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Valle Salvaje capítulo 275 La historia se repite EnglishMovie cdrama drama engsub chinesedramaengsub movieshortfull
Transcript
00:00Avance Valle Salvaje, la historia se repite, capítulo 275, martes 14 de octubre.
00:18Avance del capítulo 275 de Valle Salvaje, que se emite el martes 14 de octubre, con vídeo incluido.
00:26José Luis da un giro inesperado que beneficia a Rafael y Adriana, mientras Bárbara e Irene se enfrentan a un destino marcado por el sacrificio. ¿Se repetirá la historia de Julio?
00:39El crepúsculo del lunes teñía los cielos de Valle Salvaje con pinceladas de un naranja melancólico y un violeta profundo, un presagio cromático de las tormentas que se gestaban no en las nubes, sino bajo los techos de la Casa Grande.
00:53El aire, denso y cargado de secretos, parecía pesar más en los pulmones de quienes lo respiraban, un preludio silencioso al día que estaba por llegar, un martes que prometía desenterrar destinos y sellar tragedias.
01:07En el capítulo que acababa de cerrar sus puertas, la red en torno a Victoria se había estrechado hasta casi ahogarla.
01:18Sus defensas, antes murallas inexpugnables de arrogancia y poder, ahora se mostraban como frágiles bastiones de desesperación.
01:26Las acusaciones del duque, su propio esposo, habían llovido sobre ella como un granizo afilado, y cada negación, cada contraataque, sonaba más hueco que el anterior.
01:40Se defendía con la furia de una leona acorralada, sí, pero una leona que sabía que el cazador ya tenía la mira puesta en su corazón.
01:48Mientras tanto, en las sombras de la mansión, el plan de Tomás, ese delicado castillo de naipes construido sobre la ambición y el engaño, se tambaleaba peligrosamente.
02:03Un descuido, una palabra fuera de lugar, un gesto mal calculado, había sido suficiente para poner en jaque su búsqueda de la valiosa talla.
02:12Este tropiezo no solo amenazaba con desenmascararlo, sino que también abría una brecha aún más profunda, quizás insalvable, en el ya frágil puente que lo unía a Luisa.
02:27La distancia entre ellos ya no se medía en pasos, sino en abismos de desconfianza.
02:35Alejo, el vértice herido de ese triángulo de afectos y mentiras, sentía esa distancia como un frío glacial en el alma.
02:42Mercedes, con su instinto maternal y su conocimiento de las corrientes subterráneas que movían la casa, había intentado mediar, tejer un armisticio frágil entre los jóvenes.
02:54Pero la astucia de Tomás era un río embravecido que desbordaba cualquier dique de buenas intenciones.
03:04Con una habilidad serpentina, había conseguido neutralizar a Francisco, quitárselo de en medio con una excusa tan bien urdida que el buen hombre ni siquiera sospechó que era un peón en un juego que no comprendía.
03:15Con el camino despejado, Tomás volvía a su obsesión. Peinar cada rincón de la casa grande, cada tabla del suelo, cada hueco en la pared, en busca del tesoro que le prometía la libertad.
03:29Lejos del ajetreo de los sirvientes y los secretos de los jóvenes, en los salones donde se decidía el futuro de las familias, don Hernando aplicaba su presión implacable.
03:41Su objetivo era Irene, su propia hija, a quien veían no como un ser con anhelos y sueños, sino como una pieza fundamental en su tablero de poder.
03:51El matrimonio con Leonardo no era una sugerencia, era un decreto. Y la resistencia de Irene, su silenciosa pero firme negativa a aceptar un destino prefabricado,
04:04solo servía para endurecer la voluntad de su padre, para hacerle buscar métodos más crueles, más retorcidos, para doblegarla.
04:12Así se cerraba el telón del lunes, con las semillas de la discordia plantadas en tierra fértil, listas para germinar con la primera luz del martes.
04:24El amanecer de un nuevo orden. El martes 14 de octubre amaneció con una luz pálida y acuosa, como si el sol mismo dudara en asomarse a los dramas que se iban a desarrollar.
04:35En el despacho del duque José Luis, el aire era tan denso y solemne como el de una catedral antes de un juicio.
04:45Los muebles de caoba oscura parecían absorber la poca luz que se filtraba por los ventanales,
04:50y el único sonido era el tic-tac grave y metódico de un reloj de pared, cada péndulo un martillazo sobre el yunque del tiempo.
04:57Rafael y Adriana habían sido convocados a primera hora, una citación que los había llenado de una aprensión helada.
05:07Se sentaron en las sillas de cuero frente al imponente escritorio de José Luis, sus manos entrelazadas en un gesto de mutuo apoyo.
