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'Valle Salvaje' capitulos completos- Victoria y Mercedes- el robo que desata la verdad
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Transcript
00:00Victoria y Mercedes. El robo que desata la verdad. En el corazón del valle salvaje, el lujo y la traición se entrelazan en una noche que cambiará todos los destinos.
00:13La misteriosa desaparición de una talla de ébano desata una tormenta en el palacio. Victoria, aterrada por un secreto que podría destruirla, lanza una cacería interna, mientras Atanasio aprovecha el caos para acusar injustamente a Tomás y Luisa.
00:30Pero nada puede preparar a nadie para el regreso inesperado de Ricardo, el hermano perdido de Mercedes, que trae consigo pruebas capaces de derrumbar el imperio de Don Hernando y revelar la verdad enterrada durante 20 años.
00:46El robo fue solo el comienzo. La justicia, por fin, ha despertado en el valle. El aire en valle salvaje era una bestia invisible y pesada que se había enroscado en los pulmones de todos sus habitantes.
01:00Cada respiración era un recordatorio de la ausencia, un eco del vacío que Bárbara había dejado tras de sí.
01:09En los pasillos del palacio, el silencio no era paz, sino la calma tensa que precede a la fractura de la tierra.
01:15Las miradas se cruzaban cargadas de preguntas sin respuesta, y los susurros se convertían en serpientes que reptaban por las esquinas, envenenando la atmósfera con el miedo a lo desconocido.
01:28¿Dónde estaba? ¿Qué le había ocurrido? La incertidumbre era un lienzo sobre el que cada uno pintaba sus peores pesadillas.
01:38Sin embargo, en la alcoba de Victoria, el terror tenía una forma mucho más concreta, más tangible y, para ella, infinitamente más peligrosa.
01:50El mundo exterior podía desmoronarse por la desaparición de una mujer, pero el suyo propio se había agrietado por la ausencia de un objeto.
02:01No era un objeto cualquiera. Era una talla de madera de ébano, una figura intrincada que representaba un halcón con las alas a medio desplegar, los ojos tallados con tal precisión que parecían seguirte por la habitación.
02:19Su valor monetario era incalculable, una pieza que podría comprar el silencio de muchos hombres y la lealtad de otros tantos.
02:26Pero su valor simbólico, ese era un abismo, era la llave de un secreto, el ancla de un poder construido sobre cimientos de arena y mentiras.
02:40El sol de la mañana se filtraba por los ventanales, pero para Victoria, la habitación estaba sumida en una oscuridad glacial.
02:47Sus manos, normalmente firmes y serenas, temblaban mientras recorrían por enésima vez la superficie vacía de la cómoda de caoba donde la talla debería haber reposado.
03:00El terciopelo rojo del paño sobre el que se asentaba parecía una herida abierta, una acusación silenciosa.
03:12Un sudor frío perlaba su frente. La desaparición de Bárbara era un problema para la familia, un escándalo en ciernes.
03:19Pero la desaparición de la talla era su fin. Era la sentencia de muerte que don Hernando firmaría con gusto si llegaba a enterarse.
03:32Con un movimiento brusco, se recompuso. El pánico era un lujo que no podía permitirse.
03:37La victoria que el mundo conocía no temblaba, no dudaba. Actuaba. Su rostro se convirtió en una máscara de hielo y autoridad mientras tiraba del cordón de la campanilla con una violencia contenida que hizo que el eco resonara en el pasillo.
03:56Isabel, la jefa del servicio, apareció casi al instante, su expresión ya tensa por la atmósfera general de la casa.
04:03No estaba preparada para la tormenta que encontró en la mirada de su señora. Isabel. La voz de Victoria era baja, pero cortaba como el cristal roto.
04:18Algo ha desaparecido de mi alcoba. Algo de un valor inmenso. Isabel palideció. ¿Algo de valor? ¿Sus joyas, señora?
04:26Ojalá fueran las joyas. Replicó Victoria con un desdén gélido. Esto es, irreemplazable.
04:37Ha sido un robo, aquí, dentro de estas paredes. Uno de vosotros, uno de los sirvientes en los que se supone que debemos confiar, es un ladrón.
