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Valle Salvaje capítulo 246 Voy a confesarlo todo EnglishMovie cdrama drama engsub chinesedramaengsub movieshortfull
Transcript
00:00Avance Valle Salvaje. Voy a confesarlo todo, en el capítulo 246, 3 de septiembre.
00:18Ana se convierte en un problema para Úrsula, mañana 3 de septiembre en el capítulo 246
00:25de Valle Salvaje. El aire en Valle Salvaje se había vuelto denso, casi irrespirable,
00:32cargado con el peso de los secretos y el hedor dulce y nauseabundo de la muerte.
00:39La luz del 3 de septiembre se filtraba por las altas ventanas de la casa grande con una
00:43palidez enfermiza, como si el propio sol estuviera de luto. Para Rafael de la Cruz, cada rayo de esa
00:51luz era una aguja que le perforaba el alma, cada rincón de la mansión un eco del vacío que había
00:57dejado Julio Salcedo. Pero el luto, que había comenzado como una niebla de dolor y confusión,
01:04se estaba disipando para dar paso a una tormenta de sospechas, una certeza helada que le erizaba
01:09la piel y le apretaba el corazón en un puño de hielo. Estaba sentado frente a Adriana, en la penumbra
01:16de la biblioteca, un santuario de silencio que ahora parecía una tumba. El aroma a cuero viejo y
01:24a papel de los libros se mezclaba con el perfume de las flores marchitas que aún quedaban del funeral.
01:31Adriana tenía la mirada perdida en la taza de té que se enfriaba entre sus manos temblorosas.
01:38Sus ojos, antes dos pozos de luz y desafío, ahora eran dos abismos de pena. Las ojeras violáceas bajo
01:45ellos hablaban de noches en vela, de lágrimas que ya no encontraban consuelo.
01:52Rafael la observó durante un largo instante, reuniendo el valor para pronunciar las palabras
01:57que lo cambiarían todo, las palabras que profanarían la memoria de su amigo para salvar su verdad.
02:05Adriana, comenzó, su voz un susurro ronco, casi un sacrilegio en aquel silencio.
02:10Tenemos que hablar, no aquí, en un lugar donde nadie pueda oírnos. Ella levantó la vista,
02:19y en sus ojos Rafael vio el reflejo de su propio tormento. Asintió sin decir palabra,
02:26un movimiento casi imperceptible. Se levantaron como dos autómatas y caminaron sin prisa,
02:31pero con una urgencia interna que les quemaba por dentro, hasta el viejo invernadero, abandonado al
02:37fondo del jardín. Las enredaderas se habían apoderado de los cristales rotos y el aire
02:43olía a tierra húmeda y a descomposición. Era el lugar perfecto para desenterrar un muerto.
02:50¿Qué ocurre, Rafael? Preguntó ella finalmente, su voz frágil como el cristal.
02:57Me estás asustando, tu mirada, es la misma que tenías cuando volviste de la guerra.
03:04Rafael se pasó una mano por el cabello, agitado. Se sentía de nuevo en una trinchera,
03:09con el enemigo acechando desde un lugar invisible.
03:12Lo que voy a decirte va a sonarte a locura. Quizás lo sea, quizás el dolor me está
03:18haciendo ver fantasmas donde no los hay. Pero no puedo seguir callando. No puedo
03:25dejar que esta, esta mentira se asiente sobre nosotros como el polvo sobre los muebles.
03:32Tomó aire, y las palabras salieron de su boca como un torrente venenoso que había
03:36estado conteniendo durante días. Julio no murió de un ataque al corazón, Adriana. A Julio lo
03:44asesinaron. El mundo pareció detenerse. El zumbido de un insecto atrapado contra un
03:50cristal se convirtió en un estruendo ensordecedor. Adriana parpadeó, una, dos veces, como si intentara
03:59despertar de una pesadilla. Una risa seca, carente de alegría, escapó de sus labios.
04:06No digas eso, Rafael. Por favor, no lo digas ni en broma. Es, es cruel. Mi marido acaba de
04:14morir, y tú. No es una broma. La interrumpió él, su voz firme, anclada en una terrible convicción.
04:25Escúchame, por favor, piensa en ello. ¿No te pareció todo demasiado? ¿Repentino? Estaba
04:31bien. Estaba lleno de vida esa misma tarde. Hablamos, discutimos, sí, pero luego, luego
04:39hablamos de verdad. Se acercó a ella, tomándola suavemente por los hombros, obligándola a mirarlo
04:47a los ojos. Quería que viera la verdad desnuda en su mirada, sin adornos, sin consuelo. Hablé con él
04:56la tarde de... De la tragedia. Le confesé lo nuestro, Adriana. Le dije que te amaba y que tú
05:04me correspondías. Esperaba su furia, esperaba que me retara a un duelo, que me echara de sus tierras
05:11a patadas. ¿Y sabes lo que hizo? Adriana negó con la cabeza, sus labios entreabiertos, el color
05:20abandonando por completo su rostro. Me escuchó. Al principio se enfureció, sí, pero luego,
05:28luego comprendió. Vio tu infelicidad, vio la jaula de oro en la que vivías. Y me dijo algo
05:36que no olvidaré jamás. Me dijo, llévala lejos, Rafael. Hazla feliz. Yo os ayudaré.
