El entonces recién llegado Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno de España a través de la moción de censura presentada a Mariano Rajoy (PP) fue cuestionado por una resolución judicial que afectaba al fugado Carles Puigdemont.
Un tribunal regional alemán sentenció que el expresidente catalán sería entregado a España para ser juzgado por malversación y no por rebelión.
El líder del PSOE afirmó sin ambages que:
Las sentencias judiciales no se califican, se respetan. Todas las sentencias deben respetarse ya sean en España, en Bélgica o Alemania, donde sea. aseveró.
Pero para él y el PSOE, parece que esas 'recomendaciones' no rigen y en otras circunstancias no duda en cargar contra sentencias del Poder Judicial de España.
El mejor ejemplo, lo sucedido con el fallo del Tribunal Supremo a Álvaro García Ortiz, ya exfiscal general del Estado, que ha sido condenado a dos años de inhabilitación.
En este caso, a Pedro Sánchez, sí que había motivos para opinar, calificar y hasta rajar de la sentencia, que aún no ha sido publicada.
Así se pronunció con los periodistas españoles en la rueda de prensa celebrada en Johannesburgo (Sudáfrica) en el cierre de la cumbre del G-20:
En una sociedad democrática como la que vive España, desde luego, pues no compartimos la orientación de esta sentencia. Porque además, no lo he dicho yo, han sido periodistas de acreditado reconocido prestigio los que en el juicio han dicho que el fiscal general del Estado nada tiene que ver con los delitos que se le imputan.
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