacia adelante, el crucifijo fue testigo del fin de un hombre que solo quiso justicia.
19:36El aire dentro del oratorio era tan espeso que parecía poder cortarse con un cuchillo.
19:41Victoria Salcedo se arrodillaba frente al altar, las manos entrelazadas, los labios moviéndose en una oración muda,
19:50que en realidad no era plegaria, sino un intento desesperado de hallar control.
19:56Había pasado toda su vida construyendo un imperio de poder,
20:00un matrimonio con el duque José Luis Galvez de Aguirre que le aseguraba respeto, riquezas y autoridad.
20:06Pero aquella tarde, el eco de unos pasos en el pasillo la devolvía al pasado.
20:13El sonido de las puertas, abriéndose, la atravesó como una lanza.
20:19¿No necesitó mirar para saber quién era?
20:23Reconocería esos pasos en cualquier parte del mundo.
20:27Damoshu, su primer marido, el hombre al que todos daban por muerto,
20:34el hombre que ella misma había enterrado en su memoria,
20:36Él entró lentamente, con la serenidad peligrosa de quien sabe que tiene la ventaja.
20:44Cerró las puertas tras de sí con un golpe seco que resonó como el cierre de una celda.
20:50La penumbra se tragó la luz del pasillo y solo el altar permaneció iluminado.
20:57Victoria sintió que el aire se le escapaba del pecho.
21:00Quiso levantarse, huir, pero sus piernas no respondieron.
21:06Damaso avanzó tres pasos, cada uno marcando un compás de guerra.
21:12Cuando se detuvo, estaba tan cerca que ella podía oler el perfume del pasado,
21:17mezclado con el del resentimiento.
21:18¿Así que aquí rezas?
21:21Preguntó él con una voz baja, grave, cargada de un sarcasmo que hería.
21:26¿Le pides perdón a Dios por todo lo que hiciste?
21:30¿O solo le agradeces lo bien que te salió el engaño?
21:34Victoria tragó saliva.
21:36No tienes derecho, alcanzó a decir, pero la voz le tembló.
21:42¿Derecho? interrumpió Damaso, observando Shemash.
21:47Soy tu esposo, Victoria.
21:50¿El único legítimo?
21:52Ese duque con el que duermes no es más que el amante con el que me traicionaste.
21:58¿O lo niegas?
21:59Ella se levantó bruscamente, retrocediendo hasta casi tropezar con el reclinatorio,
22:06No me provoques, Damaso.
22:09No sabes lo que estás diciendo.
22:12Oh, sí lo sé, respondió él, avanzando un paso más.
22:18Sé que juraste fidelidad ante Dios y ante mí.
22:23Sé que la noche antes de mi partida prometiste esperarme.
22:26Y sé que mientras yo sangraba en una guerra que no me correspondía,
22:31tú compartías tu cama con otro hombre.
22:33El silencio que siguió fue tan absoluto que solo se oía el latido de ambos.
22:40Victoria cerró los ojos, intentando mantener la compostura, pero la verdad la ahogaba.
22:47Su historia con José Luis había comenzado antes de la desaparición de Damaso,
22:52y aunque había intentado justificarlo como una necesidad, como un escape,
22:57sabía que era traición, Damaso la observó con una mezcla de desprecio y compasión.
23:03Te preguntaré una sola vez, aquí, frente a Dios, señaló el altar con la mano temblorosa.
23:11¿Fuiste amante del duque antes de que me marchara?
23:14El mundo se detuvo.
23:15Victoria sintió que el corazón se le paralizaba.
23:20No podía mentir, no ante esa mirada, pero tampoco podía decir la verdad.
23:27Si lo admitía, perdería todo.
23:31Si lo negaba, el infierno seguiría creciendo dentro de ella.
23:34No responderé a esa provocación, susurró finalmente, girándose hacia el altar.
23:42Entonces tu silencio me lo dice todo, replicó Damaso con una calma que daba miedo.
23:48He vuelto para recuperar lo que es mío y para hacerte pagar cada lágrima que me hiciste derramar.
23:56Victoria dio un paso atrás, temblando.
23:59¿No lograrás destruirme?
24:02Él sonrió con tristeza.
24:04No necesito destruirte, Victoria.
