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Valle Salvaje cap 281
ValleSalvaje
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Transcript
00:00Do not do the same thing.
00:01Aparta tus rencores y pasa página como estamos haciendo todos.
00:05Estás obsesionada con ellos.
00:07Compórtate de una vez, no hagas el ridículo.
00:10Sigues peleándote con enemigos que solo existen en tu imaginación.
00:21Victoria.
00:25¿Se puede saber qué te sucede?
00:27¿De verdad? ¿He de explicártelo?
00:29Pues sí.
00:30He de enterarme por tu secretario de que hoy vas a cerrar el acuerdo con mi sobrina por las tierras del Valle.
00:35Ah, era eso.
00:37Sí, era eso.
00:40Has tenido tiempo de ponerte de acuerdo con el notario, pero no se te ha ocurrido hablar conmigo sobre el asunto.
00:44¿Hablar de qué?
00:46¿Era un acuerdo entre Adriana y yo?
00:48Sigues haciéndome de menos actuando a mis espaldas.
00:50Yo no he hecho nada a tus espaldas, sabías perfectamente de ese acuerdo.
00:53Y tú sabías perfectamente que no estoy a favor de que lo ciermes.
00:56Sí, sí, sí, pero no volvamos otra vez con lo mismo.
00:58José Luis, entiendo que después de todo lo que has pasado, de todo lo que has sufrido con la muerte de Julio, ahora necesites paz.
01:05Me alegro de que al menos entiendas eso.
01:07Pero es mi deber advertirte las veces que haga falta que estés a punto de cometer el mayor error de tu vida.
01:12A mí no me parece un error.
01:14Garrafal.
01:14¿Te parece un error cederle a la madre de mi futuro nieto lo que le pertenece?
01:19Además, ¿qué podíamos hacer?
01:22¿Negarte?
01:23Ese acuerdo nos beneficia.
01:24No tanto como va a beneficiar a Mercedes y a los habitantes de la casa pequeña.
01:27Deja en paz a Mercedes y a todos los de esa casa.
01:30¿Qué más te da?
01:30¿Qué hace aquí, Irene?
01:43He venido a hablar con usted sobre un asunto.
01:46Un asunto que me ha tenido en vilo toda la noche.
01:49No me tengan ascuas.
01:51¿Qué ha ocurrido?
01:52Ayer hablé con Bárbara y me dejó profundamente preocupada.
01:58¿Por qué motivó?
02:01Bárbara se ha rendido a Leonardo.
02:04Por completo.
02:07¿Qué quiere decir?
02:09Me hizo llamar a su alcoba.
02:11Y cuando llegué la vi realmente mal.
02:14Pero lo peor fue la petición que me hizo.
02:17¿Qué petición?
02:17Una que me descolocó mucho.
02:21Aún no sé cómo enfocar el asunto.
02:24Cuéntemelo, hagas favor.
02:25José Luis se quedó inmóvil unos segundos antes de responder.
02:29La voz de Victoria había traspasado el límite de su paciencia.
02:33Rafael no trabaja para nadie, dijo con calma contenida.
02:38Trabaja con alguien.
02:39Con Adriana.
02:40Y si no puedes entender eso, entonces no entiendes lo que significa respeto.
02:45Victoria soltó una risa amarga.
02:48¿Respeto?
02:49¿Eso me dices tú?
02:50¿El hombre que humilló a su esposa frente a todos?
02:53¿El que prefirió creer en una intrusa antes que en la madre de su hijo?
02:57Rafael dio un paso adelante, el rostro endurecido.
03:01No hable así de Adriana.
03:03Ella ha hecho más por este lugar que usted en años.
03:06¡Cállate!
03:07Gritó Victoria.
03:08Fuera de sí.
03:10No toleraré que un mocoso me dé lecciones en mi propia casa.
03:13Esta casa ya no es solo tuya, madre, respondió Rafael con voz firme.
03:19Es de todos los que la hemos sufrido, trabajado y amado.
03:22El silencio que siguió fue como una descarga eléctrica.
03:26José Luis cerró los ojos, sintiendo que cada palabra habría una herida nueva.
03:31Victoria, en cambio, parecía una fiera acorralada, respirando con furia.
03:37Bien, dijo finalmente, con una sonrisa helada.
03:41Si quieren quedarse con esta casa, háganlo.
03:45Pero recuerden mis palabras, no hay paz donde reina la traición.
03:49Y se marchó, dejando tras de sí el eco de sus tacones, un sonido que parecía presagio
03:54de desastre.
03:56El eco del orgullo.
03:57Horas más tarde, la duquesa se encerró en sus aposentos.
04:01La habitación, cubierta por cortinas oscuras y olor a perfume rancio, parecía una tumba
04:07viva.
04:08Se miró al espejo.
04:09El rostro que la observaba ya no era el de la mujer poderosa que todos temían.
04:14Era una sombra de sí misma.
04:16Todos contra mí, murmuró, clavando las uñas en la madera del tocador.
04:21José Luis, Rafael, Adriana, todos me traicionaron.
04:26Pero en el fondo, una parte de ella sabía que no eran ellos los que la habían traicionado,
04:31sino ella misma.
04:33Su orgullo la había devorado poco a poco, hasta dejarla vacía.
