#avance #297
Dámaso no pierde el tiempo y comienza su movimiento más audaz: un acercamiento seductor hacia Victoria, insinuando que es un hombre nuevo y digno de su amor. ¿Podrá Victoria resistirse a esta tentación del pasado? ¿Resurgirá la "pasión dormida" que ambos creían enterrada?
Mientras tanto, el regreso de Leonardo e Irene como recién casados sigue causando revuelo, y la intriga crece en otro frente: Dámaso siembra la duda en Alejo, haciéndole creer que José Luis no está haciendo nada por ayudar a ...
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#‘ValleSalvaje, #avance, #297
Dámaso no pierde el tiempo y comienza su movimiento más audaz: un acercamiento seductor hacia Victoria, insinuando que es un hombre nuevo y digno de su amor. ¿Podrá Victoria resistirse a esta tentación del pasado? ¿Resurgirá la "pasión dormida" que ambos creían enterrada?
Mientras tanto, el regreso de Leonardo e Irene como recién casados sigue causando revuelo, y la intriga crece en otro frente: Dámaso siembra la duda en Alejo, haciéndole creer que José Luis no está haciendo nada por ayudar a ...
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#‘ValleSalvaje, #avance, #297
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CortometrajesTranscripción
00:00Damason no pierde el tiempo y comienza su movimiento más audaz. Un acercamiento seductor
00:15hacia Victoria, insinuando que es un hombre nuevo y digno de su amor.
00:21¿Podrá Victoria resistirse a esta tentación del pasado? ¿Resurgirá la pasión dormida que
00:27ambos creían enterrada? Mientras tanto, el regreso de Leonardo e Irene como recién casados sigue
00:35causando revuelo, y la intriga crece en otro frente. Damas os siembra la duda en Alejo,
00:41haciéndole creer que José Luis no está haciendo nada por ayudar a Luisa.
00:48Desesperado, Alejo busca respuestas en Adriana, la última en ver a Luisa en prisión.
00:57¿Le contará Adriana la verdad de la confesión? ¿Y qué descubrirá Victoria cuando sorprenda
01:02a Atanasio y Matilde en una conversación secreta? Todo está por estallar en Valle Salvaje.
01:09Valle Salvaje avance del capítulo 297. En la casa grande, los preparativos para recibir
01:17a los recién llegados se habían convertido en una especie de ritual incómodo.
01:21Los criados pulían la plata, colocaban flores frescas en los jarrones del salón principal,
01:29y cada uno intentaba adivinar cómo iba a reaccionar Bárbara cuando viera a Leonardo
01:34descender del carruaje con otra mujer de su brazo. Con la mujer que ahora llevaba su apellido.
01:41En una esquina del patio, dos doncellas se inclinaban sobre una cesta de ropa limpia,
01:47doblando sábanas que olían a jabón y sol.
01:53Dicen que vuelven radiantes. Murmuró una de ellas, con una sonrisa maliciosa.
01:59Como si el viaje hubiera sido muy provechoso.
02:01La otra se santiguó a medias, mirando hacia las ventanas del piso alto.
02:08¡Calla, que doña Eva puede oírte!
02:13Y ella no está para bromas, no con lo que anda observando.
02:17Porque en otra parte del palacio, mientras el murmullo de los comentarios sobre los recién
02:22casados subía como humo, Eva cruzaba el corredor de las galerías interiores con paso apurado.
02:27Sabía exactamente hacia dónde se dirigía.
02:34Hacia el despacho donde Francisco, con ese aire de falso desinterés que ella conocía demasiado bien,
02:40había preguntado a uno de los lacayos a qué hora llegaría el carruaje de los duques.
02:46Lo encontró junto a una de las ventanas, con la vista fija en el camino que se abría entre los árboles.
02:52Sus manos, envueltas en guantes impecables, jugaban nerviosas con el bastón.
03:01No vas a salir a recibirlos, ¿verdad?
03:04Preguntó ella, apoyándose en el marco de la puerta, con los brazos cruzados.
03:12Francisco se sobresaltó, pero enseguida recompuso el gesto,
03:16con esa media sonrisa que tantos problemas le había traído en la vida.
03:19Son los hijos del duque, Eva, y ahora, además, un matrimonio recién bendecido por la iglesia.
03:31¿Qué clase de hombre sería si no mostrara mi respeto?
03:35Ella avanzó unos pasos, clavando sus ojos oscuros en los de él.
03:39No me hables de respeto cuando ni siquiera eres capaz de respetarte a ti mismo, replicó con dureza.
03:50Ya corren rumores, Francisco, rumores sobre tus gestos de confianza, hacia la hija del duque.
03:58Y te sorprendería saber hasta dónde llegan esos murmullos.
04:05Él apretó la mandíbula, dolido por la acusación y por la verdad que arrastraba.
04:12Irene es una muchacha inteligente y, desamparada en muchas cosas, contestó, bajando la voz.
04:18Siempre he considerado que alguien debía, protegerla, lo interrumpió Eva, con una sonrisa amarga.
04:30Eso es lo que te dices para poder dormir por las noches.