24:07Tu propio pasado se encargará de hacerlo.
24:11La puerta se cerró tras él con un estruendo.
24:15Victoria se desplomó de rodillas.
24:18El altar, antes refugio, ahora parecía un juez implacable.
24:23Por primera vez en su vida, la duquesa poderosa sintió el peso verdadero del pecado y del miedo.
24:30Victoria permaneció arrodillada largo rato frente al altar,
24:33sin poder moverse.
24:36La figura de Damaso aún flotaba en el aire.
24:39Su voz seguía repitiéndose como un eco en su cabeza.
24:42Tu silencio me lo dice todo.
24:46Cada palabra era una herida, cada recuerdo una condena.
24:51Intentó rezar, pero no encontró palabras.
24:55No había plegaria capaz de borrar un pecado que llevaba años tatuado en su alma.
25:00El sonido del viento contra las ventanas la sobresaltó.
25:05Por fin se puso de pie, tambaleante, y caminó hasta la puerta del oratorio.
25:12Al abrirla, la luz del pasillo la cegó por un instante.
25:18Su respiración era entrecortada, su rostro pálido, el peso de los años y de las mentiras se le notaba en los hombros.
25:27Aún así, enderezó la espalda.
25:31Era Victoria Salcedo, la duquesa, y no permitiría que nadie, ni siquiera un fantasma del pasado, la hiciera caer.
25:39Pero en cuanto giró la esquina, escuchó algo que la detuvo en seco.
25:43Las voces de dos hombres se acercó lentamente, con el corazón desbocado, y miró por una rendija.
25:52Era José Luis, su marido, hablando con Damaso.
25:56Sabes perfectamente lo que puede pasar si decido abrir la boca, decía Damaso con voz firme.
26:04José Luis cruzó los brazos, su tono helado.
26:07¿No te conviene hacerlo?
26:09Si hablas, arruinarás tu propia reputación.
26:12¿Nadie creerá que una mujer como ella te pertenecía?
26:17Ah, ¿no? replicó Damaso, con una sonrisa amarga.
26:22Tengo los documentos de matrimonio, duque, firmados y sellados.
26:29Si los muestro, todo tu imperio se derrumba.
26:33Victoria sintió cómo las fuerzas la abandonaban.
26:37El aire se le volvió pesado.
26:39Si Damaso hablaba, si revelaba que su unión con José Luis era nula, lo perdería todo.
26:46Su título, su posición, su poder.
26:49Su matrimonio sería considerado ilegítimo.
26:53Ella, una adúltera.
26:55José Luis, sin embargo, parecía tranquilo.
26:58Puedes hacer lo que quieras, pero te advierto algo, Damaso.
27:04En Valle Salvaje, quien juega con fuego termina ardiendo.
27:09Los ojos de Damaso chispearon.
27:12Entonces supongo que ambos estamos condenados.
27:16Victoria cerró la puerta sin hacer ruido y retrocedió, respirando agitadamente.
27:22En ese instante lo entendió todo.
27:25Damaso no solo había vuelto para humillarla, había vuelto para destruirlos a ambos.
27:32Regresó a su habitación y se dejó caer sobre la cama.
27:37La vela de la mesita se había consumido casi por completo.
27:41Miró su reflejo en el espejo del tocador y apenas se reconoció.
27:46Las ojeras profundas, el cabello desordenado, los labios secos.
27:52¿En qué momento me convertí en esto?
27:54Se preguntó.
27:55¿En qué momento el poder valió más que la verdad?
27:59Un golpecito en la puerta la sobresaltó.
28:03Era Matilde, la donchella.
28:06Mi señora, ¿se encuentra bien?
28:08La servidumbre comenta que el señor Damaso ha regresado.
28:13¡Cállate!
28:14Gritó Victoria.
28:16Más por miedo que por ira.
28:18No vuelvas a mencionar su nombre.
28:21¿Entendido?
28:23Matilde asintió con terror.
28:26Sí, duquesa.
28:28Y si escucho un solo rumor en la casa, juro que te haré pagar las consecuencias.
28:33La doncella huyó despavorida.
28:35Victoria se quedó sola otra vez, respirando con dificultad.
28:41En su pecho ardía una mezcla de rabia y vergüenza.