05:44La voz de Rafael se quebró al recordar. Nos iba a ayudar a escapar, Adriana. Había
05:50aceptado nuestra relación. Nos iba a dar su bendición y los medios para empezar una
05:54nueva vida, lejos de todo esto. El impacto de la revelación fue como una bofetada para
06:02Adriana. Se tambaleó, y Rafael la sujetó con más fuerza.
06:05Él, ¿él lo sabía? ¿Y nos iba a ayudar? Susurró, incrédula. Las lágrimas comenzaron
06:14a brotar de sus ojos, pero no eran lágrimas de pena, sino de una confusión tan profunda
06:19que dolía físicamente.
06:22No, no puede ser. ¿Por qué iba a...? Porque te amaba de verdad. Concluyó Rafael con una
06:29tristeza infinita. Quizás no como yo te amo, ni como tú lo amabas a él, pero te amaba
06:36lo suficiente como para desear tu felicidad por encima de la suya.
06:42Era un hombre bueno, a pesar de todo. Y ahora piensa, un hombre que está a punto de facilitar
06:47la fuga de su esposa con otro hombre, un hombre que conoce el mayor secreto de la casa grande,
06:53de repente, cae fulminado por un ataque al corazón.
06:56Justo en ese momento, justo esa tarde, Adriana se separó de él, caminando de un lado a otro
07:04del invernadero en ruinas, con las manos en la cabeza, como si intentara contener los
07:09pensamientos que amenazaban con hacerla estallar.
07:13¿Quién...? Articuló finalmente, la palabra un graznido ahogado. ¿Quién querría hacerle
07:18daño? Todo el mundo lo apreciaba. ¿Y...?
07:22¿Por qué? ¿Para evitar que nos fuéramos? ¿Quién podría odiarnos tanto?
07:26Alguien que no quería que se supiera la verdad.
07:31Alguien que no podía permitir que Julio hablara. Dijo Rafael, y su mente comenzó a trabajar
07:36a una velocidad vertiginosa, uniendo las piezas de un puzzle macabro.
07:40Alguien que quería silenciarlo para siempre. Y al hacerlo, nos enviaba un mensaje a nosotros.
07:50Que no hay escapatoria, que estamos atrapados. El horror se instaló en el rostro de Adriana,
07:55un horror puro, visceral.
07:57Ya no era la viuda afligida. Era una mujer que se daba cuenta de que dormía en una casa de asesinos.
08:04La merienda, dijo ella, con la voz temblorosa. Todos tomamos la merienda esa tarde.
08:14El té, los pasteles. Él tomó una copa de Jerez. Siempre tomaba una copa de Jerez antes de la cena.
08:20Exacto. Confirmó Rafael, sus ojos brillando con una luz febril y peligrosa. El veneno tuvo que estar ahí.
08:30En su copa, fue rápido, fulminante, preparado por alguien que sabía sus costumbres,
08:36alguien que tenía acceso a la cocina, a las bebidas.
08:39Alguien de dentro, Adriana. El asesino vive entre nosotros. Se miraron el uno al otro,
08:48y en esa mirada compartida sellaron un pacto silencioso.
08:52El luto había terminado. La caza acababa de empezar. Tenemos que descubrir la verdad, Rafael.
09:01Por él, por su memoria, tenemos que hacerle justicia. Y lo haremos, juró él,
09:07su voz vibrando con una determinación de acero.
09:09Te juro por lo más sagrado que encontraré a quien le hizo esto. Y pagará por ello.
09:17Lo pagará muy caro. El primer paso era evidente, pero arriesgado.
09:22Necesitaban saber quién había estado en la cocina,
09:25quién había preparado y servido las bebidas esa tarde fatídica.
09:29No podían preguntar abiertamente. Despertarían las sospechas del asesino y se pondrían en peligro.
09:36Necesitaban a alguien de confianza, alguien leal que pudiera moverse por la casa sin levantar alarmas.
09:44Isabel, dijo Rafael, como si pensara en voz alta.
09:50Ella es la única. Es leal a mi familia desde antes de que yo naciera.
09:55Puedo confiarle mi vida.
09:57Ten cuidado, Rafael, le advirtió Adriana, poniendo una mano en su brazo.
10:02Estás a punto de remover un avispero. Quienquiera que sea, no dudó en matar una vez.
10:11No dudará en hacerlo de nuevo si se siente amenazado. No me importa el riesgo.
10:16Esto es más grande que nosotros, Adriana.
10:18Es por julio. Dejó a Adriana en el invernadero, un torbellino de emociones a punto de consumirla,
10:26y se dirigió a las cocinas, el corazón latiéndole con fuerza contra las costillas.
10:33Encontró a Isabel supervisando la preparación de la cena.
10:36La anciana sirvienta, con su rostro surcado de arrugas que eran mapas de lealtad y trabajo duro,
10:42lo miró con una mezcla de pena y afecto.
10:44Señorito Rafael, ¿necesita algo? No tiene buen aspecto.
10:51Rafael la apartó a un rincón más discreto, lejos de oídos curiosos.
10:57Bajó la voz, su tono urgente y confidencial.