04:33Pero la gente no ve protección, Francisco.
04:39Ve otra cosa, y ahora que vuelve casada, del brazo de Leonardo,
04:43cada mirada que le dirija será un paso más hacia el precipicio.
04:48Se acercó a él hasta quedar frente a frente, tan cerca que los perfumes se mezclaron.
04:55El aroma ligero del jabón que ella usaba y la colonia discreta de él.
05:01Te lo advierto por última vez, susurró.
05:05No juegues con fuego donde todo es pólvora.
05:10No con Irene, no con el hijo del duque al lado, no con Leonardo.
05:13Francisco tragó saliva, desviando por un instante la mirada hacia el camino.
05:21A lo lejos, ya se intuía el polvo levantado por la calesa.
05:26Es tarde para advertencias, dijo, casi para sí mismo.
05:29El valle ya decidió encender sus antorchas.
05:36Cuando el carruaje cruzó la verja principal, el murmullo de la servidumbre se hizo casi un zumbido.
05:45Bárbara lo escuchó desde el interior, en el salón donde fingía ordenar unos papeles sobre la mesa.
05:50Sus manos temblaron apenas al oír las ruedas sobre la grava, ese sonido que durante años había asociado con el regreso de Leonardo, con la esperanza.
06:05Esta vez, el eco traía algo distinto.
06:08Matilde, que había pedido permiso para subir a la casa grande con la excusa de ayudar en la organización de los dormitorios,
06:15la observaba desde el rincón más discreto, donde fingía revisar un mantel.
06:20Conocía demasiado bien el modo en que Bárbara apretaba la pluma cuando quería disimular que algo la atravesaba por dentro.
06:31Ya han llegado, dijo ella al fin, rompiendo el silencio, con voz suave.
06:36¿Quieres que me vaya?
06:40Bárbara levantó la vista, sorprendida.
06:43Durante un segundo pareció a punto de pedirle que se quedara, que la acompañara a mirar por la ventana,
06:48a sostenerla si las piernas le flaqueaban.
06:53Pero enseguida su rostro adoptó esa expresión serena, casi fría, que se había hartado de practicar.
07:00No hace falta, Matilde, respondió.
07:06Soy perfectamente capaz de ver bajar a mi antiguo prometido del brazo de su esposa sin desmoronarme.
07:14Matilde dejó el mantel y se acercó un poco.
07:17No tienes por qué ser capaz de eso.
07:19Replicó con una honestidad desarmante.
07:21A veces una no tiene por qué ser fuerte todo el tiempo.
07:28Bárbara apartó la mirada, fijándola en la ventana.
07:34A través de los cristales se alcanzaba a ver la silueta de Leonardo ayudando a Irene a bajar de la calesa.
07:39El sol arrancó destellos en el velo claro que ella llevaba sobre el cabello, y la risa de la joven duquesa llegó amortiguada hasta el salón.
07:53No estoy siendo fuerte, susurró Bárbara.
07:57Solo estoy, aceptando.
07:59Matilde frunció el ceño.
08:00Conocía esa palabra.
08:04Era la misma que ella misma se repetía cuando Atanasio le decía que no podían verse tan a menudo,
08:10que el duque desconfiaba, que la casa pequeña estaba demasiado a la vista.
08:17¿Aceptar qué?
08:18Preguntó.
08:19¿Que todo lo que sentiste por él no valió de nada?
08:21¿Que tus lágrimas en aquella noche en el mirador fueron inútiles?
08:27Bárbara esbozó una sonrisa triste.
08:29Aceptar que el valle no se detiene porque a una se le haya roto el corazón.
08:33Dijo.
08:37Mira cómo sale el sol, cómo vuelven las calesas, cómo se colocan flores en los jarrones.
08:46Nada se detiene, Matilde.
08:48Ni siquiera cuando una cree que el mundo se le vino abajo.
08:54Guardó silencio unos segundos, tomando aire despacio.
08:57Leonardo e Irene han tomado una decisión.
09:01Continuó.
09:05Y aunque crea que me deben una explicación, no voy a rogarla.
09:09Si quieren hablar conmigo, que lo hagan.
09:14Si no, será otra cosa que aprenderé a enterrar.
09:17Matilde, sin embargo, no estaba tan dispuesta a dejar enterradas ciertas verdades.
09:22Ellos dicen que quieren explicarte.
09:27Se atrevió.
09:28Irene me lo insinuó antes de viajar.
09:33Hablaba de...
09:34Hacer lo correcto.
09:35Tal vez no todo sea tan cruel como parece desde aquí, Bárbara.
09:39Los ojos de la mujer se velaron por un instante, como si una chispa de esperanza intentara abrirse camino entre los escombros.
09:49Lo correcto habría sido no prometerme un futuro que nunca pensaron cumplir.
09:56Respondió con un hilo de voz.
10:01Pero supongo que en este palacio, lo correcto, siempre se decide lejos del corazón.
10:06Mientras en el salón se respiraban restos de un amor herido, en el patio la escena era de pura representación social.
