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#ValleSalvajeJoséLuisDámaso #pacto #oscuro
José Luis, Dámaso y el pacto oscuro: el secreto que sacude Valle Salvaje
En Valle Salvaje, el regreso de Dámaso convierte la paz de la Casa Grande en un campo de batalla lleno de sombras del pasado y amenazas presentes. José Luis, atormentado por un pacto que creyó enterrado, se enfrenta al hombre que vuelve para reclamar una deuda impensable: la mano de su hija Victoria. Mientras Mercedes descubre que su marido oculta un miedo que podría destruir a toda la familia, Alejo y Luisa luchan por prob ...
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Transcripción
00:00José Luis, Damaso y el pacto oscuro. El secreto que sacude Valle Salvaje. En Valle Salvaje,
00:17el regreso de Damaso convierte la paz de la casa grande en un campo de batalla lleno de
00:22sombras del pasado y amenazas presentes. José Luis, atormentado por un pacto que
00:28creyó enterrado, se enfrenta al hombre que vuelve para reclamar una deuda impensable,
00:33la mano de su hija Victoria. Mientras Mercedes descubre que su marido oculta un miedo que
00:40podría destruir a toda la familia, Alejo y Luisa luchan por probar su inocencia ante una
00:45acusación mortal, y Rafael emprende una desesperada búsqueda para salvar a Bárbara de sí misma.
00:52El episodio promete una red de chantajes, secretos y redenciones donde cada personaje
00:58deberá elegir entre la verdad y la supervivencia. ¿Logrará José Luis enfrentarse a su pasado
01:05antes de que el nombre de su familia quede manchado para siempre? El aire en la casa grande
01:11se había vuelto denso, casi irrespirable, desde la aparición de Damaso. No era el aire
01:18polvoriento del campo que se colaba por las ventanas abiertas, ni el aroma a cera y madera
01:23vieja que impregnaba los muros centenarios. Era una pesadez cargada de pasados no resueltos
01:30y futuros inciertos, una atmósfera que se adhería a la piel y helaba los huesos. José Luis lo
01:37sentía en cada rincón, en cada sombra que se alargaba por los pasillos.
01:44Creía haber enterrado a Damaso en los confines más oscuros de su memoria, un fantasma de una
01:49vida anterior que jamás debería haber encontrado el camino de vuelta a Valle Salvaje. Pero allí
01:56estaba, de carne y hueso, con la misma mirada calculadora y la sonrisa torcida que prometía
02:02problemas. Su inquietud era un animal enjaulado, arañando las paredes de su compostura. Cada
02:10crujido del suelo de madera, cada puerta que se abría en la distancia, le hacía sobresaltar.
02:15Se servía una copa de coñac con manos temblorosas, el líquido ambarino derramándose sobre el borde
02:23del vaso. No era por la propuesta de nombrar a su nieto como Julio, esa idea, aunque sorpresiva,
02:31había sido un bálsamo momentáneo, un destello de esperanza en un mar de turbulencias. Fue la llegada
02:39de Damaso, segundos después, lo que había hecho añicos esa frágil paz. Mercedes lo observaba desde
02:46el umbral del salón. Conocía a su marido mejor que nadie. Veía la tensión en sus hombros, la forma
02:53en que su mandíbula se apretaba hasta blanquear los nudillos de su memoria. No era el José Luis
03:00autoritario y seguro que todos conocían, sino un hombre acorralado por un miedo primario. Ella no
03:07sabía quién era Damaso, pero entendía que su presencia era la llave que abría una puerta que
03:12José Luis había mantenido cerrada con mil cerrojos durante décadas. Decidió que no podía seguir siendo
03:19una espectadora pasiva. El silencio y la evasión solo alimentarían al monstruo que se había instalado
03:25en su hogar. Con la determinación grabada en el rostro, cruzó el salón. José Luis, su voz era
03:33firme pero no acusadora. Tenemos que hablar, no puede seguir así. Este hombre, Damaso, ¿quién es?
