Mayo es el mes de las madres. Ya estamos acostumbrados a la publicidad para comprar el "mejor regalo" a la progenitora. Cuando se nos habla de maternidad, la primera imagen que nos viene a la mente es la de una mujer con un bebé o un infante, pero sería interesante si pudiéramos reconocer en los animales no humanos características que consideramos valiosas en las madres humanas. Las madres de otras especies, especialmente mamíferos y aves, tiene fuertes vínculos emocionales con sus crías. Como habitantes de grandes ciudades probablemente sólo tengamos contacto con cachorros de perro y gato y sus madres, y aun así no negaríamos que hay una actitud protectora y afectiva de ellas hacia sus hijos. Quisiera hacer mención de una madre -y su cría- que son explotados en la industria alimenticia. En libertad los cerdos pueden llegar a vivir de 10 a 15 años, lejos de las granjas, los mataderos y el dolor los cerdos pasan horas jugando entre ellos, explorando sus alrededores o simplemente tomando el sol o refrescándose en el barro.
En las granjas los cerdos son anulados y sus deseos negados o ignorados, alejados de su vida natural y de todo lo que les haría felices, hoy en día la mayoría de los cerdos pasan sus vidas en celdas demasiado pequeñas para poder darse la vuelta
A menudo se dice que los cerdos son más inteligentes que un humano de tres años o que los perros, lo cierto es que diferentes estudios (Universidad de Illinois y Universidad de Cambridge) demuestran que tienen una gran memoria y son capaces de aprender a seguir a otros compañeros para quitarles la comida, estos a quienes les roban la comida son capaces además de cambiar su comportamiento para reducir el número de veces que les quitan lo suyo. Los bebés se acercan donde escuchan el sonido de sus madres, madres que como todos los mamíferos cuidan y protegen de sus crías hasta que pueden valerse por si mismas. Una de las tareas más importantes de las madres es proteger a sus crías, escondiéndolas cuando es necesario y luchando por su defensa.
Pero los cerdos además sueñan, reconocen sus nombres e incluso el profesor Stanley Curtis de la Universidad de Penn observó que eran capaces de "representaciones abstractas", siendo capaces de grabar una imagen en su mente durante mucho tiempo.