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La Promesa Capítulo 685 Completo EnglishMovie cdrama drama engsub chinesedramaengsub movieshortfull

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00:00Catalina desaparece y Manuel celoso de Enora. El capítulo 682 de La Promesa, miércoles,
00:1224 de septiembre, llega cargado de giros y emociones.
00:18Catalina se esfuma dejando dos cartas que desgarran a todos, mientras Ángela se revela
00:23contra el compromiso impuesto con Lorenzo. En las cocinas, Petra confía un secreto crucial
00:31a María Fernández y López Talla contra Vera delante de los señores.
00:37Y, entre susurros, crece una sospecha. Los celos de Manuel hacia Enora esconden algo más
00:43profundo que todos ignoran. El sol del miércoles se alzaba sobre La Promesa
00:49con una indiferencia cruel, pintando de oro los tejados y los campos que rodeaban el palacio,
00:55ajeno por completo al gélido vacío que se había instalado en su corazón.
01:02No era un silencio normal, no era la quietud matutina que precede al ajetreo del día.
01:10Era un silencio con peso, una ausencia con forma. La forma de Catalina. La noticia había
01:15corrido como la pólvora al amanecer. Un susurro helado que partió de la doncella que fue a despertar
01:21a la señorita y encontró la cama intacta. Las sábanas frías como el mármol de una tumba.
01:29Y sobre la pulcra colcha, dos sobres, dos pedazos de papel que contenían el estruendo de un alma rota.
01:38En el salón principal, la familia Luján se había congregado no como una familia, sino como un grupo
01:44de náufragos aferrados a los restos de una certeza perdida.
01:50El marqués, Alonso, sostenía una de las cartas con una mano que temblaba visiblemente. Un temblor
01:56que delataba la batalla interna entre su compostura de aristócrata y su dolor de padre.
02:04Tenía la mirada perdida en la caligrafía de su hija, cada trazo una puñalada en su conciencia.
02:09A su lado, Cruz, la marquesa, mantenía una rigidez marmorea, sus labios una fina línea
02:18de desaprobación.
02:21Su preocupación, si la había, estaba enterrada bajo capas de orgullo herido y un resentimiento
02:27apenas disimulado hacia la rebeldía inherente de su hijastra.
02:30Martina estaba sentada en un sofá, con los hombros encogidos, como si intentara hacerse
02:39pequeña, desaparecer.
02:44Había sido la primera en leer la carta dirigida a la familia, y sus ojos, ahora enrojecidos
02:49e hinchados, no habían dejado de derramar lágrimas silenciosas.
02:53Cada sollozo ahogado era un eco de las conversaciones no tenidas, de las advertencias no escuchadas.
03:05Manuel, de pie junto a la chimenea apagada, sentía una mezcla de furia y una profunda
03:10tristeza.
03:11La impulsividad de su hermana era legendaria, pero esto, esto era un abismo.
03:19Miraba a su padre, a esa figura que siempre había parecido un roble y que ahora se asemejaba
03:24a un árbol a punto de ser derribado por la tormenta, y sentía que una parte de su mundo
03:29se desmoronaba.
03:33La puerta del salón se abrió con un chirrido que pareció un grito en la quietud sepulcral.
03:37Era Adriano, el hombre por el que Catalina había luchado y, aparentemente, por el que
03:45ahora había huido.
03:49Sostenía la segunda carta en su mano, el papel arrugado por la fuerza con la que lo había
03:53aferrado.
03:57Su rostro era un lienzo de incredulidad y desesperación, Marqués.
04:01Su voz era un graznido ronco.
04:03¿Qué significa esto?
04:07¿Dónde está?
04:08Alonso levantó la vista, y en sus ojos Adriano no vio a un marqués, sino a un padre devastado.
04:17Ojalá lo supiéramos, Adriano.
04:19Ojalá tuviéramos una sola respuesta.
04:22Solo tenemos esto.
