La pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, declaró este martes ante el Tribunal Supremo en el juicio contra Álvaro García Ortiz, investigado por un presunto delito de revelación de secretos a raíz de la querella que González Amador interpuso tras la filtración. Durante su testimonio, explicó que siempre confió en que el caso se resolvería de manera discreta mediante un acuerdo con la Fiscalía, con una pena reducida. Aseguró que aceptó esa vía para evitar cualquier perjuicio a Ayuso, quien —recordó— no era su pareja en el momento de los hechos investigados por la Agencia Tributaria. Sin embargo, sus planes se truncaron cuando el caso se hizo público. "Yo pasé a ser el delincuente confeso del Reino de España. Estaba muerto. El señor García Ortiz, el fiscal general del Estado, me había matado públicamente, me había destrozado por completo". Con estas palabras, Alberto González Amador describió, dirigiéndose al fiscal general, el calvario personal y mediático que asegura haber vivido desde marzo del año pasado, cuando se hizo público que la Fiscalía había presentado una denuncia en su contra por fraude fiscal. La polémica se intensificó tras la filtración de un correo en el que su abogado reconocía que "ciertamente se han cometido dos delitos contra la Hacienda Pública".
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