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00:00Curro e Ángela planeam huir de Lorenzo.
00:07O capítulo 686 de La Promesa, martes 30 de setembro,
00:13chega cargado de tensão e revelações.
00:17Ángela vive aterrada ante a possibilidade de que Lorenzo descubra o plan secreto de Curro
00:21e decida vengar-se sem piedade.
00:25Podrão escapar antes de que seja demasiado tarde.
00:28Mientras tanto, Leocadia mueve sus piezas para quedarse con el control de las tierras
00:32tras la marcha de Catalina, aunque Alonso no se deja convencer tan fácilmente.
00:39En hora continua su misterioso juego, robando planos y levantando cada vez más sospechas
00:44de Manuel, que empieza a descubrir que nadie sabe quién es realmente.
00:50Adriano se hunde en la tristeza por la ausencia de Catalina,
00:53mientras Martina intenta sostenerlo y pide ayuda a Jacobo.
00:57Vera e Federico se enfrentan a una conversación inesperada que siembran más dudas que certezas.
01:05E, en medio de todo, Cristóbal se siente desplazado y busca apoyo en Leocadia para no perder
01:10su autoridad.
01:11Una noche donde las máscaras caen y los secretos empiezan a salir a la luz.
01:17¿Quién logrará imponerse en el tablero de la promesa?
01:19El silencio en la promesa era una bestia de mil cabezas, cada una de ellas un eco, un recuerdo,
01:28una premonición.
01:31En la quietud de la noche, cuando los pasillos se convertían en arterias oscuras y el único
01:36sonido era el crujir de la madera antigua, los secretos y los miedos campaban a sus anchas,
01:41apoderándose de las almas que aún velaban.
01:46Ángela era una de esas almas.
01:48No dormía.
01:49El sueño se había convertido en un lujo inalcanzable.
01:52Un país extranjero al que su mente, atormentada, no tenía pasaporte.
01:58Sentada en el borde de su austera cama en la zona del servicio, con las manos entrelazadas
02:03con tanta fuerza que los nudillos se le habían vuelto blancos como la cera de una vela, sentía
02:08el latido de su corazón como un tambor de guerra en la caja torácica.
02:13No era un ritmo constante y vital, sino una percusión frenética y desordenada que amenazaba
02:18con romperle las costillas.
02:22Cada sombra que se movía por el rabillo del ojo, cada susurro del viento contra los
02:26postigos, era él.
02:30Lorenzo, el nombre era un veneno en el aire, una sílaba que contenía la personificación
02:35de la crueldad.
02:38El plan de Curro era una cerilla en un polvorín, una locura valiente, sí, pero una locura
02:43al fin y al cabo.
02:47Huir, escapar de las garras del capitán de la mata.
02:50La idea era tan seductora como aterradora.
02:54Ángela cerró los ojos e intentó visualizarlo.
02:57Curro y ella, lejos de allí, en un lugar donde el sol no proyectara la sombra ominosa
03:02de Lorenzo, donde pudieran respirar sin sentir el filo de una navaja en la garganta.
03:08Pero la imagen se desvanecía, sustituida por el rostro del capitán.
03:13Sus ojos, fríos y calculadores, capaces de despojar a un hombre de su dignidad con una
03:18sola mirada.
03:21Su sonrisa, una mueca fina y cruel que prometía dolor, conocía a Lorenzo.
03:26No como lo conocían los marqueses o los otros señores, que veían su fachada de militar
03:31condecorado y hombre de mundo.
03:35Ella conocía a la bestia que se ocultaba bajo el uniforme, la que disfrutaba con el sufrimiento
03:40ajeno, la que no conocía la piedad ni el remordimiento.
03:45Si descubría lo que Curro planeaba, no habría represalias.
03:49No, esa palabra era demasiado civilizada.
03:53Habría una aniquilación.
03:54Lorenzo no castigaría a Curro.
03:57Lo desmantelaría, pieza por pieza, hasta que no quedara nada de aquel joven valiente
04:01y lleno de sueños.
04:04Y a ella, a ella la haría observar.
04:06Ese era su estilo.
04:08Un escalofrío helado le recorrió la espalda, tan intenso que la hizo jadear.
04:14Se levantó y caminó descalza sobre el frío suelo de piedra.
04:17Se asomó a la pequeña ventana, mirando la vasta oscuridad de los campos que rodeaban
04:22la promesa.
