Un día después del letal operativo policial que dejo más de 100 muertos en una favela de Río de Janeiro, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció el envío de autoridades federales a la ciudad y dijo que no aceptaran que el crimen organizado continúe oprimiendo vecinos y esparciendo drogas y violencia por las ciudades, pero añadió que se requiere un trabajo coordinado sin poner a inocentes en riesgo.
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