04:26Extendió la carta familiar.
04:28Adriano se acercó y la tomó, sus dedos rozando los del marqués en un gesto de torpe
04:32consuelo.
04:36El silencio volvió a caer mientras leía las palabras que ya todos se sabían de memoria.
04:43Querida familia, si leéis esto, es que ya no estoy.
04:47No busquéis culpables, pues la única responsable de mis decisiones soy yo.
04:51He intentado con todas mis fuerzas encajar en este mundo de apariencias, de deberes impuestos
04:59y de silencios cómplices, pero mi espíritu ya no puede más.
05:02Me asfixio entre estas paredes que un día llamé hogar y que ahora siento como una jaula dorada.
05:14He luchado por mi felicidad, por un amor que creía posible, pero he comprendido que hay
05:19batallas que, por mucho que se peleen, están perdidas desde el principio.
05:23No os pido que me entendáis, solo que respetéis mi voluntad de buscar mi propio camino, lejos
05:31de todo lo que me ha hecho tanto daño.
05:36Os quiero, a mi manera torpe y rota, perdonadme por el dolor que esta ausencia os pueda causar,
05:41pero no podía seguir viviendo una mentira.
05:47Vuestra, siempre, Catalina, las palabras eran educadas, casi formales, pero bajo la superficie
05:54bulía un torrente de dolor y resentimiento.
05:59Martina rompió a llorar de nuevo, esta vez con un sonido audible, un quejido que partió
06:04el alma de todos los presentes.
06:06No puede ser, murmuró Adriano, dejando caer la carta sobre una mesita, su carta.
06:17La que me ha dejado a mí, dice que me quiere, pero que no puede arrastrarme a su infierno.
06:25¿Qué infierno?
06:26Yo quería estar con ella, yo la habría seguido a cualquier parte.
06:29El infierno de la promesa, Adriano.
06:34La voz de Manuel fue dura, cortante como el cristal.
06:40El infierno de las expectativas, de las deudas, de los secretos.
06:44Mi hermana ha huido de todo esto.
06:49De nosotros.
06:50Cruz se hirguió, finalmente rompiendo su silencio.
06:53Su voz, en contraste con la de su hijo, era fría y afilada.
06:59Tonterías, esto no es más que otro de sus dramas.
07:03Una llamada de atención para que todo el mundo gire a su alrededor.
07:09Catalina siempre ha sido egoísta y testaruda.
07:12Ha pensado en ella, y solo en ella.
07:16¿No se ha parado a pensar en el escándalo?
07:18¿En la vergüenza que esto supone para el nombre de los Luján?
07:24Cruz, por el amor de Dios.
07:26Bramó Alonso, golpeando la mesa con el puño.
07:29Nuestra hija ha desaparecido.
07:31Podría estar en cualquier parte, sola, sin protección.
07:35Y a ti solo te preocupa el que dirán.
07:40A mí me preocupa el legado de esta familia, Alonso.
07:43Replicó ella, avanzando hacia él.
07:48Un legado que tu hija parece empeñada en destruir.
07:51Primero con ese taller.
07:52Luego con ese romance inapropiado y ahora con esta.
07:55Esta fuga cobarde.
07:59No fue cobarde.
08:01Saltó Martina, poniéndose en pie, con el rostro encendido por las lágrimas y la rabia.
08:08Fue un acto de desesperación.
08:10¿Acaso no veíais cómo se apagaba día a día?
08:13¿No escuchabais el dolor en su voz?
08:14Estábamos todos demasiado ocupados con nuestros propios problemas para ver que se nos moría delante de los ojos.
08:23La acusación quedó flotando en el aire, cargada de verdad.
08:26El silencio que siguió fue aún más denso que el anterior.
08:32Todos, en el fondo, sabían que Martina tenía razón.
08:36Habían visto las señales, pero las habían ignorado, atribuyéndolas al carácter difícil de Catalina.