11:00Isabel, necesito tu ayuda. Es de vital importancia.
11:06Y te pido, por el cariño que me tienes, que esto quede entre nosotros.
11:11Nadie más puede saberlo.
11:12La mujer lo miró, su expresión seria y preocupada al instante.
11:18Usted dirá, señorito.
11:22Sabe que puede contar conmigo para lo que sea.
11:25Necesito que averigües algo.
11:27Con discreción.
11:30Sin que parezca una investigación.
11:32Necesito que recuerdes, o que preguntes con sutileza,
11:36quién preparó la bandeja de la merienda el día que...
11:38El día que don Julio falleció, ¿quién sirvió las bebidas?
11:44Especialmente, ¿quién sirvió la copa de Jerez del señor?
11:48Isabel frunció el ceño, extrañada por la pregunta, la merienda.
11:53Pues, ¿ahora qué lo dice?
11:54Fue un poco caótico ese día.
11:58Había mucho movimiento, pero lo recordaré.
12:00Preguntaré a las muchachas.
12:04¿Puedo saber por qué tanto interés, señorito?
12:07Rafael dudó.
12:08Confiarle la verdad era ponerla en peligro,
12:11pero necesitaba que comprendiera la gravedad del asunto.
12:13Solo te diré que sospecho que la muerte de don Julio no fue natural, Isabel.
12:21Y necesito saber quién tuvo la oportunidad de...
12:24Alterarla.
12:27Los ojos de la anciana se abrieron como platos, el horror dibujado en ellos.
12:34El color desapareció de sus mejillas.
12:36Asintió lentamente, comprendiendo la monstruosa implicación de sus palabras.
12:40Dios santo del cielo, murmuró, santiguándose.
12:46Haré lo que me pide, señorito, con la máxima discreción.
12:52Nadie sabrá que ha sido usted quien ha preguntado.
12:55Se lo juro por mi alma.
12:56Rafael le apretó el brazo en señal de gratitud y se marchó,
13:00sintiendo que acababa de encender la mecha de una bomba.
13:05No sabía, sin embargo, que al hacerlo había cometido un error fatal.
13:09La discreción en una casa como aquella era una ilusión.
13:15Las paredes tenían oídos, y los secretos se esparcían como el polen en primavera.
13:22Isabel, nerviosa y con el peso de la terrible sospecha oprimiéndole el pecho, comenzó su indagación.
13:28No preguntó directamente, lo hizo de forma casual, mientras repartía las tareas.
13:35¿Recuerdas quién llevó el té a la señora Victoria? Creo que se quejó de que estaba frío.
13:41Fuiste tú, Ana, quien sirvió al señor Julio Sujerez.
13:45Me pareció verte cerca del aparador.
13:47Pequeñas preguntas, aparentemente inocentes, lanzadas aquí y allá.
13:54Pero una de las doncellas más jóvenes, deseosa de ganarse el favor de la señora de la casa,
13:59escuchó la conversación y, en un intento de parecer diligente,
14:04se lo comentó a Victoria cuando le subió el agua caliente para el baño.
14:07La señora Isabel anda preguntando mucho por la merienda del otro día, señora.
14:14Parece preocupada por si algo no se hizo bien.
14:18La información, despojada de su contexto y su urgencia,
14:22llegó a Victoria como una simple anécdota del servicio.
14:27Pero para una mente tan astuta y desconfiada como la suya, fue una campana de alarma.
14:34Isabel, preocupada por una merienda de hacía días,
14:37Isabel era la eficiencia personificada,
14:40si algo hubiera estado mal, lo habría sabido en el momento.
14:45No, aquello era otra cosa.
14:47Alguien la había mandado a preguntar.
14:49Y en esa casa, solo había una persona con la audacia y el interés de remover el pasado reciente
14:54de una forma tan extraña.
14:56Su sobrino, Rafael.
15:00Victoria estaba en su tocador, cepillándose el largo cabello con gestos lentos y medidos,
15:05pero su mente trabajaba a un ritmo febril.
15:10¿Por qué Rafael querría saber quién sirvió la merienda?
15:13La respuesta le llegó con la claridad de un relámpago,
15:16y sintió un escalofrío que no tenía nada que ver con la corriente de aire que entraba por la ventana.
15:21Sospecha, Rafael sospechaba, no se había tragado la historia del ataque al corazón.
15:30Estaba investigando, y si Rafael investigaba, no tardaría en encontrar la verdad.
15:35O, peor aún, en encontrar una verdad a medias que podría destruirlos a todos de una forma mucho más dolorosa.
15:46Un sudor frío le recorrió la espalda.
15:48Tenía que detenerlo.
15:50Tenía que saber hasta dónde había llegado.
15:53Pero, sobre todo, tenía que asegurarse de que la principal culpable de todo,
15:58la única persona que podía unir todas las piezas, permaneciera en silencio.
16:02Úrsula.
16:05Mientras tanto, en las entrañas de la casa,
16:08en los pasillos del servicio donde la luz del sol apenas llegaba,
16:12otra alma vivía su propio infierno.
16:16Ana, la joven doncella, sentía que la culpa la estaba devorando viva.
16:21Era una presencia física, un nudo en la garganta que le impedía tragar,
16:25un peso en el estómago que le provocaba náuseas constantes.
