La fiesta de la que ningún regio está exento es la del Clásico Regio, esa semana en la que más que un simple partido, Nuevo León se divide en dos y el día del encuentro, el estado entero parece detenerse.
No importa la edad, el oficio o la clase social: el fútbol se vuelve el punto de unión que marca la identidad de los habitantes del norte.
Sé la primera persona en añadir un comentario