05:16Adriana sentía el pulso acelerado en sus muñecas, un tamborileo de miedo y expectación.
05:21Rafael, por su parte, mantenía una fachada de calma, pero su mente era un hervidero de conjeturas,
05:30la mayoría de ellas oscuras y centradas en la figura omnipresente y amenazante de Victoria.
05:37José Luis entró en la estancia sin hacer ruido, como un fantasma en su propia casa.
05:43Su rostro, habitualmente una máscara de autoridad Patricia, mostraba las huellas de una noche en vela.
05:52Había en sus ojos una gravedad nueva, una resolución que parecía tallada en piedra tras una larga y ardua batalla interna.
06:00No se sentó de inmediato, se quedó de pie junto al ventanal, su silueta recortada contra el cielo grisáceo.
06:09Os he hecho llamar, comenzó, su voz más profunda de lo habitual, desprovista de cualquier artificio,
06:16porque hay asuntos que no pueden esperar más.
06:21Asuntos que atañen al futuro de esta familia y de este patrimonio.
06:25Rafael asintió lentamente, preparándose para lo peor.
06:31Adriana apretó con más fuerza su mano.
06:34Tío, dijo Rafael, su voz firme a pesar de la tensión.
06:37Sea lo que sea, lo afrontaremos.
06:43José Luis se giró, y por primera vez en mucho tiempo, sus ojos no mostraron distancia ni cálculo,
06:49sino una extraña mezcla de pesar y determinación.
06:52Se acercó al escritorio, pero en lugar de sentarse tras él, como un rey en su trono,
06:59se apoyó en el borde, reduciendo la distancia física y simbólica que los separaba.
07:06Durante años, continuó el duque, su mirada vagando por los retratos de sus ancestros que colgaban de las paredes.
07:13He permitido que las cosas sigan un curso dictado por la conveniencia, por el orgullo, y, debo admitir, por una ceguera voluntaria.
07:23He permitido que las ambiciones desmedidas envenenen los cimientos de esta casa.
07:28He cometido errores.
07:31Errores que han causado un profundo dolor.
07:33Adriana sintió un nudo en la garganta.
07:36Nunca había oído a su tío hablar con esa vulnerabilidad.
07:39Era desconcertante y, a la vez, extrañamente esperanzador.
07:45He observado, Rafael, dijo José Luis, fijando su mirada en su sobrino.
07:52He visto tu lealtad, tu integridad, tu dedicación a estas tierras, que son tanto tuyas como mías.
08:01Y he visto cómo has sido relegado, cómo tus méritos han sido ignorados por intrigas y maquinaciones.
08:09Hizo una pausa, tomando aire como un hombre que está a punto de zambullirse en aguas profundas y frías.
08:15Y a ti, Adriana, continuó, su voz suavizándose al dirigirse a ella.
08:23Te he visto florecer a pesar de las sombras que se cernían sobre ti.
08:29He visto tu fuerza, tu bondad y el amor genuino que sientes por mi hijo.
08:33Un amor que muchos en esta casa han intentado pisotear.
08:38Adriana no pudo reprimir una lágrima solitaria que se deslizó por su mejilla.
08:42Rafael la rodeó con un brazo.
08:45Por todo ello, anunció el duque, y su voz recuperó su timbre autoritario.
08:51Pero esta vez era una autoridad limpia, renovada.
08:54He tomado una decisión irrevocable.
08:58Rafael, a partir de hoy, asumirás la gestión directa de la finca principal y de las bodegas.
09:03No como un supervisor, sino como director general.
09:09Tendrás plenos poderes para tomar decisiones, para contratar y para despedir.
09:16Serás, a todos los efectos, mi mano derecha y el futuro administrador de todo el patrimonio de los Álvarez de Ledesma.
09:23El silencio que siguió a sus palabras fue absoluto, tan denso que parecía tener peso físico.
09:32Rafael parpadeó, incrédulo, miró a Adriana, cuyos ojos estaban abiertos como platos, su boca ligeramente entreabierta por la sorpresa.
09:43Era más de lo que jamás se había atrevido a soñar.
09:45No era una concesión, era una coronación.
09:48Pero eso no es todo, prosiguió José Luis, su mirada fija en Adriana.
09:55He dado instrucciones a mis abogados para que inicien los trámites necesarios para reconocerte, Adriana, no solo como la prometida oficial de Rafael, sino como una beneficiaria directa de esta casa.
10:09Se establecerá una dote a tu nombre, una de las más sustanciosas que esta familia haya concedido jamás.
10:14Una dote que te garantizará independencia y seguridad por el resto de tu vida, independientemente de lo que ocurra.
10:25Y he ordenado que se te asigne el control de la finca de La Ponderosa, para que la administres como consideres oportuno.