28:45Damaso no me destruirá.
28:48No lo permitiré.
28:51Tomó un papel y empezó a escribir apresuradamente.
28:54Atanasio decía la nota.
28:58Necesito que averigües todo sobre Damaso.
29:02Sus movimientos, sus contactos, sus intenciones.
29:07No quiero que dé un solo paso sin que lo sepamos.
29:10Selló la carta con cera caliente y la dejó sobre la mesa.
29:15Se acercó a la ventana.
29:16A lo lejos, el valle parecía tranquilo, pero Victoria sabía que esa calma era engañosa.
29:24Valle salvaje no olvida.
29:27¿Y yo tampoco?
29:27En ese instante, en la casa pequeña, otro silencio pesado envolvía a Adriana Salcedo.
29:36Sentada en la cama, sostenía una carta temblorosa en las manos.
29:41El sobre llevaba una caligrafía familiar.
29:44Isabel.
29:46Su haya, su segunda madre.
29:48Mientras Victoria luchaba con sus demonios, Adriana estaba a punto de descubrir los suyos.
29:55La habitación de Adriana estaba envuelta en penumbra.
29:59La única luz provenía de una lámpara de aceite que titilaba suavemente.
30:05Proyectando sombras largas sobre las paredes,
30:08Rafael dormía en la otra habitación,
30:11exhausto tras un día de tensión en el valle.
30:14Pero Adriana no podía conciliar el sueño.
30:18El sobre en sus manos pesaba como una piedra.
30:22Tenía el nombre escrito con una letra que conocía desde niña.
30:26Isabel.
30:28Su corazón latía con fuerza.
30:31Isabel no había dicho una palabra antes de marcharse.
30:35Nadie en la casa sabía dónde había ido, ni por qué.
30:39Solo aquella carta, encontrada por Mercedes sobre el escritorio de la gobernanta,
30:45había quedado como rastro de su partida.
30:48Adriana rompió el sello y desplegó las hojas.
30:52La tinta estaba fresca, la caligrafía temblorosa.
30:58Querida Adriana, mi niña,
31:00no puedo comenzar estas líneas sin pedirte perdón.
31:04Si manché mi alma, fue por amor, no por maldad,
31:09aunque eso no me libre de culpa.
31:11He causado dolor, lo sé.
31:14Y ese dolor me acompañará hasta mi último aliento.
31:18Adriana sintió que la sangre se le lava.
31:22Las palabras eran una confesión.
31:25¿Pero de qué?
31:26Siguió leyendo con los ojos empañados.
31:28Juego que no me busques.
31:31Lo que hice en el pasado no debe repetirse.
31:35Hay secretos que deben morir conmigo.
31:38Por vuestra madre, por vuestra memoria,
31:41no permitas que mi regreso traiga más sufrimiento del que ya causé.
31:46La vela chisporroteó.
31:49Adriana bajó la carta, intentando entender.
31:52¿Qué hiciste, Isabel?
31:54Murmuró.
31:55La imagen de su niñez le vino a la mente.
31:59Isabel peinando su cabello, enseñándole a rezar,
32:03consolándola cada vez que su madre desaparecía entre las sombras del dolor.
32:08Aquella mujer era su refugio, su familia.
32:11¿Cómo podía cargar con un secreto tan terrible?
32:14¿Las lágrimas brotaron sin control?
32:17Rafael entró al oír su llanto.
32:20¿Qué ocurre, mi amor?
32:22Ella solo le tendió la carta, incapaz de hablar.
32:27Él la leyó de principio a fin, su expresión endureciéndose con cada línea.
32:33Esto, esto es grave, Adriana.
32:36¿Lo ves?
32:38Isabel confiesa algo, pero no dice qué.
32:41Habla de mi madre, de culpa, de no volver jamás.
32:45¿Qué puede ser tan horrible?
32:47Rafael se sentó a su lado y tomó su mano.
32:52Sea lo que sea, lo enfrentaremos juntos.
32:55Pero si Isabel se fue, ¿tuvo sus razones?
32:59Quizás la están amenazando.
33:02Adriana negó con la cabeza.
33:04No.
33:06¿Nadie podía doblegar a Isabel?
33:08Si huyó, fue porque su conciencia no podía soportar más.
