La criopreservación es el proceso en el cual células o tejidos son congelados a muy bajas temperaturas, generalmente entre -80 ºC y -196 ºC (el punto de ebullición del nitrógeno líquido) para disminuir las funciones vitales de una célula o un organismo y poderlo mantener en condiciones de vida suspendida por mucho tiempo. A esas temperaturas, cualquier actividad biológica, incluidas las reacciones bioquímicas que producirían la muerte de una célula, quedan efectivamente detenidas. Normalmente para preservar una muestra biológica durante el mayor tiempo posible sin que que pierda su calidad se utiliza nitrógeno líquido. De esta manera sumergiendo la muestra en nitrógeno líquido se alcanzan temperaturas de hasta -195,79 ºC, la temperatura de ebullición del nitrógeno líquido. La utilización de helio líquido permite alcanzar temperaturas incluso menores de hasta -268,93 ºC (temperatura de ebullición del helio).