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Valle Salvaje: Acorralada por la verdad, ¡Victoria intenta asesinar a Mercedes!
El final de la semana en 'Valle Salvaje' promete ser inolvidable y te dejará sin aliento. En el capítulo 248, la tensión acumulada explota en un enfrentamiento mortal que lo cambiará todo para siempre.
Mercedes, decidida a terminar con décadas de mentiras, finalmente confronta a Victoria con sus secretos más oscuros: no solo conoce los detalles del asesinato del padre de Adriana y de su propia hermana, Pilara, sino ...
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#‘ValleSalvaje’, #capítulo248(5, #septiembre), #¡Victoria, #intenta, #asesinar, #Mercedes
Valle Salvaje: Acorralada por la verdad, ¡Victoria intenta asesinar a Mercedes!
El final de la semana en 'Valle Salvaje' promete ser inolvidable y te dejará sin aliento. En el capítulo 248, la tensión acumulada explota en un enfrentamiento mortal que lo cambiará todo para siempre.
Mercedes, decidida a terminar con décadas de mentiras, finalmente confronta a Victoria con sus secretos más oscuros: no solo conoce los detalles del asesinato del padre de Adriana y de su propia hermana, Pilara, sino ...
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#‘ValleSalvaje’, #capítulo248(5, #septiembre), #¡Victoria, #intenta, #asesinar, #Mercedes
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00:00Valle Salvaje. Acorralada por la verdad, Victoria intenta asesinar a Mercedes. El final de la
00:16semana en Valle Salvaje promete ser inolvidable y te dejará sin aliento.
00:22En el capítulo 248, la tensión acumulada explota en un enfrentamiento mortal que lo
00:29cambiará todo para siempre. Mercedes, decidida a terminar con décadas de mentiras, finalmente
00:37confronta a Victoria con sus secretos más oscuros. No solo conoce los detalles del asesinato del padre
00:44de Adriana y de su propia hermana, Pilara, sino también la verdad que puede destruir el ducado.
00:50La relación oculta de Victoria con José Luis y el verdadero linaje de Gaspar.
00:54Cuando Mercedes le asesta el golpe final al asegurarle que José Luis nunca la amó,
01:02la reacción de Victoria es salvaje e impredecible.
01:08Acorralada y sin escapatoria, se lanza sobre Mercedes con una única y clara intención,
01:14matarla.
01:14Mientras tanto, Rafael, cada vez más cerca de la verdad sobre el asesinato de Julio,
01:22rompe su compromiso con Úrsula y se enfrenta a su propio padre como nunca antes.
01:30¿Conseguirá Victoria silenciar a Mercedes para siempre? ¿Llegará alguien a tiempo para evitar
01:34la tragedia? No te pierdas un capítulo donde las máscaras caen y la muerte acecha en cada esquina.
01:40En los jardines del Palacio de los Galvez, donde las rosas luchaban por mantener su color
01:48bajo el cielo plomizo, Rafael caminaba con una urgencia que contrastaba con la quietud del paisaje.
01:56A su lado, Adriana escuchaba, aunque su mente se resistía a procesar la monstruosidad de las
02:02palabras que su primo le dirigía. El nombre de Úrsula, su propia prima, resonaba en sus oídos
02:11no como el de una familiar, sino como el de una asesina a sangre fría.
02:18Adriana, debes escucharme, la voz de Rafael era grave, un ruego teñido de desesperación.
02:24Todo encaja, la obsesión de Úrsula por las tierras, su odio hacia Julio, su desesperación
02:32por asegurar su posición. Ella tenía el motivo, la oportunidad y la crueldad necesaria. Rafael
02:41se detuvo y la tomó suavemente por los hombros, forzándola a mirarlo. Sus ojos, habitualmente
02:50llenos de una serena determinación, ahora ardían con una mezcla de certeza y dolor.
02:59Piensa en ello, Adriana. Julio se interponía en su camino. Él sabía cosas, secretos de la
03:05familia que Úrsula no podía permitir que salieran a la luz. Su muerte no fue un accidente en el río,
03:13fue una ejecución, y ella estaba allí, yo lo sé.
03:16Adriana sacudió la cabeza, sus rizos castaños danzando con la negación. No, Rafael.
03:28Te equivocas, conozco a Úrsula. Es... es ambiciosa, sí, a veces puede ser fría y calculadora.
03:38¿Pero una asesina? ¿Matar a su propio primo? Es imposible, no puedes acusarla de algo tan
03:43terrible sin pruebas contundentes. Su voz se quebró. La lealtad familiar era un pilar en su vida,
03:52y sentirlo tambalearse era como si el propio suelo se abriera bajo sus pies.
