Hizo cientos de papeles, pero el de La muerte de un comediante –que se estrena este jueves 20 de noviembre-, muestra a Diego Peretti en un registro diferente a los que interpretó en toda su carrera: un ser melancólico o, mejor dicho, melancolizado por lo que le toca vivir. El film aborda la historia de un actor que recibe un diagnóstico terminal y que, entonces, decide viajar hasta Bruselas (Bélgica), donde se reencuentra con el personaje de historieta que lo inspiró a actuar cuando era niño. Pero esta no es la única novedad: La muerte de un comediante es la primera película de Peretti como director, en trabajo con Javier Beltramino (con una trayectoria que cuenta con productor en Metegol, La patota, Nieve negra, etcétera). Y completando la tríada de novedades del largometraje que lo tiene a Peretti delante y detrás de cámara, La muerte de un comediante marcó un modelo de producción sin precedentes a través de la Comunidad Orsai, encabezada por el escritor Hernán Casciari. De esta manera colaborativa de inversión, alcanzó los 10.190 socios productores. Peretti se luce junto a un elenco que reúne las actuaciones de Malena Villa, Haneul Kim, Marioska Fabián Nuñez y Eric Bier, en un rodaje que dividió sus locaciones entre Buenos Aires y Bruselas.
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