10:33Es tuya. Adriana se llevó una mano a la boca, ahogando un sollozo.
10:38Las palabras privilegio y poder se quedaban cortas.
10:41Era una restitución, era una disculpa, era un giro del destino tan brusco y tan inesperado que la dejó sin aliento.
10:49Tío, José Luis, no sé qué decir, balbuceó Rafael, poniéndose en pie. La gratitud y la conmoción luchaban en su interior.
11:00Es, es un honor que no esperaba. Te juro que no te defraudaré. Lo sé. Respondió el duque con una media sonrisa, la primera que le veían en mucho tiempo.
11:12Por eso lo hago. Adriana, también de pie, se acercó a él. Dudó un instante y luego, impulsivamente, lo abrazó.
11:24José Luis se quedó rígido por un segundo, sorprendido por el gesto, pero luego, con torpeza, le devolvió el abrazo, dándole unas palmadas en la espalda.
11:33Gracias, tío, de verdad, susurró ella contra su hombro. Cuando se separaron, la euforia inicial en el rostro de Rafael comenzó a ser reemplazada por una sombra de inquietud.
11:49La realidad, con sus complejos engranajes y sus inevitables conflictos, volvía a imponerse.
11:56Padre, dijo, usando el término que rara vez empleaba, como si quisiera sellar ese nuevo pacto.
12:06Esta decisión, Victoria no la aceptará. El nombre de su esposa colgó en el aire como una nube de veneno.
12:15La expresión de José Luis se endureció al instante, el acero volviendo a sus ojos.
12:19Victoria no tiene nada que aceptar. Declaró con una frialdad cortante. Victoria se limitará a obedecer.
12:30Su tiempo de influir en las decisiones importantes de esta familia ha terminado. Definitivamente.
12:38Pero Rafael, que conocía la capacidad de manipulación de su madrastra mejor que nadie, no podía evitar que una espina de preocupación se le clavara en el corazón.
12:47Sabía que ella no se rendiría sin luchar. La bestia, aunque herida, seguía siendo peligrosa.
12:57Temía que, en la intimidad de la alcoba, con susurros y lágrimas de cocodrilo, lograra una vez más enredar a su padre en sus redes y convencerlo de dar marcha atrás.
13:07La batalla estaba ganada, sí, pero la guerra, Rafael lo intuía con una certeza desoladora, estaba lejos de haber concluido.
13:17Furia en la torre de Marfil. La noticia no tardó en llegar a oídos de Victoria. No fue un anuncio formal.
13:27Fue un rumor que reptó por los pasillos. Un susurro que se deslizó por debajo de las puertas hasta llegar a sus aposentos,
13:34donde se materializó en una confirmación brutal de boca de una doncella temblorosa.
13:38Victoria, que se estaba empolvando el rostro frente a su espejo de plata, se quedó inmóvil.
13:47El cisne de polvos cayó de su mano, esparciendo una nube blanca sobre la alfombra persa.
13:55Repítelo, ordenó, su voz un siseo bajo y peligroso, el señor duque. Ha nombrado al señorito Rafael.
14:03Director de todo, y a la señorita Adriana, le ha dado la ponderosa y... una dote.
14:11Cada palabra era un clavo que se hundía en el ataúd de sus ambiciones.
14:17Se levantó, su movimiento tan brusco que la silla de tocador cayó hacia atrás con un golpe seco.
14:25Su rostro, pálido bajo el maquillaje, se había transformado en una máscara de furia contenida.
14:33Sin decir una palabra más, salió de la habitación como una exhalación, su vestido de seda susurrando amenazas a su paso.
14:42Encontró a José Luis en la biblioteca, contemplando el fuego que crepitaba en la chimenea.
14:47La postura del duque era de una calma exasperante.
14:52Se puede saber qué locura es esta, José Luis.
14:56Espetó Victoria, su voz temblando de rabia.
15:00Él se giró lentamente, sin mostrar sorpresa alguna.
15:03¿Te refieres a mi decisión de poner orden en mi propia casa, Victoria?
15:07¿Llamas orden a regalarle nuestro patrimonio a tu sobrina, a esa advenediza que no ha hecho más que traer problemas desde que puso un pie aquí, y a tu hijo, al que siempre has despreciado.
15:20A mi hijo, al que debí haber valorado mucho antes, la corrigió él, su voz gélida.
15:29Y a mi sobrina, que es sangre de mi sangre y ha demostrado tener más dignidad y entereza que muchos que llevan este apellido desde la cuna.
15:36Victoria soltó una carcajada, un sonido agrio y desprovisto de alegría.
15:43Dignidad.
15:44No me hagas reír.
