#ValleSalvajeAdriana #peligro #traición
Adriana en peligro: la traición del duque y el secreto de Úrsula
En el corazón del valle, la salud de Adriana y la vida de su hijo penden de un hilo, mientras Rafael libra una guerra entre el amor y la venganza. La amenaza del duque José Luis, dispuesto a todo para arrebatarle sus tierras, se cierne como una sombra letal. Al mismo tiempo, Úrsula, atrapada entre el miedo y la traición, planea incriminar a Francisco, sin sospechar que un hallazgo inesperado puede hundir al propio duque. Entre cons ...
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#ValleSalvajeAdriana, #peligro, #traición, #duque, #secreto, #Úrsula
Adriana en peligro: la traición del duque y el secreto de Úrsula
En el corazón del valle, la salud de Adriana y la vida de su hijo penden de un hilo, mientras Rafael libra una guerra entre el amor y la venganza. La amenaza del duque José Luis, dispuesto a todo para arrebatarle sus tierras, se cierne como una sombra letal. Al mismo tiempo, Úrsula, atrapada entre el miedo y la traición, planea incriminar a Francisco, sin sospechar que un hallazgo inesperado puede hundir al propio duque. Entre cons ...
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00:00Adriana en peligro. La traición del duque y el secreto de Úrsula. En el corazón del valle,
00:16la salud de Adriana y la vida de su hijo penden de un hilo, mientras Rafael libra una guerra
00:21entre el amor y la venganza. La amenaza del duque José Luis, dispuesto a todo para arrebatarle
00:29sus tierras, se cierne como una sombra letal. Al mismo tiempo, Úrsula, atrapada entre el miedo y
00:37la traición, planea incriminar a Francisco, sin sospechar que un hallazgo inesperado puede hundir
00:43al propio duque. Entre conspiraciones, confesiones y un libro de cuentas lleno de secretos, las piezas
00:51comienzan a encajar. ¿Será este el final del poder del duque o el inicio de una tragedia
00:59aún mayor? El aire en la habitación de Adriana se había vuelto denso, irrespirable, cargado con el
01:05peso de los miedos no expresados. El baído la había dejado pálida como un lienzo sin pintar, y su cuerpo,
01:14frágil y delicado, parecía verse encogido sobre el lecho. Victoria, con las manos entrelazadas en un
01:22gesto de súplica nerviosa, no apartaba la vista del galeno, un hombre de semblante grave y bigote cano
01:28que auscultaba a la joven con una parsimonia que crispaba los nervios. Rafael, a los pies de la
01:35cama, era una estatua de tensión pura. Sus nudillos estaban blancos de tanto apretar los puños, y en su
01:43mandíbula se dibujaba la feroz batalla que libraba en su interior. La angustia por Adriana y el veneno de
01:49la venganza que todavía le recorría las venas, susurrándole el nombre de Úrsula sin cesar.
01:54Es la gestación, sin duda, sentenció el doctor finalmente, guardando sus instrumentos en un maletín
02:02de cuero gastado. La señora viuda de Roldán se encuentra en un estado de extrema debilidad. El
02:09esfuerzo, las tensiones. Todo ello está haciendo mella en su salud y, me temo, en la del niño que
02:17espera. ¿Qué quiere decir, doctor? ¿Está en peligro? La voz de Rafael sonó ronca, rota.
02:27El médico se mesó el bigote, evitando su mirada. El embarazo es de por sí delicado.
02:35En estas condiciones, con esta fatiga emocional y física, el riesgo se multiplica.
02:41Necesita reposo absoluto, calma, y una alimentación que dudo que los recursos actuales del valle puedan
02:49proporcionarle en su totalidad.
02:53Cualquier disgusto, cualquier sobresalto, podría ser. Catastrófico. La palabra resonó en la habitación
03:00con la fuerza de una sentencia de muerte. Catastrófico. Rafael sintió que el suelo se
03:07abría bajo sus pies. Miró a Adriana, tan vulnerable, y el rostro de su hermano Julio
03:12se superpuso al de ella por un instante. Estaba fallando. Le había fallado a su hermano en la muerte
03:19y ahora sentía que le estaba fallando a Adriana en la vida, arrastrándola a un abismo de odio y
03:24sospechas mientras su cuerpo libraba una batalla silenciosa. En ese preciso instante, como un cuervo
03:32atraído por la desgracia, apareció en el umbral de la puerta la figura imponente de
03:37don José Luis, el duque. Su rostro, habitualmente impasible, mostraba una estudiada máscara de
03:45preocupación.