04:46Una rata que se arrastra por mi casa. El insulto flotó en el aire. Isabel bajó la mirada, sintiendo el peso de la acusación sobre todo su equipo.
04:57Señora, no puedo creer que... No te pago para que creas, Isabel. Te pago para que obedezcas. La interrumpió Victoria, acercándose a ella hasta que casi pudo sentir el miedo de la mujer.
05:12Quiero que interrogues a cada hombre y mujer que trabaja aquí. Desde el mozo de cuadras hasta la última doncella.
05:24Revisa sus aposentos, sus pertenencias. Vuelca cada colchón. Abre cada baúl. Quiero saber quién ha osado ponerme la mano encima.
05:31Quiero que me traigas a ese traidor. Y lo quiero ahora. Isabel, atrapada entre la lealtad a su gente y el terror que le inspiraba Victoria, solo pudo asentir.
05:46Sí, señora, como ordene. Mientras Isabel se retiraba con el corazón encogido, sintiendo ya las miradas de desconfianza que su misión sembraría entre el servicio,
05:57Victoria se quedó sola de nuevo, mirando el espacio vacío sobre la cómoda.
06:01No era solo un robo. Era un mensaje. Alguien sabía. Alguien conocía el poder que encerraba aquella figura de madera.
06:10Y eso era infinitamente más aterrador que la avaricia de un simple ladrón.
06:17Lo que Victoria no podía imaginar era que, en los rincones más oscuros del palacio,
06:22la sospecha ya había echado raíces en una mente mucho menos interesada en la verdad y mucho más en la venganza personal.
06:31Atanasio, el capataz, había observado la escena desde la distancia, sus ojos pequeños y afilados como los de un roedor.
06:39No necesitaba una investigación. No necesitaba pruebas. Hacía tiempo que su odio había elegido a sus culpables.
06:48Y esta era la oportunidad perfecta para ejecutar su sentencia.
06:51Para él, Tomás y Luisa eran una afrenta andante. Su decencia, su amor mutuo, la forma en que se aferraban a su dignidad en un mundo diseñado para aplastarla.
07:04Todo ello era un insulto para un hombre como Atanasio, cuya alma estaba podrida de envidia y resentimiento.
07:10Los había visto susurrar en el patio, compartir miradas que él interpretaba como conspiraciones.
07:21Había visto a Tomás mirar hacia las ventanas de los señores con una expresión que Atanasio, en su retorcida lógica, leía como codicia.
07:29Claro que han sido ellos, se dijo a sí mismo, una sonrisa cruel curvando sus labios finos.
07:41El inocente Tomás y su virtuosa Luisa, siempre tramando, siempre queriendo lo que no es suyo.
07:49No esperó órdenes, su propia justicia era más rápida y mucho más satisfactoria.
07:54Se dirigió hacia la lavandería, donde sabía que encontraría a Luisa doblando sábanas, el aroma a jabón y limpio llenando el aire.
08:04Para Atanasio, era el escenario perfecto para manchar su pureza.
08:09La encontró tarareando una melodía suave, sus manos moviéndose con una eficiencia grácil.
08:16La sombra de Atanasio cayó sobre ella antes de que él hablara, y Luisa se estremeció, sintiendo un frío repentino.
08:24Vaya, vaya, qué contenta se te ve, Luisa.
08:30Su voz era un goteo de veneno.
08:32Como si tuvieras un secreto feliz que contarte.
08:37Quizás has encontrado algo de valor últimamente, algo que te permita dejar este trabajo tan humilde.
08:45Luisa se giró, confundida y alarmada por su tono.
08:49¿Qué está diciendo, Atanasio?
08:51No le entiendo.
08:54Oh, creo que me entiendes perfectamente.
08:57Se acercó, invadiendo su espacio personal.
09:02Olía a sudor rancio y a tabaco.
09:05Ha desaparecido algo muy importante de la alcoba de la señora Victoria.
09:11Una pieza muy cara, y curiosamente, tú y tu querido Tomás sois los únicos que parecéis caminar sobre nubes estos días.
09:18El rostro de Luisa se transformó.
09:24La confusión dando paso a la indignación y el miedo.
09:26¿Nos está acusando?