15:45¿Y qué hay de mí?
15:47¿De tu esposa, de la mujer que ha estado a tu lado, que ha sacrificado todo por el buen nombre de esta familia?
15:53¿A mí qué me queda, ser una simple espectadora mientras ellos lo desmantelan todo?
15:59Tu posición como duquesa no ha cambiado.
16:01Pero, replicó él, acercándose a ella, su altura imponente por primera vez en mucho tiempo.
16:09Seguirás disfrutando de los lujos y privilegios que conlleva.
16:12Pero tu capacidad para intrigar, para manipular y para dañar a los demás.
16:19Esa, querida mía, ha sido revocada.
16:22La acusación directa la golpeó como una bofetada.
16:26Te estás dejando influenciar.
16:28Esa mujer te ha embrujado a ti también.
16:31O quizás es Rafael, con sus aires de santurrón.
16:34Pero te arrepentirás, José Luis.
16:37Juro por Dios que te arrepentirás de esto.
16:39Intentarás dar marcha atrás y ya será demasiado tarde.
16:44No habrá marcha atrás.
16:46Sentenció el duque, su voz resonando con una finalidad aterradora.
16:49He tomado mi decisión y es firme.
16:54Y tú, Victoria, harás bien en aceptarla.
16:57Limítate a obedecer.
17:00Sonríe en las cenas, organiza tus TE con acento agudo S y mantente al margen de los asuntos que ya no te conciernen.
17:09Se acercó un paso más, su rostro a escasos centímetros del de ella, su aliento frío como el acero.
17:15O aténgase a las consecuencias.
17:19Y créeme, no querrás conocerlas.
17:22Victoria lo miró, sus ojos encendidos de odio.
17:26Por primera vez, vio en él a un hombre al que no podía doblegar.
17:31El miedo, un sentimiento que casi había olvidado, se deslizó por su espina dorsal como una serpiente de hielo.
17:38Su caída ya no era una suposición, un temor lejano.
17:43Era una realidad palpable, una losa de piedra que la estaba aplastando.
17:49El poder, ese elixir que la había mantenido viva, se le escurría entre los dedos como arena.
17:55Y mientras ella se ahogaba en su propia rabia, otra mujer saboreaba el momento.
18:03Mercedes, que pasaba por el pasillo y había escuchado los gritos ahogados,
18:08esperó a que Victoria saliera de la biblioteca, con el rostro descompuesto y las manos hechas puños.
18:15Mercedes se detuvo, una sonrisa apenas perceptible jugando en sus labios.
18:19Vaya, Victoria, dijo con una calma deliberada.
18:26Parece que el trono sobre el que te sentabas no era tan sólido como pensabas.
18:30Las mareas cambian, ¿no es cierto?
18:33Es curioso cómo la vida pone a cada uno en su lugar.
18:38Victoria la fulminó con la mirada, pero no encontró palabras.
18:42Cualquier réplica habría sonado a la pataleta de una reina destronada.
18:45Se limitó a seguir su camino, pero la estocada de Mercedes había dado en el blanco,
18:52añadiendo la humillación a la amarga derrota.
18:55El poder que había soñado tener, el control absoluto, se había desvanecido.
19:01Y en su lugar, solo quedaba el eco de la advertencia de su marido y la sonrisa triunfante de su enemiga.
19:07El círculo se estrecha.
19:11Mientras las altas esferas de la casa grande se veían sacudidas por este terremoto dinástico,
19:16en los niveles inferiores, otra trama se acercaba peligrosamente a su punto de quiebre.
19:24El plan para robar la talla de madera, orquestado por la ambición de Tomás,
19:29empezaba a mostrar sus costuras.
19:33Tomás se movía por la casa con una ansiedad que apenas lograba disimular.
19:37Su reciente éxito al deshacerse de Francisco para poder buscar a solas le había dado un breve respiro,
19:43pero la presión volvía a crecer.
19:46Cada sombra le parecía una acusación, cada susurro un indicio de que había sido descubierto.
19:54Su descuido, esa pequeña fisura en su coartada, había sembrado la semilla de la sospecha,
20:01y esa semilla estaba empezando a germinar en mentes astutas.
20:07Mateo, el capataz, era un hombre observador por naturaleza.
20:11Su trabajo consistía en ver lo que otros pasaban por alto.
20:15Una valla mal reparada, una herramienta fuera de lugar, el ánimo de los jornaleros.
20:21Y últimamente, había estado observando a Tomás y a Luisa.
20:26Había notado sus conversaciones en voz baja,
20:28la forma en que evitaban mirarse cuando Alejo estaba cerca,
20:31la tensión casi eléctrica que había entre ellos.