03:49He oído que la joven Adriana no se encontraba bien, dijo con una voz aterciopelada que contrastaba
03:54violentamente con la atmósfera cargada de la estancia.
03:57He venido a ofrecer mi ayuda, por supuesto. Rafael se interpuso entre él y la cama.
04:05No necesitamos su ayuda, duque. No necesitamos nada de usted. José Luis esbozó una sonrisa
04:12condescendiente.
04:15No sea necio, muchacho. Acabo de cruzarme con el doctor. Conozco el diagnóstico.
04:22Sé lo que significa catastrófico cuando se habla de una mujer en su estado. Desvió la
04:27mirada hacia Adriana, que le observaba con los ojos muy abiertos, una mezcla de miedo
04:32y repulsión.
04:35Mi oferta sigue en pie, Adriana. De hecho, ahora es más pertinente que nunca. Piénselo.
04:43Las mejores clínicas de Madrid, los médicos más reputados de España a su disposición.
04:50Una vida tranquila y segura para usted y para su hijo. Todo a cambio de unos pedazos de tierra
04:55que sólo le están trayendo desgracias. Era una serpiente ofreciendo una manzana envenenada.
05:02Adriana lo sabía. Rafael lo sabía. Pero el veneno, por primera vez, parecía tener el sabor
05:09de la única salvación posible. La duda, sutil y terrible, comenzó a germinar en el corazón
05:17de Adriana. ¿Qué valían unas tierras comparadas con la vida de su hijo?
05:23Mientras tanto, en las cocinas de la casa grande, el infierno personal de Úrsula ardía
05:28con una intensidad insoportable. La acusación de Rafael no era una simple palabra lanzada
05:35al viento. Era una marca de fuego en su alma.
05:38Cada vez que cerraba los ojos, veía su rostro, descompuesto por el dolor y el odio, señalándola
05:46como la asesina de su propio hermano.
05:49La relación que habían construido, ese frágil puente de confianza y afecto, se había derrumbado,
05:56y sus ruinas eran ahora un recordatorio constante de lo que había perdido.
06:00El miedo era un animal vivo en su interior, arañando sus entrañas. Sabía que Rafael
06:07no se detendría. Su tenacidad era una de las cualidades que una vez había admirado
06:13en él. Ahora era el instrumento de su posible perdición.
06:19No, no podía permitirlo. No podía acabar en un garrote vil por un crimen que, si bien
06:25no había cometido, la salpicaba de una manera que nadie podría comprender.
06:30El duque se lo había dejado muy claro. Si yo caigo, tú caes conmigo, Úrsula. Recuerda
06:37para quién trabajas.
06:39Su mente, afilada por la desesperación, trabajaba a una velocidad febril. Necesitaba un chivo
06:46expiatorio. Alguien lo suficientemente cercano a los hechos como para ser creíble, pero lo
06:53suficientemente débil como para no poder defenderse.
06:56Y el nombre de Francisco acudió a su mente con una claridad meridiana. El muchacho.
07:04El ingenuo Francisco, que había confesado haber servido la merienda, era perfecto.
07:12El plan comenzó a tomar forma, una telaraña de mentiras y medias verdades. Recordaba haber
07:18visto a Francisco discutir con Julio unos días antes de su muerte. Una nimiedad, algo
07:24sobre unos caballos, pero en el contexto adecuado, podría magnificarse hasta convertirlo en un
07:30móvil. Y luego estaba el veneno. Necesitaba una prueba, algo tangible que conectara a Francisco
07:37con el crimen. Con el corazón martilleándole en el pecho, se deslizó sigilosamente hacia las
07:44dependencias del servicio. Sabía que Francisco guardaba sus pocas pertenencias en un pequeño
07:51baúl de madera al pie de su catre. Con manos temblorosas, forzó la cerradura. Dentro, ropa
07:59doblada, una estampa religiosa y un pequeño libro de poemas. Nada, la frustración la invadió. Pensó,
08:08desesperada, ¿dónde podría haberlo escondido? Entonces recordó, el pequeño frasco de veneno
08:14para ratas que guardaban en la despensa más alta. Siempre faltaba una pequeña cantidad. El duque lo
08:22usaba, para sus propios fines. Con una resolución gélida, fue a la despensa, cogió el frasco casi vacío
08:28y, envolviéndolo en un pañuelo, volvió a la habitación de Francisco. No lo metería en el
08:36baúl. Sería demasiado obvio. Lo escondería entre las vigas del techo, en un hueco suelto que sólo
08:42alguien que limpiara la habitación a fondo podría encontrar. Alguien como Isabel, dejaría que la
08:49propia justicia de la casa hiciera el trabajo sucio. Plantaría la semilla de la sospecha en la mente de
08:56Isabel, y ella, con su rectitud implacable, encontraría la prueba y ataría los cabos.