03:56Las pruebas están ahí, si quieres verlas, insistió Rafael, bajando la voz, su tono volviéndose casi
04:06un susurro conspirador. ¿No te pareció extraña su compostura en el funeral? ¿Su prisa por culpar
04:14a otros? ¿Su manera de manipular cada situación para salir beneficiada? Ella no lloraba a un primo,
04:19Adriana, celebraba la eliminación de un obstáculo. Te está utilizando, a ti y a tu buen corazón,
04:29para protegerse. Le soltó los hombros y comenzó a pasear de nuevo, sus manos gesticulando con
04:35frustración. Hablé con gente del pueblo. La vieron cerca del río esa tarde, discutiendo
04:43acaloradamente con Julio. ¿Por qué nos lo ocultó? Porque su coartada es una mentira. Una mentira
04:52construida sobre la sangre de nuestra familia. Cada palabra de Rafael era un martillazo contra
04:59el muro de incredulidad de Adriana. Recordó conversaciones fragmentadas, miradas fugaces
05:07de Úrsula que en su momento no significaron nada, pero que ahora, bajo esta nueva y terrible
05:13luz, adquirían un matiz siniestro.
05:19Recordó la frialdad en los ojos de su prima cuando se hablaba de Julio, una dureza que
05:24ella había atribuido al dolor, pero que quizás...
05:29Quizás era el gélido reflejo de un alma sin remordimientos.
05:32No puedo. Susurró Adriana. Más para sí misma que para Rafael.
05:40Me niego a creerlo. Es mi prima. Crecimos juntas. No puede ser la persona que describes.
05:48No puede ser un monstruo. Los monstruos más peligrosos son los que se disfrazan de familia.
05:54Concluyó Rafael, su voz cargada con el peso de una verdad que, para él, era tan clara y afilada
06:00como un trozo de cristal roto.
06:05Y yo, Adriana, no descansaré hasta que ese monstruo pague por lo que hizo. El silencio
06:11que cayó entre ellos fue más elocuente que cualquier palabra.
06:17Era el silencio de un vínculo que se resquebraja, de una confianza que se envenena.
06:21Adriana se quedó sola en el jardín, mirando las rosas sin verlas, mientras la espantosa
06:30semilla de la duda comenzaba a germinar en lo más profundo de su corazón, amenazando
06:35con ahogar todo lo que alguna vez había creído cierto.
06:38Corazones rotos y orgullo herido. La amistad en la encrucijada. Lejos de las intrigas palaciegas,
06:48en el bullicio de la cantina del pueblo, otra clase de batalla se libraba, una batalla
06:53de emociones contenidas y palabras no dichas.
06:59Leonardo, con la mejor de las intenciones, había orquestado un encuentro entre Irene y
07:04Bárbara. Creía, en su optimismo de hombre bueno, que una conversación cara a cara podría
07:13remendar la amistad que se había desgarrado por los celos y los malentendidos. Se equivocaba
07:21por completo. El aire entre las dos mujeres era tan tenso que podía cortarse con un cuchillo.
07:29Se sentaron en una mesa de madera tosca, con Leonardo en medio, actuando como un hombre
07:34un torpe mediador de paz en una guerra que no comprendía del todo.
07:40Bárbara, Irene está aquí. Yo solo quiero que hablen, que aclaren las cosas. Comenzó
07:46Leonardo, su voz sonando extrañamente formal.
07:52Bárbara ni siquiera miró a Irene. Sus ojos estaban fijos en un punto de la pared, y su
07:57mandíbula estaba apretada con una terquedad inamovible.
08:03No hay nada que aclarar. Ella tomó sus decisiones. Yo he tomado las mías. Irene suspiró,
08:09el cansancio marcando sus facciones.
08:14Estaba harta de luchar, harta de defenderse de acusaciones que, en su opinión, nacían de
08:20la inseguridad de su amiga y no de sus propias acciones.
08:26Bárbara, por favor, ¿cuánto tiempo vamos a seguir así? Te he dicho mil veces que entre
08:31Leonardo y yo no hay nada más que aprecio.
08:36Lo que pasó, fue un momento de debilidad, un error, y te pedí perdón. ¿Qué más quieres que haga?
08:42Fue entonces cuando Bárbara finalmente giró la cabeza, y la mirada que le lanzó a Irene estaba
08:50cargada de un dolor tan profundo que por un momento silenció a todos.
08:57Lo que quiero, dijo, su voz baja y temblorosa de rabia contenida, es que hubiera sido mi amiga.
09:06Una amiga no se esconde. Una amiga no miente. No me duele que te sintieras atraída por él, Irene.