20:36Al principio lo atribuyó a un simple flirteo, a los enredos habituales del corazón.
20:42Pero había algo más, un matiz de urgencia, de secreto, que no encajaba.
20:49Encontró a Rafael supervisando la poda de los viñedos,
20:53con la mente aún bulliendo por la conversación con su padre.
20:57El aire fresco de la mañana parecía ayudarle a pensar.
21:01Señorito Rafael.
21:03Comenzó Mateo, quitándose el sombrero con respeto.
21:06¿Puedo robarle un minuto?
21:10Claro, Mateo.
21:11Dime, ¿algún problema con la poda?
21:14No, no, señorito.
21:17Todo en orden por aquí.
21:18Es, otra cosa, algo que me tiene dándole vueltas a la cabeza.
21:24Rafael, que valoraba el juicio de Mateo, le prestó toda su atención.
21:29Se trata de Tomás.
21:30Y de Luisa, dijo Mateo, bajando la voz.
21:35No me gusta cómo andan las cosas entre ellos.
21:40Hay demasiados secretos.
21:42¿A qué te refieres?
21:43Preguntó Rafael, el ceño fruncido.
21:46Los he visto hablando escondidas en el granero.
21:51Y el otro día, escuché a Tomás preguntarle a Luisa sobre las llaves de las habitaciones antiguas,
21:57las que ya no se usan.
21:58Decía que buscaba unas herramientas viejas, pero, no me sonó sincero.
22:05Y Luisa parecía muy nerviosa.
22:09Además, está lo de Alejo.
22:11El pobre muchacho está destrozado.
22:13Siente que Luisa se aleja y no sabe por qué.
22:18Y yo creo que Tomás tiene mucho que ver en eso.
22:21Rafael comenzó a atar cabos.
22:22Recordó la obsesión repentina de Tomás por la historia de la casa, sus preguntas sobre objetos de valor.
22:30Lo había descartado como simple curiosidad, pero ahora, unido a lo que Mateo le contaba, adquiría un cariz mucho más siniestro.
22:38La talla, la leyenda de la talla de San Miguel que el fundador de la familia había escondido.
22:46¿Sería posible, Mateo?
22:50Dijo Rafael, su voz grave.
22:53Tus ojos y tus oídos son los mejores que tengo en esta finca.
22:58Sigue observando.
22:59No digas nada a nadie, pero infórmame de cualquier cosa, por pequeña que sea, que te parezca extraña.
23:05Tengo un mal presentimiento sobre esto.
23:10El círculo en torno a Tomás y Luisa se estaba estrechando.
23:16Ya no eran solo las miradas dolidas de Alejo las que los acosaban, sino también la inteligencia analítica de Mateo y la creciente sospecha de Rafael.
23:26El plan, que en un principio parecía audaz y sencillo, se estaba convirtiendo en una jaula de la que cada vez sería más difícil escapar.
23:35Cada paso que daban hacia su objetivo era un paso que los acercaba al abismo de ser descubiertos.
23:42La venganza de la duquesa caída.
23:45Humillada por su marido y escarnecida por su rival, Victoria necesitaba un lugar donde descargar su veneno,
23:52un ámbito donde su poder, aunque disminuido en las altas esferas, todavía fuera absoluto y temido.
23:59Y ese lugar eran las cocinas, el corazón palpitante y servil de la casa grande.
24:04Su furia se vio avivada por una nueva información que le llegó como un regalo envenenado.
24:12Isabel, una de las doncellas más jóvenes y compasivas, no pudo soportar más la crueldad que estaba presenciando.
24:18Con el corazón en un puño, buscó a Matilde, la matriarca de las cocinas, la mujer que había sido una segunda madre para tantos.
24:30La encontró desgranando guisantes, sus manos expertas moviéndose con una calma que contrastaba con la agitación de la joven.
24:38Matilde, susurró Isabel, mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie las oía.
24:45Tienes que saberlo, la señora duquesa, está castigando a Martín de nuevo, y esta vez es peor.
24:55Martín, el joven pinche, había sido objeto de la ira de Victoria desde que se descubrió el pastel de su verdadera identidad.
25:02Para la duquesa, el hecho de que los sirvientes lo supieran y hubieran guardado silencio era una traición imperdonable, una afrenta a su autoridad.
25:13Le ha prohibido comer los restos de la comida de los señores, como siempre hemos hecho.
25:19Continuó Isabel, con lágrimas en los ojos.
25:21Solo le permite pan duro y agua, y le ha duplicado el trabajo, tiene que fregar los suelos de toda la casa él solo, después de terminar sus tareas en la cocina.
25:35Anoche lo encontré dormido en un rincón del pasillo, del puro agotamiento, el rostro de Matilde se endureció.