09:05Mientras colocaba el frasco, sus manos rozaron algo más en el hueco. Un pequeño objeto de metal.
09:13Curiosa, lo sacó a la luz. Era un gemelo. Un gemelo de plata con las iniciales J. L. V. José Luis de
09:21Velasco, el duque, se le geló la sangre. ¿Qué hacía eso allí? ¿Acaso Francisco? No, era imposible. El
09:30muchacho adoraba al duque. Entonces, ¿quién lo había puesto allí? ¿Y por qué? Una nueva capa de miedo,
09:36más profunda y oscura, se apoderó de ella. Esto era más complicado de lo que había imaginado. El gemelo
09:44era una prueba, sí, pero no contra Francisco. Era una prueba contra el hombre más poderoso del valle.
09:53Guardó el gemelo en su bolsillo, su mente un torbellino de confusión y terror. Su plan acababa
10:01de volverse infinitamente más peligroso. Isabel, el ama de llaves, observaba a Francisco con una mezcla
10:08de pena y sospecha. La confesión del muchacho sobre la merienda no le cuadraba. Conocía a Francisco
10:15desde que era un crío. Tenía un corazón noble, incapaz de albergar la maldad necesaria para cometer
10:21un asesinato. No, él estaba protegiendo a alguien. Su lealtad era su mayor virtud y, en este caso, su mayor
10:30defecto. Decidió que la única forma de llegar a la verdad era a través de la rutina, de la observación
10:38silenciosa. Mientras supervisaba la limpieza de las habitaciones, sus ojos, agudos como los de un
10:46halcón, lo escrutaban todo. Fue entonces, al pasar por la habitación de Francisco, cuando un instinto la
10:54detuvo. Algo no estaba bien. La habitación estaba ordenada, como siempre, pero había una tensión en el
11:02aire, una sensación de espacio violado. Comenzó una inspección metódica, no como un ama de llaves,
11:11sino como una investigadora. Miró debajo del catre, revisó el baúl, que encontró extrañamente forzado,
11:19y palpó el corchón. Nada, a punto de darse por vencida, su mirada se alzó hacia las vigas del techo.
11:27Recordó que Francisco a veces guardaba allí sus pequeños tesoros de la infancia. Se subió a una
11:34silla y pasó la mano por el polvo acumulado. Sus dedos tropezaron con un pequeño hueco.
11:41Dentro, encontró el pañuelo. Al desenvolverlo, el olor amargo del veneno para ratas le golpeó las
11:47fosas nasales. El corazón le dio un vuelco. Era la prueba que Úrsula quería que encontrara. Por un
11:55momento, la duda la asaltó. ¿Y si se equivocaba? ¿Y si Francisco era realmente el culpable? Pero su
12:03instinto, forjado en años de servicio y conocimiento de la naturaleza humana, le gritaba que no.
12:11Esto era una trampa. Alguien había colocado el frasco allí. Y si alguien quería incriminar a
12:16Francisco, significaba que el verdadero culpable estaba cerca, muy cerca, y estaba desesperado.
12:22Su mente repasó los acontecimientos del día de la muerte de Julio. La merienda, el despacho,
12:30las idas y venidas. Úrsula había estado extrañamente nerviosa. El duque había tenido
12:36una reunión a puerta cerrada con Julio justo antes de su muerte, una reunión que, según los rumores,
12:43había sido acalorada. La red de mentiras era densa, pero Isabel acababa de encontrar el primer hilo
12:50suelto. Y estaba dispuesta a tirar de él hasta desenmarañar toda la trama, costara lo que costara.
12:59En la casa grande, Leonardo se sentía como un hombre atrapado entre dos mundos. El presente,
13:06encarnado en la dulce y complicada Irene, y el pasado, que acababa de irrumpir en su vida con
13:12la fuerza de un huracán a través de una simple carta. La caligrafía era inconfundible. Amanda,
13:20su esposa, a la que había llorado y dado por muerta hacía años tras un terrible accidente en
13:24el extranjero. La carta, entregada por una bárbara de ojos inquisidores, era breve y demoledora.