04:25Parecían un océano negro e infinito, y ellos dos, Curro y ella, eran náufragos en una balsa
04:31diminuta a punto de ser engullida por la tormenta.
04:36Madre mía, protégenos, susurró al cristal empañado por su aliento.
04:41No dejes que nos encuentre.
04:44No dejes que le haga daño.
04:45La pregunta resonaba en el vacío de su habitación, una y otra vez, ¿lograrían llevar a cabo
04:51su plan?
04:52¿Podrían burlar la vigilancia de un hombre que parecía tener ojos y oídos en cada rincón
04:56de la finca?
04:58La esperanza era una llama diminuta y parpadeante, y el terror, un vendaval que amenazaba con extinguirla
05:04para siempre.
05:06Mientras el miedo de Ángela tejía telarañas en las estancias del servicio, en el corazón
05:11de la casa, en el despacho del marqués, se libraba una batalla muy diferente.
05:15No era una lucha de vida o muerte, pero sí de poder y autoridad.
05:21Leocadia, con su porte siempre erguido y una expresión de calculada serenidad, se encontraba
05:27frente a Alonso, cuyo rostro era una máscara de perplejidad y creciente irritación.
05:31La noticia de la marcha de Catalina había caído como una bomba, dejando un cráter de incertidumbre
05:38y tristeza.
05:41Y ahora, Leocadia, con una audacia que a Alonso le resultaba casi insultante, se ofrecía
05:47a rellenar ese vacío.
05:48No a ayudar, no a colaborar, a encargarse, a asumir el control.
05:55Con todo el respeto, Marqués, comenzó Leocadia, su voz un terciopelo que escondía a cero,
06:01entiendo su reticencia.
06:04Catalina ha dejado un listón muy alto y su labor era encomiable.
06:08Nadie pretende sustituirla.
06:09Alonso alzó una ceja, su mirada clavada en ella.
06:14Estaba sentado detrás de su imponente escritorio de caoba, un bastión de autoridad que Leocadia
06:19parecía no respetar.
06:22Y sin embargo, eso es precisamente lo que pareces proponer, Leocadia.
06:28Usas la palabra encargarse, no ayudar.
06:32Hay un matiz importante.
06:34El matiz es la eficiencia, Marqués, replicó ella sin pestañear.
06:39Las tierras no pueden quedar a la deriva.
06:42La cosecha, los jornaleros, los proveedores.
06:47Todo requiere una mano firme y una supervisión constante.
06:50Con la situación actual, con su mente y su corazón lógicamente ocupados en asuntos
06:55de mayor envergadura como el bienestar de su hija y la delicada situación de la señora
06:59Pía, alguien debe tomar las riendas con decisión.
07:04Su argumento era lógico, casi irrebatible en la superficie.
07:07Pero Alonso no era un hombre que se dejara engañar por la lógica aparente.
07:13Conocía a Leocadia.
07:14Había observado su ambición, una corriente subterránea que a veces emergía en una mirada,
07:20en una palabra cuidadosamente elegida.
07:22Mi mente y mi corazón están donde deben estar, Leocadia, contestó Alonso, su tono volviéndose
07:30más frío.
07:33Pero eso no significa que haya perdido mi capacidad de juicio.
07:37¿Qué sabes tú de la gestión de unas tierras como estas?
07:40Has sido ama de llaves, una excelente, no lo niego.
07:42Pero esto es un mundo completamente distinto.
07:48Hablamos de agronomía, de finanzas, de negociaciones con hombres duros que no se impresionan por
07:53un discurso bien articulado.
07:57Leocadia esbozó una sonrisa mínima, apenas una curva en sus labios.
08:02Subestima mi capacidad de aprendizaje, Marqués.
08:05Y quizás sobreestima la complejidad del asunto.
08:10Al final, todo se reduce a la organización, la disciplina y la capacidad de hacer que los
08:15demás cumplan con su deber.
08:18Principios que he aplicado con éxito en esta casa durante años.
08:22Además, no pretendo hacerlo sola.
08:26Me apoyaré en los capataces.
08:28Estudiaré los libros que Catalina tan meticulosamente llevaba.
08:33No pido un cheque en blanco.
08:35Sino la oportunidad de demostrar que puedo ser de más utilidad que simplemente supervisando
08:39la limpieza del polvo y la correcta disposición de la cubertería.
08:45La tensión en la habitación era palpable.
08:47Las palabras de Leocadia eran un desafío envuelto en deferencia.
