Los consumidores estadounidenses no se asustan por los problemas fiscales en el país. En febrero, gastaron un 1,1 por ciento más que en enero, a pesar de que desde principios de año se ha puesto en marcha nuevas subidas de impuestos a causa de la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos. El de febrero fue, además, el incremento en gastos más fuerte en cinco meses.