El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha sufrido este domingo su primer revés en sus dos años de gobierno. El líder conservador convocó a 13,9 millones de ecuatorianos a las urnas en una consulta que pretendía, en último término, una profunda reforma de la Constitución y la respuesta fue inesperada por su contundencia. Los ecuatorianos rechazaron las tres preguntas planteadas en el referéndum —con las que se buscaba cambiar la Constitución para instalar bases militares extranjeras, acabar con la financiación estatal de los partidos o la reducción de asambleístas— y fueron aún más firmes respecto la consulta popular que daba un cheque en blanco a Noboa para reescribir un nuevo texto constitucional, la cuestión más decisiva.
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