08:53Estaba cuestionando su papel, su lugar, y al mismo tiempo, la capacidad de Alonso para
08:58manejar la crisis.
08:59El marqués se recostó en su sillón, los dedos tamborileando sobre la madera pulida.
09:08La marcha de Catalina le dolía como una herida abierta, y la propuesta de Leocadia se sentía
09:13como si estuviera echando sal en ella.
09:15Era como si la ausencia de su hija fuera una oportunidad para otros.
09:21Tu lealtad a esta casa nunca ha estado en duda, Leocadia, dijo finalmente, eligiendo sus palabras
09:27con cuidado.
09:27Pero tu ambición, a veces, me hace cuestionar tus motivos.
09:33Esto no es por el bien de la promesa, ¿verdad?
09:36Esto es por ti.
09:38¿Acaso ambas cosas son mutuamente excluyentes, Marqués?
09:42Respondió ella, impávida.
09:46Si yo prospero asegurando la prosperidad de la promesa, ¿no ganamos todos?
09:51Catalina se ha ido.
09:52Es un hecho doloroso, pero innegable.
09:55La pregunta no es por qué lo hago, sino si alguien más está dispuesto y es capaz de
10:00hacerlo.
10:02¿Lo está usted, ahora mismo, o prefiere que el legado de su hija se marchite por falta
10:07de atención?
10:09El golpe fue bajo y certero.
10:11Alonso sintió una punzada de ira.
10:13Ella estaba usando a su propia hija en su contra.
10:17La conversación había terminado, no porque Leocadia le hubiera convencido, sino porque
10:22le había agotado.
10:25La veía ahora con una claridad incómoda.
10:28No era solo una empleada leal, era una jugadora, una estratega que esperaba su momento.
10:35Y la crisis actual, la suma de todas las desgracias que asolaban a la familia, era su momento.
10:43Consideraré tu ofrecimiento, dijo Alonso, su voz cargada de un cansancio que iba más
10:49allá de lo físico.
10:52Ahora, si me disculpas, tengo otros asuntos que atender.
10:56Leocadia sintió, una inclinación de cabeza respetuosa que contenía un brillo de victoria.
11:01Por supuesto, Marqués, salió del despacho dejando a Alonso sumido en un mar de dudas
11:08y un profundo sentimiento de desconfianza.
11:13El enemigo, a veces, no estaba en el campo de batalla, sino bajo tu propio techo, sonriendo
11:19con la máscara de la lealtad.
11:20En el hangar, el olor a aceite, metal y madera impregnaba el aire.
11:27Era el santuario de Manuel, el lugar donde sus sueños tomaban forma de alas y hélices.
11:33Pero últimamente, ese santuario se sentía profanado.
11:36La presencia de Enora, esa joven enigmática y supuestamente apasionada por la aviación,
11:42había introducido una nota discordante en la sinfonía de su trabajo.
11:45Manuel y Toño estaban revisando el tren de aterrizaje de uno de los prototipos.
11:52El trabajo era meticuloso y requería concentración, pero la mente de Manuel no dejaba de desviarse.
11:59No sé, Toño, dijo Manuel, apretando una tuerca con más fuerza de la necesaria.
12:05Hay algo en ella que no me encaja.
12:08Toño, tumbado bajo el fuselaje, resopló.
12:11Vamos, Manuel, es solo una chica entusiasta.
12:15Un poco extraña, quizás, pero ¿quién de nosotros no lo es?
12:20Le fascinan tus diseños, es normal que quiera estar cerca y aprender.
12:26¿Aprender o copiar?
12:27Replicó Manuel en voz baja, casi para sí mismo.
12:31La noche anterior, mientras trabajaba hasta tarde,
12:34tuvo la extraña sensación de que algo no estaba en su sitio.
12:37Un lápiz movido, una regla ligeramente descolocada en su mesa de diseño.
12:44Eran detalles nimios, insignificantes, que cualquiera podría atribuir al cansancio o al desorden.
12:49Pero Manuel era un hombre de detalles.
12:54Su vida como aviador y como diseñador dependía de ellos.
12:59Y su instinto, ese mismo que le había salvado de más de una situación peligrosa en el aire,
13:04le gritaba que algo andaba mal.
13:05Y ahora, mientras sus ojos recorrían el hangar,
13:11se detuvieron en la mesa donde guardaba sus planos más recientes.
13:16Se acercó, fingiendo buscar una herramienta.