13:32Leonardo. He vuelto, sé que ha pasado mucho tiempo y que las explicaciones son insuficientes.
13:42Fui una cobarde, el accidente me dejó sin memoria, y cuando la recuperé, el miedo me paralizó.
13:50He estado viviendo otra vida, pero ya no puedo seguir huyendo de la verdad. De nuestra verdad.
13:55Estoy en la capital. Necesito verte. Tuya siempre, Amanda. El papel temblaba en sus manos.
14:06Amanda estaba viva. La mujer a la que había amado con locura,
14:09cuyo recuerdo había santificado, no estaba muerta. Había vuelto. El torbellino de emociones
14:17era abrumador. Alegría, incredulidad, rabia por los años perdidos, y una punzada de culpa al pensar
14:24en Irene. Justo en ese momento, como si el destino se deleitara en su crueldad, Irene entró en el
14:32despacho. Le tendió un pequeño paquete envuelto en tela. Leonardo, esto es para ti,
14:40dijo con una suavidad que le desgarró el alma. Sé que has estado investigando las finanzas del duque,
14:48sus movimientos de tierras. Mi padre tenía algunos tratos con él antes de morir.
14:54Revisando sus papeles, encontré esto. Es un libro de contabilidad. Parece irregular. Hay pagos
15:03extraños, transacciones ocultas. Pensé que podría serte útil. Leonardo tomó el libro,
15:11sus dedos rozándolos de ella. El contacto fue una descarga eléctrica. La miró, y en sus ojos vio un
15:19futuro que, hasta hace cinco minutos, había creído posible. Un futuro de paz, de amor reencontrado en
15:28el corazón del valle. Y ahora, ese futuro se desvanecía como la niebla al amanecer.
15:35Irene, yo. Comenzó, pero las palabras se le atoraron en la garganta. ¿Cómo podía contarle algo tan
15:42monstruoso? ¿Cómo podía decirle que el hombre que estaba empezando a abrirle su corazón ya
15:46pertenecía a otra? Bárbara, que había observado la escena desde el pasillo, sintió una oleada de
15:53triunfo amargo. La carta de Amanda era su arma, la garantía de que Leonardo nunca sería de Irene.
16:01Pero al ver la genuina angustia en el rostro de Leonardo, una extraña punzada de compasión la
16:09asaltó. Quizás, en su afán por separarlos, había desatado un sufrimiento mucho mayor del que pretendía.
16:20Leonardo sabía que tenía que tomar una decisión. Guardó la carta de Amanda en su bolsillo, junto al
16:25corazón, como si su peso pudiera anclarlo a la realidad. Abrió el libro de contabilidad que
16:32Irene le había dado. Su mente, buscando refugio en la lógica y los números, comenzó a analizar las
16:39columnas. Y lo que vio lo dejó sin aliento. No eran solo transacciones irregulares. Eran los planos
16:47de un expolio. El duque estaba comprando sistemáticamente pequeñas parcelas, ahogando
16:54a los agricultores con deudas, manipulando los precios del agua. Y todo conducía a un único
17:01objetivo. Las tierras de Adriana. Pero había algo más. Un pago recurrente, una suma considerable,
17:10a una cuenta sin nombre, con la anotación U. Ah, las iniciales le resultaron familiares. Tras unos
17:18segundos, lo comprendió. Úrsula Abad. El duque estaba pagando a Úrsula. ¿Por qué? ¿Por su silencio?
17:26¿Por su complicidad? El libro de contabilidad no era solo una prueba de la codicia del duque. Era la
17:33posible clave para resolver el asesinato de Julio Roldán. La presión sobre Adriana era insoportable.
17:40El ultimátum del duque, envuelto en falsa preocupación, la perseguía día y noche.
17:47Cada punzada en su vientre, cada mareo, era un recordatorio de la fragilidad de la vida que
17:53llevaba dentro, y la oferta de José Luis se volvía más y más tentadora. Bárbara, con su pragmatismo
18:01cruel, no ayudaba. Ser realista, Adriana, le había dicho esa misma tarde.
18:09Estás sola, débil, ¿de verdad crees que puedes ganar esta guerra contra un hombre como el duque?
18:14Acepta su oferta. Salva a tu hijo, el orgullo no te dará de comer ni curará a tu bebé. Las palabras,
18:22aunque duras, se clavaban en su conciencia.