33:12El silencio se instaló entre ellos.
33:16Fuera, el viento golpeaba las ventanas con furia.
33:20¿Y si tiene que ver con mi madre?
33:22Dijo Adriana, con la voz temblorosa.
33:24¿Y si la muerte de mamá no fue lo que nos contaron?
33:29Rafael alzó la vista, alarmado.
33:33No llegas de eso.
33:35Pero lo siento, Rafael.
33:37Algo dentro de mí me dice que Isabel sabe la verdad.
33:41Que todo este tiempo nos ha protegido de algo mucho más grande.
33:45Rafael la abrazó, intentando calmarla.
33:50Cuando Isabel esté lista, volverá.
33:53Nos dirá lo que sea necesario.
33:57Adriana se apartó, con los ojos enrojecidos.
34:01No volverá.
34:03Lo dice aquí, con tanta claridad.
34:06No me busques.
34:08Las lágrimas siguieron cayendo.
34:10La carta se deslizó de sus manos y quedó sobre el suelo, abierta, como una herida.
34:17En ese momento, Adriana sintió que una parte de su infancia se apagaba.
34:23Isabel no solo había sido su haya, había sido su madre elegida.
34:28La única que le enseñó ternura en un mundo lleno de máscaras y silencios.
34:33A lo lejos, una campana repicó desde la iglesia del valle.
34:37El sonido hizo eco en su pecho.
34:41Rafael la sostuvo entre sus brazos.
34:44No estás sola, Adriana.
34:48Ella apoyó la cabeza sobre su hombro, cerrando los ojos, pero por dentro sabía que sí lo estaba.
34:56Porque la única persona que conocía la verdad sobre su familia acababa de desaparecer.
35:01Y con ella, se había llevado la última pieza de su historia.
35:06En el escritorio, la llama de la lámpara titiló una vez más y se apagó.
35:12El amanecer trajo consigo una niebla espesa que cubría los jardines del valle.
35:17En la casa grande, José Luis Galvez de Aguirre permanecía de pie junto a la ventana de su despacho,
35:24mirando el horizonte con el ceño fruncido.
35:27El recuerdo del encuentro con Damaso lo había dejado intranquilo.
35:33Por primera vez en años, alguien lo enfrentaba con algo que podía destruirlo de verdad.
35:38No eran rumores ni chismes.
35:41Era una amenaza con nombre y apellido.
35:44La puerta se abrió sin que él diera permiso.
35:47Victoria entró, soporte aún imponente, a pesar de las sombras bajo sus ojos.
35:54Tenemos que hablar, dijo con voz seca.
35:58José Luis no se volvió.
36:00¿Sobre qué?
36:01Si es sobre tu difunto esposo resucitado, no hay nada que discutir.
36:07Victoria apretó los puños.
36:10No te atrevas a burlarte.
36:11El tiempo va, José Luis.
36:16¿Puede invalidar nuestro matrimonio?
36:19Si habla, perderemos todo.
36:21El duque se giró lentamente, con una calma que era más peligrosa que la ira.
36:27¿Perder todo?
36:28No, Victoria.
36:30Tú perderás todo.
36:33Yo sabré salir a Delanchi, como siempre.
36:36Ella lo miró incrédula.
36:38Y así de fácil me dejarías hundirme, después de todo lo que hice por ti,
36:44de todo lo que cubrí, de las mentiras que conté para protegerte.
36:49Oye, Luis, es vos una llorura guérida.
36:52No te confundas.
36:54No lo hiciste por mí.
36:56Lo hiciste por ti misma.
36:59Por tu título.
37:00Por tu poder.
37:02Lo nuestro siempre fue una alianza.
37:05Nunca un amor.
37:06Victoria retrocedió un paso, como si esas palabras la hubieran abofeteado.
37:12¿Eres un monstruo?
37:14Soy un hombre práctico, corrigió él.
37:17Y si tu existencia se convierte en un problema político,
37:21te aseguro que sabré resolverlo.
37:23En ese instante, los golpes en la puerta, los interrumpieron.
37:29Era Atanasio, el secretario.
37:32Mi señor, disculpe la intromisión,
37:35pero el señor Damaso ha dejado la casa.
37:38Dice que regresará esta noche con una respuesta definitiva.