16:28Cada vez que cerraba los ojos, veía la escena una y otra vez,
16:35como una obra de teatro macabra representada sólo para ella.
16:40Veía las manos de Úrsula, tan pálidas y elegantes,
16:44sosteniendo el pequeño frasco de cristal oscuro.
16:48Sólo unas gotas, Ana, es una medicina para el corazón del Señor.
16:52Está muy afectado últimamente, y esto le ayudará a calmarse.
16:56Pero debe ser un secreto, no le gusta que se sepa de sus achaques.
17:02La voz de Úrsula había sido suave como el terciopelo,
17:05pero sus ojos eran dos esquirlas de hielo.
17:09Ana, joven, impresionable y aterrorizada por la autoridad de la gobernanta,
17:15había obedecido sin hacer preguntas.
17:16Había visto cómo las gotas caían en la copa de Jerez,
17:22un líquido aceitoso que se disolvió sin dejar rastro.
17:27Luego, le había temblado tanto el pulso al llevar la bandeja que casi la tira al suelo.
17:31Tranquila, niña, no es nada, sólo estás ayudando al Señor.
17:38Pero cuando escuchó el grito de Adriana,
17:41cuando vio el cuerpo de don Julio desplomado en el sillón,
17:44comprendió la verdadera naturaleza de la medicina.
17:49No era para calmarlo, era para silenciarlo, para siempre.
17:53Desde entonces, vivía en un estado de pánico perpetuo.
17:56Cada susurro en los pasillos era sobre ella,
18:01cada mirada severa de Isabel una acusación.
18:04El sonido de unos pasos a sus espaldas la hacía sobresaltar,
18:09convencida de que venían a arrestarla.
18:12Y ahora, para colmo de su tormento,
18:16había empezado a escuchar los rumores.
18:18Al principio vagos, pero cada vez más concretos.
18:22El señorito Rafael estaba haciendo preguntas.
18:25Quería saber quién había servido las bebidas.
18:29El pánico se convirtió en terror puro.
18:32La iban a descubrir.
18:33Iría a la cárcel, o peor.
18:37Acabaría en el garrote vil.
18:39La imagen de su propio final la asaltaba en sueños,
18:42dejándola bañada en un sudor helado.
18:46No podía más.
18:47El secreto era un veneno que la consumía más lentamente
18:50que el que ella había ayudado a servir.
18:54Tenía que contarlo.
18:55Tenía que confesarlo todo.
18:57Limpiar su conciencia, aunque eso significara su perdición.
19:02Quizás si contaba la verdad,
19:04si explicaba que Úrsula la había engañado,
19:06la había coaccionado.
19:10Quizás entonces tendrían piedad de ella.
19:13Con el corazón martilleándole en el pecho
19:15con la fuerza de un animal enjaulado,
19:17tomó una decisión.
19:18Iría a buscar a la señora Úrsula.
19:22Le diría que no podía seguir con aquella farsa.
19:26Que iba a contárselo todo al señorito Rafael y a la señora Adriana.
19:30Encontró a Úrsula en el pequeño despacho donde llevaba las cuentas de la casa.
19:34La gobernanta estaba sentada ante el escritorio,
19:39su postura erguida,
19:40su moño impecable,
19:42la personificación del orden y el control.
19:47Levantó la vista del libro de contabilidad
19:49cuando Ana entró sin llamar,
19:51cerrando la puerta tras de sí con un golpe seco.
19:53¿Qué son estos modales, Ana?
19:58Dijo Úrsula,
19:59su voz fría y afilada como un estilete.
20:03Señora, yo, no puedo más.
20:06Balbuceó la doncella,
20:07las palabras tropezando unas con otras.
20:12Estaba pálida como un fantasma
20:14y temblaba de pies a cabeza.
20:16Úrsula la observó con detenimiento,
20:18sus ojos oscuros evaluando el estado de la muchacha.
20:21No le gustó lo que vio.
20:24El miedo era útil,
20:26pero el pánico era impredecible
20:27y peligroso.
20:30¿De qué estás hablando?
20:31Explícate con claridad
20:32y deja de temblar,
20:34pareces una hoja en una tormenta.
20:38El señorito Rafael
20:39está investigando.
20:41Soy yo, Zoana.
20:42Está preguntando por la merienda,
20:43por la copa de Jerez.
20:45Lo sabe,
20:46sabe que no fue natural.
20:47Nos van a descubrir,
20:49señora,
20:49nos van a descubrir.
20:50Yo no quiero ir a la cárcel.
20:54Úrsula se levantó de su silla,
20:56su movimiento lento,
20:58deliberado,
20:58casi serpentino.
21:00Se acercó a Ana
21:01y le puso una mano en el hombro.
21:05La mano estaba fría
21:06como el mármol de una tumba.
21:08Calmate,
21:09niña estúpida.
21:10Siseó,
21:11su voz ahora un susurro amenazante
21:13que lava la sangre.
21:17Nadie va a descubrir nada
21:18si mantienes la boca cerrada.
21:20¿Me oyes?
21:21Eres una simple doncella.
21:24Nadie sospechará de ti.