08:41Ahora, su ausencia era un espejo que les devolvía el reflejo de su propia negligencia.
08:52El desconcierto no era sólo por no saber dónde estaba.
08:55Era por no comprender cómo habían llegado a ese punto.
09:01La incertidumbre era un veneno que comenzaba a extenderse por las venas de la promesa, prometiendo infectarlo todo.
09:07Mientras el drama de los Luján se desarrollaba en los salones nobles, una tormenta de otra naturaleza, pero igualmente destructiva, se gestaba en las habitaciones de la familia de Ángela.
09:20La noticia de su compromiso con Lorenzo, el capitán de la mata, había caído como una bomba.
09:31No había habido petición, ni cortejo, ni una pizca de romance.
09:35Había sido una transacción, un decreto dictado por su madre con la frialdad de un general enviando a sus tropas a una muerte segura.
09:42Ángela se encontraba en su habitación, de pie frente al espejo, pero no se veía a sí misma.
09:54Veía a una extraña, una joven con el rostro pálido y los ojos llenos de una furia impotente.
10:02Se sentía como una pieza en un tablero de ajedrez, movida a voluntad por una mano que no era la suya.
10:07El rechazo a ese matrimonio era unánime entre sus allegados, pero el dolor más agudo, la traición más profunda, provenía de su propia madre.
10:22La puerta se abrió y su madre entró, con esa sonrisa forzada que Ángela había llegado a detestar.
10:30Llevaba una caja de terciopelo en las manos.
10:33Querida, mira lo que ha enviado el capitán.
10:37Es el anillo de compromiso de su abuela, una joya espléndida, no crees.
10:43Abrió la caja para revelar un anillo de oro con un diamante que centeleaba con una luz fría y distante, como el propio Lorenzo.
10:53Ángela ni siquiera lo miró.
10:55No lo quiero, dijo, con la voz desprovista de emoción.
10:58La sonrisa de su madre vaciló por un instante.
11:04¿Qué dices, hija?
11:05No seas tonta.
11:06Es un gesto de gran generosidad.
11:11Este anillo vale una fortuna.
11:13Asegurará tu futuro.
11:15Mi futuro lo quiero decidir yo.
11:17Replicó Ángela, girándose para enfrentarla.
11:19El fuego había vuelto a sus ojos.
11:24No quiero este anillo.
11:25No quiero a ese hombre.
11:29Y no quiero esta vida que me estás imponiendo.
11:32Ángela, por favor.
11:33Su madre dejó la caja sobre el tocador y se acercó a ella.
11:39Tienes que ser razonable.
11:41Lorenzo es un hombre importante, con una posición.
11:44Te dará seguridad, un nombre, un lugar en el mundo.
11:47¿Qué más puedes pedir?
11:51Amor, quizás.
11:53¿Respeto?
11:54¿La libertad de elegir con quién quiero pasar el resto de mis días?
11:57La voz de Ángela se quebró, cargada de sarcasmo y dolor.
12:04¿Te parecen peticiones descabelladas?
12:06El amor es un lujo de novelas baratas, Ángela.
12:12El matrimonio es un contrato, una alianza.
12:15Y esta es la mejor alianza que podríamos esperar.
12:20Nos sacará de nuestras dificultades.
12:22Nos dará, nos dará, nos dará, la interrumpió Ángela, casi gritando.
12:30¿Y qué hay de mí?
12:31¿Qué me dará a mí?
12:32Aparte de una vida de amargura junto a un hombre al que no amo y que dudo que sepa lo que es el amor.
12:38Me estás vendiendo, mamá.
12:39Igual que se vende el ganado en la feria.
12:41La bofetada resonó en la habitación, seca y brutal.
12:47La mejilla de Ángela ardió, pero más le dolía el corazón.
12:54Su madre la miraba con los ojos desorbitados, la mano aún en el aire, como si no pudiera creer lo que acababa de hacer.
