Una poderosa unidad militar insurrecta de Madagascar, el Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército de Tierra (CAPSAT), anunció este martes la supresión de la Constitución y la toma del poder en respuesta a la grave crisis política generada por las protestas populares iniciadas el pasado 25 de septiembre.
"Vamos a asumir nuestras responsabilidades, vamos a tomar el poder", declaró el líder del CAPSAT, coronel Michael Randrianirina, desde el Palacio Ambotsirohitra, sede de la Presidencia en Antananarivo.
El golpe de Estado supone el derrocamiento del presidente Andry Rajoelina, que habría huido del país sin presentar su dimisión, exigida por las protestas encabezadas por la juventud.
Randrianirina anunció la creación de un consejo de transición compuesto por el Ejército, la Gendarmería y la Policía Nacional, al que se podrán sumar civiles. Este órgano ejercerá las funciones del jefe de Estado durante un máximo de dos años, periodo en el que se celebrará un referéndum constitucional.
El coronel también informó de la suspensión del Senado, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Superior de Justicia, aunque la Asamblea Nacional mantendrá sus funciones.
Poco después, la Alta Corte Constitucional declaró la vacancia de la Presidencia y pidió a Randrianirina asumir como jefe de Estado, legitimando así el golpe militar.
Ese mismo día, la Asamblea Nacional votó la destitución de Rajoelina por 130 votos a favor de 131 presentes, después de que el mandatario intentara sin éxito disolver la Cámara mediante un decreto que los diputados calificaron de inválido.
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