21:25Creerán antes
21:26que el duque de Alba
21:27envenenó a su propio primo.
21:31Pero yo no puedo seguir así.
21:33Gritó Ana,
21:34fuera de sí.
21:35Esta culpa me está matando.
21:37Voy a confesarlo todo.
21:38Se lo diré a la señora Adriana.
21:40Le diré que usted me obligó,
21:41que me engañó.
21:42La bofetada fue tan rápida y brutal
21:46que Ana ni siquiera la vio venir.
21:48El chasquido resonó en la pequeña habitación
21:50y la cabeza de la doncella
21:52se giró violentamente
21:53por la fuerza del impacto.
21:57Se llevó una mano a la mejilla,
21:59que ardía con un dolor punzante,
22:01y miró a Úrsula
22:02con los ojos llenos de lágrimas y terror.
22:04El rostro de Úrsula se había transformado.
22:08La máscara de control se había resquebrajado,
22:11revelando la crueldad que se escondía debajo.
22:16Sus ojos eran dos pozos de oscuridad sin fondo.
22:19Escúchame bien,
22:20pequeña rata asustada.
22:22Dijo,
22:23su voz baja y cargada de veneno.
22:27Tú y yo estamos juntas en esto.
22:29Si yo caigo,
22:30tú caes conmigo.
22:31Pero te aseguro que tu caída
22:32será mucho más dolorosa que la mía.
22:36Si abres la boca,
22:37si le dices una sola palabra a alguien,
22:40haré que desees no haber nacido.
22:43Haré que te acusen no sólo de asesinato,
22:45sino de robo.
22:47Diré que te vi metiendo
22:48las joyas de la señora en tu delantal.
22:52Nadie creerá tu palabra contra la mía.
22:54Acabarás tus días pudriéndote
22:56en la peor celda de la prisión,
22:58si es que no te cuelgan antes.
23:01¿Lo has entendido?
23:02Ana,
23:03paralizada por el miedo,
23:05sólo pudo asentir
23:06los sollozos ahogados en su garganta.
23:10Ahora,
23:11lárgate de mi vista.
23:12Ordenó Úrsula,
23:14volviendo a su escritorio
23:15como si nada hubiera pasado.
23:18Y recuerda,
23:19Ana,
23:19una palabra,
23:20sólo una,
23:21y estarás muerta.
23:23Ana salió corriendo del despacho,
23:25tropezando en su huida,
23:26con el eco de la amenaza
23:28resonando en sus oídos.
23:29Pero Úrsula se quedó allí,
23:33inmóvil,
23:33mirando la puerta cerrada.
23:35La calma había vuelto a su rostro,
23:38pero sus pensamientos eran un torbellino helado.
23:40La muchacha era un problema.
23:44Un cabo suelto.
23:45Su pánico la convertía en un peligro inminente.
23:49Intentar controlarla con amenazas sólo funcionaría a corto plazo.
23:52A la larga,
23:54se rompería y hablaría.
23:56Y Úrsula no podía permitirlo.
23:59Ana se había convertido en un problema que necesitaba una solución.
24:04Una solución permanente.
24:06En ese momento,
24:08la aterrorizada doncella no sólo se había convertido en un peligro para Úrsula,
24:12se había convertido,
24:14sin saberlo,
24:15en su próxima víctima.
24:16Lejos de allí,
24:19en la quietud sagrada de la capilla de la finca,
24:22Victoria se encontró con otra amenaza potencial para el frágil equilibrio de su mundo.
24:29Matilde,
24:29la joven de la casa pequeña,
24:32estaba arrodillada en uno de los bancos,
24:34rezando con un fervor que a Victoria le pareció casi indecente.
24:37La presencia de aquella muchacha en la casa grande siempre la había incomodado.
24:44Era un recordatorio constante de los lazos de sangre que unían a las dos familias,
24:49lazos que ella preferiría cortar para siempre.
24:54Con el nerviosismo por las sospechas de Rafael todavía a flor de piel,
24:58Victoria se acercó a ella.
25:02Sus pasos resonaron en el silencio de la capilla.
25:04Matilde,
25:06dijo,
25:07su tono cortante.
25:10La joven se sobresaltó y se giró,
25:12poniéndose en pie de un salto.
25:14Señora Victoria.
25:16Yo solo.
25:19Sé perfectamente lo que hacías.
25:21Lo que no entiendo es por qué lo haces aquí.
25:23La interrumpió Victoria,
25:25su mirada recorriéndola con desdén.
25:29Me parece recordar que hay unas normas muy claras en esta finca.
25:32Los habitantes de la casa pequeña tienen su propia capilla.
25:38No tienen permitido el acceso a la casa grande,
25:41a menos que se les llame expresamente.
25:45O es que tu memoria te falla.
25:47Matilde se encogió,
25:49sintiéndose pequeña e insignificante bajo la mirada glacial de la mujer.
25:52Lo siento, señora.
25:57Solo quería rezar por el alma de don Julio.
25:59Él siempre fue muy bueno con nosotros.
26:03La bondad de mi difunto cuñado a veces rayaba en la imprudencia.
26:07Replicó Victoria con acidez.
26:11Pero las normas son las normas.
26:13Y están para cumplirse.
26:14No quiero volver a verte por aquí.
