El final de esta película no ha llegado hasta nuestros días, pero es fácil adivinar el feliz desenlace que, por infinidad de veces relatado, no deja de emocionarnos.

La pequeña Rising Moon (Luna Creciente), hija del Chief Great Elk Horn (Jefe Gran Cuerno de Alce), es cortejada por Little Bear (Pequeño Oso), y los conocemos al pie de Snake Falls, donde las tumultuosas aguas retumban con su música. Las posesiones mundanas de Little Bear son escasas, y Great Elk Horn rechaza sus escasas ofrendas a favor de los ricos regalos de Standing Rock (Roca Duradera), por lo que Rising Moon es llevada por Standing Rock a su wigwam (cabaña india), donde la deja mientras el sale de caza. Ella, aprovechando su ausencia, se escapa en busca del corazón desamparado de su propia elección, Little Bear, antes de que sea demasiado tarde. Standing Rock regresa y descubre que se ha ido; adivina la verdad y, reuniendo a sus compañeros, comienzan a perseguirla. Little Bear y Rising Moon, al escuchar que se acercan, intentan escapar. Con Standing Rock y sus valientes siguiéndolos de cerca corren hacia la orilla del río, se suben a una canoa y pronto se lanzan a la rápida corriente del rio de la montaña que, en algunos lugares, los rápidos se convierten en algo muy peligroso. La hazaña parece insuperable, pero se logra con seguridad y es digna de un destino mejor que la captura, lo que sucede más tarde. La muerte de ambos es la recompensa y unidos esperan su fin. La ira de Standing Rock exige más que la mera muerte, por lo que procede a burlarse y torturar a su rival. Esto es recibido con tal estoicismo por Little Bear, que Standing Rock se asombra hasta el punto de admirar la entereza del valiente, y no solo corta las cuerdas que lo atan, sino que le otorga la Pluma de Águila, el regalo de mayor honor para los valientes y les pide a él y a Rising Moon que se vayan y que sean felices.