13:19El rollo de papel que contenía los diseños del nuevo sistema de alerones parecía intacto.
13:23Pero al tocarlo, notó que la cinta que lo sujetaba estaba un poco más floja de como recordaba haberla dejado.
13:34Fue entonces cuando la vio.
13:36En hora, estaba al otro lado del hangar,
13:38barriendo unas virutas de madera con una dedicación casi teatral.
13:44Demasiado absorta en una tarea trivial.
13:46Cuando sus miradas se cruzaron por un instante,
13:49ella le dedicó una sonrisa rápida y nerviosa antes de volver a su escoba.
13:53No era la sonrisa de una admiradora.
13:57Era la sonrisa de alguien que ha sido sorprendido.
14:01Toño, llamó Manuel, su voz tensa.
14:04¿Has visto a Enora cerca de mi mesa de diseño?
14:08Ha estado por todo el hangar.
14:10Como siempre, respondió Toño.
14:12Saliendo de debajo del avión y limpiándose las manos con un trapo grasiento.
14:18¿Por qué? ¿Se ha perdido algo?
14:20No, no lo sé, aún no.
14:22Ese aún no se quedó flotando en el aire.
14:26Manuel sabía que no podía acusarla sin pruebas.
14:29Sería su palabra contra la de ella, y él quedaría como un paranoico.
14:33Pero la semilla de la desconfianza ya había germinado y estaba echando raíces profundas y venenosas.
14:43Decidió que no iba a quedarse de brazos cruzados.
14:46Si Enora ocultaba algo, él lo descubriría.
14:50Su trabajo, su pasión, sus secretos.
14:53No iba a permitir que nadie jugara con ellos.
14:55Al día siguiente, su inquietud se transformó en una misión.
15:01Mientras Enora estaba ocupada con Toño en una tarea menor, Manuel se escabulló y fue al pueblo cercano, a la posada donde ella había dicho que se alojaba.
15:09Describió a la joven al posadero, un hombre corpulento y de rostro afable.
15:16Una muchacha así, dice, apasionada de los aviones, con acento extranjero.
15:21El posadero se rascó la barbilla poblada.
15:25No, señorito Marqués, por aquí no ha pasado nadie con esa descripción.
15:31Y créame, en un pueblo tan pequeño, una cara nueva, y más una tan particular, no pasa desapercibida.
15:40La recordaría.
15:41Manuel sintió un nudo en el estómago.
15:44La misma respuesta obtuvo en la tienda de ultramarinos y en la taberna.
15:47Nadie la conocía, nadie la había visto nunca.
15:52Enora había dicho que llevaba semanas en la zona, fascinada por el aeródromo.
15:58Era mentira, todo era mentira.
16:00Regresó al hangar con el paso acelerado y la mandíbula apretada.
16:06¿Quién era realmente Enora?
16:08¿De dónde había salido?
16:09¿Qué buscaba en la promesa?
16:10Las preguntas se agolpaban en su mente, formando un rompecabezas oscuro y peligroso.
16:17Ya no era sólo una sospecha, era una certeza.
16:20Enora era una impostora, una espía.
16:24Y él, Manuel de Luján, iba a desenmascararla.
16:27La partida de ajedrez había comenzado.
16:31El sol que se filtraba por los ventanales del salón principal parecía haber perdido su calidez.
16:36Para Adriano, el mundo entero se había vuelto gris y desaturado desde que Catalina se había marchado.
16:46Cada rincón de la promesa le recordaba a ella.
16:49El piano que a veces tocaba con torpeza pero con encanto,
16:52el jardín donde paseaban,
16:54la biblioteca donde compartían silencios y lecturas.
16:56Su ausencia no era un vacío.
17:01Era una presencia constante y dolorosa,
17:03un fantasma que se sentaba a su lado en el desayuno y caminaba junto a él por los pasillos.
17:10Estaba sentado en un sofá de terciopelo,
17:12con la mirada perdida en un punto inexistente de la alfombra.
17:17Había adelgazado,
17:17y unas ojeras violáceas ensombrecían su mirada,
17:21que antes brillaba con optimismo.
17:25Martina lo observaba desde el otro lado de la habitación con el corazón encogido.
17:31Verlo así, tan consumido por la pena,
17:34le partía el alma.
17:35Se acercó con sigilo y se sentó a su lado,
17:38manteniendo una distancia respetuosa.
17:42Adriano, ¿estás bien?