09:31¿Cómo se atreve?
09:32Tomás y yo jamás haríamos algo así.
09:34Ah, no.
09:35Atanasio soltó una carcajada desagradable.
09:37Se os ve muy juntos últimamente, cuchicheando por las esquinas, haciendo planes.
09:45Un hombre necesita dinero para mantener a una mujer, ¿no es así?
09:49Quizás tú Tomás pensó en un atajo para darte la vida que cree que mereces.
09:56Justo en ese momento, Tomás entró en la lavandería, con el ceño fruncido.
10:01¿Qué está pasando aquí, Atanasio?
10:04Déjala en paz.
10:07La llegada de Tomás fue como echar leña al fuego.
10:10Atanasio se giró hacia él, su rostro una máscara de desprecio.
10:14Defendiendo a tu cómplice, qué conmovedor.
10:20Deberíais ensayar mejor vuestra historia para cuando la señora Victoria os pregunte dónde está la talla del halcón.
10:28Tomás se puso rígido.
10:30¿La talla del halcón, la que guarda la señora en su cómoda, ha desaparecido?
10:36La sorpresa genuina en la voz de Tomás solo sirvió para enardecer más a Atanasio.
10:41Buena actuación, magnífica, pero a mí no me engañáis.
10:47Sé que fuisteis vosotros, y voy a demostrarlo.
10:50Voy a disfrutar viendo cómo os arrastráis y suplicáis cuando os descubran.
10:57Sin decir más, se dio la vuelta y se marchó, dejando tras de sí un silencio cargado de veneno.
11:06Luisa miró a Tomás, con los ojos llenos de lágrimas de impotencia.
11:11Tomás, él cree.
11:12Él va.
11:16Tranquila, mi amor.
11:17Dijo Tomás, abrazándola con fuerza, aunque su propio corazón latía con furia y temor.
11:25No hemos hecho nada.
11:27La verdad saldrá a la luz.
11:28Pero mientras sostenía a Luisa, una duda helada se instaló en su pecho.
11:32En Valle Salvaje, la verdad era a menudo una mercancía frágil, fácilmente aplastada por el peso del poder y la malicia de hombres como Atanasio.
11:44Sabía que estaban en grave peligro.
11:49En otra ala del palacio, la tensión era de una naturaleza distinta, más sofocante y palaciega.
11:54Mercedes se enfrentaba a su suegro, Don Hernando, en la biblioteca.
12:02El olor a cuero viejo y a papel de los libros que cubrían las paredes parecía absorber todo el oxígeno de la habitación.
12:08Don Hernando no había levantado la voz, pero su insistencia era una fuerza bruta, una marea que amenazaba con ahogarla.
12:20La boda debe celebrarse, y debe celebrarse pronto.
12:24Dijo, sus dedos tamborileando sobre un globo terráqueo de escritorio, como si el mundo entero estuviera bajo su control.
12:31El anuncio ya se hizo público. No voy a tolerar otro escándalo.
12:37Mercedes mantenía la cabeza alta, aunque por dentro se sentía desmoronar.
12:45Hernando, por favor, no es el momento.
12:47Bárbara ha desaparecido. Nadie en esta casa tiene el ánimo para una celebración.
12:55Irene está destrozada. Y Leonardo.
12:57Leonardo hará lo que yo le ordene.
12:59Ahora sí, su voz subió de volumen, retumbando en la biblioteca.
13:06Ya me ha humillado una vez, abandonando a la hija de los Villalonga casi en el altar.
13:13No permitiré que mi único hijo y heredero me convierta en el hazmerreír de toda la comarca de nuevo.
13:19Esta boda con Irene sella una alianza, consolida nuestro patrimonio.
13:23Es un asunto de negocios, no de sentimientos.
13:28Y se hará, la próxima semana, una semana.
13:32Exclamó Mercedes, incrédula.
13:36Es una locura, es cruel.
13:38Irene necesita tiempo, necesita consuelo.
13:41No ser empujada hacia un matrimonio que no desea en estas circunstancias.
13:45Don Hernando se levantó, su imponente figura proyectando una larga sombra sobre ella.
