Nunca antes los precios habían bajado de un año para otro. El mes pasado ocurrió. Cayeron una décima en relación a marzo de 2008. Se empieza a abrir paso así la deflación aunque para que sea una realidad tiene que haber una caída generalizada y persistente de precios, algo que el Gobierno descarta. Pero de momento disfrutamos de precios más baratos gracias sobre todo a que el petróleo cuesta ahora la mitad. Y ha rebajado todo lo que toca desde el transporte a los alimentos por el recorte en los costes de producción. Mientras la situación sea transitoria el consumidor sale beneficiado porque puede comprar lo mismo por menos dinero o por ejemplo pagar menos por el alquiler si revisa ahora su contrato. También es verdad que los sueldos referenciados al IPC suben menos.
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