"El Bosque de las Ánimas"- VIDEO OFICIAL- Almas en Tempestad 🖤 🖤#brokenheartmetal #corazonesrotosericasanz #CorazonesRotosEricaSanz 🖤 🖤[El Caballero y la Princesa de luz 3º Parte].
(Tras dejas atrás el lago sin vida, nuestros personajes caminan sin cesar por las inmensas y oscuras tierras del Reino de las Sombras, el Caballero aún herido de su ultima batalla, es ayudado por la Princesa de Luz, que intenta cicatrizar sus heridas con la poca magia que la queda, pero sin lograrlo, le da ánimos para seguir avanzando, mientras sientes que la oscuridad y el frio aumentan, se muestra ante ellos el temido Bosque de las Ánimas, se miran entre ellos y se puede ver los gestos de preocupación).
Hubo una vez, en un reino olvidado por la memoria de los hombres, un sendero prohibido envuelto en niebla perpetua. Nadie que lo cruzara regresaba. Allí dormía el Bosque de las Ánimas, donde el tiempo se detiene, y los suspiros del pasado caminan sin cuerpo, arrastrando cadenas de sombra.
Un día, una princesa del Reino del Sol y un caballero sin escudo llegaron hasta ese umbral de muerte. No buscaban gloria ni venganza. Solo respuestas. Ella, marcada por la luz. Él, herido por el silencio.
Caminaron entre raíces que lloraban sangre seca y ramas rotas como recuerdos olvidados. El bosque no los recibió con flores, sino con espectros: antiguas almas condenadas que susurraban los nombres de los que alguna vez osaron soñar.
El caballero sangraba sin emitir sonido. La princesa lo sostenía, pero sus propias manos temblaban.
—"Solo un paso más",— dijo ella, aunque el miedo les apretaba el alma.
Entonces las Ánimas despertaron. No eran sombras comunes: eran los residuos del odio, el dolor y la desesperanza acumulada durante siglos.
Memorias violentas se les arrojaron encima: imágenes de reinos destruidos, de promesas rotas, de amores convertidos en cenizas. Intentaban quebrarles el espíritu.
Y cuando parecía que todo acabaría… la princesa se puso en pie.
No tenía magia en las venas. No quedaba fuerza en su cuerpo desgarrado. Pero sí tenía voz. Y con ella, cantó.
Un canto antiguo, prohibido por los reyes, olvidado por las estrellas. Un canto de fuego. Un himno de esperanza. Una melodía de guerra y renacimiento.
—“¡Soy la Princesa, portadora del Sol! ¡Aunque el mundo me niegue, yo arderé en tu oscuridad!"—
Las ánimas chillaron. El caballero se desvaneció, herido en el suelo, afectado por el poder del mal.
Su sacrificio encendió la última chispa en el corazón de ella.
Y entonces sucedió…
Del cielo descendió una estrella cristalina, envolviendo el bosque en luz sobrenatural. Dentro de esa estrella brillaba una figura femenina: La Madre del Alba Eterna.
Con voz como el amanecer, le habló:
—"Niña de luz… ¿Deseas continuar como princesa, o renacer como Reina del Alba Eterna?"—
La princesa, entre lágrimas, miró al caballero pero no duda. Su voz quebrada no dijo nada. Pero su alma… eligió.
Sé la primera persona en añadir un comentario