10:19José Luis, con su porte altivo y su sonrisa calculada, observaba cómo Leonardo rodeaba con un brazo la cintura de Irene y la ayudaba a subir los escalones.
10:28Los invitados más cercanos, familiares y aliados del duque, soltaron exclamaciones de alegría, como si aquel matrimonio significara una victoria propia.
10:45José Luis aplaudió, pero su mirada, por un segundo, buscó a alguien más.
10:50Alejo.
10:52Encontró a su hijo unos metros más atrás, apoyado en una columna, con el gesto ausente.
10:58Sus ojos no estaban puestos en los recién casados, sino en un punto imaginario más allá de las colinas, donde la casa pequeña se escondía entre árboles y silencios.
11:12Alejo, lo llamó el duque, acercándose.
11:15Deberías felicitar a tu hermano.
11:17Hoy es un día importante para la familia.
11:22Alejo tragó saliva.
11:23No estaba seguro de cuántos, días importantes para la familia, más podía soportar, cuando la mujer que amaba seguía encarcelada, convertida en el chisme favorito de todo el valle.
11:34Claro, padre, respondió, componiendo una sonrisa forzada, en cuanto termine de respirar un poco.
11:47José Luis lo miró con un gesto que mezclaba irritación y preocupación.
11:51Has cambiado, dijo, sin rodeos.
11:54Y no me refiero solo a ese ceño fruncido constante.
12:00Antes de... de Luisa, eras distinto.
12:06Tenías ilusión, ambiciones claras.
12:09No estaba esa nube sobre tu cabeza.
12:11Antes de Luisa era un ingenuo.
12:13Replicó Alejo, alzando la vista.
12:15Creía que el mundo era tan sencillo como usted me lo pintaba.
12:22Amigos y enemigos, aliados y traidores.
12:28Ahora sé que la verdad es otra.
12:30La verdad, atajó José Luis, endureciendo la voz, es que una mujer te arrastró a un lugar al que no perteneces.
12:37Te llevó a cuestionar todo, incluso a tu propia familia.
12:44Alejo dio un paso atrás, dolido.
12:49No me llevó a cuestionar nada, dijo.
12:52Solo me enseñó a mirar más allá de los muros de este palacio.
12:58Y una vez que uno mira, padre, es difícil volver a cerrar los ojos.
13:03José Luis respiró hondo.
13:04No podía permitirse perder a otro hijo en una guerra de lealtades.
13:11Gaspar ya era una herida abierta.
13:13Alejo no podía convertirse en otra.
13:18Quiero recuperar al Alejo de antes, confesó, con una sinceridad que rara vez mostraba.
13:27Y para eso, necesito ayuda.
13:29Alejo lo miró con desconfianza.
13:32¿Ayuda de quién?
13:33Preguntó.
13:36El duque no respondió directamente.
13:39Su mirada se desvió hacia la escalera, donde Irene abrazaba a algunos familiares.
13:44De tu cuñada, dijo por fin, y de Rafael.
13:50Ellos pueden recordarte quién eres, de dónde vienes.
13:56Y, si es necesario, evitar que sigas yendo a la casa pequeña.
14:00La palabra cayó entre ellos como una sentencia.
14:03Evitar que la visite, repitió Alejo, incrédulo.
14:09¿Hasta ese punto llega su preocupación por mí?
14:12¿O es miedo a lo que pueda seguir descubriendo allí?
14:14José Luis le sostuvo la mirada.
14:19Hay lugares que no te hacen bien, Alejo, afirmó.
14:23Y hay personas que, por mucho que quieras salvarlas, terminan hundiéndote con ellas.
14:28Alejo apretó los puños.
14:32En un rincón de su mente, el rostro de Luisa se superpuso al de su padre, como si la memoria quisiera mostrarle la diferencia entre el dolor causado y el dolor compartido.
14:42Si cree que va a conseguir que la olvide prohibiéndome verla, dijo, con voz baja y firme, es que no me conoce en absoluto.
14:56Se giró entonces, dejando al duque clavado en el patio, y se alejó por el corredor que conducía hacia las cuadras.
15:02Tenía otra conversación pendiente, una que tal vez le diera por fin alguna respuesta, la conversación con Adriana.
15:16Adriana lo vio llegar desde la ventana de la pequeña habitación que usaba como despacho improvisado en la casa pequeña.
15:25El valle entero parecía girar en torno a nombres que no la dejaban en paz.
15:29Alejo, Luisa, Gaspar.
15:32Cada uno arrastraba un pedazo de su propia historia, y ella, sin quererlo, se encontraba en el centro de todas.
15:45Cuando escuchó los golpes suaves en la puerta, supo que era él antes de que pronunciara su nombre.
15:53Adriana, soy yo.
15:55Abrió, y durante unos segundos ambos se miraron en silencio, como si se midieran las heridas.
16:02Pasa, dijo ella, haciéndose a un lado. Alejo entró, tanteando el terreno con la mirada.
16:14La casa pequeña, aunque modesta, tenía un calor que la casa grande había perdido hacía mucho.
