Y es que el escándalo de Paco Salazar, el "guarro", tal y como lo definió Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, le ha estallado en la cara a la mismísima portavoz del Gobierno Sánchez.
Pilar Alegría, en el mediodía del 2 de diciembre de 2025, hubiese dado todo lo que fuera por no tener que estar ejerciendo sus funciones en la sala de prensa de La Moncloa posterior al tradicional Consejo de Ministros.
Porque era de cajón que una de las preguntas que le iban a caer a bocajarro iba a ser sobre quien fue propuesto como nuevo secretario de Organización del PSOE antes de que estallase el escándalo de sus acosos en el mes de julio de 2025 y que ahora iba a ser rehabilitado para el equipo de asesores de Pedro Sánchez.
El problema para la portavoz del Ejecutivo sanchista fue más que evidente a la hora de responder a la cuestión sobre Salazar.
Entre otras razones porque hace solo unas semanas que fue cazada por el digital 'Artículo 14' comiendo amigablemente en un restaurante del centro de Madrid con este elemento de "actitudes vomitivas".
Por eso, Alegría tuvo que dar vueltas y más vueltas para intentar vender que el Gobierno y el PSOE estaban alejados de Paco Salazar:
Sobre la pregunta que me hacía sobre Paco Salazar, que qué me parecía la información, por supuesto, que hemos conocido también estos días y sobre todo las expresiones y las palabras que se han hecho públicas, vomitivas. Vomitivas. Lo que sí que le puedo decir, desde que usted me preguntaba por Moncloa, usted sabe que además desde que se conocieron esas primeras informaciones, en el mes de julio, si no recuerdo mal, se le cesó de manera fulminante. Y saben ustedes también, porque lo explicamos ya en su momento, que desde el año 2018, si no me falla la memoria, en Moncloa existen todos esos mecanismos antiacoso conforme a la ley, que además, lógicamente, se van actualizando.
Conocen también, porque se lo explicamos en su momento, pero creo que es oportuno también volverlo a recordar, desde que se conocieron también esas primeras informaciones, aquí en Moncloa se mantuvo también una reunión con los trabajadores y las trabajadoras para que, desde la empatía, desde el más absoluto respeto, por supuesto, a su anonimato, supieran que todas aquellas personas que hubieran visto o sufrido cualquier tipo de comportamiento absolutamente inadecuado, supieran que Moncloa era un espacio seguro para poder llevar a cabo cualquier tipo de denuncia. Y también les tengo que decir que desde el primer momento, aquí en Moncloa, nunca se ha recibido por ninguno de los canales ninguna denuncia, ni tampoco por los canales anónimos que saben que existen.
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