03:42José Luis se giró bruscamente, como si la pregunta fuera una bofetada. ¿Y qué quieres que te diga,
03:49Mercedes? ¿Qué es un viejo amigo? ¿Un socio de negocios? ¿Hay cosas del pasado que es mejor
03:55dejar donde están? El pasado ha llamado a nuestra puerta, José Luis, y está sentado en nuestro salón
04:02de invitados, bebiendo nuestro vino y hablando con nuestra familia como si tuviera todo el derecho
04:07del mundo. No me pidas que ignores eso. Su presencia te está consumiendo. Te veo, no duermes, apenas comes.
04:18Estás a punto de saltar por los aires. Él apuró el coñac de un trago. El ardor en la garganta era
04:24un castigo bienvenido. No sabes de lo que hablas. Claro que no lo sé. Replicó ella, elevando la voz,
04:33una rara muestra de exasperación. ¿Por qué no me lo cuentas? Me has mantenido al margen de tus
04:40secretos durante años y lo he respetado. Pero esto es diferente. Esto ha entrado en nuestra casa. Afecta a
04:48nuestra familia. Tengo derecho a saber a qué nos enfrentamos. José Luis dejó el vaso con fuerza
04:55sobre la mesita, el cristal resonando en el tenso silencio. La miró, y por un instante, Mercedes vio
05:05al hombre vulnerable que se escondía tras capas de orgullo y autoridad. Vio miedo en sus ojos. Es un
05:13hombre peligroso, Mercedes. Un hombre que pensé que estaba muerto. ¿Por qué? ¿Qué pasó entre
05:20vosotros? Él negó con la cabeza, una negativa rotunda que cerraba cualquier posibilidad de
05:26confesión. No puedo, no me lo pidas. Solo te pido que confíes en mí. Me encargaré de él. Haré que se
05:34vaya. Pero Mercedes sabía que las cosas no eran tan sencillas. Damason no parecía un hombre que se
05:41marchara fácilmente. Había vuelto por algo, y no se iría hasta conseguirlo. Dejó a su marido solo con
05:48sus demonios y se dirigió hacia el jardín, donde había visto a Damaso conversando animadamente con
05:54Victoria. La incomodidad de su hija era palpable incluso a distancia, y eso encendió todas las
06:02alarmas de Mercedes. Se acercó con paso decidido, su presencia interrumpiendo la conversación forzada.
06:10Damaso se giró hacia ella. Su sonrisa no alcanzaba sus ojos fríos como el acero.
06:17Mercedes, querida, un placer volver a verte después de tantos años. Estás más bella que nunca.
06:22Damaso, respondió ella, su tono glacial. No puedo decir que el placer sea mutuo. Me gustaría hacerte
06:33una pregunta, y espero que, por una vez en tu vida, seas honesto. ¿Qué buscas realmente en
06:41Valle Salvaje? Damaso soltó una carcajada suave. Directa como siempre, me gusta eso. Bueno,
06:49digamos que he venido a recuperar algo que me pertenece. Algo que se me arrebató hace mucho
06:54tiempo. Su mirada se desvió un instante hacia Victoria, quien palideció visiblemente. Mercedes
07:02siguió esa mirada, y una sospecha terrible comenzó a formarse en su mente. No, no podía ser. Aquí no
07:11hay nada para ti. Afirmó Mercedes, interponiéndose ligeramente entre él y Victoria. Lo que sí,
07:19sea que creas que puedes reclamar, ¿te equivocas? Oh, ¿de verdad? Inquirió él, disfrutando
07:26del momento. El tiempo tiene una forma curiosa de poner las cosas en su sitio, Mercedes. Y
07:33mi tiempo ha llegado. Ahora, si me disculpáis, tengo asuntos que atender. Victoria, querida,
07:41terminaremos nuestra conversación más tarde.
07:43Damaso se alejó con la calma de un depredador que sabe que su presa no tiene escapatoria,
07:51dejando a Mercedes y a una temblorosa Victoria en el jardín.