17:44La pregunta era estúpida,
17:45y ella lo supo en cuanto la formuló.
17:47Era evidente que no estaba bien.
17:51Adriano tardó unos segundos en reaccionar,
17:53como si su voz viniera de muy lejos.
17:57¿Tú qué crees, Martina?
17:59Respondió, su voz ronca por el desuso.
18:02Se ha ido, simplemente.
18:05Se ha ido, y ni siquiera sé si volverá.
18:08Me siento como si me hubieran arrancado una parte de mí
18:10y no sé cómo seguir funcionando con lo que queda.
18:14Lo sé, y lo siento muchísimo,
18:16dijo Martina con una sinceridad que le brotaba de los ojos.
18:21Catalina es, es una fuerza de la naturaleza.
18:24Su ausencia se nota en cada piedra de esta casa.
18:28Pero no puedes dejarte hundir así, Adriano.
18:31A ella no le gustaría verte de esta manera.
18:33¿Y qué se supone que debo hacer, fingir que no me importa?
18:38Sonreír y seguir adelante como si nada.
18:41Su tono se tiñó de una amargura que no era propia de él.
18:44Es fácil decirlo cuando no eres tú quien siente este agujero en el pecho.
18:50Martina no se ofendió con acento agudo.
18:54Comprendía su dolor.
18:55No, no digo que finjas.
18:57Digo que luches.
18:58Que te aferres a la esperanza.
19:00Y que te mantengas ocupado.
19:04La inactividad es el peor veneno para un corazón roto.
19:08Precisamente por eso venía a buscarte.
19:10Bueno, a ti y a Jacobo.
19:13Jacobo, que había estado leyendo en un rincón,
19:16levantó la vista de su libro al oír su nombre.
19:20Se acercó a ellos, su expresión seria y compasiva.
19:23¿Qué ocurre, Martina?
19:25Preguntó.
19:28Necesito vuestra ayuda.
19:30Explicó ella.
19:31Tratando de inyectar un poco de energía en el ambiente fúnebre.
19:36Es para el patronato de la infancia.
19:38Hay que organizar una colecta en el pueblo vecino y revisar unas cuentas.
19:44Es un trabajo tedioso, lo sé, pero es importante.
19:47Y pensé que, bueno, que quizás te vendría bien despejar la mente, Adriano.
19:54Pensar en los problemas de otros a veces ayuda a poner los nuestros en perspectiva.
20:00Adriano la miró.
20:01Sus ojos vacíos empezaron a mostrar un atisbo de vida.
20:05La idea no le entusiasmaba.
20:07Pero la alternativa era seguir ahogándose en su propia miseria.
20:12Quizás Martina tenía razón.
20:14Está bien, aceptó con un suspiro.
20:17Supongo que cualquier cosa es mejor que esto.
20:19Perfecto, sonrió Martina, aliviada.
20:24Jacobo, ¿nos echarás una mano?
20:26Sé que eres bueno con los números.
20:30Jacobo asintió.
20:31Por supuesto, será un placer ayudar.
20:34Mientras Martina comenzaba a explicarles los detalles, un rayo de sol atravesó el ventanal e iluminó el rostro de Adriano.
20:40No era mucho, pero era un comienzo.
20:44Una pequeña batalla ganada contra la oscuridad que amenazaba con devorarlo por completo.
20:49El encuentro había sido inevitable, como una colisión de trenes anunciada.
20:56Lope lo había intentado todo para evitarlo, para proteger a Vera de la ponzoña que era la familia de los duques de los infantes.
21:04Pero el destino, o la simple mala suerte, había tejido sus hilos para que Federico encontrara a Vera.
21:09Lope no presenció el inicio de la conversación, pero llegó a tiempo para escuchar la condescendencia en la voz de Federico, para ver la confusión y el dolor en los ojos de Vera.
21:23Y no pudo más, la sangre le hirvió en las venas.
21:26Se interpuso entre ellos, su cuerpo un escudo protector para la mujer que amaba.
21:32Déjala en paz, le espetó Lope a Federico, su voz grave y cargada de una furia contenida.
21:40Federico lo miró con desdén, como si fuera un insecto molesto.
21:44¿Y tú quién eres para meterte en una conversación de familia?
21:49Soy alguien que se preocupa por ella mucho más de lo que tú lo harás en tu miserable vida, replicó Lope, dando un paso al frente.
21:58Y ya que hablas de familia, quizás deberíamos hablar de la tuya.