09:12Me duele la traición. Me duele que me vieras la cara de estúpida mientras tú y él compartían
09:19secretos a mis espaldas. Eso no es justo, replicó Irene, alzando la voz. No hubo secretos. Fue un
09:29beso, un maldito beso del que me arrepentí al instante. Y no te lo conté para no hacerte daño,
09:35no para engañarte. Pues me hiciste más daño con tu silencio. Espetó Bárbara,
09:42poniéndose de pie de un salto, la silla chirriando contra el suelo de madera.
09:50Estás enamorada de él. Lo veo en cómo lo miras. Y en lugar de ser honesta, preferiste
09:55tratarme como a una niña a la que hay que proteger de la verdad.
09:58Pues ya no, se acabó. No pienso seguir siendo la tonta del pueblo. Leonardo, superado por la
10:07situación, intentó intervenir.
10:09Bárbara, por favor, siéntate. No es así. No te metas, Leonardo. Esto es entre ella y yo.
10:22O más bien, era. Porque ya no hay nada, sentenció Bárbara, su mirada volviendo a clavarse en Irene,
10:29fría como el hielo. No quiero tus disculpas, no las necesito. Quédate con tu conciencia y con él si
10:37tanto lo deseas. Sin decir una palabra más, Bárbara se dio la vuelta y salió de la cantina,
10:46dejando tras de sí un silencio espeso y doloroso. Irene se quedó sentada, con las manos sobre la mesa,
10:55sintiendo como las lágrimas de frustración y tristeza pugnaban por salir.
11:02Había luchado por su amiga, pero había perdido. El orgullo herido de Bárbara era una fortaleza
11:07inexpugnable. Leonardo se pasó una mano por el pelo, desolado. Lo siento, Irene, pensé que... No importa,
11:18Leonardo, lo interrumpió ella, su voz apenas un murmullo.
11:25No puedes arreglar lo que ya está roto. Algunas cosas, simplemente, no tienen remedio.
11:33Se levantó y, sin mirar al capataz, siguió el mismo camino que Bárbara, aunque sus destinos,
11:39ahora, parecían correr en direcciones diametralmente opuestas.
11:46La amistad, como un jarrón de porcelana fina, se había hecho añicos, y nadie parecía saber cómo
11:52volver a pegar los pedazos. Vínculos de sangre, cadenas de silencio. En el corazón de la casa
12:01grande, en el ajetreo de las cocinas y los pasillos de servicio, se movían dos almas unidas por la
12:07sangre pero separadas por el miedo. Martín había conseguido un puesto para su hermana Matilde,
12:15un acto de amor fraterno que, sin embargo, venía con un precio muy alto, el anonimato.
12:24La encontró en la lavandería, con las manos enrojecidas por el agua y la lejía, y la llevó
12:29a un rincón apartado, lejos de oídos curiosos.
12:32La urgencia en su mirada no admitía réplica. Matilde, escúchame bien, comenzó, su voz un
12:42susurro apremiante.
12:47Nadie, absolutamente nadie puede saber que somos hermanos. ¿Me entiendes? Para todos aquí,
12:53somos dos extraños, dos empleados que apenas se conocen.
12:56Tu vida y la mía dependen de ello. Matilde asintió, aunque una sombra de tristeza cruzó
13:05su rostro. Había soñado tanto tiempo con reunirse con su hermano, con tener una familia
13:12de nuevo. Y ahora que lo tenía cerca, debía fingir que era un desconocido. Lo sé, Martín,
13:22lo entiendo. No diré nada, te lo prometo. No es un juego, hermana, insistió él, su mano
13:31aferrando su brazo con una fuerza protectora.
13:37La gente de esta casa, los señores, tienen secretos, secretos peligrosos. Si descubren
13:43quién eres, si averiguan que estamos conectados, te usarán para llegar a mí.
13:47Y no puedo permitir que te hagan daño. Ya te he puesto en peligro una vez al traerte aquí.
13:57No puedo volver a fallarte. La mención del peligro pasado hizo que un escalofrío recorriera
14:02a Matilde.
14:06Recordaba la desesperación, la huida, el miedo constante. Miró a su hermano, a este hombre
14:12que había sacrificado tanto por ella, y supo que su silencio era la única forma de agradecérselo.
14:21No te fallaré, Martín. Seré una empleada más. Nadie sospechará nada. Te lo juro por
14:26la memoria de nuestros padres.
14:31El juramento selló el pacto. Se miraron por un instante, un universo de afecto y de historia
14:37compartida pasando entre ellos en ese breve silencio. Luego, Martín la soltó y dio un
14:45paso atrás, restableciendo la distancia que la prudencia exigía.
14:52Bien, ahora vuelve al trabajo, y recuerda, mantén la cabeza gacha y los oídos abiertos.
14:58En esta casa, se aprende más escuchando que hablando. Matilde asintió de nuevo, una empleada
15:06obediente, y regresó a su tarea.
