00:00Desde Valencia, Cristina. Dice, desde siempre he sido muy sensible a las cosquillas, hasta el punto de que solo con ver la intención de otra persona, ya me estoy retorciendo de las cosquillas.
00:12Se ve que la expectativa ya la rompe. Cuando era pequeña, a mi padre le encantaba hacerme reír así. Eso es muy de padre del pasado, es verdad.
00:20Y lo repetía a menudo, hasta que un día dejó de hacerlo y yo no sabía el por qué. Hace poco me lo confesó. Me lo confesó. Tengo 32 años.
00:27Y le dije, atención, mire, confesión de padre, ¿por qué dejó de hacerle cosquillas?
00:32Resulta que no solo tengo las piernas de karateka cuando duermo, sino que por un reflejo automático pego patadas voladoras al hacerme cosquillas y no me doy cuenta.
00:46Claro, en una de esas tantas que jugaba el padre, le metí tremendo patadón en el pecho, con la mala suerte de que le rompí una costilla.
00:57Hostia, hostia, disimuladamente paró el juego y nunca más se atrevió a hacerlo.
01:04Sí. Ese padre no hacía cosquillas, hacía costillas.
01:10Muy bien, André, muy bien.
01:11¿Te ha costado?
01:11Yo es que las cosquillas...
01:13Ya, ya, las carga el diablo.
01:15Lo pones ahí para que la pregunta...
01:16No, no, no, venga, le doy a la tituladora manual.
01:19Me parece a mí que las cosquillas son un poco casi una forma de agresión, ¿eh? Ojo con la cosquilla.
01:25Te puedes morir, ¿eh?
01:26Y además hay veces que, pero como el resultado es reírte, tú puedes identificar que la persona lo está pasando bien porque se está riendo, pero no, es una respuesta mecánica.
01:35También te digo, si no es premeditado, ¿qué muerte más bonita?
01:40Ya, ya, pero no, no, ojo con las cosquillas.
01:43Sí, no a nadie, pero oye, te mueres descojonándote, pues por eso...
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