13:01No vuelvas a hablarme así.
13:06Si se o la madre, aunque su voz temblaba.
13:09No entiendes los sacrificios que he tenido que hacer.
13:14No sabes nada de la vida.
13:16Harás lo que yo te digo.
13:17Te casarás con Lorenzo, llevarás este anillo y sonreirás como si fueras la mujer más feliz del mundo.
13:22¿Me has entendido?
13:27Es mi última palabra.
13:29Se dio la vuelta y salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí.
13:35Ángela se quedó inmóvil, con la mano en la mejilla ardiente.
13:39Las lágrimas que había estado conteniendo comenzaron a brotar, calientes y amargas.
13:43Pero no eran sólo lágrimas de dolor, eran lágrimas de rabia, de una rebeldía que acababa de nacer.
13:55Miró el anillo en su caja de terciopelo, tan brillante, tan frío.
14:00Y en ese momento, una decisión se forjó en su interior con la dureza de aquel diamante.
14:07No se doblegaría, no acataría sus órdenes.
14:10La tormenta emocional apenas acababa de empezar, y ella no iba a ser la única que saldría herida.
14:18En las zonas de servicio, la atmósfera no era menos densa.
14:22El trabajo seguía su curso implacable.
14:24Pero cada gesto, cada mirada, estaba impregnado de las tensiones que emanaban de los pisos superiores
14:30y de las que se cocían en su propio microcosmos.
14:32Petra, la otrora inquebrantable y altiva doncella personal de la marquesa, era ahora la sombra de lo que fue.
14:44Su colapso físico, ocurrido días atrás, había sido sólo el síntoma visible de una enfermedad mucho más profunda.
14:51La culpa.
14:52La culpa por el castigo impuesto a Pía, un castigo que ella había instigado y que ahora le pesaba en el alma como una losa de plomo.
15:05Cada vez que veía a Pía, trabajando en silencio, con la dignidad herida pero intacta,
15:11Petra sentía una punzada en el pecho que le robaba el aliento.
15:13Su cuerpo, debilitado por la anemia y el agotamiento, ya no podía soportar el peso de su conciencia.
15:26Se sentía mareada.
15:28Estaba en el economato, intentando hacer un inventario, pero las cifras bailaban ante sus ojos.
15:36Las estanterías parecían ondular, y tuvo que apoyarse en un saco de harina para no caer.
15:44Su respiración era superficial y rápida.
15:47El mundo se estrechaba a su alrededor, convirtiéndose en un túnel oscuro.
15:54¿Se encuentra usted bien, Petra?
15:56La voz de María Fernández la sacó de su estupor.
16:02Petra parpadeó, intentando enfocar.
16:05La joven doncella la miraba con una expresión que no era de compasión, sino de genuina preocupación.
16:10Era extraño, siempre se habían visto como enemigas.
16:16Dos polos opuestos en la jerarquía del servicio.
16:22Petra, la estricta cumplidora de las normas.
16:25María, la rebelde impulsiva.
16:28Estoy bien, mintió Petra, intentando enderezarse, pero un nuevo mareo la obligó a agarrarse con más fuerza al saco.
16:34Solo un poco cansada.
16:39Usted no está cansada, está a punto de desmayarse.
16:42Dijo María, acercándose y tomándola del brazo con una firmeza sorprendente.
16:47Venga, siéntese un momento.
16:52Con renuencia, Petra se dejó guiar hasta un pequeño taburete en un rincón.
16:59María le trajo un vaso de agua.
17:01Beba despacio.
17:02Tiene usted un color espantoso.
17:04Petra obedeció en silencio.
17:06El agua fresca le aclaró un poco la mente, pero no alivió la opresión en su pecho.
17:16Miró a María Fernández, a esa chica que tantas veces había despreciado por su descaro y su falta de respeto a la autoridad.