07:55¿Qué quería? ¿De qué estabais hablando? Preguntó Mercedes, tomando a su hija por los
08:01brazos. Victoria tragó saliva, incapaz de mirarla a los ojos. Nada, mamá, solo, solo recordaba viejos
08:10tiempos. No me mientas, Victoria. Te conozco, estabas aterrorizada. ¿Qué te ha dicho ese
08:18hombre? La verdad era una espina clavada en la garganta de Victoria, demasiado dolorosa
08:24para extraerla, demasiado afilada para tragarla. Damaso no solo había vuelto, había vuelto con
08:33un plan, un plan que la involucraba directamente y que amenazaba con destruir el frágil equilibrio
08:38de su vida. Le había hablado de un secreto, un pacto sellado con su padre años atrás,
08:46un pacto cuyo precio ahora venía a cobrar. Y ese precio era ella. Mientras tanto, en otra
08:53parte de la finca, la preocupación por Bárbara se había convertido en una angustia tangible.
09:01Después de su desgarradora confesión a Rafael, en la que había admitido sentirse un monstruo,
09:06un ser oscuro incapaz de controlar sus impulsos, la joven había vuelto a desaparecer.
09:14Rafael se culpaba a sí mismo. Quizás la había presionado demasiado, quizás había abierto una
09:19herida sin saber cómo cerrarla. Leonardo e Irene organizaron a los trabajadores para iniciar una
09:26búsqueda. La finca era vasta, llena de lugares donde una persona podía ocultarse.
09:31O hacerse daño. La noticia de su confesión se había extendido como la pólvora, aunque en susurros
09:40y conversiones distorsionadas. Pero fue Pedrito, su hermano pequeño, quien sintió el pánico más agudo.
09:48Había escuchado parte de la conversación de Bárbara con Rafael a través de la puerta entreabierta.
09:53Había oído palabras como oscuridad, castigo y no merezco vivir. Eran fragmentos, pero unidos en la
10:01mente de un niño asustado, formaban una imagen aterradora. Corrió hacia Adriana, sus ojos llenos
10:09de lágrimas. Tenemos que encontrarla. Sollozaba, agarrándose a la falda de su tía. Decía cosas
10:18horribles. Decía que quería desaparecer para siempre. Las palabras de Pedrito fueron como
10:23una puñalada para todos los presentes. La búsqueda adquirió una nueva urgencia,
10:29una desesperación febril. Rafael, sintiendo el peso de la responsabilidad, se adentró en el bosque
10:35que rodeaba la finca, gritando su nombre, su voz quebrada por la ansiedad. Recordaba la mirada
10:43pérdida de Bárbara, el vacío en sus ojos. No era maldad lo que había visto en ella,
10:48sino un dolor tan profundo que la había consumido por dentro. Un dolor que él, de alguna manera,
10:56había avivado. La noche comenzó a caer, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras, pero la
11:03oscuridad que se cernía sobre Valle Salvaje era mucho más profunda. Los faroles se encendieron,
11:10creando círculos de luz temblorosa en la inmensidad de la finca. Cada sombra parecía
11:17una figura acurrucada, cada susurro del viento sonaba como un lamento.
11:23En la casa pequeña, el ambiente no era menos sombrío. La marcha de Martín había dejado un
11:29vacío imposible de llenar. Amadeo, en particular, estaba devastado. Martín no solo era su amigo,
11:37era el hijo que nunca tuvo, el ancla que lo mantenía a flote en medio de sus propias
11:41tormentas. Ahora, sin él, se sentía a la deriva. Se refugió en la taberna del pueblo,
11:49buscando consuelo en el fondo de una botella de vino.
11:54Eva, Isabel y Pepa lo habían intentado detener, pero su dolor era un muro infranqueable.
11:59Sentado en una esquina oscura, Amadeo bebía y recordaba. Recordaba las risas de Martín,
12:08sus consejos, su lealtad inquebrantable.
12:12Y con el alcohol desatando las cadenas de la prudencia, otro recuerdo, uno mucho más peligroso,
12:19comenzó a emerger. Era el secreto que la familia había guardado con tanto celo durante semanas. Un
12:27secreto que involucraba a Martín y el verdadero motivo de su partida, un motivo mucho más complejo
12:32y oscuro que una simple oferta de trabajo. Era una telaraña de mentiras piadosas y verdades a
12:40medias tejida para proteger a alguien a quien amaban. Borracho y consumido por la pena, Amadeo
12:47comenzó a hablar solo, susurrando fragmentos de la verdad a las sombras de la taberna. Un par de
12:54oídos indiscretos, pertenecientes a un jornalero conocido por su lengua larga,
13:00se aguzaron al escuchar el nombre de Martín mezclado con palabras como engaño, sacrificio y
13:05el verdadero culpable. El hombre se acercó, fingiendo camaradería, y le ofreció a Amadeo
13:13otra copa. Ah, Amadeo, qué pena lo del joven Martín. Un buen muchacho, parecía tan feliz aquí. ¿Por qué se
13:23iría así, tan de repente? Amadeo, con la visión borrosa y el corazón roto, levantó la vista.