37:42José Luis lo despachó con un gesto,
37:45pero sus ojos se cruzaron con los de Victoria,
37:48y el mensaje fue claro.
37:50Si Damaso hablaba, ¿todo terminaría?
37:53Mientras tanto, en la casa pequeña,
37:56Alejo recorría la sala con el rostro desencajado.
37:59No puedo seguir esperando.
38:02Luisa está encerrada como una criminal,
38:05mientras el verdadero culpable sigue libre.
38:08Adriana, sentada junto a la chimenea,
38:11lo observaba con compasión.
38:14Alejo, lo que hagas, hazlo con cabeza fría.
38:18¿No puedes enfrentarte a la santa hermandad solo?
38:21¿Y qué otra opción tengo?
38:23Nadie me escucha.
38:25Mi padre no mueve un dedo.
38:28Adriana suspiró.
38:30Luisa guarda silencio por una razón.
38:34Estoy convencida de que Tomás la está amenazando.
38:38Alejo se detuvo.
38:39¿Sorprendido?
38:41Tomás, el mismo hombre que trabajaba para mi padre,
38:45ella asintió lentamente.
38:48Sí, no lo sabías, ¿verdad?
38:51Él era su hombre de confianza.
38:53Antes de desaparecer misteriosamente,
38:56Alejo sintió un nudo en el estómago.
38:59Entonces mi padre está detrás de todo.
39:03No podía aceptarlo.
39:05La idea de que José Luis, su propio padre,
39:08hubiera manipulado la situación para encarcelar a Luisa,
39:12lo desbordaba.
39:13No, no puede ser.
39:16Adriana lo miró con tristeza.
39:19Hay cosas que no queremos ver, Alejo.
39:22Pero en este valle, todos los caminos conducen al mismo nombre, José Luis Galvez de Aguirre.
39:30El joven se pasó las manos por el cabello, desesperado.
39:34Voy a hablar, Kuniel.
39:36No me importa lo que cueste.
39:39Lo miraré a los ojos y le exigiré la verdad.
39:43Ten cuidado, advirtió Adriana.
39:46¿Él sabe cómo manipular?
39:48No caigas en su juego.
39:51Alejo salió sin responder.
39:53Su paso firme resonó sobre la tierra húmeda del amanecer.
39:58En la casa grande, José Luis encendía un cigarro mientras pensaba en su siguiente movimiento.
40:04Si Damaso lo exponía, todo su prestigio se desplomaría.
40:10Pero aún tenía cartas que jugar.
40:13A veces hay que sacrificar piezas para ganar la partida, murmuró.
40:17Lo que no sabía era que el tablero entero ya se estaba inclinando en su contra.
40:24Desde la sombra del establo, Damaso observaba la mansión con los ojos encendidos de rencor.
40:30En su bolsillo guardaba el certificado de matrimonio que podía arruinar a los galves de Aguirre para siempre.
40:38Esta vez susurró.
40:40No habrá redención.
40:42Y en la distancia, la campana del convento volvió a sonar como un presagio.
40:49Las campanas de la iglesia repicaban con un tono lúgubre que parecía anunciar desgracia.
40:54En la prisión de la Santa Hermandad, un viento helado recorría los pasillos de piedra.
41:01Las antorchas titilaban lanzando sombras que parecían manos extendidas, buscando atrapar a los condenados.
41:09En una celda húmeda, encogida en un rincón, Luisa San Juan respiraba con dificultad.
41:16La fiebre le quemaba el cuerpo y el frío la castigaba sin piedad.
41:21Sus muñecas estaban marcadas por las sogas, sus labios agrietados y su mirada perdida entre la oscuridad y el recuerdo.
41:30Un guardia arrojó un cubo de agua al suelo y ella apenas reaccionó.
41:36«Levántate», gruñó.
41:38«¿Te toca el interrogatorio?»
41:40«No, hoy no», murmuró con voz quebrada.
41:44Pero las manos ásperas del hombre la obligaron a ponerse en pie.
41:50Cada paso hacia la sala de tortura era una agonía.
41:54Las piedras húmedas, el olor a hierro y sudor, el chirrido del portón.
41:59El capitán de la hermandad, un hombre de rostro pétreo, la esperaba sentado.
