Sanae Takaichi ha hecho historia este martes al convertirse en la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra de Japón. Su llegada al poder rompe con décadas de tradición política en el país asiático, donde nunca antes una mujer había liderado el gobierno.
A sus 64 años, Takaichi es también una figura atípica: fan del heavy metal, exbaterista de una banda universitaria y motociclista apasionada, ha confesado que toca la batería eléctrica en casa y canta canciones de Iron Maiden para aliviar el estrés. Hija de una policía y de un obrero del sector automovilístico, Takaichi no proviene de ninguna dinastía política, algo inusual en la élite japonesa.
Su ascenso dentro del conservador Partido Liberal Democrático (PLD), del cual lidera su ala más derechista, marca un giro significativo en la política japonesa. Inspirada por Margaret Thatcher, Takaichi promueve una visión nacionalista y de fortalecimiento del poder militar de Japón, abogando por un rearme estratégico y una política económica que combine recortes fiscales con un fuerte gasto público. Su elección supone un antes y un después en la historia política del país y refuerza su mensaje de "resurgimiento japonés" como potencia global.
Sé la primera persona en añadir un comentario