17:26Y, sin embargo, era ella la que estaba allí, a su lado, mientras los demás cuchicheaban a sus espaldas.
17:32Un impulso irracional, nacido de la más absoluta desesperación, se apoderó de Petra.
17:43Necesitaba hablar, necesitaba soltar el veneno que la estaba consumiendo por dentro.
17:50No es el cansancio lo que me mata, susurró, con la voz rota.
17:54María se inclinó un poco más hacia ella.
17:56Entonces, ¿qué es?
18:00Petra levantó la vista, y sus ojos, normalmente fríos y duros, estaban inundados de una angustia insoportable.
18:10Es la culpa, la culpa por lo de Pía.
18:13Yo, yo fui la que...
18:14No pudo terminar la frase.
18:18Un sollozo seco se le atragantó en la garganta.
18:21María Fernández se quedó mirándola, procesando la confesión.
18:27Podría haber sentido satisfacción, un te lo mereces triunfante.
18:31Pero lo que vio en el rostro de Petra no fue a la arpía que conocía, sino a una mujer rota y atormentada.
18:40Y algo en su interior, esa empatía innata que a menudo le traía problemas, se activó.
18:45Lo sé, dijo María con suavidad, todos lo sabíamos.
18:52Petra se encogió, como si esperara un golpe.
18:58Pero el golpe no llegó.
19:00Pero también sé que usted no es una mala persona en el fondo, Petra.
19:03Es, complicada, y leal a quien no se lo merece.
19:10Petra la miró, sorprendida por la inesperada perspicacia de la joven.
19:13«Necesito, necesito hacer algo», dijo Petra, con una urgencia febril.
19:21«Pero no tengo fuerzas.
19:25Apenas puedo sostenerme en pie.
19:27¡Ay, hay algo que debo hacer, algo que Pia necesita saber!»
19:33Un secreto, y no puedo confiar en nadie.
19:36Se hizo un silencio largo y tenso.
19:38María Fernández comprendió que estaba en una encrucijada.
19:44Ayudar a Petra era traicionar años de animosidad.
19:47Era aliarse con el enemigo.
19:49Pero abandonar a una mujer en ese estado.
19:54«Iba en contra de su naturaleza.
19:56¿Qué secreto?», preguntó María, su voz apenas un murmullo.
20:00Petra dudó, mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie las escuchaba.
20:07Luego, se inclinó y le susurró algo al oído.
20:12Los ojos de María Fernández se abrieron como platos.
20:15Una mezcla de sorpresa, horror y, finalmente, comprensión.
20:22El secreto era de tal magnitud que cambiaba por completo el tablero de juego de la promesa.
20:26Cuando Petra terminó de hablar, se recostó contra la pared, exhausta por el esfuerzo.
20:37María la miró, ya no con simple preocupación, sino con un nuevo respeto.
20:42La decisión estaba tomada.
20:46«Está bien», dijo María, con una firmeza que sorprendió a la propia Petra.
20:51«Su secreto está a salvo conmigo».
20:53«Y haré lo que me pide.
20:58Descansé, yo me encargaré».
21:00Petra cerró los ojos, y por primera vez en semanas, una pequeña parte de la tensión abandonó su cuerpo.
21:09Al confiar en la persona más inesperada, había dado un paso que no solo podría salvar a Pía,
21:15sino que marcaría un antes y un después en su propia vida y en la compleja red de alianzas y enemistades del servicio.
21:21María Fernández, por su parte, acababa de asumir una responsabilidad que la ponía en el centro de una peligrosa intriga,
21:31una responsabilidad que podría costarle muy caro, pero que también le daba la oportunidad de hacer lo correcto.
21:37Si la tensión en el economato era un nudo apretado, en las cocinas era una olla a punto de estallar.
21:49Y el detonante, como tantas otras veces, era el corazón.
21:52La relación entre Lope y Vera, que había sido una montaña rusa de emociones, había descarrilado por completo.
