En 2015 China puso en marcha un plan para liderar varias industrias tecnológicas clave. En todo este proceso y gracias a ser el mayor productor de litio y tierras raras, empezaron a surgir muchísimas marcas chinas de coches eléctricos. Con su propio mercado saturado y una competencia brutal, marcas como BYM, OMODA o MG empezaron mirar hacia fuera, hacia Europa. España se ha convertido en su puerta de entrada.
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