A lo largo de nuestra ciudad hay varias unidades deportivas que, pese a que se edificaron como espacios recreativos, las familias las han marcado como puntos rojos de inseguridad. Los constantes incidentes delictivos y de violencia ensombrecen incluso las áreas de convivencia e infunden el recelo entre la comunidad, fragmentándola a tal punto de abandonar estos espacios.
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