13:32En su estado, no reconoció el peligro. Solo vio un rostro amigo. Se fue. Se fue por nosotros. Balbuceó.
13:40Para protegernos, para que nadie supiera, lo que realmente pasó esa noche. El jornalero asintió,
13:48animándolo a continuar. ¿Qué noche, Amadeo, puedes confiar en mí? Y Amadeo, en un acto de
13:57imprudencia catastrófica, comenzó a desentrañar el hilo del secreto. No lo contó todo, pero dijo lo
14:05suficiente. Lo suficiente para que las piezas comenzaran a encajar en la mente del otro
14:09hombre. Lo suficiente para encender una mecha que, inevitablemente, llegaría al barril de pólvora
14:17que era la verdad oculta de la familia. Mientras tanto, la situación de Luisa se había vuelto
14:25insostenible. La Santa Hermandad, liderada por un sargento implacable, la consideraba la principal
14:31sospechosa del robo de la talla religiosa. La habían interrogado durante horas, sus preguntas
14:39eran trampas, sus miradas, acusaciones. Luisa, aunque asustada, se mantuvo firme en su inocencia,
14:48pero sabía que las apariencias estaban en su contra. Era una forastera, había tenido acceso a la
14:56iglesia y, lo más condenatorio de todo, alguien había encontrado una pequeña esquirla de madera
15:01dorada, idéntica a la de la talla, en el bolsillo de su delantal. Alejo estaba fuera de sí. Creía
15:09ciegamente en la inocencia de Luisa, pero se sentía impotente. Había intentado razonar con el sargento,
15:18había ofrecido su palabra, su reputación, pero todo era inútil.
15:21La hermandad necesitaba un culpable, y Luisa era el blanco perfecto. Peppa, al ver la desesperación
15:31de Alejo y la injusticia que se estaba cometiendo con Luisa, sentía que el corazón se le iba a salir
15:36por la boca. Había algo que no había contado, algo que había visto la noche del robo. Lo había
15:43descartado como irrelevante, un detalle sin importancia, pero ahora, con Luisa a punto de
15:49ser arrestada, ese detalle cobraba una nueva y aterradora dimensión. Estaba barriendo el porche
15:56de la casa pequeña cuando vio a Alejo caminar de un lado a otro, mesándose los cabellos.
16:02No pudo soportarlo más. Señorito Alejo, dijo, su voz apenas un susurro. Él se detuvo,
16:10su rostro marcado por la angustia. ¿Qué ocurre, Peppa? Yo. Yo vi algo la otra noche. La noche que
16:20robaron la talla. Alejo la miró, toda su atención centrada en ella. ¿Qué viste, Peppa? Habla. Por el
16:28amor de Dios. Peppa respiró hondo. Era tarde. Yo no podía dormir y salía a tomar el aire. Vi a alguien
16:35cerca de la iglesia. No iba hacia la iglesia, sino que salía de la parte de atrás, del viejo almacén
16:43del sacristán. Se movía deprisa, como si no quisiera que lo vieran. Llevaba algo envuelto en
16:50una manta. ¿Quién era? ¿Pudiste verle la cara? Preguntó Alejo, su corazón latiendo con una esperanza
16:58renovada. No. No del todo. Estaba oscuro. Pero, Peppa dudó, consciente de la gravedad de lo que iba a
17:07decir. Pero cojeaba. Tenía una cojera muy particular. La misma cojera que tiene. Que tiene Damaso. La
17:17mención de ese nombre cayó como una bomba en el aire nocturno. Damaso, el recién llegado, el hombre
17:23misterioso que había puesto la casa grande patas arriba. De repente, todo cobraba un sentido
17:30perverso. El robo no era un simple acto de vandalismo o codicia. Era una pieza de un rompecabezas
17:38mucho más grande y siniestro. Damaso no solo había venido a reclamar un viejo pacto. Había venido a
17:44sembrar el caos, a desestabilizar a la familia, y el robo y la acusación contra Luisa eran sus primeras
17:50jugadas maestras. Alejo sintió una oleada de furia. Tenemos que decírselo al sargento. Ahora mismo.
