A continuación les presentamos el fuerte testimonio de un niño que cayó en las garras de la drogadicción y hoy lucha por salir. A los 12 años, Brayan llegó a un punto que ningún menor debería conocer: vivir dentro de un anexo para enfrentar una adicción que avanzó sin que nadie alcanzara a detenerla a tiempo. Su historia comenzó en silencio, entre un entorno que normalizaba el consumo y una falta de acompañamiento que lo dejó expuesto a riesgos que no comprendía. Poco a poco, la adicción lo alejó de la escuela, lo separó de sus amigos y le arrebató la estabilidad que cualquier niño necesita para crecer. Este es su testimonio.
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