Hace menos de un año, el entonces presidente electo estadounidense Donald Trump defendió en público distanciarse de los acontecimientos en Siria tras la caída del dictador Bachar el Asad. “Que lo resuelvan ellos, no nos dejemos arrastrar”, exigió. Aquella recomendación ha envejecido mal: Washington colabora con Damasco en el proceso de transición, y el republicano ha recibido este lunes en la Casa Blanca al nuevo líder de ese país, Ahmed al Shara. Es la primera visita de un jefe de Estado del país árabe a Washington, y también la primera ocasión en que la Administración estadounidense agasaja a un antiguo líder yihadista por cuya cabeza llegó a ofrecer hasta diez millones de dólares (nueve millones de euros). “Queremos que Siria se convierta en un país de éxito, y creo que este líder lo puede conseguir”, aseguraba Trump en declaraciones a la prensa en un evento posterior a la reunión. “Tenemos que conseguir que Siria funcione”.
Sé la primera persona en añadir un comentario