Los problemas de movilidad se agudizaron con la presencia de material de playa y escombros de construcción arrastrados por la corriente, lo que incrementó significativamente el riesgo. Uno de los puntos más críticos fue la subida a sectores altos como María Auxiliadora, donde la fuerza del agua hizo intransitables las vías y puso en alerta a la comunidad.
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