18:00No. Le detuvo Peppa, agarrándole del brazo. No tenemos pruebas. Es mi palabra contra la suya.
18:08Es un hombre importante, o eso parece. Nadie me creerá. Dirán que lo invento para proteger a Luisa.
18:14Tenemos que ser más listos que él. Peppa tenía razón. Necesitaban pruebas, algo irrefutable que
18:22demostrara la culpabilidad de Damaso y exonerara a Luisa. La manta. Si encontraban la talla envuelta
18:29en esa manta, sería la prueba definitiva. La búsqueda de Bárbara continuaba, cada vez más
18:37desesperada. Rafael se había adentrado tanto en el bosque que había perdido la noción del tiempo y del
18:42espacio. Solo lo guiaba el eco del nombre de Bárbara en su mente. Finalmente, exhausto, se detuvo junto a
18:51un pequeño arroyo. Fue entonces cuando vio algo en la orilla opuesta. Un trozo de tela azul, enganchado
18:59en la rama de un arbusto. Era del mismo color que el vestido que Bárbara llevaba ese día. Cruzó el
19:07arroyo sin dudarlo, el agua helada calándole hasta los huesos. Al llegar al otro lado, vio huellas en el
19:15barro. Conducían a una pequeña cueva oculta tras una cortina de hiedra, una que los buscadores habían
19:21pasado por alto. El corazón le dio un vuelco. Con una mezcla de miedo y esperanza, apartó las hojas y miró
19:29dentro. Bárbara estaba allí, acurrucada en un rincón, abrazando sus rodillas. Estaba temblando, no de
19:39frío, sino de una profunda angustia emocional. Cuando vio a Rafael, sus ojos se llenaron de pánico.
19:47Vio, vete. Susurró, no te acerques. Soy peligrosa. Rafael entró lentamente en la cueva y se sentó a
19:56una distancia prudente. No intentó tocarla ni forzarla. Solo se quedó allí. Su presencia era
20:04un ancla silenciosa en su tormenta. No eres peligrosa, Bárbara. Dijo con voz suave. Eres una
20:12persona que sufre. Y no tienes que sufrir sola. No lo entiendes. Sollozó ella. Tengo estos pensamientos,
20:22imágenes horribles, ganas de hacer daño. De hacerme daño. A veces siento que hay otra persona dentro de
20:29mí. Alguien malvado que quiere salir. Lo que sientes es el eco de un trauma, Bárbara. No eres tú,
20:36es el dolor hablando. Es el miedo. Pero eso no te define. Lo que te define es que, a pesar de todo
20:44ese dolor, sigues luchando. El hecho de que te asuste tener esos pensamientos demuestra que no eres
20:51mala. La maldad no se asusta de sí misma, se regocija. Sus palabras parecieron alcanzarla,
20:59atravesando las capas de autodesprecio que la envolvían. Levantó la vista, sus ojos encontrándolos
21:08de él. Por primera vez en mucho tiempo, alguien no la miraba con miedo o con lástima, sino con una
21:14profunda y sincera compasión. Tengo miedo, Rafael. Confesó. Su voz rota. Lo sé. Respondió él,
21:25acortando la distancia y sentándose a su lado. Y está bien tener miedo. Pero estoy aquí,
21:32y no voy a dejarte sola. Juntos encontraremos la manera de acallar esas voces. Juntos encontraremos
21:40la luz de nuevo. Bárbara, por primera vez, no se apartó. Se permitió apoyarse ligeramente en él,
21:47un gesto minúsculo pero cargado de un significado inmenso. Era el primer paso para salir de la
21:55oscuridad. La encontraron, sí, pero lo más importante era que, en esa cueva fría y húmeda,
22:01Bárbara había comenzado a encontrarse a sí misma. De vuelta en el pueblo, Amadeo se despertó en la
22:09taberna con una resaca monumental y una sensación de pavor. Los recuerdos de la noche anterior eran
22:16borrosos, pero recordaba haber hablado más de la cuenta. El pánico se apoderó de él cuando el
22:23tabernero le contó que había estado charlando animadamente con el jornalero más chismoso de
22:27toda la comarca. Salió corriendo de allí, el sol de la mañana hiriéndole los ojos. Tenía que advertir
22:35a la familia. El secreto estaba en peligro. Corrió hasta la casa pequeña, donde se encontró con Eva
22:43e Isabel, cuyos rostros reflejaban una profunda preocupación. Lo siento, Jade o con acento agudo
22:51Amadeo, sin aliento. Lo siento tanto, creo que he cometido un error terrible. Les contó lo que
22:59recordaba, los fragmentos de conversación, el rostro interesado del jornalero. Eva palideció.