26:16¿Entendido?
26:19Sí, señora.
26:21Perfectamente.
26:22Matilde hizo una pequeña reverencia
26:24y prácticamente huyó de la capilla,
26:26con el corazón encogido.
26:29Pero para Victoria,
26:31el encuentro no había sido solo una reafirmación de su autoridad.
26:37Había sido un recordatorio.
26:39Matilde, su hermano, Martín,
26:41el secreto que los unía.
26:42Si Rafael seguía escarbando,
26:46si empezaba a hacer preguntas sobre todos los secretos de la familia,
26:50no solo descubriría lo de Julio.
26:54Podría descubrir lo otro.
26:55El secreto más antiguo,
26:57el más peligroso de todos.
26:59El que demostraba que la sangre de los de la casa pequeña
27:01corría también por las venas de los de la casa grande.
27:06Matilde, por su parte,
27:08temblaba mientras se alejaba.
27:10El desprecio en la voz de Victoria
27:11había sido palpable.
27:14Y si lo sabía,
27:15y si de alguna manera había descubierto que Martín,
27:18el mozo de cuadras al que trataban como a un perro,
27:21era en realidad su hermano.
27:23El hijo bastardo de su padre,
27:25la idea la aterrorizaba.
27:28La revelación no solo los cubriría de vergüenza a ellos,
27:31sino que podría poner en peligro la vida de Martín.
27:34La señora Victoria era capaz de cualquier cosa para proteger el buen nombre y la herencia de su familia.
27:43Matilde apretó el rosario que llevaba en la mano y rezó con más fuerza que nunca,
27:48pero esta vez no por el alma de Julio,
27:50sino por la seguridad de su hermano.
27:51En otra ala de la mansión,
27:56el dolor tomaba formas diferentes,
27:58más afiladas y crueles.
28:02Bárbara no encontraba consuelo para la pérdida de Leonardo,
28:06o más bien,
28:06para la humillación que sentía.
28:08Y había decidido canalizar toda su rabia y su frustración hacia la persona que consideraba culpable,
28:16Irene.
28:17La encontró en el salón,
28:20sentada junto a la ventana,
28:21con la mirada perdida en el jardín.
28:25La pena por la muerte de Julio la había dejado vacía,
28:28un cascarón hueco.
28:30Bárbara se plantó delante de ella,
28:32con los brazos en jarras y una expresión de furia contenida.
28:38¿Contenta?
28:39Espetó,
28:40sin preámbulos.
28:41Irene levantó la vista,
28:43sus ojos nublados por la confusión.
28:47¿Qué, Bárbara?
28:48No estoy de humor para...
28:50Oh, no,
28:51claro que no.
28:52Tú nunca estás de humor para nada que no sea tu propia miseria.
28:56La atacó Bárbara,
28:57su voz subiendo de volumen.
29:01Te lo advertí,
29:02Irene.
29:03Te dije que te alejaras de Leonardo.
29:05Pero no me hiciste caso.
29:08Tenías que jugar a ser su amiga,
29:10su confidente.
29:11Y mira lo que has conseguido.
29:13Por tu culpa,
29:14lo he perdido.
29:15Se ha ido.
29:17Bárbara,
29:18por el amor de Dios,
29:19¿cómo puedes decir eso?
29:21Respondió Irene,
29:22su voz temblorosa de incredulidad y dolor.
29:27Leonardo tomó su propia decisión.
29:29Y además,
29:30¿no te das cuenta de lo que ha pasado?
29:32Julio está muerto.
29:33Mi primo,
29:34tu amigo,
29:35¿es que no tienes ni una pizca de compasión?
29:37Siempre Julio,
29:40todo gira siempre en torno a Julio y a tu dolor.
29:43Replicó Bárbara,
29:44cruel.
29:46Pues mi dolor también importa.
29:48Y tú eres la culpable.
29:50Lo sedujiste con tus aires de mosquita muerta y me lo arrebataste.
29:55Justo en ese momento,
29:56Leonardo,
29:57que había escuchado los gritos desde el pasillo,
30:00entró en la habitación.
30:01Su rostro reflejaba cansancio y tristeza.
30:06Bárbara,
30:07basta ya.
30:08Dijo,
30:09con una autoridad tranquila pero firme.
30:13Leonardo,
30:14exclamó Bárbara,
30:15su ira transformándose momentáneamente en una esperanza desesperada.
30:19Has vuelto.
30:23He vuelto a recoger mis cosas.
30:25Aclaró él,
30:26y las palabras cayeron como piedras sobre el corazón de Bárbara.
30:31Y he vuelto porque no puedo creer que estés haciendo esto.
30:35No ves cómo está Irene.
30:36Acaba de perder a su primo.
30:39Todos hemos perdido a un amigo.
30:41Y tú la estás atacando de esta manera.
30:43Ella tiene la culpa.
30:45Insistió Bárbara,
30:46señalando a Irene con un dedo acusador.
30:50Nadie tiene la culpa.
30:52Dijo Leonardo,
30:53acercándose a ella y bajándole la mano con suavidad.
30:58Las cosas entre nosotros no funcionaban,
31:00y lo sabes.
31:01No uses a Irene como excusa.