15:12Pero mientras sus manos frotaban la ropa con fuerza, su mente volaba. Estaba agradecida,
15:18sí, pero también sentía el peso de esa nueva cadena, la del silencio.
15:22Un vínculo de sangre que debía ser ocultado como si fuera una vergüenza, una conexión
15:30que, en lugar de ser un refugio, se había convertido en su mayor vulnerabilidad.
15:38Mientras tanto, el corazón de Martín se enfrentaba a otra tormenta. Más tarde, ese
15:44mismo día, desde la distancia del patio de los jornaleros, vio a Pepa riendo.
15:48Su risa era como música, una música que durante un tiempo había creído que era para él.
16:00Pero no estaba sola. A su lado, Francisco, su amigo, le decía algo al oído. Y ella le
16:06respondió con una sonrisa cómplice y un suave toque en el brazo.
16:10La escena fue como una puñalada directa en el alma de Martín. No había malicia en ellos,
16:19solo la sencilla y natural comodidad de dos personas que se entienden.
16:25Y fue precisamente esa naturalidad lo que más le dolió. Se dio cuenta de que él,
16:30con sus secretos y sus cargas, era una complicación en la vida de Pepa.
16:34Francisco, en cambio, era simple, era luz. No sintió rabia, ni celos en el sentido posesivo.
16:48Sintió una profunda y abrumadora tristeza. Un dolor sordo que le consumía por dentro.
16:56Comprendió que el mayor acto de amor que podía hacer por ella era apartarse. Darles espacio.
17:04Dejar que floreciera lo que claramente estaban haciendo entre ellos. Con el corazón hecho un
17:09nudo. Martín se dio la vuelta y se alejó, tragándose el amargo sabor de la resignación.
17:18Se obligó a no mirar atrás, a no buscar su rostro una última vez. Se sumergió en el trabajo,
17:24buscando en el esfuerzo físico un bálsamo para una herida que sabía, tardaría mucho,
17:29mucho tiempo en cicatrizar.
17:34El amor, a veces, no consistía en luchar, sino en saber cuándo retirarse del campo de batalla.
17:43Y él, por Pepa, estaba dispuesto a rendirse. Un amor incipiente y la sombra de la envidia.
17:52En un rincón más amable del valle, donde la vida parecía fluir con un ritmo más pausado,
17:57algo hermoso y frágil comenzaba a brotar.
18:03Amadeo e Isabel, dos almas que habían conocido la soledad, se encontraban cada vez más a gusto
18:09en la compañía del otro.
18:13Sus conversaciones, que habían empezado siendo tímidas y formales, ahora estaban salpicadas
18:19de risas y confidencias. Se encontraron junto al arroyo, bajo la sombra de un viejo sos.
18:28Amadeo le había traído una pequeña flor silvestre, de un azul intenso, y se la entregó
18:33con una torpeza que a Isabel le pareció encantadora.
18:35Es para usted, doña Isabel, dijo él, sus mejillas sonrojándose ligeramente. Me recordó
18:46al color de sus ojos cuando le da el sol.
18:51Isabel tomó la flor, sus dedos rozándolos de él por un instante. Un calor inesperado
18:57recorrió su brazo.
18:58Es preciosa, Amadeo, muchas gracias. Hacía mucho tiempo que nadie me regalaba una flor.
19:08Hablaron durante horas, de libros, de música, del pasado. Isabel descubrió en Amadeo a un
19:14hombre de una sensibilidad y una cultura sorprendentes, ocultas bajo una apariencia modesta.
19:20Amadeo, por su parte, veía en Isabel no a la señora de la casa, sino a una mujer inteligente,
19:29con un humor agudo y una melancolía que anhelaba consolar.
19:35Había una conexión innegable entre ellos, una sintonía que ninguno de los dos buscaba
19:40pero que ambos acogían con una mezcla de alegría y temor.
19:43Sin embargo, su naciente idilio no pasaba desapercibido. Oculta tras unos matorrales,
19:52Eva los observaba.
19:56Su rostro, habitualmente sereno, estaba contraído por una mueca de puro veneno. Cada risa de Isabel
20:03era una ofensa para ella. Cada mirada de admiración de Amadeo era un insulto. Eva había decidido
20:11que Amadeo era de su propiedad, un capricho, un objetivo a conquistar, y no podía soportar
20:18la idea de que él prefiriera la compañía de esa mujer mayor, de esa viuda triste.
20:25Más tarde, cuando Isabel regresó a la casa, Eva la interceptó en el pasillo, su voz goteando
20:31una falsa preocupación.
20:32Doña Isabel, qué alegría verla tan contenta. Pero debe tener cuidado, los hombres como Amadeo.
20:45A veces solo buscan aprovecharse de la bondad de las señoras de su posición. No quisiera
20:50que le rompieran el corazón.