16:19Las fotos viejas en las paredes, los tapetes tejidos a mano, el olor a café recién preparado.
16:30Todo le recordaba a otra vida, más sencilla, más verdadera.
16:33He venido porque ya no puedo más, soltó él, sin rodeos. Llevo días intentando entender qué ha pasado, qué fue lo que Luisa te dijo en la prisión.
16:46Ha sido la última en verla. Y necesito saberlo, Adriana. Necesito saber si, si todo lo que compartimos fue una mentira.
16:57Los ojos de Adriana se ensombrecieron. Recordó la visita al penal. El frío de las paredes, las manos temblorosas de Luisa aferradas a las suyas, la confesión susurrada que le había pedido que guardara como un secreto más en un valle ya saturado de ellos.
17:15No fue una mentira. Respondió con firmeza. Ni lo que tú sentiste, ni lo que ella sintió por ti.
17:27Entonces, ¿por qué se entregó así? Insistió Alejo. ¿Por qué aceptó una culpa que no le corresponde del todo? ¿Por qué hay cosas que nadie quiere explicarme?
17:35Adriana apoyó las manos en la mesa, buscando sostén. Porque Luisa es de esas personas que están acostumbradas a pagar por lo que otros hicieron antes, dijo.
17:51Por la familia que tuvo, por el lugar donde nació, por el apellido que no pesa lo mismo que el tuyo.
17:56Para ella, sacrificarse por los demás no es heroísmo. Es parte de su condena. Él negó con la cabeza.
18:10Eso no me basta. Susurró. He oído cosas. Susurros en la casa grande. Comentarios en el pueblo.
18:19Dicen que mi padre no está moviendo un dedo por ayudarla. Que la está dejando pudrirse allí para borrar su nombre de nuestra historia.
18:26La mirada de Adriana se endureció. ¿Y quién te ha dicho eso? Preguntó.
18:34Damaso. Respondió Alejo. Y el nombre pareció ensuciar el aire.
18:42Dice que conoce bien a mi padre. Que cuando alguien le estorba, lo elimina. Que lo hizo antes, que lo hará ahora con Luisa.
18:49Adriana sintió un escalofrío. Sabía que la entrada de Damaso en el tablero nunca era inocente.
19:00Damaso se alimenta del rencor. Advirtió. Lleva años amasándolo, dándole forma, esperando el momento de devolverlo multiplicado.
19:08Si te está diciendo que tu padre no ayuda a Luisa, no es porque le importe ella. Es porque quiere que tú odies a José Luis tanto como él.
19:23Alejo se dejó caer en una silla. Derrotado. No necesito que nadie me enseñe a odiar. Confesó.
19:29Pero sí necesito saber la verdad. Y tú la tienes, Adriana. Lo veo en tus ojos cada vez que digo su nombre.
19:42La muchacha permaneció callada unos segundos, luchando contra la lealtad que sentía hacia Luisa y el derecho que Alejo tenía a conocer la realidad.
19:50Luisa me pidió que te protegiera de ciertas cosas, dijo al fin. Que no te contara todo, para que no terminaras odiándote a ti mismo además de al mundo.
20:05Pero, también me pidió que no permitiera que la creyeras una farsante. Se acercó a él, poniendo una mano sobre la mesa, entre ambos.
20:14Lo que puedo decirte es esto. Luisa te ama. Te amó incluso cuando decidió alejarte.
20:25Y aceptó su parte de culpa porque, porque hubo decisiones que tomó pensando que así te salvaba, aunque eso significara condenarse a sí misma.
20:36Los ojos de Alejo se llenaron de lágrimas contenidas, y mi padre? Preguntó, apenas audiblemente.
20:44¿De verdad no está haciendo nada? Adriana dudó. Había escuchado rumores de gestiones discretas, de abogados visitando al juez en nombre de, una tercera persona interesada, de dinero moviéndose en la sombra.
21:01Nada estaba confirmado, pero sospechaba que el duque, en su peculiar manera de controlar todo, no se había quedado tan de brazos cruzados como algunos creían.
21:10Tu padre, no es un hombre sencillo de entender. Respondió, lo que hace, casi nunca lo hace por un solo motivo.
21:20Tal vez no esté ayudando a Luisa como tú querrías, pero tampoco puedo asegurarte que la haya abandonado del todo.
21:31Alejo se agarró a esas palabras como a un tablón en medio del naufragio.
21:35Entonces todavía hay esperanza. Murmuró.
21:41Para ella, para nosotros. Adriana lo miró con tristeza. La esperanza no basta. Dijo.
21:47Harán falta decisiones, y sacrificios nuevos. Mientras Alejo y Adriana buscaban un resquicio de luz en medio de tantos barrotes, en otro rincón del valle alguien más jugaba con sombras antiguas.
22:03Damasó recorría el camino que bordeaba las antiguas caballerizas, donde Gaspar había pasado gran parte de su infancia.
22:16Tocaba las paredes con la yema de los dedos, como si esperara que le devolvieran voces.
22:20Aquí jugaba, le dijo a uno de los peones veteranos, un hombre de barba canosa y espalda encorvada.
