La crisis social en Sudáfrica llega a medio año, y de la mano de la industria metalúrgica recibe un nuevo golpe a su economía. Al menos 220 mil obreros de ese sector paralizaron la producción del país desde el primero de julio y se declararon en brazos caídos hasta lograr un aumento salarial de 12 por ciento y subsidio para la compra de vivienda, entre otras demandas. Las pérdidas equivalen a más de 20 millones de dólares diarios. teleSUR
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