25:41El cariño que sentía por Martín era inmenso.
25:47Verlo sufrir de esa manera, convertido en el chivo expiatorio de la frustración de la duquesa, era más de lo que podía soportar.
25:56Esa mujer no tiene alma.
25:58Masculló entre dientes.
26:00Gracias por decírmelo, hija.
26:02Pero antes de que Matilde pudiera pensar en cómo intervenir, la fuente de su ira se materializó en la puerta de la cocina.
26:08Victoria entró con la cabeza alta, su mirada barriendo el espacio con un desprecio glacial.
26:17El bullicio habitual de ollas y sartenes se extinguió de inmediato.
26:22Todos los sirvientes se quedaron paralizados, como ratones ante la presencia de una serpiente.
26:28Así que aquí estáis todos, dijo Victoria, su voz destilando una dulzura ponzoñosa.
26:34El pequeño comité de bienvenida que me recibió con mentiras y sonrisas falsas, paseó lentamente entre las mesas de trabajo, deteniéndose para mirar a la cara a cada uno de ellos.
26:47Su mirada se posó en Matilde.
26:51Tú, Matilde, la que se las da de matriarca, de guardiana de todos los secretos.
26:58Tú lo sabías desde el principio, ¿verdad?
27:00Sabías quién era yo y te dedicaste a observarme, a juzgarme en silencio, mientras me tratabas como a una más de vosotras.
27:07¿Te sentías muy poderosa, muy inteligente? Matilde levantó la barbilla, su miedo superado por una oleada de dignidad.
27:19Hice lo que creí correcto, proteger a una muchacha asustada.
27:24¿Protegerla? Escupió Victoria.
27:27La humillasteis, me permitisteis vivir en la inmundicia, creyendo que este era mi lugar.
27:33Se giró hacia el resto del personal.
27:37Y todos vosotros, cómplices de su silencio.
27:40¿Creísteis que lo olvidaría? ¿Que no habría consecuencias por vuestra traición?
27:45Su mirada encontró a Martín, que intentaba hacerse invisible en un rincón.
27:51Caminó hacia él.
27:53El muchacho temblaba de pies a cabeza, y tú, el pequeño bastardo, el recordatorio andante de la debilidad de mi padre.
28:03Cada vez que te miro, veo la mancha en el honor de mi familia.
28:07Se inclinó hacia él hasta que sus rostros casi se tocaron.
28:12He oído que estás cansado.
28:14Susurró con crueldad.
28:15Que el trabajo es demasiado para ti.
28:19No te preocupes.
28:20Pronto desearás que tu único problema sea el cansancio.
28:23Voy a hacer que tu vida aquí sea tan miserable, tan insoportable,
28:27que rogarás por volver al orfanato del que nunca debiste salir.
28:31Se hirguió, dirigiéndose de nuevo a todos.
28:35Esto es solo el principio.
28:37Las represalias no han hecho más que empezar.
28:41Aprenderéis a respetarme y, sobre todo, aprenderéis a temerme.
28:45Ahora, volved al trabajo, inútiles.
28:48Salió de la cocina dejando tras de sí un silencio sepulcral,
28:54roto solo por los sollozos ahogados de Isabel y la respiración furiosa de Matilde.
29:00Victoria había perdido la guerra en los salones,
29:03pero en el campo de batalla de las cocinas,
29:05acababa de demostrar que aún era una tirana capaz de infligir un dolor inmenso.
29:09El sacrificio de los amantes.
29:13En otra parte de Valle Salvaje,
29:15lejos de las intrigas de poder y los planes de robo,
29:18se libraba a una batalla mucho más silenciosa pero infinitamente más dolorosa.
29:23La batalla del corazón.
29:27Don Hernando, un estratega consumado en el campo de los negocios y los matrimonios de conveniencia,
29:33se dio cuenta de que su presión directa sobre Irene no estaba dando frutos.
29:37La voluntad de su hija, aunque expresada con suavidad, era de un acero inesperado.
29:46Necesitaba cambiar de táctica, encontrar una palanca diferente,
29:50una que pudiera mover el obstáculo que se interponía en su camino.
29:54El amor de Leonardo por Bárbara.
29:57Y la única persona que podía accionar esa palanca era la propia Bárbara.
30:02La citó en su casa con un pretexto trivial.
30:07Bárbara acudió, inquieta.
30:09La frialdad con la que Don Hernando la recibió confirmó sus peores temores.
30:14La hizo pasar a su despacho, un lugar que olía a cuero viejo y a decisiones irrevocables.
30:22Bárbara, comenzó Don Hernando, sin andarse por las ramas.
30:26Sé que aprecias a Leonardo.