22:33¿Te acuerdas, Luciano? Gaspar corriendo entre los caballos, como si fueran sus únicos amigos.
22:42Luciano lo miró con cierta desconfianza, pero el nombre de Gaspar siempre conseguía ablandar algo en quienes lo habían conocido de niño.
22:51Era un buen crío. Admitió. Tenía esa risa. Sonrió. Perdido en el recuerdo. Y esos ojos que siempre parecían estar pidiendo perdón por existir.
23:04Damasó apretó los labios. No me interesa la risa, sino la verdad. Replicó. ¿Qué clase de hombre llegó a ser? No las historias pulidas que cuenta el duque.
23:14Quiero saber quién era Gaspar cuando nadie lo miraba. Luciano se encogió de hombros.
23:25Lo que todos sabíamos. Que quería escapar. Que la casa grande lo asfixiaba. Que cada vez que su padre le imponía algo, él miraba al horizonte como si allí hubiera otra vida esperándolo.
23:35Y la hubo, insistió Damasó. Hubo, algo. Dijo el peón, bajando la voz. Hubo decisiones que no todos entendimos.
23:46Y hubo un día en que se fue, y el duque nos ordenó no pronunciar más su nombre. Damasó se quedó quieto, saboreando esa última frase.
23:58Los hombres como José Luis creen que borran las historias prohibiendo que se digan en voz alta. Murmuró.
24:10Lo que no entienden es que el silencio las hace más fuertes. Cerró los ojos un instante, imaginando al joven Gaspar, a Alejo, a cualquier hijo que creciera bajo la sombra del duque.
24:21Gracias, Luciano. Dijo al fin, palmeando el hombro del hombre. Ha sido de mucha ayuda.
24:33Se alejó entonces, con la mente trabajando a toda velocidad. Cuanto más sabía de Gaspar, más claro veía el mapa de heridas que podía explotar para hacer caer a José Luis.
24:42Y, sin embargo, había una pieza de ese tablero que no había previsto que volviera a latir con tanta fuerza. Victoria.
24:56La encontró en los jardines laterales, junto al banco de piedra donde años atrás se habían susurrado promesas que ambos fingieron olvidar.
25:06El vestido de ella, de un verde oscuro que resaltaba sus ojos, se movía apenas con la brisa.
25:12Parecía una estatua, si no fuera por esa manera en que apretaba las manos sobre el regazo, como si sujetara algo invisible.
25:25Nunca pensé verte otra vez en este lugar. Dijo él, acercándose, con tono suave. Victoria se tensó, pero no se levantó.
25:34Después de tantos años de silencios, de distancias cuidadosamente medidas, había comprendido que huir no siempre era la opción más digna.
25:45Y yo nunca pensé que tuvieras el descaro de aparecer por aquí. Respondió, alzando la barbilla.
25:57Y menos con esa seguridad en la mirada. Él sonrió, sin ofenderse. He cambiado. Dijo.
26:03No soy el hombre que conociste. Ella soltó una carcajada incrédula. El hombre que conocí jugaba con vidas ajenas como si fueran cartas, replicó.
26:16Y la mía era solo una más en su baraja. No sé si eso es algo que sé, cambie, tan fácilmente.
26:29Damaso dio un paso más, acortando la distancia entre ambos.
26:32Yo también fui una víctima del hombre que gobernaba este palacio. José Luis nos usó a todos. A ti, a mí, a Gaspar.
26:51Solo que algunos nos dimos cuenta antes que otros. Victoria lo miró, con los ojos brillantes.
26:56No te atrevas a compararte conmigo. Susurró. Yo, al menos, no decidí destrozar a nadie para salvarme.
27:10Damaso inclinó la cabeza. ¿Seguro? Preguntó, casi en un murmullo.
27:15¿Estás segura de que nunca elegiste a quién dejar caer para mantenerte en pie?
27:20Todos aquí tenemos cadáveres en el armario, Victoria.
27:22Lo único que nos distingue es de quién son. El silencio pesó entre ambos.
27:31Ella se levantó, dispuesta a irse, pero él extendió un brazo, sin tocarla, solo bloqueando el camino.
27:41Vete, Damaso. Dijo ella, con voz baja pero firme. No pienso dejar que remuevas lo que tanto me costó enterrar.
27:49Él la observó, con una mezcla de ternura y desafío. Esa es la cuestión, replicó. Lo que hubo entre nosotros no está enterrado.
28:03Solo dormido. Y tú lo sabes. Cada vez que me miras, cada vez que oyes mi nombre, hay una parte de ti que recuerda que hubo un tiempo en que no necesitabas pedir permiso para respirar.
28:13Victoria sintió un latigazo en el pecho. Recordó noches en las que la risa de él le parecía la única salida, tardes en las que se prometieron escaparse lejos del valle, construir una vida sin títulos ni protocolos.
28:28Luego recordó el precio que había pagado por esas fantasías. La humillación, la traición, la culpa.
28:41Ese tiempo fue una mentira. Dijo, volviendo a mirarlo. Y las mentiras no merecen resucitar.