31:05Lo último que necesitamos en un momento tan doloroso como este es alejarnos,
31:09atacarnos los unos a los otros.
31:11Deberíamos estar apoyándonos.
31:15Somos amigos.
31:16O al menos,
31:17lo éramos.
31:18Las palabras de Leonardo,
31:20llenas de una sensatez dolorosa,
31:22parecieron calmar a Bárbara por un momento.
31:26Pero la herida de su orgullo era demasiado profunda.
31:30Miró a Irene,
31:31que lloraba en silencio,
31:32y luego a Leonardo,
31:34cuyo rostro solo mostraba pena,
31:36no amor.
31:36Sin decir una palabra más,
31:41se dio la vuelta y salió del salón,
31:43dejando tras de sí un silencio cargado de reproches y afectos rotos.
31:49Irene se cubrió el rostro con las manos,
31:51y Leonardo se sentó a su lado,
31:53sin saber qué decir para remendar tanto dolor.
31:56Y las confrontaciones no cesaban.
32:00El veneno que había matado a Julio parecía haberse esparcido por toda la finca,
32:04infectando todas las relaciones.
32:08Alejo,
32:09el hijo del capataz José Luis,
32:11buscó a su padre en los establos.
32:13La breve y aparente reconciliación que habían tenido unos días atrás se había desvanecido,
32:19revelándose como lo que siempre fue,
32:21una farsa.
32:21—¿Me mentiste? —dijo Alejo,
32:26su voz plana,
32:28desprovista de la ira de antaño,
32:30cargada de una decepción mucho más pesada.
32:34José Luis,
32:35que estaba revisando la pata de un caballo,
32:37ni siquiera se dignó a mirarlo.
32:40—No sé de qué me hablas,
32:42muchacho.
32:44—Oh,
32:44sí que lo sabes —insistió Alejo,
32:47plantándose frente a él.
32:48—Me hiciste creer que me apoyarías,
32:52que por fin confiabas en mí para encargarme de las tierras de la casa pequeña.
32:57—Que creías en mi proyecto.
33:00Fue todo mentira.
33:01Yo creo en el trabajo duro,
33:03no en las fantasías de un niño rico que juega a ser granjero.
33:07Escupió José Luis,
33:08enderezándose y mirando a su hijo con desprecio.
33:11—No soy un niño rico.
33:14Y no estoy jugando.
33:16Esas tierras pueden ser productivas.
33:18Pueden dar trabajo a mucha gente.
33:22—Pero tú no quieres eso,
33:23¿verdad?
33:24Lo que yo quiero es que dejes de soñar despierto
33:27y te pongas a trabajar de verdad,
33:29bajo mis órdenes,
33:30como debe ser.
33:33—Aprender el oficio desde abajo.
33:35—No.
33:35Lo que tú quieres es que fracase.
33:37Lo acusó Alejo,
33:39y la verdad de sus palabras resonó entre ellos.
33:44—No soportas la idea de que yo pueda conseguir algo por mí mismo.
33:48No soportas que pueda tener éxito sin ti.
33:52—Jamás permitirás que prospere con esas tierras, ¿verdad?
33:55Harás todo lo que esté en tu mano para sabotearme.
33:59José Luis no respondió.
34:00Su silencio fue la más elocuente de las confesiones.
34:03Una sonrisa amarga se dibujó en los labios de Alejo.
34:07—Lo sabía,
34:09gracias por confirmármelo, padre.
34:11Al menos ahora sé a qué atenerme.
34:13Se dio la vuelta y se marchó,
34:15dejando a José Luis con una expresión indescifrable en el rostro.
34:20La brecha entre ellos se había convertido en un abismo insalvable.
34:24Alejo comprendió en ese instante que su verdadera lucha
34:27no era contra la tierra yerma ni contra las malas cosechas,
34:31sino contra la envidia y el resentimiento de su propio padre.
34:34En medio de todas estas tensiones,
34:38de las investigaciones secretas,
34:40las culpas carceleras y los odios familiares,
34:43Adriana, la viuda, la mujer en el centro del huracán,
34:47encontró un momento para librar una de sus propias batallas.
34:50El dolor no había anulado su sentido del deber,
34:56su responsabilidad como cabeza de la familia Salcedo de la Cruz.
35:00Se vistió con sus mejores ropas de luto,
35:03una armadura de seda negra,
35:05y solicitó una audiencia con el duque,
35:07propietario de las tierras colindantes.
35:09Lo recibió en su suntuoso despacho,
35:14un hombre de aspecto disoluto y sonrisa fácil
35:16que no lograba ocultar la debilidad de su carácter.
35:20Mi querida Adriana,
35:22lamento profundamente tu pérdida.
35:25Dijo,
35:25con un tono afectado que a ella le revolvió el estómago.
35:30Julio era un gran hombre,
35:32un pilar de nuestra comunidad.
35:34Le agradezco sus palabras,
35:36Duque.
35:36Respondió Adriana,
35:38su voz firme,
35:39sin un atisbo de la fragilidad que sentía por dentro.
35:44Pero no he venido a recibir el pésame.
35:46He venido a hablar de negocios.
35:48El duque pareció sorprendido.
35:51¿Negocios?
35:52Hija mía,
35:53en un momento como este.
