El principal handycap político y hasta moral que deberá ser sorteado por el ultraderechista Óscar Iván Zuluaga en su ruta hacia la presidencia colombiana no lo representan las pruebas de sus vínculos estrechos con delincuentes como Andrés Sepúlveda y con gente del narcotráfico, sino su labor de boicot y su empecinamiento en que fracasen los Diálogos para la Paz en Colombia, que se llevan a cabo en la capital de Cuba. teleSUR
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