13:56Se acercó y la miró con unos ojos que habían perdido cualquier atisbo de calidez hacía muchos años.
14:02La crueldad es una herramienta necesaria para mantener el orden, Mercedes.
14:09Algo que tú nunca has entendido.
14:13Te preocupas demasiado por los sentimientos de los demás.
14:16Esta familia se construyó sobre la voluntad de hierro, no sobre lágrimas y consuelos.
14:21La boda se celebrará, es mi última palabra.
14:27Ahora, si me disculpas, tengo asuntos más importantes que atender que tus sensiblerías.
14:35Salió de la biblioteca, dejando a Mercedes sola con el eco de sus crueles palabras.
14:43Se apoyó en una de las estanterías, sintiendo el peso de su derrota.
14:48Estaba atrapada.
14:52Atrapada en un matrimonio sin amor, en una familia gobernada por un tirano,
14:56viendo cómo la infelicidad que la había consumido a ella se cernía ahora sobre su propio hijo y la joven Irene,
15:02a quien quería como a una hija.
15:06Miró por la ventana.
15:08El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras.
15:15Pero para Mercedes, solo era el preludio de una noche más, larga y oscura.
15:20El día murió lentamente.
15:22Y con él, cualquier atisbo de esperanza.
15:27La cena fue un asunto sombrío y silencioso.
15:30La investigación de Isabel no había arrojado ningún resultado,
15:34solo miedo y resentimiento entre el servicio.
15:36Atanasio, por su parte, había pasado el resto de la tarde esparciendo su veneno,
15:45asegurándose de que la sombra de la sospecha sobre Tomás y Luisa fuera cada vez más densa.
15:49Mercedes se retiró a sus aposentos temprano, con la excusa de una jaqueca.
15:57No podía soportar por más tiempo la atmósfera asfixiante de la casa.
16:03Se sentó en la butaca junto a la ventana, observando cómo la noche reclamaba el paisaje de Valle Salvaje.
16:09Una fina llovizna comenzó a caer, golpeando suavemente los cristales, como si el cielo llorara con ella.
16:19El tiempo pasaba, las horas se deslizaban una tras otra, pero el sueño no llegaba.
16:30Solo la desesperación, una compañera fiel y silenciosa.
16:34Cuando el reloj del salón dio las doce, el sonido pareció una sentencia.
16:41Justo cuando pensaba que el día no podía empeorar, que su alma no podía sentirse más vacía,
16:46escuchó algo que la sacó de su letargia.
16:49Unos golpes suaves en la puerta de su alcoba, no era el golpeteo firme de una doncella
16:56ni la llamada autoritaria de un miembro de la familia.
17:01Eran tres toques discretos, casi tímidos, pero cargados de una extraña urgencia.
17:07Frunció el ceño.
17:10¿Quién podría ser a estas horas?
17:12Se levantó, alisándose el vestido de noche, y caminó hacia la puerta con una sensación de inquietud.
17:19¿Quién es?, preguntó, su voz apenas un susurro.
17:24Señora Mercedes, respondió la voz temblorosa de una de las doncellas más jóvenes, una muchacha llamada Ana.
17:30Disculpe la hora, señora.
17:36¡Ay, hay un caballero abajo!
17:38Insiste en verla, dice que es urgente.
17:43Mercedes se sintió desconcertada y una punzada de alarma la recorrió.
17:47¿Un caballero, a medianoche, no ha dicho su nombre?
17:49No, señora, solo dijo.
17:55Solo dijo que le diera esto.
17:57La pequeña rendija de la puerta se abrió lo suficiente para que la doncella le pasara un objeto pequeño y frío.
18:06Mercedes lo tomó.
18:07Sus dedos reconocieron la textura antes de que sus ojos se acostumbraran a la penumbra del pasillo.
18:12Era un camafeo de plata, viejo y desgastado por el tiempo.
18:19En él estaba grabado el perfil de una mujer con una flor de lice en el pelo.
18:25Su madre, el corazón de Mercedes se detuvo.
18:29Ese camafeo, solo existían dos iguales.
18:31El suyo, que llevaba siempre oculto bajo el vestido, y el de su hermano.
