Como bastantes de vosotros sabréis muchos boxeadores han sufrido daños cerebrales irreparables por las sacudidas que sus cerebros han sufrido con cada golpe recibido en la cabeza; con los pájaros carpinteros, la evolución encontró una salida a través de bolsas de aire localizadas al interior del cráneo, las cuales funcionan como mediadoras entre el cerebro y el hueso, ejerciendo así un papel de amortiguadoras en la diaria labor de martilleo que el ave debe efectuar con su pico. Pero eso no es todo, ya que el cráneo del pájaro carpintero es ligero y complejo a la vez: pesa tan solo un 1% de su peso corporal, y está compuesto por numerosos huesillos diminutos, todo en pro de un mecanismo óseo capaz de resistir los impactos, no ya en virtud de la dureza sino de estructuras diseñadas para una distribución eficaz de las fuerzas de los impactos.