Las condenas no reviven a los muertos. Michoacán perdió a Hipólito Mora, Bernardo Bravo y Carlos Manzo, tres líderes asesinados pese a tener escoltas y pedir ayuda. El estado está rebasado, y el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla elude su responsabilidad. México no necesita héroes, necesita gobernantes que actúen.
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