22:02Llevaban días lanzándose indirectas, miradas cargadas de reproches y frases afiladas que cortaban el aire.
22:08Pero aquel miércoles, la contención se hizo añicos. Todo comenzó por una nimiedad.
22:19Una orden mal interpretada, una cacerola fuera de sitio. Pero era evidente que la cacerola era solo la excusa.
22:28El verdadero problema era más profundo. Una herida infectada de celos, inseguridades y palabras no dichas.
22:34Te he dicho mil veces que esto no va ahí. Gritó Lope, golpeando la encimera con un cucharón.
22:45Pues si también lo sabes, hazlo tú. Replicó Vera, con los ojos brillantes de ira.
22:53Estoy harta de que me trates como si fuera una inútil. No te trato como una inútil, pero a veces actúas como si lo fueras.
23:00Estás distraída, no te concentras. Contraatacó él, acercándose a ella.
23:08Simona y Candela, que estaban pelando patatas en un rincón, intercambiaron una mirada de alarma.
23:14Niños, por favor, bajad la voz, que os van a oír los señores. Advirtió Simona. Pero era demasiado tarde.
23:24La mecha ya estaba prendida. ¿Distraída? Claro que estoy distraída. La voz de Vera subió de volumen. Cargada de histeria.
23:37Quizás si alguien se preocupara un poco por mí en lugar de estar todo el día lamentándose por sus propias desgracias, podría concentrarme.
23:44El golpe fue bajo y Lope lo acusó. Su rostro se contrajo en una mueca de dolor y rabia.
23:55¿Mis desgracias? ¿Te atreves a hablar de mis desgracias? Tú no sabes nada de lo que he pasado.
24:00Y tú no sabes nada de mí. Le espetó ella. Solo te ves a ti mismo, Lope. A tu dolor, a tu orgullo herido. Pues que lo sepas, el mundo no gira a tu alrededor.
24:16En su furia, Vera cogió un trapo de la mesa y lo lanzó con fuerza. Lope lo esquivó, y el trapo fue a parar a una cesta de verduras, esparciéndolas por el suelo.
24:26El ruido fue el colofón de una escalada insostenible. En ese preciso instante, la puerta que comunicaba con el pasillo de los señores se abrió.
24:40La marquesa, Cruz, seguida de Lorenzo y el marqués, entraba para dar una orden. Se detuvieron en seco, contemplando la escena con una mezcla de estupefacción y absoluto desdén.
24:50Lope y Vera, en el centro de la cocina, se miraban con un odio visceral, con las mejillas encendidas y la respiración agitada.
25:04Simona y Candela estaban paralizadas, con los cuchillos a medio camino de las patatas.
25:09El desorden en el suelo y la tensión en el aire eran palpables. El silencio que se produjo fue atronador.
25:21Cruz arqueó una ceja, su mirada gélida recorriendo la escena. Se puede saber qué es este escándalo.
25:28Su voz fue un susurro letal, más aterrador que cualquier grito.
25:31¿Hemos interrumpido alguna clase de melodrama a Ravalero? Lope y Vera palidecieron al instante.
25:43La adrenalina de la pelea se evaporó, dejando en su lugar un terror helado. Discutir era una falta grave.
25:52Pero hacerlo de esa manera, perdiendo los estribos y, sobre todo, delante de los señores.
26:01Eso era un pecado capital en el estricto código de la promesa. Señora Marquesa, yo.
26:09Nosotros, balbuceó Lope, incapaz de articular una frase coherente.
26:14No ha sido nada, señora, un pequeño malentendido.
26:20Intentó Vera, pero su voz temblorosa la delataba.
26:24Lorenzo sonrió con suficiencia, disfrutando del espectáculo.
26:27Alonso, por su parte, parecía demasiado abrumado por la desaparición de su hija como para prestarle toda su atención.
26:37Pero frunció el ceño con claro disgusto.
