Las relaciones diplomáticas entre Perú y México se deterioraron hasta la ruptura en solo 34 meses tras doscientos años de comunión. Los gobernantes de ambos países se han lanzado dardos públicamente, retirado —y expulsado— a sus embajadores, y se han ausentado —o dejado sin invitación— a citas de envergadura como la toma de posesión de Claudia Sheinbaum o la cumbre Asia Pacífico (APEC) de 2024 realizada en Lima.
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