18:25Rafael, consumido por su propia cruzada, parecía cada vez más distante. Lo veía pasar horas mirando
18:33el horizonte, con la mirada perdida y el ceño fruncido, y sabía que, aunque la amaba, su mente
18:40estaba en otra parte, en la tumba de su hermano, buscando respuestas que ella no podía darle.
18:48Esa noche, incapaz de dormir, se levantó y caminó descalza por la casa. La luna llena se
18:54filtraba por las ventanas, bañando los muebles en una luz fantasmal. Se detuvo frente al retrato
19:01de Julio. ¿Qué hago, Julio? Susurró al lienzo. ¿Qué harías tú en mi lugar? Luchaste por estas
19:08tierras, por nuestra familia. Pero, ¿a qué precio? ¿Debo sacrificar a nuestro hijo por tu legado? Un golpe
19:17en la puerta la sobresaltó. Era Rafael, tenía los ojos enrojecidos, pero en ellos brillaba una
19:25nueva determinación. No lo hagas, Adriana, dijo, como si hubiera leído sus pensamientos. No le
19:35entregues nada al duque. He sido un ciego, un egoísta, obsesionado con la venganza, he descuidado
19:43lo único que importa. Tú y nuestro hijo. Perdóname. La abrazó con una fuerza que era
19:51a la vez protectora y desesperada. Lucharemos juntos. No sé cómo, pero encontraremos una
19:58manera. No estás sola. En ese abrazo, Adriana encontró la fuerza que le faltaba.
20:05La duda se disipó, reemplazada por una resolución de acero. No se rendiría. No le daría al duque
20:12la satisfacción de verla derrotada. El plan de Úrsula se había puesto en marcha, pero
20:18el descubrimiento del gemelo del duque la había sumido en un estado de pánico.
20:24Decidió enfrentarlo. Lo encontró en su despacho, sirviéndose una copa de coñac con una tranquilidad
20:30que la exasperaba. Tenemos que hablar, dijo ella, cerrando la puerta tras de sí. Ah, ¿sí?
20:38¿Sobre qué, mi querida Úrsula? Respondió él sin dignarse a mirarla.
20:44Ella arrojó el gemelo sobre la mesa de caoba. El pequeño objeto de plata produjo un sonido agudo
20:50al chocar contra la madera. Encontré esto, en la habitación de Francisco, escondido donde yo misma
20:58iba a plantar el veneno. ¿Qué significa esto, José Luis? El duque, por primera vez, perdió la compostura.
21:07Su rostro se contrajo en una mueca de furia. Se abalanzó sobre ella, agarrándola por los brazos
21:14con una fuerza brutal. ¿Dónde lo has encontrado, zorra estúpida? Siseó, su aliento apestando alcohol
21:23y rabia. Te dije que no te entrometieras. Suéltame. Gritó ella, luchando por liberarse.
21:31Creí que el plan era culpar a Francisco. Esto lo cambia todo. Esto te señala a ti.
21:40El plan, dijo el duque, su voz un susurro amenazador, es que hagas lo que yo te diga.
21:48Ese gemelo no significa nada. Un descuido. Pero tu intromisión sí que puede significar algo.
21:53Puede significar tu fin. La empujó violentamente, y Úrsula cayó al suelo. Ahora lárgate de aquí.
22:02Y olvida lo que has visto. O te juro que la próxima cabeza que ruede por el valle será la tuya.
22:08Úrsula huyó del despacho, temblando de pies a cabeza. El miedo que sentía antes no era nada
22:15comparado con el terror absoluto que la embargaba ahora. No era una simple cómplice por silencio.
22:22Estaba en la jaula con un león, y el león estaba herido y furioso. Comprendió en ese instante que su
22:31única oportunidad de sobrevivir no era ayudar al duque, sino destruirlo. Mientras tanto, en otra
22:38parte del valle, la amistad entre Francisco y Pepa florecía, ajena a las sombras que se cernían
22:44sobre el primero. Su cercanía, sin embargo, abría una brecha en el corazón de Martín. Se sentía como
22:53un espectador, un forastero en su propia vida. La risa que compartían Francisco y Pepa era una
23:00melodía en la que él no tenía parte. La idea de marcharse, de buscar un nuevo comienzo lejos del
23:08valle y de sus fantasmas, se hacía cada vez más fuerte. Esa tarde, mientras caminaba sin rumbo,
23:17pasó cerca del despacho del duque. La ventana estaba entornada, y oyó voces airadas en el interior.