22:02O más bien, de quién es tu verdadero padre.
22:04El aire se cortó, la sonrisa burlona de Federico se congeló en sus labios.
22:11Vera los miraba, pasando de uno a otro, sin entender nada.
22:16¿De qué demonios estás hablando?
22:18Si se o Federico, su arrogancia reemplazada por una vacilante incertidumbre.
22:22Lope lo disfrutó, disfrutó viendo cómo se desmoronaba la fachada de aquel aristócrata engreído.
22:32Le había prometido a Vera que no revelaría el secreto.
22:35Pero en ese momento, la promesa se hizo añicos contra la necesidad de protegerla,
22:40de darle a Federico una dosis de la humillación que él tan generosamente repartía.
22:44Hablo de tu madre, y hablo de un hombre que no es el duque, dijo Lope, sus palabras cayendo como piedras.
22:54Hablo de la verdad que todos en tu casa intentan esconder bajo la alfombra.
22:58Tu padre, el hombre que te dio la vida, no es el duque de los infantes.
23:04Pregúntale a tu madre, pregúntale por qué te mira con esa mezcla de amor y culpa.
23:08Pregúntale por el verdadero motivo por el que te ha mantenido alejado. Federico palideció.
23:17El color huyó de su rostro, dejándolo con una tez cerúlea.
23:21Abrió la boca para responder, para negar, para insultar, pero no le salieron las palabras.
23:28La afirmación de Lope, lanzada con tal seguridad y veneno, había golpeado el centro de su identidad.
23:34Era una bomba que acababa de explotar en los cimientos de su mundo.
23:40Miró a Lope, luego a Vera, y en su mirada se reflejaba una confusión tan profunda que era casi infantil.
23:48Sin decir una palabra más, se dio la vuelta y se marchó a grandes zancadas,
23:52como un animal herido que busca su madriguera para lamerse las heridas en soledad.
23:58Vera se volvió hacia Lope, con los ojos como platos.
24:01¿Qué has hecho, Lope? ¿Qué era todo eso?
24:06Lope la miró, la furia de su rostro disolviéndose en una infinita ternura.
24:11He hecho lo que tenía que hacer para protegerte.
24:15Te mereces algo mejor que ellos, Vera. Te mereces la verdad.
24:19Pero la verdad, a veces, es un arma de doble filo.
24:24Y la que Lope acababa de desatar tendría consecuencias imprevisibles para todos.
24:28La revelación de Lope dejó a Federico en un estado de shock.
24:34Vagó sin rumbo por los jardines de la promesa,
24:37las palabras del cocinero resonando en su cabeza como un eco infernal.
24:42Tu padre no es el duque.
24:44¿Era posible? ¿Podía toda su vida, toda su identidad, estar basada en una mentira?
24:49La idea era tan monstruosa, tan desestabilizadora,
24:52que su mente se negaba a aceptarla por completo.
24:57Sin embargo, encajaba.
24:59Encajaba con la frialdad de su supuesto padre,
25:01con la tristeza perpetua en los ojos de su madre,
25:04con esa sensación constante de no pertenecer del todo.
25:09Fue en ese estado de turbación que se topó de nuevo con Vera.
25:13Ella lo había buscado,
25:14preocupada a pesar de todo por la violencia de la escena anterior.
25:17Federico, ¿estás bien?
25:21Le preguntó con voz suave.
25:23Él la miró, pero no la veía realmente.
25:27Veía el reflejo de la mentira que era su vida.
25:30Y en ese momento, una extraña y cruel claridad se apoderó de él.
25:36Si su familia era una farsa,
25:38¿qué sentido tenía intentar que Vera volviera a ella?
25:41Sería como invitarla a una casa en ruinas.
25:43No creo que sea buena idea que vuelvas con la familia,
25:48Vera, dijo, su voz desprovista de emoción,
25:51plana y muerta.
25:54Vera retrocedió como si la hubiera abofeteado.
25:57¿Qué, por qué dices eso ahora,
25:59después de todo lo que has insistido?
26:02Porque nada es lo que parece,
26:04la interrumpió él.
26:05Ese mundo, nuestro mundo,
26:07no es lugar para ti.
26:10Créeme, te destruiría,
26:12aléjate de nosotros,
26:13es lo mejor que puedes hacer.
26:15Sus palabras,
26:16pronunciadas con una frialdad tan absoluta,
26:18la dejaron sin aliento.