42:05Luisa San Juan dijo con tono grave,
42:07«Ya has confesado el robo de la talla sagrada, pero sabemos que no actuaste sola.
42:14¿Quién te ayudó?»
42:16«Ya se lo he dicho. Fui yo sola».
42:19«¿Y por qué robarías algo tan sagrado? ¿A quién servías?»
42:24«No servía a nadie. Solo intentaba proteger».
42:28«¿El capitán golpeó la mesa?»
42:31«¿Proteger a quién?»
42:33Luisa cerró los ojos.
42:36El rostro de Alejo se le apareció en la mente, sonriente, inocente.
42:42No podía traicionarlo.
42:44No podía pronunciar su nombre.
42:46«Proteger a mí misma», dijo finalmente.
42:50El hombre la miró con desdén.
42:53«¿Mientes?»
42:54«¿Siempre?»
42:55«¿Mientes?»
42:56Hizo una seña y los guardias la sujetaron de los brazos.
43:01El látigo silbó en el aire.
43:05Luisa apretó los dientes, pero el dolor la hizo gritar.
43:09Una, dos, tres veces.
43:13Las lágrimas se mezclaron con el sudor y la sangre.
43:17«Basta», gritó uno de los soldados más jóvenes, con la voz temblorosa.
43:22«¿Va a morir si seguimos?»
43:25El capitán lo fulminó con la mirada.
43:28«Cuando hable, pararemos».
43:31Pero Luisa no habló.
43:34Cada golpe era una promesa silenciosa de amor, un juramento de que no revelaría nada,
43:39ni siquiera si su vida dependía de ello.
43:42Al final, su cuerpo se desplomó.
43:46La dejaron en el suelo, jadeante.
43:49Horas después, una monja la encontró inconsciente y limpió sus heridas.
43:55Hija, reza, le susurró con compasión.
43:59«¿Sólo Dios puede darte fuerzas?»
44:02Luisa abrió los ojos apenas.
44:06«Él ya no me escucha».
44:08Mientras tanto, en la casa pequeña, Alejo caminaba de un lado a otro.
44:14Había ido a ver a su padre y la conversación lo había dejado devastado.
44:20José Luisa había fingido sorpresa ante la mención de Tomás, negando todo vínculo.
44:27«Hijo, ¿te dejas engañar por tus emociones?
44:30Esa mujer no vale lo que estás arriesgando».
44:33Alejo lo había encarado, gritando «la amo», y tú no tienes idea de lo que eso significa.
44:41Pero su padre se limitó a darle la espalda, con un gesto frío.
44:46El amor no limpia el apellido.
44:49Alejo, la mancha de una mujer de baja cuna, nos persigue a todos.
44:55Ahora, en su habitación, Alejo golpeó la mesa con el puño.
44:59«¿No lo permitiré? Si tengo que enfrentar a la hermandad, lo haré».
45:05Rafael, que lo observaba desde la puerta, entró con calma.
45:10«No puedes pelear solo contra un sistema podrido, hermano».
45:15«Entonces ayúdame».
45:17«No por mí, sino por ella».
45:20Rafael lo miró con tristeza.
45:22«¿No sabes en qué te estás metiendo?»
45:25«Padre, ¿no es el hombre que crees?»
45:29Alejo frunció el ceño.
45:31«¿Qué sabes?»
45:33Rafael dudó un momento, pero no pudo confesar lo que sospechaba.
45:38«Sólo sé que Luisa no es tu enemiga, pero hay fuerzas más grandes moviendo los hilos.
45:44Ten cuidado».
45:45En la distancia, un trueno rompió el cielo.
45:49La tormenta se acercaba.
45:51Luisa, en su celda, abrió los ojos al sonido.
45:56Pensó en Alejo, en su voz, en la promesa que él le había hecho.
46:01«¿Siempre te buscaré?»
46:04«Ven por mí», susurró con la poca fuerza que le quedaba.
46:07«Antes de que sea tarde».
46:10Y en ese mismo instante, Alejo montó a caballo y partió hacia la Santa Hermandad,
46:16decidido a desafiar al infierno mismo para recuperar a la mujer que amaba.
46:20¡Gracias!
46:22¡Gracias!
46:23¡Gracias!
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