La temperatura del Golfo de California aumentó al menos 3°C en los últimos 20 años, y las consecuencias ya se sienten: pérdida del 40% de la riqueza de peces, cambios en arrecifes rocosos y la aparición —por primera vez documentada— de babosas marinas como bioindicadores. Un equipo de la UABCS comparó datos de 1999-2005 con investigaciones de 2024-2025 en la Isla San José, uno de los laboratorios naturales más valiosos del país.
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