26:22No entendía el cambio,
26:23no entendía nada.
26:25Primero la buscaba con ahínco,
26:26y ahora la repudiaba con una indiferencia brutal.
26:31Se quedó allí,
26:32de pie,
26:33mientras él se alejaba,
26:35dejándola más sola y confundida que nunca.
26:39La verdad de Lope no la había liberado.
26:41La había arrojado a un abismo de nuevas dudas,
26:44un laberinto sin salida aparente.
26:48¿Debía luchar por una familia que no la quería
26:50o aceptar una libertad que se sentía como el más amargo de los exilios?
26:54La decisión,
26:56ahora más que nunca,
26:57pesaba sobre sus hombros como una losa de plomo.
27:01En la cocina,
27:02el corazón de la promesa,
27:04Ricardo se movía como un autómata.
27:06Sus manos picaban verduras,
27:08amasaban pan,
27:09removían guisos,
27:11pero su mente estaba a kilómetros de distancia,
27:13atrapada en un bucle de culpa y arrepentimiento.
27:16Cada vez que cerraba los ojos,
27:20veía el rostro de Pía,
27:21su expresión de dolor y decepción antes de marcharse.
27:26Él la había empujado a irse.
27:28Sus celos,
27:29su desconfianza,
27:30su incapacidad para comprenderla
27:32la habían arrojado fuera de la seguridad de la finca,
27:35a un mundo incierto y peligroso.
27:36No deberías torturarte así,
27:40Ricardo,
27:41le dijo Simona,
27:42colocando una mano reconfortante en su hombro.
27:46El marqués ha ido a buscarla,
27:48la traerá de vuelta,
27:49ya verás.
27:50Candela asintió,
27:52añadiendo una taza de caldo caliente frente a él.
27:56Simona tiene razón,
27:58Pía es fuerte,
27:58y Don Alonso no descansará hasta encontrarla.
28:03Tienes que tener fe,
28:05Ricardo apreció sus palabras,
28:06pero eran como tiritas en una herida de bala.
28:11No podían alcanzar la profundidad de su dolor.
28:14Y si no la encuentra,
28:15susurró,
28:16su voz quebrada.
28:19¿Y si le ha pasado algo?
28:21Todo por mi culpa,
28:22por mi estúpida y ciega culpa.
28:24Fui un necio,
28:25Simona.
28:27Le prometí que la cuidaría,
28:29que la protegería,
28:30y fui yo quien la puso en peligro.
28:33La acorralé hasta que no tuvo más opción que huir.
28:36El amor nos vuelve necios a todos a veces,
28:38amigo mío,
28:39intervino Lope,
28:41que había entrado en la cocina y escuchado la conversación.
28:45Su propia batalla con Vera le hacía comprender el tormento de Ricardo.
28:48Pero culparte no la traerá de vuelta.
28:53Lo único que podemos hacer ahora es esperar y rezar,
28:56y estar listos para cuando regrese.
29:00Para hacerlo mejor,
29:02las palabras de Lope,
29:03sencillas y directas,
29:05parecieron calar un poco en Ricardo.
29:06No aliviaron su culpa,
29:10pero le ofrecieron un camino a seguir.
29:12Esperar,
29:13y hacerlo mejor.
29:15La esperanza era una brasa débil,
29:17casi ahogada por las cenizas de su arrepentimiento,
29:20pero sus compañeros,
29:21su familia de la cocina,
29:23soplaban suavemente sobre ella,
29:25intentando que no se extinguiera del todo.
29:27Ricardo levantó la vista
29:30y les dedicó una mirada de gratitud.
29:32No estaba solo en su miseria,
29:34y ese, quizás,
29:36era el primer paso para encontrar la redención.
29:40La autoridad del marqués
29:41siempre había sido un pilar inamovible en la promesa.
29:44Pero últimamente,
29:46ese pilar mostraba grietas.
29:49Y nadie era más consciente de ello que su hermano,
29:52Cristóbal.
29:53La decisión de Alonso de ir personalmente a buscar a Pía,
29:56sin consultarle,
29:57sin tener en cuenta su opinión como copropietario y gestor,
30:01había sido la gota que colmaba el vaso.
30:05Se sentía ignorado,
30:07menospreciado,
30:08un segundón en su propia casa.
30:10Su frustración lo llevó a buscar a la única persona en la casa
30:13que parecía entender el delicado baile del poder.
30:16Leocadia.
