Su nombre es Raúl Vicente Nápoli, alias "el Tano". Este hombre no es un delincuente común; durante décadas vistió el uniforme de suboficial de la Policía Bonaerense. Pero según la investigación, aprovechó ese conocimiento interno para convertirse en un operador clave del crimen organizado en la zona. Su rol habría sido el de un nexo privilegiado: alertaba a bandas narco sobre procedimientos policiales, interfería en investigaciones para adulterar pruebas o generar demoras, y facilitaba la toma de terrenos. Incluso se sospecha que comercializaba droga que había sido secuestrada en allanamientos. Su detención, ordenada por la jueza federal Alicia Vence, no fue fácil: Napoli resistió a tiros desde su vivienda antes de ser reducido. Su caso expone cómo un ex agente de la ley utilizó su experiencia para operar con impunidad desde las sombras del narcotráfico.
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