Huevos y cacerolada contra el gobierno de Islandia. Varios manifestantes rodearon el coche oficial del primer ministro en unas protestas que continuaron hasta bien entrada la noche. Los habitantes de Reikiavik salen a la calle para pedir la dimisión de un ejecutivo que tildan de "incompetente" y al que acusan de arrastrar al país a un colapso financiero sin precedentes. Islandia se enfrenta a un año en el que el índice de desempleo podría dispararse, en un país en el que hace apenas unos meses había pleno empleo.
Sé la primera persona en añadir un comentario