18:39Su hermano Ricardo, a quien había visto por última vez hacía 20 años,
18:44la noche antes de que partiera a las Américas en busca de fortuna.
18:50Ricardo, de quien no había vuelto a tener noticias.
18:53Ricardo, a quien todos, incluido don Hernando, habían dado por muerto en un naufragio hacía más de una década.
19:02Un torbellino de emociones imposibles la asaltó.
19:06Incredulidad, miedo, y bajo todo ello, una chispa diminuta y temblorosa de esperanza que no se había atrevido a sentir en años.
19:15«Hazle pasar a la salita azul», ordenó, su voz sorprendentemente firme.
19:21«Y Ana, asegúrate de que nadie más se entere de esta visita».
19:24«Nadie, ¿entendido?», «Sí, señora».
19:31Mercedes cerró la puerta, apoyándose en ella, el camafeo apretado con tanta fuerza en su mano que el borde de plata se clavaba en su piel.
19:38Respiró hondo una, dos, tres veces, intentando calmar el caos que se había desatado en su interior.
19:50¿Era posible?
19:52¿Podía ser una broma cruel del destino?
19:54¿O peor, una trampa de don Hernando para probar su lealtad?
19:57No, don Hernando no conocía la existencia de ese camafeo.
20:04Era un secreto entre hermanos.
20:08Con el corazón martilleando contra sus costillas, caminó a través de sus aposentos hasta la salita azul,
20:15una pequeña estancia raramente utilizada, perfecta para una conversación secreta.
20:19Se quedó de pie en el centro de la habitación, sus manos entrelazadas frente a ella, esperando.
20:31Huyó pasos en el pasillo, el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose.
20:35Y entonces, él entró.
20:40No era el joven de veinte años que recordaba, con el rostro liso y los ojos llenos de sueños.
20:45Este hombre era más alto, más ancho de hombros.
20:51Su rostro estaba curtido por el sol y el viento, surcado de finas arrugas en las comisuras de los ojos.
20:59Una cicatriz plateada le cruzaba la ceja izquierda.
21:03Un recuerdo de una vida que ella no podía ni imaginar.
21:09Vestía ropas de viajero, sencillas pero de buena calidad,
21:12cubiertas por una capa oscura empapada por la lluvia.
21:17Pero sus ojos, cuando sus ojos se encontraron con los de ella, el tiempo se desvaneció.
21:25Eran los mismos ojos azul profundo, los ojos de su hermano, Ricardo.
21:31Su voz se rompió en un susurro ahogado.
21:36Él esbozó una media sonrisa, una sonrisa cansada pero genuina.
21:39Hola, hermana, ha pasado mucho tiempo.
21:44Las lágrimas que Mercedes había contenido durante años brotaron sin control.
21:49Se abalanzó sobre él, abrazándolo con la fuerza de dos décadas de dolor y anhelo.
21:57Él la sostuvo con firmeza, su mano acariciando su cabello,
22:00y por primera vez en mucho, mucho tiempo, Mercedes se sintió segura.
22:04Se sintió como si una parte de su alma, que había creído perdida para siempre, hubiera regresado a casa.
22:16Creí que estabas muerto.
22:18Sollozó contra su pecho.
22:20Todos lo creímos.
22:21Hernando recibió la noticia.
22:23El naufragio.
22:24El naufragio fue real.
22:28Dijo él, su voz grave y calmada.
22:31Pero yo sobreviví.
22:33Fue un infierno.
22:34Mercedes.
22:38Perdí todo, menos la vida y el recuerdo de por qué me fui.
22:41Me costó años recuperarme, años volver a empezar de cero en un lugar extraño.
22:46Pero nunca olvidé, nunca olvidé lo que nos pertenece.
22:52Se separaron.
22:53Y él la miró a los ojos, su expresión ahora seria.
22:59He vuelto, Mercedes.
23:00He vuelto para reclamar lo que es nuestro.
23:02Lo que Hernando nos robó.
23:07Mercedes lo miró, confundida.
23:09¿Robarnos?
23:10Ricardo, ¿de qué hablas?
23:12Nuestro padre os confió a ambos el negocio familiar.
23:16Nuestro padre no confió en nadie.