35:55Precisamente en un momento como este,
35:57lo cortó ella.
36:00La vida sigue,
36:01y las deudas también.
36:02Le recuerdo que mantiene un pago pendiente
36:04con mi familia por el alquiler de las tierras de pasto.
36:09Una cantidad considerable,
36:11que ya debería haber sido abonada hace dos meses.
36:14El hombre carraspeó,
36:15incómodo.
36:18Sí,
36:19bueno,
36:20con todo este revuelo,
36:21la administración se ha retrasado un poco.
36:24Te aseguro que
36:24no quiero seguridades,
36:27Duque.
36:28Quiero el dinero.
36:29Mi familia lo necesita.
36:30La muerte de mi marido ha dejado las cosas en una situación.
36:34Delicada,
36:37y no puedo permitirme la generosidad de condonar deudas,
36:40por muy ilustre que sea el deudor.
36:44Su mirada era directa,
36:45implacable.
36:46El duque,
36:47acostumbrado a tratar con hombres a los que podía engatusar con promesas vacías,
36:52se encontró desarmado ante la determinación de acero de aquella mujer vestida de luto.
36:56Vio en sus ojos que no aceptaría un no por respuesta,
37:01que no se dejaría amedrentar por su título ni por sus excusas.
37:06Está bien, Adriana,
37:07está bien.
37:09Cedió,
37:10levantando las manos en señal de rendición.
37:14Daré orden a mi administrador de que prepare el pago de inmediato.
37:18Lo tendrás mañana mismo.
37:19Lo espero,
37:22dijo ella,
37:23levantándose.
37:24Que tenga un buen día,
37:26duque.
37:27Salió del despacho con la cabeza alta,
37:29dejando al duque desconcertado y vagamente humillado.
37:33En el camino de vuelta a la casa grande,
37:36Adriana sintió una extraña mezcla de triunfo y desolación.
37:41Había ganado una pequeña batalla,
37:44había demostrado que podía ser fuerte,
37:46que podía defender los intereses de su casa.
37:49Pero al volver a la mansión,
37:53el recuerdo de por qué tenía que hacerlo la golpeó con la fuerza de una ola.
37:58Estaba sola,
37:59y vivía bajo el mismo techo que el asesino de su marido.
38:02La noche cayó sobre valle salvaje,
38:04pero no trajo consigo la paz.
38:08Trajo sombras que se alargaban como dedos acusadores
38:10y un silencio que gritaba los secretos que todos se esforzaban por ocultar.
38:14Rafael no podía dormir.
38:18Daba vueltas en su cama,
38:20la mente trabajando sin descanso.
38:24La imagen de Julio, su amigo, su rival,
38:27el hombre al que había traicionado y que,
38:29a pesar de todo,
38:31le había ofrecido la libertad,
38:33no se apartaba de su pensamiento.
38:34La promesa que le había hecho a Adriana resonaba en su alma.
38:40Encontraré a quien le hizo esto.
38:43Y mientras Rafael juraba venganza,
38:46Úrsula,
38:47en la soledad de su habitación,
38:49planeaba su próximo movimiento.
38:51La histeria de Ana era una variable que no podía controlar,
38:56una chispa que podía prender fuego a todo su mundo.
39:00No podía arriesgarse.
39:02Abrió un pequeño cofre de madera que guardaba bajo llave en su armario.
39:08Dentro,
39:09junto a otros frascos y cajas pequeñas,
39:11había un polvo blanquecino envuelto en un papel de seda.
39:14Inodoro,
39:17insípido,
39:18mortal en las dosis adecuadas.
39:20Miró el paquete con una calma escalofriante.
39:24Era una lástima.
39:25Ana era una buena trabajadora,
39:27obediente y discreta.
39:28Hasta ahora.
39:31Pero en el juego de la supervivencia,
39:33las piezas débiles debían ser sacrificadas.
39:37Un accidente.
39:39Una caída desafortunada por las escaleras.
39:41Una enfermedad súbita y violenta.
39:45Había muchas maneras de que una joven doncella desapareciera sin levantar sospechas.
39:52Cerró el cofre y lo guardó.
39:54Su decisión estaba tomada.
39:55Ana iba a confesar,
39:57sí,
39:57pero no a Rafael.
40:00Iba a confesar sus pecados directamente a Dios.
40:03Y lo haría muy,
40:04muy pronto.
40:05El valle,
40:06que parecía salvaje por su naturaleza indómita,
40:08lo era en realidad por los corazones oscuros de quienes lo habitaban.
40:12Corazones donde la muerte era sólo una herramienta más para proteger sus mentiras.
40:18La noche del 3 de septiembre sería larga,
40:21y el amanecer traería consigo no la luz,
40:24sino la sombra de una nueva tragedia.
40:26La noche del 3 de septiembre sería normal,
40:27y el amanecer traería a la luz,
40:32pero la luz era急os de que se volvía a conocer sus mentiras.
40:35No la noche del 3 de septiembre sería la mayor.
40:36La noche del 3 de septiembre sería un gran marco de la luz,
40:37y el amanecer traería a la luz.
40:38La noche del 3 de septiembre sería un gran marco,
40:40y el amanecer traería a la luz.
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