28:50Damaso se acercó un poco más, bajando la voz hasta convertirla en un susurro que apenas rozaba su oído.
28:59Yo también pensaba que no merecía otra oportunidad, confesó, hasta que te vi de nuevo.
29:07Hasta que vi cómo te mira José Luis. Como si fueras un mueble más de este palacio.
29:15Hasta que escuché cómo habla de ti, como de una pieza que ya cumplió su función. Ella apretó los puños.
29:21No hables de lo que no sabes. Sé más de lo que crees. Insistió. Sé que buscaste amor y encontraste conveniencia.
29:31Sé que quisiste admiración y sólo te dieron responsabilidades. Sé que hubo una vez, una vez en que alguien te miró como merecías.
29:41Sus ojos se encontraron, y por un instante el tiempo pareció retroceder. Victoria se vio a sí misma, más joven, apoyada en la barandilla del balcón, riendo por algo que él le había dicho.
29:56Sintió el vértigo de aquel pasado, la promesa de una vida distinta que nunca llegó.
30:04Y se supone que tú eres ese, alguien. Preguntó, con un hilo de ironía que apenas ocultaba el temblor.
30:16Damaso sostuvo su mirada. Serio. Soy el hombre que fui cobarde contigo una vez. Dijo.
30:25Y que ahora está dispuesto a demostrarte que ya no lo es. He cambiado, Victoria. No por ti, ni por el duque, ni por el valle.
30:34He cambiado porque aprendí que vivir con miedo a perderlo todo es peor que perderlo realmente.
30:44Se inclinó un poco, sin llegar a tocarla, pero reduciendo aún más la distancia.
30:49Déjame demostrarte que soy digno del amor y la admiración que entonces buscabas. Susurró.
30:54No hoy, no mañana. Pero dame la oportunidad de que veas quién soy ahora. El corazón de Victoria golpeó con furia contra su pecho.
31:06Sabía que bastaba un gesto, una inclinación de su propio cuerpo, para que lo que estaba dormido se despertara de golpe.
31:15Bastaba un segundo de debilidad para que el valle entero ardiera. Durante un momento, el silencio lo llenó todo.
31:26Luego, con un esfuerzo casi físico, ella dio un paso atrás.
31:33No lo entenderías jamás, Damaso. Dijo, con una firmeza que le arrancó lágrimas por dentro.
31:39Pero a veces, amar no es dejarse llevar por lo que arde. Sino por lo que permanece cuando el fuego se apaga.
31:51Le sostuvo la mirada un segundo más. No voy a traicionarme otra vez. Añadió. Ni a mí, ni al valle.
32:01Lo que hubo entre nosotros. Se quedó en aquel banco, hace años. Si quieres destruir a José Luis, hazlo sin usar mi corazón como arma.
32:09Se giró entonces y se alejó, sin mirar atrás. Cada paso era una batalla ganada contra la nostalgia.
32:21Damaso la siguió con la vista. Podía interpretar esa respuesta como una derrota, pero en su interior, la chispa que había mencionado se encendió con más fuerza que nunca.
32:30No había conseguido su rendición, pero sí algo igual de poderoso. Había despertado en ella la conciencia de todo lo que había sacrificando por mantenerse fiel a un orden que la asfixiaba.
32:44Esto no ha terminado. Murmuró para sí. El valle no ha dicho su última palabra. Ni tú, Victoria.
32:57Mientras tanto, en el corredor contiguo al despacho del duque, Atanasio ajustaba los puños de su camisa con nerviosismo.
33:04Matilde, frente a él, se mordía el labio. Me ha pedido discreción absoluta, decía él, en voz baja.
33:14Que no haga más visitas a la casa pequeña, que no me vean cruzar el camino hacia allí con tanta frecuencia.
33:25Dice que la gente habla, que el nombre del duque no puede seguir apareciendo mezclado con el de...
33:30Se detuvo, mirando a ambos lados, con el de los de abajo.
33:37Matilde sintió un pinchazo en el corazón. ¿Y tú vas a obedecer?
33:40Preguntó, ¿vas a dejar que nos hunda a todos en ese silencio que tanto le gusta?
33:48Atanasio suspiró. No es tan sencillo, respondió.
33:52Si le llevo la contraria abiertamente, puedo perderlo todo. Mi puesto, la posibilidad de ayudar desde dentro,
33:59la oportunidad de intervenir cuando comete una injusticia.
34:02Si, me alejo, de la casa pequeña, tal vez gane margen para actuar en la sombra. Ella negó con la cabeza.
34:15Siempre la misma historia. Dijo, necesito obedecer para poder ayudar.
34:20Mientras tanto, los de la casa pequeña seguimos esperando milagros que nunca llegan.
34:24Atanasio iba a replicar cuando una sombra se interpuso entre ambos. Victoria los observaba
34:33desde el extremo del corredor, con el ceño fruncido.
34:39¿Qué milagros son esos que nunca llegan? Preguntó, avanzando con paso seguro.
34:44Matilde se giró, blanca.
34:46Señora, yo, balbuceó. Victoria miró a uno y otro, hilando rápidamente lo que oía con lo que intuía.