23:24La curiosidad pudo más que la prudencia. Se acercó, ocultándose tras unos arbustos.
23:30Reconoció las voces de Úrsula y el duque. No pudo entender toda la conversación,
23:37pero oyó fragmentos que le helaron la sangre.
23:41Culpar a Francisco. El veneno. Tu gemelo. Te juro que la próxima cabeza a que ruede.
23:49Martín se alejó de allí con el corazón desbocado. No entendía el significado completo de lo que había
23:54oído, pero sabía dos cosas con certeza. Francisco estaba en un peligro mortal, y él era el único
24:00que podía ayudarlo. Su dilema personal se desvaneció, reemplazado por un sentido de urgencia
24:08y lealtad. No podía abandonar a su amigo. No ahora. El día siguiente amaneció gris y plomizo,
24:16un reflejo del ánimo que pesaba sobre el valle. Era el día límite. El duque había enviado un
24:23mensajero. Esperaba la firma de Adriana sobre los documentos de cesión de las tierras antes del
24:28mediodía. A cambio, una berlina la recogería para llevarla a Madrid esa misma tarde. Adriana,
24:36a pesar de la promesa de Rafael, se sentía acorralada. El doctor, probablemente sobornado
24:44por el duque, había vuelto a visitarla esa mañana, pintando un cuadro aún más sombrío
24:49de su estado. Cada hora que pasa aquí, es una hora menos de vida para su hijo, le había
24:56dicho. Se reunieron todos en el salón principal. Adriana, pálida pero resuelta, Rafael, a su
25:05lado, con una expresión sombría, Victoria e Isabel, unidas en su silenciosa preocupación.
25:12El duque llegó puntual, con los documentos en una mano y una pluma en la otra. Bien, Adriana.
25:22Veo que has tomado la decisión sensata, dijo con una sonrisa triunfante. Colocó los papeles
25:28sobre la mesa. Adriana cogió la pluma, sus dedos temblaban. Miró a Rafael, buscando una última señal
25:36de esperanza. Él la sintió levemente, aunque en sus ojos había una profunda desesperación. Estaban
25:44a punto de perderlo todo. Esperen. La voz de Leonardo resonó desde la puerta. Entró en el salón, seguido
25:52de cerca por Irene. En su mano sostenía el libro de contabilidad. Me temo que esta firma tendrá que
25:59esperar, duque, dijo Leonardo con una calma glacial. Tenemos que hablar de algunas irregularidades
26:07financieras, por ejemplo, de una serie de pagos a una tal U. A que coinciden sospechosamente con
26:16el envenenamiento de Julio Roldán. La cara del duque se demudó.
26:19No sé de qué me habla. ¿Es usted un insolente? Oh, creo que sí lo sabe, continuó Leonardo.
26:29Y también creo que sabe a quién pertenece este gemelo. Sacó el gemelo que Úrsula le
26:34había entregado en secreto esa misma mañana, desesperada por encontrar un aliado.
26:40En ese momento, la puerta se abrió de nuevo. Era Martín, arrastrando a un aterrorizado Francisco.
26:47Él no fue, gritó Martín. Yo oí al duque, amenazó a Úrsula. Hablaban de culpar a Francisco.
26:57Todo el salón se convirtió en un caos de acusaciones. El duque, atrapado, intentó
27:02abrirse paso hacia la salida, pero Rafael se lo impidió.
27:08Usted mató a mi hermano, gruñó Rafael, su voz cargada de un odio puro y destilado.
27:13No tienen pruebas, gritó el duque, con el rostro desencajado. Quizás esto sirva de prueba.
27:24Isabel dio un paso al frente. El día que Julio murió, usted se reunió con él. Discutieron.
27:32Y cuando Francisco le llevó la merienda, usted lo despidió y le dijo que usted mismo se la serviría.
27:37Francisco cayó por lealtad, por miedo, pero yo lo vi. La confesión de Isabel fue la última pieza del
27:46rompecabezas. Pero faltaba el testigo clave. Sí, es verdad. La voz de Úrsula temblaba, pero era firme.
27:57Apareció en el umbral, como un fantasma convocado. Yo lo vi todo. Vi como el duque echaba el veneno en
28:03la copa de Julio cuando éste le dio la espalda. Julio había descubierto sus planes para arruinar
28:09el valle y pensaba denunciarlo. El duque me compró con dinero y me silenció con amenazas.