26:42Un pequeño malentendido que parece haber convertido mi cocina en un corral.
26:46Dijo Cruz, con un tono peligrosamente calmado.
26:49No voy a tolerar este tipo de comportamiento en mi casa.
26:55Es una vergüenza, una falta de respeto inaceptable.
27:01Ya tomaré las medidas oportunas.
27:03Ahora, si han terminado con su función, pueden ponerse a trabajar, o quizás el disgusto les ha quitado las ganas.
27:10Se dio media vuelta y salió de la cocina con la misma elegancia con la que había entrado.
27:18Seguida por un Lorenzo visiblemente divertido y un marqués apesadumbrado.
27:25En cuanto la puerta se cerró, Lope y Vera se miraron.
27:29El odio reemplazado por un pánico compartido.
27:31Acababan de cometer el peor error de sus vidas laborales.
27:37Las consecuencias, tan inesperadas como preocupantes, pendían ahora sobre sus cabezas como la espada de Damocles.
27:47Su relación, ya rota, había implosionado de la forma más pública y destructiva posible,
27:53arrastrándolos a un futuro incierto y, muy probablemente, terrible.
27:57Lejos de la explosión de Lope y Vera, otro tipo de tensión, más sutil pero igualmente significativa,
28:07se cocía a fuego lento en esa misma cocina.
28:12El objeto de todas las miradas y susurros era Enora, la prometida de Toño,
28:17cuya presencia en la promesa seguía siendo un misterio para muchos.
28:23Pero para Manuel, era una fuente constante de desconfianza.
28:27No podía evitarlo.
28:28Había algo en ella, en su forma de mirar, en sus sonrisas demasiado calculadas,
28:33en sus respuestas evasivas, que activaba todas sus alarmas.
28:40La veía moverse por el palacio, observándolo todo con una curiosidad
28:44que a él le parecía más propia de un espía que de una futura esposa de un empleado.
28:48Intentaba racionalizarlo, decirse a sí mismo que eran imaginaciones suyas,
28:57que la desaparición de Catalina lo tenía paranoico.
29:02Pero la sensación persistía, como un zumbido bajo en sus oídos.
29:06Aquel día, la encontró en la biblioteca, pasando un dedo por el lomo de un libro de contabilidad.
29:11—¿Interesante lectura? —preguntó Manuel, apoyándose en el marco de la puerta.
29:19En horas se sobresaltó, cerrando el libro de golpe.
29:22Una sonrisa nerviosa se dibujó en su rostro.
29:28—Señorito Manuel, me ha asustado, solo estaba.
29:34—Admirando la colección, tienen ustedes unos libros maravillosos.
29:38Ese, en concreto, trata sobre las finanzas de la finca del último trimestre.
29:43Dijo él, con la mirada fija en ella.
29:45—No es precisamente una novela de aventuras.
29:51O, bueno, en horas se rió, un sonido que a Manuel le pareció hueco.
29:58—Supongo que mi curiosidad no tiene límites.
30:01Toño siempre dice que soy demasiado preguntona.
30:06—Toño es un buen hombre.
30:08Tiene suerte de haberte encontrado.
30:10Dijo Manuel, y aunque las palabras eran amables, su tono era inquisitivo.
30:15—Soy yo la afortunada.
30:19Respondió ella, desviando la mirada.
30:21Casarme con él y poder vivir cerca de un lugar tan impresionante como este.
30:28—Es un sueño.
30:29Manuel no dijo nada más.
30:31Se limitó a observarla mientras ella volvía a colocar el libro en su sitio,
30:35con un cuidado quizás excesivo.
30:39Cada gesto suyo le parecía un acto en una obra de teatro.
30:42No confiaba en ella, y no entendía por qué nadie más parecía verlo.
30:49Más tarde, en la cocina, mientras Simona y Candela comentaban con pesar la bronca de Lope y Vera,
30:55salió el tema de Enora.