35:00La lealtad de Atanasio hacia la casa pequeña no había pasado desapercibida, su cercanía con Matilde, tampoco.
35:06¿Desde cuándo se conspira en este pasillo? Preguntó con frialdad. Pensaba que era lugar de paso, no de susurros.
35:19Atanasio dio un paso adelante.
35:21No estamos conspirando, Victoria. Dijo.
35:25Solo, comentábamos las instrucciones del duque.
35:31Ella arquearon una ceja. Instrucciones sobre qué.
35:34Inquirió. Atanasio dudó.
35:37Pero luego decidió que había llegado el momento de dejar de ampararse tanto en el miedo.
35:44Sobre la casa pequeña.
35:46Respondió.
35:47Sobre la necesidad de, marcar distancia.
35:50Los ojos de Victoria se estrecharon.
35:55Por un instante, vio ante sí el mapa completo.
35:58José Luis querendo aislar a Alejo de Luisa,
36:01a Atanasio de Matilde,
36:02a la casa grande de la casa pequeña,
36:05como si el problema se solucionara cortando puentes.
36:11Claro.
36:12Dijo.
36:13Si se cortan los caminos,
36:14nadie podrá ir a preguntar qué se esconde al otro lado.
36:20Miró a Matilde con una mezcla de dureza y compasión.
36:24Vete, Matilde.
36:25Ordenó.
36:26Tengo cosas que hablar con el doctor.
36:31Matilde obedeció, aunque sus ojos hablaban por ella cuando se cruzaron con los de Atanasio,
36:36no cedas.
36:37Victoria esperó a que la muchacha desapareciera en el recodo del pasillo antes de girarse hacia el médico.
36:45No te voy a pedir que desobedezcas abiertamente al duque.
36:51Dijo.
36:52Pero tampoco voy a permitir que conviertas tu conciencia en una coartada elegante.
36:56Él frunció el ceño.
37:02¿Qué quieres decir?
37:03Que si de verdad vas a, alejarte, de la casa pequeña.
37:07Explicó.
37:08Más te vale que seas solo a los ojos de José Luis.
37:14No a los de quienes cuentan contigo para respirar.
37:17Atanasio la miró, sorprendido.
37:19¿Estás pidiéndome que mienta al duque?
37:25Victoria sostuvo su mirada.
37:27Te estoy pidiendo que elijas de qué lado de la historia quieres estar cuando esto estalle.
37:32Respondió.
37:36Del lado de quienes obedecen órdenes injustas.
37:39O del lado de quienes, aunque se equivoquen, al menos lo intentan por algo que no sea su propio beneficio.
37:45El médico sintió que algo cambiaba.
37:50Victoria, la mujer que tantas veces había creído completamente sometida al duque,
37:55le estaba pidiendo en ese momento que rompiera, aunque fuera un poco,
38:00la cadena invisible que José Luis había puesto alrededor del cuello de todos.
38:07No quiero más mártires en este valle.
38:09Añadió ella.
38:11Ni más víctimas silenciosas.
38:12Si vas a ser discreto, que lo seas para proteger a los que no tienen voz.
38:19No para seguir alimentando el ego del hombre que cree que todo le pertenece.
38:23Atanasio asintió despacio.
38:28Haré lo que pueda.
38:29Dijo.
38:31No, lo corrigió ella.
38:33Harás lo que debas.
38:34Esa es la diferencia.
38:35Al caer la tarde, el valle parecía contener la respiración.
38:42El banquete de bienvenida para Leonardo e Irene se desarrollaba en el salón principal.
38:49Las risas sonaban más altas de lo normal.
38:52El vino corría con generosidad, pero bajo la superficie, cada mirada escondía una batalla.
38:57Francisco se mantuvo a cierta distancia de Irene, recordando las palabras de Eva.
39:05Aún así, sus ojos se desviaban una y otra vez hacia ella, como si no pudieran evitarlo.
39:13Irene, por su parte, reía de manera automática a los comentarios de los invitados, pero cada
39:19tanto buscaba con la mirada a Bárbara, que permanecía junto a una ventana, conversando
39:24con una tía lejana.
39:28Tenemos que hablar con ella, susurró Irene a Leonardo en un momento en que se encontraron
39:33a solas, junto a la mesa de los postres.
39:39No puedo seguir fingiendo que esto es solo felicidad cuando sé que le debemos algo.
39:46Leonardo bajó la vista.
39:48Lo sé, admitió, pero no encuentro el momento.
39:51Cada vez que la veo, siento que todo lo que digo sonará excusa.
39:58Tal vez porque lo es.
40:00Apuntó Irene, con una honestidad que lo desarmó.
40:03Pero incluso las excusas merecen ser escuchadas cuando alguien ha sido tan herido.
40:10Lo tomó del brazo, con ternura.
40:13No quiero ser la esposa que llegó a este palacio pisando las ruinas de otra mujer.
40:17Dijo.
40:18No vine a eso.
40:22Vine porque creí que entre nosotros podía haber algo limpio, incluso en medio del barro
40:27que este lugar arrastra.
