Si me preguntan por cebollas, respondo manzanas traigo.
Algo así es lo que perpetró en conexión con la televisión vasca, la ETB, Óscar López, el ministro de Transformación Digital y Función Pública, cuando le fueron a preguntar por los pagos en efectivo en el PSOE.
Concretamente, el periodista Xabier Lapitz, en dos ocasiones, le cuestionó a su invitado si había percibido dinero en metálico de Ferraz, pero el ministro se quedó bloqueado y acabó dando largas cambiadas.
El socialista eligió la evasiva, desviando la conversación hacia el Partido Popular y hablando de forma general sobre corrupción y avances hacia las transferencias, sin abordar lo que todos deseaban saber: ¿cobró él alguna vez en metálico de su partido?
Este episodio no ha hecho más que intensificar las dudas sobre los pagos en efectivo dentro del partido socialista, una práctica que ha involucrado a figuras prominentes como José Luis Ábalos y Santos Cerdán, ambos bajo el escrutinio judicial en el marco del caso Koldo. Las evasivas de López han sido interpretadas como un indicativo de nerviosismo y de la dificultad para mantener una narrativa coherente ante la creciente presión mediática y judicial.
El trasfondo del escándalo gira en torno a la supuesta caja B del PSOE, un término que evoca los peores temores sobre financiación irregular en la política española. La controversia resurgió con la aparición de imágenes mostrando sobres con el logo del partido y grandes sumas de dinero en efectivo, algunos destinados a gastos de representación, mientras otros presentaban discrepancias inexplicables entre lo comunicado oficialmente y lo descubierto por los investigadores.
La defensa oficial ha navegado entre normalizar los pagos en metálico —argumentando que es algo habitual en el Senado, aunque no así en el Congreso— y prometer un futuro con menos sobres y más transferencias. Sin embargo, las rectificaciones públicas y las contradicciones internas han dejado al PSOE en una posición comprometida, mientras la oposición exige explicaciones claras y documentación bancaria que respalde la legalidad de todas las transacciones realizadas.
En medio de todo este ruido mediático, los líderes socialistas han reiterado que usar efectivo no es ilegal siempre que esté debidamente justificado y declarado. La portavoz Montse Mínguez afirmó que los sobres “están cuadrados al céntimo” y asegura que el partido está “evolucionando” hacia eliminar los pagos en metálico. Sin embargo, un informe reciente de la UCO señala discrepancias notables, como un sobre destinado a Ábalos que debería contener 321,29 euros pero terminó teniendo 826,73; diferencia que el PSOE atribuye a gastos del equipo organizador.
Sé la primera persona en añadir un comentario