23:07El secreto que habían luchado tanto por proteger, el sacrificio de Martín, todo podía salir a la luz
23:13por su culpa. Pero Isabel, siempre pragmática, puso una mano en el hombro de Amadeo. Lo hecho,
23:21hecho está. Lamentarse no sirve de nada. Ahora tenemos que pensar en cómo controlar los daños.
23:28Tenemos que prepararnos para lo peor. La noticia de que habían encontrado a Bárbara sana y Salva
23:35trajo una ola de alivio a toda la finca, un respiro momentáneo en la asfixiante tensión.
23:43Rafael la acompañó de vuelta a la casa grande, donde fue recibida con abrazos y lágrimas.
23:50Su regreso, sin embargo, no detuvo los otros engranajes que se habían puesto en marcha.
23:55Damasó, ajeno o indiferente al drama de Bárbara, solicitó un nuevo encuentro con Victoria.
24:05Esta vez, se aseguraría de que nadie los interrumpiera. Se citaron en el pabellón de
24:10caza, una pequeña construcción alejada de la casa principal. Victoria acudió con el corazón
24:17en un puño. Sabía que esta conversación definiría su futuro. Bien, Victoria, ya que estamos solos,
24:25vayamos al grano. Dijo Damasó en cuanto ella entró, cerrando la puerta tras de sí.
24:32Tu padre y yo hicimos un trato hace muchos años. Yo le salvé de la ruina, de un escándalo que habría
24:38destruido el nombre de esta familia para siempre. A cambio, él me prometió algo de un valor incalculable.
24:46Me prometió a su hija mayor en matrimonio cuando alcanzara la edad adecuada. Victoria sintió que el
24:52suelo desaparecía bajo sus pies. ¿Qué, eso, eso es imposible? Mi padre nunca haría algo así. Oh,
25:00lo hizo. Río Damasó. Lo tengo por escrito, firmado y sellado. Claro que, por aquel entonces,
25:09yo era un hombre joven y prometedor. Luego la vida, y tu querido padre, se encargaron de que mi fortuna
25:16se desvaneciera y yo. Bueno, digamos que tuve que desaparecer una temporada. José Luis pensó que se
25:24había librado de mí, de su deuda. Pero aquí estoy, para reclamar lo que es mío. Tú eres mía,
25:32Victoria. Está loco. Susurró ella, retrocediendo. Los tiempos han cambiado. No puede obligarme a
25:41casarme con usted. Tal vez no pueda obligarte por la ley, pero puedo destruir a tu familia.
25:47El escándalo del que salvé a tu padre. Créeme, sigue siendo igual de potente hoy.
25:56La reputación de los montes de Oca, el honor de tu apellido, todo se reduciría a cenizas.
26:04¿Estás dispuesta a pagar ese precio por tu libertad? Piénsalo. Una boda,
26:08un matrimonio de conveniencia, y el secreto de tu padre morirá conmigo.
