La noche del 8 de agosto de 1973, un adolescente reportó un tiroteo en un suburbio de Houston, Texas. Cuando la policía llegó al lugar, Elmer Wayne Henley, de 15 años, dijo que había disparado contra un hombre de 33 que había organizado una reunión a la que asistieron el propio Henley y otros dos jóvenes. Al calor del alcohol, el individuo quiso violarlos, por lo que Henley disparó, asesinándolo. Las primeras indagatorias arrojaron que el sujeto asesinado se llamaba Dean Corll, quien trabajaba entonces en una compañía de luz y que anteriormente había laborado en una fábrica de dulces. Corll repartía caramelos a los niños de su barrio, por lo que se había ganado el mote de Candy Man, el hombre de los dulces. Sin embargo, conforme Henley era interrogado emergió algo más que un pleito de homosexuales borrachos. El joven dijo que él y sus otros dos amigos le conseguían amantes a Corll, quien pagaba para tener relaciones con ellos.