40:31Pero si ese, algo, empieza sobre el silencio de Bárbara, será una mentira desde el principio.
40:37Leonardo la miró con una mezcla de gratitud y culpa.
40:43Mañana, prometió.
40:45Mañana iremos los dos a hablar con ella.
40:50A explicarle, lo que se pueda explicar.
40:53No por tranquilizar nuestra conciencia.
40:56Añadió Irene.
40:56Si no por devolverle, al menos, el derecho a escucharnos de frente.
41:04En la otra punta del salón, José Luis observaba la escena, sin oír las palabras pero entendiendo los gestos.
41:10Se giró entonces hacia Rafael, que acababa de llegar de supervisar unas tierras.
41:18Necesito tu ayuda con Alejo.
41:20Le dijo, sin preámbulos.
41:25Rafael lo miró con prudencia.
41:27Alejo es un hombre, no un caballo al que se pueda, domar, entre dos, respondió.
41:33Pero dime, el duque explicó sus temores, su deseo de mantener a su hijo lejos de la casa pequeña,
41:43de las influencias de Luisa, de cualquier cosa que pudiera recordarle demasiado a Gaspar.
41:51Rafael escuchó en silencio, notando cada vez que el nombre del hijo ausente flotaba, aunque no se pronunciara.
41:57Lo que me pides, dijo finalmente, no es que ayude a Alejo, sino que lo arrastre de vuelta a tu lado, aunque él no quiera.
42:11Y eso, José Luis, no es ayuda, es control.
42:15Controlar es mi deber, replicó el duque.
42:21Si no lo hago yo, este valle se deshace.
42:24Rafael sonrió con tristeza.
42:26Tal vez el problema es creer que el valle eres tú, dijo.
42:33Que todo lo que no se ajusta a tu manera de verlo es una amenaza y no una posibilidad.
42:40José Luis lo fulminó con la mirada.
42:42También tú vas a cuestionarme ahora.
42:45Rafael sostuvo el peso de esa mirada sin apartarse.
42:48No te cuestiono por gusto, respondió.
42:54Te cuestiono porque he visto lo que pasa cuando quieres, recuperar, a alguien a tu manera.
43:02Gaspar no está aquí para contarlo, pero sus ausencias llenan más habitaciones que tu propio poder.
43:07El nombre, por fin dicho en voz alta, se quedó suspendido entre ambos.
43:15José Luis apretó los puños.
43:16No voy a perder también a Alejo, sentenció.
43:24Rafael respiró hondo.
43:25Entonces deja que elija, dijo.
43:27Y si quieres que vuelva a ser, el de antes, pregúntate primero si ese Alejo era realmente feliz.
43:37O solo obediente.
43:42La noche terminó sin grandes explosiones, pero con docenas de pequeños incendios encendidos.
43:47Alejo regresó a la casa pequeña para hablar de nuevo con Adriana.
43:54Francisco se retiró temprano, con la certeza de que cada paso que diera hacia Irene se convertiría en un rumor antes de llegar a la puerta.
44:04Atanasio empezó a trazar en su cabeza un plan para seguir ayudando en la sombra.
44:09Y Victoria se encerró en su habitación, donde por primera vez en mucho tiempo no pensó en el duque,
44:14sino en la mirada de Damaso cuando le dijo que ya no era el mismo cobarde.
44:21Se sentó ante el tocador, se quitó los pendientes, el collar, las capas de apariencia que el día le había exigido.
44:31En el espejo, por encima de su hombro, casi creyó ver el reflejo de la joven que fue,
44:36la que se reía en los jardines, la que creía que el amor lo podía todo.
44:40No voy a volver atrás, se dijo en voz baja, pero tampoco voy a dejar que otros decidan hacia dónde camino.
44:52Afuera, en algún lugar entre la casa grande y la casa pequeña, el viento recorría los campos como un mensajero impaciente.
44:59Llevaba consigo fragmentos de conversaciones, promesas a medias, decisiones por tomar.
45:11El plan de Damaso avanzaba, sí, su partida contra José Luis seguía ganando fichas.
45:16Pero aquella noche, mientras miraba hacia las ventanas iluminadas del palacio desde la oscuridad del camino,
45:25comprendió que había algo que escapaba a su control.
45:28El corazón de Victoria no respondía a sus estrategias, solo a sus propias batallas.
45:33¿Podrá resistirse a lo que un día quiso con todas sus fuerzas? Se preguntó en voz alta, sin que nadie lo oyera.
45:42El valle, silencioso, no respondió.
45:48Pero en la casa pequeña, Alejo y Adriana seguían hablando de Luisa, en la casa grande,
45:54Leonardo e Irene planeaban una conversación honesta con Bárbara, y en el fondo de todo,
45:59la sombra de Gaspar se alargaba, uniendo con hilos invisibles cada decisión, cada miedo, cada esperanza.
46:06Quizá la verdadera pregunta no era si Victoria podría resistirse a una pasión dormida,
46:14sino si el valle entero podría seguir fingiendo que no la oía respirar.
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