26:12O te niegas, y yo me encargaré de que todo el mundo sepa la clase de hombre que era en realidad
26:20tu venerado progenitor. Era un chantaje vil y perfecto. La estaba atrapando entre la lealtad
26:27a la memoria de su padre y su propio futuro. Victoria se sentía náufraga, ahogándose en
26:34un mar de mentiras pasadas. Mientras Victoria se enfrentaba a su propio infierno, Alejo y
26:40Pepa ponían en marcha su plan. Sabiendo que Damaso estaría ocupado con Victoria,
26:47decidieron registrar su habitación en la casa grande. Era un riesgo enorme. Si los descubrían,
26:55las consecuencias serían nefastas. Pepa vigilaría el pasillo mientras Alejo buscaba
27:00cualquier cosa que pudiera incriminarlo. Entraron en la habitación de Damaso con el sigilo de los
27:07ladrones. El lugar estaba impecablemente ordenado, lo que dificultaba la búsqueda.
27:14Alejo miró debajo de la cama, en los cajones, dentro del armario. No había nada. El tiempo corría,
27:21y la tensión era casi insoportable.
27:23Señorito, no hay nada. Susurró Pepa desde la puerta. Vámonos, es demasiado peligroso.
27:33Pero Alejo se negaba a rendirse. Se detuvo en medio de la habitación, recorriendo cada objeto con la
27:39mirada. Había una maleta de cuero en un rincón. Parecía vieja y pesada. Se arrodilló y forzó la
27:46cerradura con una pequeña navaja. El cerrojo cedió con un clic. Con el corazón desbocado,
27:54levantó la tapa. Dentro, entre ropa cuidadosamente doblada, había un bulto envuelto en una tela áspera
28:01y oscura. No era una manta, como había dicho Pepa, sino una lona de arpillera. Con manos temblorosas,
28:09Alejo la desenvolvió. Allí estaba, la talla de la virgen, su rostro de madera policromada mirándolo
28:17con una expresión serena que contrastaba violentamente con el caos que la rodeaba.
28:23La habían encontrado. Tenían la prueba. Con cuidado, volvieron a envolver la talla y la dejaron
28:29donde estaba. Cerraron la maleta y salieron de la habitación sin hacer ruido. Ahora no solo tenían
28:36el testimonio de Pepa, tenían la ubicación exacta del objeto robado. Corrieron a buscar a José Luis.
28:44Lo encontraron en su despacho, pálido y demacrado. Alejo, sin preámbulos, le contó todo. La confesión
28:53de Pepa, la cojera de Damaso, el registro de la habitación y el descubrimiento de la talla.
28:59Por primera vez en días, José Luis pareció despertar de su letargo. La revelación de que
29:07Damaso estaba detrás del robo y había incriminado a una inocente para crear discordia, encendió en él
29:13una furia fría y controlada. El miedo seguía allí, pero ahora estaba mezclado con una rabia
29:19justiciera. Ese miserable. Masculló, no se saldrá con la suya. En ese preciso instante,
29:29el sargento de la Santa Hermandad llegó a la casa grande con dos de sus hombres.
29:35Venía a arrestar a Luisa. Don José Luis, con su permiso, vengo a llevarme a Luisa para
29:41interrogarla en el cuartelillo. Las pruebas son concluyentes. José Luis se interpuso en su camino,
29:48su figura emanaba una autoridad que no había mostrado en días.
29:54No se la llevará a ninguna parte, sargento. ¿Tienen a la persona equivocada? Ah, sí,
30:00replicó el sargento con escepticismo. ¿Y quién es el culpable, si no es ella?
30:07El culpable es un huésped de esta casa, dijo Alejo, dando un paso al frente.
30:12Se llama Damaso, y podemos probarlo. La talla robada está en su habitación. El sargento enarcó
30:20una ceja, incrédulo. Pero la convicción en los ojos de Alejo y la repentina firmeza de José Luis
30:28le hicieron dudar. Eso es una acusación muy grave, joven. Espero que tenga con qué respaldarla.
30:35Venga con nosotros, dijo José Luis, tomando el control. Se lo demostraremos. El grupo,
30:44incluyendo a un atónito sargento, subió hacia la habitación de Damaso.
30:51Justo cuando llegaban al pasillo, vieron a Damaso y a Victoria salir del pabellón de caza.
30:58Victoria tenía el rostro pálido y los ojos enrojecidos. Damaso, en cambio, sonreía,
31:04una sonrisa de triunfo que se borró de su rostro al ver a la comitiva que le esperaba.