30:18La encontró en el salón,
30:20supervisando la colocación de un jarrón de flores frescas
30:23con la precisión de un general de campo.
30:26Leocadia,
30:28¿puedo hablar contigo un momento?
30:30Preguntó Cristóbal,
30:31su tono más grave de lo habitual.
30:35Ella se volvió,
30:36sus ojos inteligentes evaluándolo en un instante.
30:39Por supuesto,
30:40señor.
30:42¿En qué puedo servirle?
30:44Se trata de mi hermano,
30:45comenzó Cristóbal,
30:46bajando la voz.
30:47Toma decisiones de forma unilateral,
30:51decisiones que afectan a toda la finca,
30:54a toda la familia.
30:57Lo de Pía,
30:58es un asunto delicado,
31:00debería haberse manejado con más discreción,
31:02no con una impulsiva partida en su busca que solo alimenta las habladurías.
31:06Leocadia escuchaba con atención,
31:10su rostro impasible.
31:12El marqués quiere mucho a la señora Pía.
31:15Su reacción es comprensible desde un punto de vista emocional.
31:19Pero la gestión de la promesa no puede basarse en emociones.
31:22Estalló Cristóbal,
31:24incapaz de contenerse.
31:25Se necesita cabeza fría,
31:29estrategia.
31:30Alonso está abrumado por la marcha de Catalina,
31:32por todo.
31:35Está perdiendo el norte.
31:36Y yo,
31:37yo siento que he perdido toda mi autoridad.
31:39Que mi voz ya no cuenta.
31:42Era una confesión de debilidad,
31:44una jugada arriesgada.
31:46Pero Cristóbal sentía que Leocadia era la única que podía entender su posición.
31:52Él veía en ella la misma ambición y pragmatismo que él
31:55poseía.
31:56Leocadia dejó que el silencio se asentara por un momento antes de responder.
32:02La autoridad no se tiene,
32:04señor.
32:04Se ejerce.
32:05Y a veces,
32:06cuando un líder flaquea,
32:08otros deben dar un paso al frente por el bien común.
32:12Sus palabras fueron como un bálsamo y un acicate para Cristóbal.
32:16Exacto.
32:17Eso es exactamente lo que pienso.
32:20Pero no puedo hacerlo solo.
32:22Necesito apoyos.
32:23Gente leal y astuta dentro de esta casa que entienda que el barco se está desviando de
32:27su rumbo.
32:30Miró a Leocadia directamente a los ojos.
32:33Necesito tu ayuda,
32:34Leocadia.
32:35Tu influencia sobre el servicio es innegable.
32:39Tu inteligencia,
32:40también,
32:41juntos,
32:42podemos reconducir las cosas.
32:44Asegurarnos de que las decisiones que se tomen sean por el verdadero bien de la promesa,
32:47y no por los impulsos sentimentales de mi hermano.
32:52Una nueva alianza,
32:53forjada en la sombra de la crisis.
32:55Leocadia no respondió de inmediato.
32:59Una leve sonrisa,
33:00casi imperceptible,
33:02se dibujó en sus labios.
33:04El caos era una escalera,
33:05y ella estaba viendo cómo varios peldaños se ponían a su alcance.
33:08El marqués la subestimaba.
33:13Su hermano,
33:14en cambio,
33:14la buscaba como aliada.
33:16La balanza de poder en la promesa estaba cambiando.
33:19Y ella,
33:19Leocadia,
33:20se estaba posicionando justo en el centro del fulcro.
33:25Cuente conmigo,
33:26señor Cristóbal,
33:27dijo finalmente,
33:29su voz un susurro lleno de promesas y conspiraciones.
33:34Seré sus ojos y sus oídos.
33:36Juntos,
33:37velaremos por el futuro de esta casa.
33:39Y mientras el sol del atardecer teñía de rojo los campos de la promesa,
33:43las piezas del tablero se reacomodaban,
33:45anunciando una tormenta que estaba lejos de amainar.
33:50Cada personaje,
33:51atrapado en su propio drama,
33:53era un hilo en el complejo tapiz del destino,
33:55un destino que prometía más lágrimas,
33:58más traiciones y,
33:59quizás,
33:59para algunos,
34:01una escurridiza y anhelada redención.
34:05El capítulo 686 no era un final,
34:08sino el ominoso preludio de todo lo que estaba por venir.
34:11en el segundo,
34:15Música.
34:15Música.
34:17Música.
34:17Amém.
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