20:54Las palabras estaban diseñadas para herir, para sembrar la duda y la inseguridad en el corazón
20:59de Isabel. Pero Isabel, que había navegado por aguas mucho más turbulentas, reconoció
21:08la envidia al instante.
21:12Le dedicó a Eva una sonrisa serena, pero sus ojos eran firmes. Agradezco tu preocupación,
21:18Eva.
21:22Pero creo que a mi edad, ya soy bastante capaz de juzgar el carácter de las personas por mí
21:27misma, respondió con una calma que desarmó por completo a la joven.
21:34Eva se quedó sin palabras, observando cómo Isabel se alejaba con la pequeña flor azul
21:39todavía en la mano.
21:43La batalla por el afecto de Amadeo acababa de empezar, y Eva, lejos de rendirse, sintió
21:49cómo su determinación se convertía en una obsesión más oscura y peligrosa.
21:53No iba a permitir que Isabel le arrebatara lo que ella consideraba suyo. Haría lo que
22:01fuera necesario para separarlos.
22:05La verdad que dinamita los cimientos. La tarde caía, tiñendo el cielo de tonos anaranjados
22:11y violetas, pero la luz no llegaba al pequeño cuarto donde Mercedes había citado a Matilde.
22:16La atmósfera estaba cargada de una solemnidad casi fúnebre. Mercedes había guardado su secreto
22:24durante demasiado tiempo, y el peso se había vuelto insoportable.
22:31Necesitaba un aliado, alguien de confianza a quien poder revelarle la monstruosa verdad
22:36que carcomía los cimientos de la familia Galvez.
22:39Y había decidido que esa persona era Matilde. Matilde acudió, preocupada por el tono urgente
22:48de la nota que había recibido.
22:53Encontró a Mercedes junto a la ventana, su silueta recortada contra el crepúsculo.
22:58La matriarca de los Aguirre no se anduvo con rodeos. Matilde, siéntate. Lo que voy
23:07a contarte es.
23:11Difícil de creer, y es de vital importancia que nadie sepa que hemos tenido esta conversación.
23:19Matilde obedeció, su corazón latiendo con aprensión. La mirada de Mercedes era la de
23:25alguien que ha visto el infierno y ha regresado para contarlo.
23:31Conoces a Victoria, la duquesa, comenzó Mercedes, su voz un murmullo bajo y controlado.
23:40La ves como la esposa devota del difunto duque, la madre de Gaspar. Pero todo eso, Matilde,
23:46es una farsa. Una mentira que ha durado décadas. Hizo una pausa, como si reuniera
23:55fuerzas para pronunciar las siguientes palabras. Victoria y José Luis, el hermano del duque,
24:03han sido amantes desde que eran prácticamente unos niños. Su amor no es un secreto reciente.
24:11Es la historia fundamental sobre la que se ha construido toda esta mentira.
24:18Matilde ahogó una exclamación. La revelación era escandalosa, pero era solo el principio.
24:25El duque, mi cuñado, era un hombre bueno, pero débil. Estaba enfermo, no podía darle un heredero a
24:33Victoria, continuó Mercedes, su voz temblando de una ira antigua. Pero la línea sucesoria de los
24:43Galvez necesitaba continuar. Así que tramaron un plan. Un plan diabólico. Victoria y José Luis
24:52concibieron un hijo en secreto. Un hijo que el duque aceptó como propio para salvar las apariencias y
24:57asegurar el futuro del ducado. Los ojos de Matilde se abrieron de par en par, la comprensión golpeándola
25:06con la fuerza de un rayo.
25:10—¡Gaspar! —susurró, incrédula. —¡Sí! —confirmó Mercedes, su voz rompiéndose por fin.
25:18—Gaspar, mi sobrino, el joven al que todos lloramos. No era un Galvez de la Vega.
25:26Era un Galvez de Aguirre, el hijo de José Luis, el fruto de un adulterio, de una traición que ha
25:35envenenado a esta familia durante 30 años. El silencio en la habitación era absoluto.
25:44Matilde sentía que el mundo entero se había puesto del revés. Todas las piezas de su vida en
25:51esa casa, todas las relaciones y jerarquías que había aceptado, se desmoronaban ante sus ojos.
25:59Victoria, la altiva duquesa, José Luis, el patriarca manipulador, Gaspar, el heredero caído.
26:10—Todos eran actores en una obra macabra. ¿Por qué? ¿Por qué me cuenta esto a mí? —preguntó
26:16Matilde con un hilo de voz, sintiéndose abrumada por la magnitud de la confidencia.
26:21Mercedes se acercó a ella, sus ojos buscándolos de la joven con una intensidad febril.