31:11¿Qué significa esto? Preguntó, su tono endureciéndose. Significa que su juego ha terminado.
31:18Damaso, dijo José Luis, su voz resonando con una autoridad recuperada.
31:25Sargento, por favor, registre la habitación de este hombre. Dos de los guardias entraron y,
31:31siguiendo las indicaciones de Alejo, abrieron la maleta de cuero. Un instante después,
31:38uno de ellos salió con la talla en sus manos. El silencio que siguió fue absoluto.
31:45Damaso miró la talla, luego a José Luis, y una sonrisa amarga se dibujó en sus labios.
31:51Astuto, José Luis, siempre ha sido astuto, pero esto no ha terminado. Oh, sí, ha terminado. Intervino
32:01el sargento, sacando unas esposas. Queda detenido por el robo de la talla y por obstrucción a la
32:08justicia. Mientras se lo llevaban, Damaso lanzó una última mirada a Victoria, una mirada que
32:14prometía venganza. Pero Victoria, al ver la red de mentiras de Damaso desmoronarse, sintió una oleada
32:22de fuerza. El chantaje había perdido su poder. La verdad, por dolorosa que fuera, era preferible
32:30a una vida encadenada a un hombre como él. Decidió que enfrentaría el pasado de su padre, pero lo haría
32:38en sus propios términos, no en los de un criminal. La noticia de la detención de Damaso y la exoneración
32:46de Luisa se extendió por la finca como un bálsamo. Luisa, liberada de la terrible sospecha, se abrazó a
32:55Alejo, las lágrimas que derramaba ahora eran de puro alivio. Su compromiso, puesto a prueba por la
33:02adversidad, salía fortalecido. Al mismo tiempo, la indiscreción de Amadeo comenzaba a dar sus frutos
33:09envenenados. El jornalero había corrido a contar lo que había oído, y los rumores ya circulaban por
33:17el pueblo como una plaga. Pero en lugar de destruir a la familia, ocurrió algo inesperado. Eva, Isabel,
33:25Pepa y Amadeo se unieron como nunca antes. Se enfrentaron a las miradas curiosas y los susurros
33:33con la frente en alto. El secreto, aunque expuesto a medias, ya no los aislaba. Ahora era una carga
33:41compartida, y eso la hacía más ligera. Decidieron que, si la verdad completa salía a la luz, la enfrentarían
33:48juntos. La adversidad, en lugar de separarlos, había forjado entre ellos un vínculo de lealtad
33:57inquebrantable. El próximo episodio terminaba en un atardecer que prometía un nuevo comienzo. En la
34:05casa grande, Bárbara, bajo el cuidado de Rafael y el amor de su familia, aceptaba por fin recibir
34:11ayuda profesional, iniciando un largo pero esperanzador camino hacia la sanación. Su sonrisa,
34:19aunque frágil, era genuina. José Luis, liberado de la amenaza inmediata de Damaso, se sentó junto a
34:26Mercedes y, por primera vez en muchos años, empezó a hablar. Le contó la verdad sobre su pasado, sobre
34:34el pacto oscuro que lo había atormentado durante décadas. Al confesar, un peso inmenso se levantó
34:43de sus hombros. Mercedes lo escuchó sin juzgar, su mano sobre la suya era un puerto seguro en la
34:48tormenta. Su matrimonio, lejos de romperse, se reconstruía sobre cimientos más sólidos y honestos.
34:59Luisa y Alejo paseaban por los jardines, planeando un futuro que ahora parecía más brillante
35:04que nunca. Y en la casa pequeña, la familia de Amadeo compartía una cena sencilla, sus risas
35:12llenando el aire. El secreto seguía ahí, latente, pero ya no los definía. Los definía el amor y la
35:21lealtad que se profesaban. Valle salvaje había sido sacudido por revelaciones, desapariciones y
35:28mentiras. Pero al final del día, las nubes de tormenta se disiparon, dejando tras de sí un aire
35:34limpio y la promesa de un mañana en el que, a pesar de las cicatrices, la esperanza y el amor podían
35:41florecer de nuevo. El final, contra todo pronóstico, es el final.
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