30:27Yo, yo lo amo, Don Hernando.
30:32Respondió ella, su voz apenas un susurro.
30:35El amor es un sentimiento muy noble.
30:37Concedió él, con la condescendencia de quien habla de una excentricidad infantil.
30:42Pero a veces, el verdadero amor no consiste en aferrarse a una persona, sino en desear lo mejor para ella, incluso si eso significa dejarla ir.
30:55Bárbara sintió un frío recorrerle el cuerpo.
30:58Sabía a dónde se dirigía la conversación.
31:00Leonardo es un buen hombre, pero es un soñador.
31:05Continuó Don Hernando, su voz ahora teñida de una falsa preocupación paternal.
31:12Necesita estabilidad.
31:13Necesita un futuro sólido, una posición que le permita prosperar.
31:18Un matrimonio con mi hija Irene le proporcionaría precisamente eso.
31:23Uniría dos grandes familias, le daría acceso a un patrimonio y a una influencia que, por sí solo,
31:29nunca podría alcanzar.
31:33Pero él no la ama a ella.
31:35Replicó Bárbara, con la voz rota.
31:38Me ama a mí.
31:38¿Acaso su felicidad no importa?
31:41¿Y qué felicidad puedes ofrecerle tú?
31:44La atacó él, su tono volviéndose más duro.
31:49¿Una vida de estrecheces?
31:50¿El estigma de estar con una mujer sin dote ni apellido?
31:53El amor es un fuego que calienta, sí, pero no llena el estómago ni paga las deudas.
31:59Si de verdad lo amas, si de verdad quieres lo mejor para él, te darás cuenta de que tú eres el único obstáculo para su bienestar.
32:10Cada palabra era un golpe calculado, diseñado para hacer mella en la autoestima de Bárbara y apelar a su sentido del sacrificio.
32:17La estaba pintando a ella, a su amor, como una carga, como un ancla que arrastraba a Leonardo hacia el fondo.
32:25La única persona que puede convencerlo de que acepte este matrimonio eres tú, concluyó don Hernando, asestando el golpe de gracia.
32:35Tienes que hacerle creer que ya no lo quieres. Tienes que alejarlo. Será doloroso, sí.
32:45Pero será el mayor acto de amor que jamás podrás hacer por él. Demuéstrale que tu amor es generoso, no egoísta.
32:53Libéralo.
32:54Bárbara se quedó en silencio, las lágrimas surcando su rostro.
32:58La trampa era perfecta.
33:02Don Hernando había convertido su amor en un arma contra sí misma.
33:06Si se aferraba a Leonardo, sería egoísta, la causa de su ruina.
33:11Si lo dejaba ir, sufriría un dolor insoportable, pero lo estaría salvando.
33:17La elección era una tortura.
33:21Finalmente, con el corazón hecho pedazos, asintió lentamente.
33:24Lo haré. Susurró, y el sonido de su propia voz sellando su infelicidad fue lo más desgarrador que había escuchado en su vida.
33:35Consiguió su objetivo.
33:36Bárbara, herida pero decidida, salió de esa casa con la determinación de una mártir que camina hacia la hoguera.
33:45Iba a sacrificarse por el bienestar del hombre que amaba.
33:48El encuentro con Leonardo fue en el lugar de siempre, junto al viejo roble donde habían compartido tantos sueños.
33:54Él llegó sonriente, feliz de verla, ajeno a la tormenta que se había desatado en el interior de ella.
34:03Bárbara, mi amor. Dijo, yendo a abrazarla. Pero ella retrocedió un paso. Su rostro era una máscara de frialdad que le costaba un esfuerzo sobrehumano mantener.
34:16Leonardo, tenemos que hablar. Dijo, su voz extrañamente formal. ¿Qué ocurre? Preguntó él, su sonrisa desvaneciéndose al ver la expresión de sus ojos.
34:29Me estás asustando, lo nuestro. No puede seguir. Dijo Bárbara, cada palabra una cuchillada en su propio pecho.
34:40He estado pensando mucho, y me he dado cuenta de que esto fue un error. Leonardo la miró, confundido.
34:46¿Un error? ¿De qué hablas? Nos amamos. Yo no te amo, Leonardo. Mintió ella, y el sabor de la mentira fue como ceniza en su boca.
34:57Me dejé llevar. Fue agradable. Fue una distracción. Pero no es amor. No lo que yo busco, al menos.
35:08Él negó con la cabeza, incrédulo. No, no te creo. Mírame a los ojos y dime que no sientes nada por mí.
35:17Bárbara lo miró, y fue el acto más difícil de su vida. Forzó a sus ojos a mostrar una indiferencia helada, mientras su alma gritaba de dolor.