30:56—Y el señorito Manuel no le quita ojo de encima, decía Candela en un susurro, mientras removía un guiso.
31:08Cada vez que ella aparece, él se pone tenso como la cuerda de un violín.
31:12—No es desconfianza, mujer, replicó Simona, con la sabiduría que le daban los años.
31:18—Eso tiene otro nombre.
31:23—Ah, sí, ¿y cuál es, si se puede saber?
31:26—preguntó Candela, intrigada.
31:30Simona dejó la cuchara y miró a su compañera con una sonrisilla pícara.
31:34—Celos.
31:36—Se llaman celos.
31:37—El señorito está celoso de que esa muchacha tan guapa vaya a casarse con Toño.
31:44—Simona, por Dios, ¿qué cosas dices?
31:47—exclamó Candela, aunque sus ojos brillaban con la emoción del cotilleo.
31:54—El señorito Manuel está casado con la señorita Llana, y la quiere con locura.
31:59Una cosa no quita la otra, Candela.
32:01—El corazón de un hombre es un laberinto, y a veces ni ellos mismos saben por qué sienten lo que sienten.
32:13—Pero yo te digo que ahí hay algo.
32:15Él la mira de una forma, distinta, y esa tensión no es de un señor preocupado por su finca.
32:24Es de un hombre que ve a otro hombre a punto de conseguir algo que, quizás en el fondo de su alma, él también desearía.
32:31—Sin que ellas lo supieran, Llana había entrado en la cocina y había escuchado la última parte de la conversación.
32:42Se quedó inmóvil, oculta tras la puerta, mientras las palabras de Simona resonaban en su cabeza.
32:51—¿Celos? ¿Manuel celoso de Toño por en hora?
32:54La idea le pareció absurda al principio.
32:56Pero luego, recordó las conversaciones con Manuel, su insistencia en que en hora no era de fiar, su obsesión casi febril con cada uno de sus movimientos.
33:08Siempre lo había interpretado como una preocupación legítima por la seguridad de la promesa.
33:19Pero, ¿y si las cocineras tenían razón?
33:22¿Y si bajo esa capa de desconfianza se escondía una atracción inconfesada?
33:26La duda, una vez plantada, comenzó a echar raíces en su corazón.
33:30Lo que ni Simona, ni Candela, ni la propia Llana podían imaginar era la complejidad de la verdad.
33:43Los celos de Manuel no eran románticos en el sentido tradicional.
33:47No deseaba a Enora para sí.
33:51Pero Simona había acertado en algo.
33:54Manuel sentía celos de la normalidad que Toño y Enora representaban.
33:56Celos de un compromiso sencillo, de una vida sin las cargas, los secretos y las responsabilidades que a él lo aplastaban.
34:10Y su desconfianza hacia Enora no era solo por la finca.
34:14Era la intuición de que ella, con su sonrisa falsa y sus ojos calculadores,
34:18era una amenaza para esa frágil paz que todos anhelaban y que parecía alejarse cada día más.
34:23Aquel detalle, mal interpretado por todos como un simple ataque de celos románticos,
34:31era en realidad la clave de un misterio mucho mayor.
34:37Un misterio que, al desvelarse, podría darle un giro completamente inesperado
34:42no solo a la historia de Enora y Toño, sino al destino de todo el palacio.
34:46El sol comenzaba a descender en el horizonte,
34:52y las sombras que se alargaban sobre la promesa eran mucho más que la ausencia de luz.
34:59Eran el presagio de las verdades ocultas que estaban a punto de salir a la superficie,
35:04con la fuerza destructiva de una inundación.
35:06El miércoles, 24 de septiembre, no había sido un día más.
35:14Había sido el día en que todas las grietas comenzaron a mostrarse al mismo tiempo,
35:18anunciando el inminente derrumbe.
35:19Dreso che cont zag a día.
35:29¡Gracias!
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35:33Nos vemos en el próximo video
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