26:31—Porque la mentira no se detuvo ahí, Matilde. Esa fue solo la primera piedra. Sobre ella construyeron
26:37un imperio de engaños y crímenes. Crímenes que deben salir a la luz. Y te lo cuento a ti porque
26:45veo en tus ojos la misma sed de justicia que arde en los míos.
26:51—Porque eres fuerte, más de lo que crees. Y porque voy a necesitar ayuda. Sola, no puedo
26:57enfrentarme a ellos.
27:01—Son demasiado poderosos. La revelación lo cambió todo. Ya no se trataba solo de un
27:06secreto de Alcoba, sino de un fraude monumental que afectaba a la legitimidad de todo el ducado,
27:11a la propiedad de las tierras, al honor de un nombre.
27:18Matilde, la simple empleada, la hermana oculta, se encontraba de repente en el epicentro de un
27:24terremoto que amenazaba con derrumbarlo todo.
27:27Y en los ojos de Mercedes vio no solo a una mujer desesperada, sino a una general reclutando a su
27:36primer soldado para una guerra que sería vida o muerte.
27:42La furia de los hijos contra los padres. El conocimiento de la verdad es un arma,
27:47y Rafael estaba dispuesto a usarla.
27:52Armado con sus sospechas y la creciente certeza de la culpabilidad de Úrsula, fue a buscarla.
28:01La encontró en la biblioteca, revisando unos documentos de las propiedades, como si nada
28:06ocurriera.
28:07Úrsula, dijo, su voz resonando en el silencio del cuarto. No había afecto en su tono, solo una
28:17frialdad cortante.
28:21Ella levantó la vista, una sonrisa ensayada en los labios.
28:25Rafael, querido, te estaba esperando.
28:30No me llames querido, espetó él, avanzando hacia ella. He venido a decirte que nuestro compromiso
28:36se ha terminado.
28:39La sonrisa de Úrsula vaciló, pero no desapareció. ¿Es una broma, Rafael? Hemos pasado por mucho.
28:48No puedes terminarlo todo así, sin más. Oh, sí que puedo, replicó él, su voz cargada de desprecio.
28:59Puedo, y lo hago. No pienso casarme con una mujer que miente. No pienso unir mi vida a la de una asesina.
29:06La palabra asesina quedó flotando en el aire entre ellos, pesada y letal. La máscara de Úrsula
29:14finalmente se resquebrajó. Su rostro palideció, y luego se contrajo en una mueca de furia. ¿Cómo
29:23te atreves? ¿De qué demonios estás hablando? Hablo de Julio. Hablo de que lo mataste a sangre
29:31fría para que no se interpusiera en tus planes. Creíste que nadie lo descubriría. Que todos se
29:39tragarían la historia del accidente. Pero yo no, Úrsula. Yo sé lo que hiciste. La reacción de ella no
29:49fue de negación, sino de un pánico que rápidamente se transformó en un ataque.
29:53¿Estás loco? Adriana te ha estado llenando la cabeza de estupideces. Esa mosquita muerta siempre
30:01ha estado celosa de mí. No metas a Adriana en esto. Ella, a diferencia de ti, tiene un corazón noble.
30:10Esto es sobre ti. Sobre tu ambición desmedida y tu falta de escrúpulos. Dijo Rafael, su calma
30:19haciendo que la histeria de ella pareciera aún más desquiciada. No puedes dejarme, gritó ella,
30:28su voz convirtiéndose en un chillido agudo. Después de todo lo que he hecho por esta familia,
30:33por asegurar nuestro futuro. No te atrevas a darme la espalda. Se abalanzó sobre él,
30:40intentando agarrarlo. Pero él la apartó con firmeza. Se acabó, Úrsula.
30:49Jamás me casaré contigo. Su resolución era total, inquebrantable. La dejó allí,
30:55en medio de la biblioteca, jadeando, con los ojos desorbitados por la rabia y el miedo.
31:00Rafael no se sintió indiferente. Verla así, despojada de su control, le produjo una mezcla
31:09de lástima y repulsión. Pero no alteró su decisión. Había cruzado un umbral y ya no
31:18había vuelta atrás. Su siguiente enfrentamiento sería aún más cataclísmico.
31:22Encontró a su padre, José Luis, en su despacho. El ambiente ya estaba caldeado. José Luis,
31:32al enterarse de la ruptura del compromiso, había decidido intervenir.
31:39¿Se puede saber qué has hecho, muchacho? Le espetó José Luis en cuanto lo vio entrar.
31:44Romper tu compromiso con Úrsula es un error catastrófico. Y todo por las fantasías de
31:52Adriana. Esa mujer te está envenenando la mente. José Luis continuó con su habitual táctica de
32:00manipulación, intentando pintar a Adriana como una intrigante que buscaba separarlo de su familia y de
32:06su deber. Pero esta vez, el veneno no hizo efecto. En su lugar, desató una furia que Rafael había
32:15mantenido reprimida durante años.
