Los campesinos Oromo cultivan café orgánico como un acto de resistencia ecológica y cultural. Al rechazar los químicos y proteger los árboles sagrados que generan sombra, lluvia y biodiversidad, no solo producen un café excepcional, sino que preservan las islas de bosque tropical que han sobrevivido a la explotación, asegurando un futuro sostenible para su tierra y su pueblo. teleSUR
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