más valioso que un anillo de compromiso en el siglo XIX

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00:00En el México del siglo XIX, antes de que un hombre preguntara

00:03¿Quieres casarte conmigo con un anillo en mano?

00:06Demostraba su compromiso con un rebozo.

00:09Y esta era una práctica de la gente del pueblo.

00:12El rebozo era un regalo común para las futuras esposas de los estratos sociales bajos y medios.

00:18En regiones como el Bajío era una costumbre establecida que el novio regalara un rebozo valioso a su futura esposa,

00:25a veces justo la noche antes de la boda.

00:28Pero no hablamos de cualquier rebozo.

00:30Era una inversión seria.

00:32Un rebozo fino de Temazcaldepec podía costar hasta 36 pesos en 1850.

00:39Una verdadera fortuna con la que un hombre demostraba su capacidad para mantener un hogar.

00:44Conseguir uno no era fácil.

00:46Los hombres los buscaban en las ferias o viajaban a los centros reboceros más famosos,

00:52como Tenancingo o San Miguel el Grande,

00:54en busca de la pieza perfecta que entregarían a su novia.

00:58Para la mujer ese rebozo se convertía en su patrimonio.

01:02Era la seguridad que podía vestir, la herencia que podía llevar consigo y a menudo,

01:08el bien más preciado que poseía, siendo lo último que empeñaría en tiempos de necesidad.

01:15Era un trato de vida, sellado con hilos.

01:17El rebozo trascendía el rito nupcial para convertirse en el testigo silencioso de toda la existencia.

01:26Sería cuna para los hijos, abrigo en la vejez y finalmente mortaja.

01:31Ese tejido que un día representó el inicio de un futuro,

01:35acabaría por abrazar la totalidad de la vida y la memoria de la mujer mexicana que lo portó,

01:41convirtiéndose en el hilo conductor de su historia.