28:17Pero no puedo más. No quiero ser cómplice de un monstruo. La confesión de Úrsula cayó como una
28:22losa. El duque, viéndose perdido, sacó una pequeña pistola del interior de su chaqueta y agarró a Adriana,
28:31poniéndole el cañón en la sien. Atrás todos. O la mato a ella y al bastardo que lleva dentro. Gritó,
28:40con los ojos inyectados en sangre. El terror paralizó la estancia. Rafael levantó las manos,
28:48impotente. Pero en ese instante de máxima tensión, Leonardo, que se había movido sigilosamente por el
28:54lateral, cogió un pesado candelabro de la chimenea y lo arrojó con todas sus fuerzas contra el brazo armado
29:00del duque. El arma se disparó, y la bala se incrustó en el techo. El duque aulló de dolor y
29:08soltó a Adriana, que cayó en los brazos de Rafael. Antes de que pudiera recuperarse, Rafael se abalanzó
29:16sobre él, y en pocos segundos, con la ayuda de Martín y Leonardo, el duque fue reducido y atado.
29:22La pesadilla había terminado. Epílogo. Un nuevo amanecer en el valle. Las semanas que siguieron
29:32fueron como el lento despertar de un largo y febril sueño. El duque fue entregado a la guardia civil,
29:39y con él, el libro de contabilidad y los testimonios de Úrsula, Isabel y Martín.
29:44La justicia, aunque lenta, seguiría su curso, pero para el valle, la verdadera justicia ya se había
29:54cumplido. Las tierras estaban a salvo. Úrsula, a cambio de su confesión, recibió una pena menor.
30:04Decidió marcharse del valle para siempre, buscando un lugar donde su pasado no proyectara una sombra tan
30:10larga. Antes de irse, se despidió de Rafael. No hubo perdón, porque algunas heridas nunca cierran
30:18del todo, pero sí hubo comprensión. Ambos habían sido víctimas del mismo hombre, de la misma ambición
30:26desmedida. Leonardo viajó a Madrid. Se encontró con Amanda en un café silencioso. Era ella, pero a la
30:34vez, era una extraña. Los años de ausencia y la vida que había construido sin él habían abierto
30:40un abismo insalvable entre ellos. Se despidieron con tristeza, pero también con la paz de saber que
30:47su historia, por fin, tenía un final. Regresó al valle sintiéndose más ligero, libre de un pasado que
30:56no sabía que lo aprisionaba. Irene lo esperaba. Su futuro no estaba escrito, pero por primera vez,
31:03tenían una página en blanco sobre la que empezar a escribirlo juntos. Martín se quedó. El valor que
31:11había demostrado al defender a su amigo le había devuelto su lugar en el valle y en su amistad con
31:15Francisco y Pepa. Su sentimiento de ser un extraño se había desvanecido, reemplazado por la certeza de
31:23que su hogar estaba allí, entre esa gente, en esa tierra. Y Adriana. Adriana floreció, sin la amenaza
31:32del duque y el estrés de la lucha, su salud mejoró notablemente. La comunidad del valle,
31:40agradecida y unida como nunca, se volcó en cuidarla. Alejo le traía las mejores verduras
31:45de su huerto, Pepa le cosía ropa para el bebé, e Isabel preparaba caldos y remedios que obraban
31:51milagros. Una tarde de primavera, sentada en el porche junto a Rafael, sintió la primera patada
31:59de su hijo. Ambos rieron, una risa limpia y llena de esperanza. La vida que crecía en su interior era
32:07un símbolo de la nueva vida del valle. Una vida ganada con esfuerzo, regada con lágrimas, pero
32:13finalmente, llena de luz. Será un niño fuerte, dijo Rafael, colocando su mano sobre el vientre de
32:22Adriana. O una niña, respondió ella, sonriendo, fuerte como la tierra que la vio nacer. Miraron
32:31el valle que se extendía ante ellos, verde y vibrante bajo el sol del atardecer. Ya no era un
32:39valle salvaje, un lugar de luchas y secretos. Ahora era su hogar, un refugio de paz y promesas.
32:45El camino había sido arduo y oscuro, pero juntos, habían encontrado el hilo de la verdad y habían
32:53tejido con él un futuro. Un final feliz que, en realidad, no era un final, sino el más hermoso
33:01de los comienzos.
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