23:19La corrigió él con amargura.
23:21Nuestro padre fue engañado.
23:26Hernando falsificó documentos, malversó fondos.
23:29Me tendió una trampa y me obligó a marcharme.
23:32Haciéndome creer que era la única salida para evitar la deshonra de la familia.
23:38Me prometió que te cuidaría, que te enviaría mi parte de la herencia.
23:43Mintió, se lo quedó todo.
23:46Se casó contigo para asegurarse de que el apellido y el patrimonio quedaran bajo su único control.
23:55Cada palabra era un golpe para Mercedes.
23:58La verdad, tan brutal y tan clara, reordenaba toda su vida, convirtiendo su jaula dorada en una prisión construida sobre el engaño.
24:06Por eso he vuelto, continuó Ricardo, su voz ahora un acero afilado.
24:14Y por eso necesito tu ayuda.
24:18Hay una prueba, una prueba irrefutable de su traición.
24:21Una talla de un halcón de ébano.
24:23Nuestro padre la mandó a hacer como símbolo de nuestra sociedad.
24:29Contiene un compartimento secreto con el documento original del acuerdo.
24:32Hernando se la quedó, como un trofeo de su victoria.
24:39Necesito recuperarla.
24:41Mercedes lo miró, sus ojos abiertos de par en par por la conmoción.
24:48Ricardo, la talla, ha desaparecido.
24:51Alguien la ha robado de la alcoba de victoria esta misma mañana.
24:54Ricardo se quedó inmóvil por un instante.
24:59Y luego, una lenta sonrisa se extendió por su rostro.
25:06Entonces no la han robado.
25:07La han puesto a salvo.
25:09Mi gente ya está aquí, Mercedes.
25:13He estado preparando mi regreso durante años.
25:16No estoy solo.
25:17De repente, todo encajó.
25:19La tensión de victoria, su pánico desmedido.
25:25No era por el valor de la talla, sino por el secreto que guardaba.
25:30El robo no había sido obra de un sirviente desesperado.
25:34Había sido el primer movimiento en una guerra que acababa de empezar.
25:40Don Hernando quiere casar a Leonardo con Irene la semana que viene.
25:44Le dijo Mercedes, sintiendo como la esperanza reemplazaba al miedo.
25:49Está acorralado.
25:53Quiere consolidar su poder a toda costa.
25:55No habrá ninguna boda.
25:57Declaró Ricardo con una certeza absoluta.
26:02Mañana por la mañana, cuando don Hernando crea que tiene el mundo en sus manos,
26:06su mundo se va a venir abajo.
26:11Mañana, hermana, recuperaremos nuestras vidas.
26:14El próximo episodio, el amanecer de la justicia.
26:19A la mañana siguiente, el sol se alzó sobre Valle Salvaje como un heraldo de los cambios por venir.
26:27En el gran comedor, don Hernando presidía la mesa del desayuno con una confianza arrogante.
26:33Victoria, a su lado, intentaba disimular su nerviosismo, lanzando miradas furtivas a la puerta.
26:45Atanasio esperaba en un rincón, listo para presentar a sus culpables.
26:48Bien, dijo don Hernando, limpiándose los labios con una servilleta.
26:56Creo que es el momento de poner fin a esta farsa del robo.
27:00Atanasio, ¿has encontrado a los responsables?
27:03Sí, mi señor, respondió el capataz, dando un paso al frente con una sonrisa maliciosa.
27:15Son Tomás y Luisa, los traje para que confiesen.
27:18Hizo una señal, y dos guardias empujaron a la joven pareja al comedor.
27:22Estaban pálidos, pero sus miradas desafiaban la acusación.
27:28Así que vosotros.
27:30Comenzó a decir Hernando con desprecio.
27:34No tan rápido, Hernando.
27:37La voz, firme y desconocida para la mayoría, resonó desde la entrada del comedor.
27:45Todas las cabezas se giraron.
27:47Mercedes entró, pero no estaba sola.
27:49A su lado caminaba el hombre de la cicatriz en la ceja, Ricardo.
27:55Su presencia impuso un silencio inmediato y atónito.
27:59Don Hernando se quedó blanco, como si hubiera visto a un fantasma.