32:20¡Basta! rugió Rafael, golpeando el escritorio con el puño. El sonido retumbó en la habitación,
32:27sorprendiendo a José Luis.
32:28Nunca, jamás, le había alzado la voz de esa manera. No te atrevas a volver a hablar así de
32:37Adriana. Y no te atrevas a hablarme de deber y de familia.
32:43Rafael se hirvió, su figura pareciendo de repente mucho más grande, más imponente que la de su padre.
32:52He pasado toda mi vida intentando ser el hijo que querías. Obedeciendo tus órdenes,
32:57siguiendo tus planes, aceptando tus mentiras.
33:02Pero se acabó. He abierto los ojos, padre. Y lo que veo me da asco. El rostro de José Luis se endureció.
33:12¿Qué estás diciendo? Digo que sé la clase de hombre que eres. Continuó Rafael, su voz temblando de una rabia justa.
33:20Un hombre que manipula a sus propios hijos. Un hombre que antepone la ambición y el poder a
33:27cualquier cosa, incluso a la vida humana. Hablas del honor de los Galvez, y qué has hecho tú para
33:35honrarlo. Mentir, engañar, conspirar. Rafael se detuvo, como si una verdad aún más
33:44terrible luchara por salir. No dijo nada sobre Gaspar, no todavía.
33:51Pero su mirada lo decía todo. He hecho todo lo necesario para proteger a esta familia. Algo que tú,
33:58con tu idealismo estúpido, nunca entenderás. Se defendió José Luis, poniéndose en pie,
34:04su rostro enrojecido.
34:05¿Protegerla? La has podrido desde dentro. Sentenció Rafael, pues se acabó tu tiranía.
34:16A partir de ahora, voy a hacer lo que mi conciencia me dicte. Voy a buscar la verdad,
34:22toda la verdad.
34:25Y no me importa a quién me lleve por delante, ni siquiera si eres tú. La amenaza quedó suspendida
34:31entre ellos, cruda y definitiva. Era una declaración de guerra. El hijo contra el padre. La nueva
34:40generación contra los viejos pecados. José Luis miró a Rafael, no como a un hijo, sino como a un
34:49enemigo. Y en esa mirada, Rafael comprendió que la batalla por el alma de Valle Salvaje acababa de
34:55comenzar, y que se libraría dentro de los muros de su propia casa. El duelo final, la duquesa y la
35:03sombra del pasado. La noche había caído por completo sobre Valle Salvaje. Una tormenta, que había estado
35:13amenazando durante todo el día, finalmente se desató. La lluvia golpeaba los ventanales del palacio
35:22ducal y los truenos retumbaban como el eco de la furia desatada en su interior. En el gran salón,
35:31iluminado únicamente por el fuego crepitante de la chimenea, dos mujeres se enfrentaban en la que
35:36sería la batalla final. Mercedes había ido a ver a Victoria. No había anunciado su visita. Simplemente
35:45apareció, como un fantasma del pasado, su rostro una máscara de serena determinación.
35:53Victoria, vestida de un riguroso luto que no hacía sino resaltar la dureza de sus facciones,
35:59la recibió con una frialdad calculada.
36:04¿Qué quieres, Mercedes? Si vienes a ofrecerme tus condolencias, puedes ahorrártelas.
36:09Llegas con varias semanas de retraso. No he venido a hablar de tu falso duelo,
36:17Victoria, respondió Mercedes, su voz tranquila resonando con una autoridad que hizo que Victoria
36:23se tensara. He venido a poner las cartas sobre la mesa, todas ellas. Mercedes comenzó a caminar
36:31lentamente por el salón, su mirada recorriendo los retratos de los antepasados Galvez que colgaban
36:37de las paredes. Esta casa, dijo, está construida sobre mentiras. Mentiras que tú y José Luis
36:46habéis alimentado durante décadas. Como vuestros tejemanejes para arrebatarle las tierras a los
36:53campesinos, para acumular un poder que nunca os correspondió.
36:57Victoria soltó una risa seca, despectiva. ¿Hablas de negocios? No creo que sea un tema que tú puedas
37:06entender. Oh, lo entiendo perfectamente, replicó Mercedes, deteniéndose frente a ella. Entiendo la
37:16ambición. Lo que me costó más entender fue hasta dónde estabais dispuestos a llegar por ella.
37:23Hasta el asesinato. El rostro de Victoria perdió todo color. ¿De qué estás hablando?
37:34Hablo del padre de Adriana. Un hombre bueno que se interpuso en vuestro camino. Un hombre que murió
37:39en un desafortunado accidente de caza. Un accidente orquestado por José Luis, con tu conocimiento y tu
37:48bendición. ¿Creísteis que nadie lo descubriría nunca, verdad? El silencio de Victoria fue su primera
37:56confesión. La duquesa intentó mantener la compostura, pero una vena latía con furia en su sien.
