Un mes después de que las torrenciales lluvias del monzón provocaran el peor desastre natural de la historia de Pakistán, las aguas comienzan a retroceder, pero dejan a innumerables supervivientes en riesgo de muerte por hambre o enfermedades. El desastre ha provocado la muerte de al menos 1.643 personas, ha obligado a más de seis millones a huir de sus hogares, ha producido daños por miles de millones de dólares a las infraestructuras y el vital sector agrícola, y ha aumentado la ira contra el Gobierno por la lentitud de su respuesta. teleSUR
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