35:27No siento nada. Quiero un futuro diferente. Un futuro que tú no puedes darme. Lo siento, Leonardo, pero se acabó.
35:37Se dio la vuelta, sin permitirse mirar atrás, porque sabía que si veía su rostro destrozado, su resolución se haría añicos.
35:47Caminó, primero despacio, luego casi corriendo, ahogando los sollozos que pugnaban por salir.
35:53Detrás de ella, Leonardo se quedó paralizado, el eco de sus crueles palabras rebotando en su mente, rompiendo su corazón en mil pedazos.
36:03¿Sería capaz de alejarse para siempre? Acababa de dar el primer paso, el más doloroso, en un camino de soledad que ella misma había elegido.
36:14La sombra de Julio, la noticia de la ruptura, como todas las noticias en Valle Salvaje, voló de boca en boca hasta llegar a oídos de Irene.
36:24Supo que Bárbara había dejado a Leonardo, y aunque una parte de ella debería haberse sentido aliviada, lo único que sintió fue una profunda tristeza.
36:38Comprendió de inmediato la mano de su padre detrás de todo aquello. Esa noche, Irene no podía dormir.
36:44Se sentó junto a la ventana de su habitación, contemplando la luna, una perla fría en un océano de oscuridad.
36:54La presión de su padre, ahora reforzada por la aparente vía libre con Leonardo, era asfixiante.
37:00Acepta, Irene, es tu deber, es por el bien de la familia. Las frases resonaban en su cabeza como una letanía macabra.
37:11Se levantó y abrió un viejo baúl de madera que guardaba al pie de su cama. Dentro, entre sedas y recuerdos, había un pequeño retrato enmarcado en plata.
37:20Era su hermano mayor, Julio. Un joven de mirada triste y sonrisa forzada. Murió joven, de unas fiebres melancólicas, según la versión oficial.
37:34Pero Irene sabía la verdad. Murió de pena. La gran incógnita que se cernía sobre ella no era si se casaría o no.
37:41La verdadera pregunta era si estaba dispuesta a convertirse en él. Un recuerdo, vívido y doloroso, asaltó su mente.
37:53Tenía 14 años. Había encontrado a Julio en el jardín, la noche antes de su boda con una rica heredera a la que apenas conocía.
38:03¿Eres feliz, Julio? Le había preguntado ella con la inocencia de la adolescencia.
38:07Él había tardado en responder. Su mirada estaba perdida en la distancia. La felicidad no siempre es una opción.
38:16Hermanita, le había dicho, su voz cargada de una resignación que a ella le geló la sangre.
38:22A veces, nuestro camino ya está trazado. Cumplo con mi deber. Es lo que se espera de mí.
38:30Pero, ¿y el amor? Insistió ella. Una sombra de dolor cruzó el rostro de Julio.
38:35Irene sabía que amaba a otra mujer, una muchacha del pueblo, un amor imposible que su padre había aplastado sin piedad.
38:43El amor, respondió Julio con una sonrisa amarga, se guarda aquí. Se tocó el corazón.
38:53Y se aprende a vivir con su ausencia en el resto de tu vida. No te preocupes por mí.
38:59Estaré bien. Pero no estuvo bien. Su matrimonio fue un desierto de cortesía y frialdad.
39:04Se fue apagando lentamente, como una vela en una habitación sin aire. La historia de Julio era el fantasma que rondaba los pasillos de su casa, una advertencia de lo que sucedía cuando el deber asesinaba al deseo.
39:18Ahora, el fantasma la miraba a ella a los ojos. ¿Repetiría la historia de su hermano? ¿Aceptaría un matrimonio por conveniencia, uniendo su vida a la de un hombre que amaba a otra?
39:30¿Se resignaría a ser la esposa de Leonardo, sabiendo que su corazón le pertenecería por siempre a Bárbara?
39:36¿Permitiría que su marido amara a otra mujer, convirtiendo su hogar en una mentira bien decorada, tal y como había sido el de Julio?
39:45La luna iluminaba su rostro pálido, surcado por una lágrima silenciosa. El amanecer del miércoles estaba cerca, y con él, la hora de tomar una decisión.
39:55Podía rebelarse, enfrentarse a su padre y a las convenciones de su mundo, luchando por una oportunidad de encontrar un amor real, aunque eso significara el escándalo y la incertidumbre.
40:10O podía ceder, bajar la cabeza como hizo Julio, y aceptar un destino de riqueza y vacío, un sacrificio en el altar del deber familiar.
40:19La historia, con su peso implacable, esperaba su respuesta, preguntándose si en Valle Salvaje la tragedia era un círculo vicioso condenado a repetirse eternamente.
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