38:05Son delirios de una mujer vieja y amargada. Son delirios. Continuó Mercedes, acercándose un paso
38:12más, su voz bajando a un susurro letal. Entonces, hablemos de mi hermana. Hablemos de Pilara. Al oír
38:23ese nombre, el último vestigio de control de Victoria se hizo añicos. Sus ojos se abrieron con un horror
38:32que no pudo disimular. Pilara era su secreto más oscuro, el fantasma que la atormentaba en sus noches
38:38de insomnio. Pilara lo sabía, dijo Mercedes, cada palabra como una gota de veneno. Ella descubrió
38:48vuestro romance. Descubrió la verdad sobre el nacimiento de Gaspar. Y era una mujer de principios.
38:59Iba a contárselo todo a su marido, a tu marido, al duque. Pero nunca tuvo la oportunidad, ¿verdad, Victoria?
39:08Mercedes la miraba fijamente, desnudando su alma con la mirada. Le diste un té, ¿no es así? Un té
39:16especial, con unas hierbas que sólo tú conocías. Unas hierbas que le pararon el corazón. La mataste,
39:24Victoria. Mataste a mi hermana, a tu cuñada, a sangre fría, para proteger tu miserable secreto.
39:31¡Cállate! Si se o Victoria, su cuerpo temblando de una rabia incontrolable. Pero Mercedes no había
39:41terminado. Guardaba el golpe de gracia, el ataque final y más personal, para el final. Has sacrificado
39:51todo por él. Tu honor, tu conciencia, el alma de tu hijo, la vida de mi hermana. Todo por José Luis.
40:04Has construido tu vida entera alrededor de la idea de que vuestro amor era grande, épico,
40:09que justificaba cualquier atrocidad.
40:11Pero hay una última verdad que necesitas oír. Mercedes se inclinó hacia ella, su rostro a
40:20centímetros del de la duquesa.
40:24José Luis nunca te amó. Victoria. La frase impactó a Victoria con la fuerza de un golpe físico.
40:33¿Te deseaba? Sí, se sirvió de ti, por supuesto. Eras la herramienta perfecta para sus ambiciones.
40:42La mujer que podía darle el heredero que su hermano no podía, la que le abriría las puertas del ducado.
40:50Pero amarte, nunca, su único y verdadero amor siempre ha sido el poder. Tú solo fuiste un peón en su juego.
40:59Un peón que ahora, créeme, está a punto de sacrificar. Esa fue la gota que colmó el vaso.
41:05No el asesinato, no el fraude. La anulación de su historia de amor. La idea de que toda su vida, todos sus crímenes, habían sido en vano, por un hombre que nunca la había amado de verdad.
41:19Fue una herida demasiado profunda, demasiado insoportable. En ese instante, algo se rompió dentro de Victoria.
41:29La duquesa sofisticada y calculadora desapareció, y en su lugar surgió una bestia acorralada y mortal.
41:41Sus ojos se inyectaron en sangre, su rostro se desfiguró en una máscara de odio puro.
41:46Con un grito animal que se mezcló con el rugido de un trueno, Victoria se lanzó sobre Mercedes.
41:58No hubo vacilación, no hubo un segundo de duda. Solo una intención clara, primordial y asesina.
42:07Sus manos, enjolladas y cuidadas, se cerraron alrededor del cuello de Mercedes con una fuerza sorprendente.
42:17La empujó hacia atrás, haciéndola caer sobre un diván. Mercedes luchó, sus manos arañando los brazos de Victoria, sus ojos abiertos por el shock y el terror.
42:30El aire comenzó a faltarle, puntos negros bailando ante su vista. El rostro de Victoria estaba sobre el suyo, descompuesto por la locura, susurrando palabras de odio ininteligibles.
42:42La vida de Mercedes se extinguía bajo la presión de aquellas manos que una vez acunaron al falso heredero del valle.
42:54El fuego de la chimenea proyectaba sus sombras danzantes sobre la escena, convirtiéndolas en dos figuras monstruosas luchando a muerte.
43:01¿El sonido de la tormenta ahogaba cualquier posible grito? ¿Lo conseguiría? ¿Lograría Victoria silenciar para siempre a la última persona que conocía toda la verdad?
43:15¿O llegaría alguien a tiempo para evitar la tragedia, para detener la mano de la duquesa antes de que sumara un nuevo asesinato a su larga lista de pecados?
43:23En el corazón de la tormenta, en el salón del palacio de los Galvez, el destino de Valle Salvaje pendía, literalmente, de un hilo.
43:34Y nadie, absolutamente nadie, podía oír los gritos ahogados de Mercedes.
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