28:06Victoria ahogó un grito.
28:07Tú, balbuceó Hernando, estás muerto.
28:11Las noticias sobre mi muerte fueron muy exageradas.
28:14Replicó Ricardo, avanzando hacia la mesa con paso seguro.
28:19Y muy convenientes para ti, ¿verdad?
28:22Ricardo, exclamó Leonardo, levantándose de golpe, reconociendo al tío que apenas recordaba.
28:28He vuelto para reclamar lo que es mío, Hernando, mi nombre, mi honor y mi fortuna.
28:39Y para liberar a mi hermana de la prisión a la que la condenaste.
28:43Estás loco.
28:44No tienes nada, guardias, sacadlo de aquí, gritó Hernando, recuperando parte de su compostura.
28:50No creo que quieras hacer eso, dijo Ricardo con calma.
28:57En ese momento, otro hombre entró en el comedor.
29:03Era un hombre de aspecto humilde, uno de los jardineros, que llevaba con sumo cuidado la talla del halcón de ébano.
29:09La depositó sobre la mesa.
29:13Creo que reconoces esto.
29:15Victoria se llevó una mano a la boca.
29:20Con un movimiento preciso, Ricardo giró la base del halcón.
29:25Presionó un punto oculto y un pequeño cajón se deslizó, revelando un pergamino amarillento con un sello de cera intacto.
29:31El acuerdo original de nuestro padre, anunció Ricardo, desenrollándolo, el que prueba que la mitad de todo esto, dijo, abarcando el suntuoso comedor con un gesto.
29:45Es mío por derecho.
29:50Y también prueba, con notas al margen de nuestro padre, tus actividades fraudulentas.
29:54Lo encontré anoche, gracias a hombres leales que nunca te aceptaron como único señor.
30:05El rostro de don Hernando se descompuso.
30:08La arrogancia se desvaneció, reemplazada por la cruda y desnuda cara del pánico.
30:16Estaba acabado, y lo sabía.
30:18En cuanto a vosotros, dijo Ricardo, girándose hacia Tomás y Luisa.
30:22Vuestra honestidad es bien conocida por la gente de bien.
30:29Quedáis libres de toda sospecha.
30:31Y tú, añadió, clavando su mirada en Atanasio.
30:34Estás despedido.
30:38Tu malicia ya no tiene cabida en esta casa.
30:41Atanasio retrocedió, su rostro ceniciento, y huyó del comedor bajo las miradas de desprecio de todos.
30:47La caída de don Hernando fue total.
30:53Sin el poder del dinero y con su reputación hecha añicos, no era nada.
30:59La boda forzada entre Leonardo e Irene quedó anulada en el acto.
31:04Leonardo se acercó a Irene, y por primera vez, le habló sin el peso de la obligación de su padre.
31:09Irene, eres libre, y yo también.
31:15Una sonrisa tímida pero sincera iluminó el rostro de la joven.
31:21Por primera vez, un futuro era posible.
31:25En medio del tumulto de la justicia que por fin llegaba, un mensajero entró corriendo, con el rostro sudoroso pero exultante.
31:31Señores, noticias, hemos encontrado a la señora Bárbara.
31:39Estaba en una vieja cabaña de cazadores en el bosque.
31:43Tuvo una caída con su caballo, se golpeó la cabeza y estaba desorientada, pero está viva.
31:52Está a salvo.
31:53Una oleada de alivio y alegría recorrió la estancia.
31:56La noticia final que lavaba los últimos vestigios de miedo.
32:02Mercedes se acercó a Ricardo, y ambos se quedaron mirando por el gran ventanal.
32:06El sol brillaba con fuerza sobre el valle.
32:11Por primera vez en 20 años, no era un valle de sombras y secretos, sino un valle salvaje y lleno de promesas,
32:18listo para un nuevo comienzo bajo el cuidado de sus verdaderos dueños.
32:22La justicia no solo había regresado, sino que había traído consigo la esperanza, y con ella, un final verdaderamente feliz.
32:32La justicia no solo había regresado, sino que había regresado a la señora Bárbara.
32:38La justicia no solo había regresado, sino que había regresado a la señora Bárbara.
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