04:37Sin embargo, esa pequeña chispa de autoconciencia se apagó pronto, sustituida por un pensamiento
04:43más fuerte, venganza.
04:45En el corredor, Isabel escuchaba tras la puerta, temerosa.
04:50Conocía bien esa voz, ese tono bajo y venenoso que anunciaba una tormenta.
04:55Corrió a avisar a José Luis, pero el duque ya estaba en el despacho, preparando documentos
05:00para enviar al consejo del valle.
05:03—Señor, dijo Isabel con preocupación, la duquesa no está bien.
05:07Habla sola, y temo que esté planeando algo.
05:11José Luis suspiró pesadamente.
05:13—Isabel, siempre ha estado planeando algo, pero ya no tiene poder.
05:17—Con respeto, señor, insistió ella, nunca subestime a una mujer herida.
05:23El duque la miró, reconociendo la verdad en sus palabras.
05:27—Está bien.
05:28Vigílala discretamente.
05:30Si hace algo fuera de lugar, quiero saberlo.
05:33Leonardo y la tormenta.
05:35Mientras tanto, Leonardo regresaba al valle después de su enfrentamiento con Hernando.
05:40El aire frío del amanecer le golpeaba el rostro, pero su mente ardía con una claridad nueva.
05:47—Se acabó, murmuró para sí.
05:49—No volveré a permitir que nadie decida por mí.
05:52Al llegar a la cabaña donde Bárbara se ocultaba, la encontró sentada junto al fuego,
05:57con el cabello suelto y los ojos cansados.
06:00—Sabía que vendrías, dijo ella sin mirarlo.
06:03Leonardo se detuvo frente a ella, sin saber por dónde empezar.
06:07—Mi padre te obligó a alejarte, ¿verdad?
06:10Ella no respondió de inmediato.
06:13Solo se levantó lentamente y lo miró a los ojos.
06:16—Tu padre no me obligó.
06:17Me mostró lo que estaba en juego.
06:20—Tu futuro, tu familia.
06:22—Mentira, gritó Leonardo, golpeando la mesa.
06:25—Lo hizo porque no soporta verme feliz.
06:28—Tal vez, admitió Bárbara con voz quebrada.
06:31—Pero también lo hizo porque me conoce.
06:34—Y sabe que no soportaría verte destruirte por mí.
06:37Leonardo la tomó por los hombros.
06:40—Ya estoy destruido.
06:42No quiero un futuro sin ti.
06:44Ella apartó la mirada.
06:45—No digas eso.
06:47—El amor no puede ser una ruina, Leonardo.
06:50—Si lo es, entonces no es amor.
06:53Él la abrazó con desesperación, pero ella permaneció inmóvil.
06:57El fuego chispeó en la chimenea, iluminando los rostros tensos de ambos.
07:02Sabían que aquella historia no tendría un final feliz, pero también sabían que no
07:06podían renunciar del todo.
07:08El valle se prepara.
07:10En los días siguientes, el clima en valle salvaje se volvió extraño.
07:14Los animales parecían inquietos, los criados hablaban en susurros, y hasta los árboles
07:20parecían murmurar bajo el viento.
07:22Atanasio, siempre observador, lo notó.
07:26—Algo se avecina —dijo a Matilde mientras reparaban el molino.
07:30—¿Una tormenta?
07:31—preguntó ella.
07:32—No, hija.
07:34—Algo peor.
07:35—Una de esas tormentas que no vienen del cielo, sino del alma.
07:39Matilde asintió en silencio.
07:42Desde la expulsión de Martín, la casa se había vuelto un lugar sombrío.
07:46Ni los cantos del amanecer lograban borrar la tensión.
07:50Esa tarde, sin embargo, apareció alguien inesperado.
07:54Martín regresó.
07:55Su ropa estaba sucia y el rostro marcado por la fatiga, pero en sus ojos brillaba determinación.
08:01—He vuelto porque no pienso huir —dijo entrando sin pedir permiso.
08:06—Si la duquesa quiere guerra, la tendrá.
08:09Atanasio lo miró con mezcla de orgullo y preocupación.
08:12—Hijo, las guerras del alma son las más peligrosas.
08:15—Lo sé, pero alguien tiene que ponerle fin a su tiranía.
08:20—La última cena.
08:21Esa noche, José Luis reunió a todos en el comedor principal.
08:26Quería restablecer la paz o al menos fingirla.
08:29Adriana, Rafael, Mercedes, incluso Isabel estaban presentes.
08:34La mesa estaba servida con esmero, como en los viejos tiempos.
08:38—Hoy —dijo el duque levantando la copa—, quiero brindar por el trabajo, la dignidad y el futuro del valle.
08:45Todos levantaron sus copas.
08:47—Todos menos una.
08:49La puerta del salón se abrió y Victoria apareció.
08:52Vestía un atuendo negro de encaje, con un broche antiguo que brillaba bajo la luz de las velas.
08:58En sus ojos se mezclaban la furia y la tristeza.
09:01—Brindan por el futuro —dijo con una sonrisa amarga—, pero olvidan que el pasado no se entierra tan fácil.
09:08José Luis se levantó.
09:10—Victoria, no arruines esto.
09:13—¿Arruinarlo? —repitió ella, riendo sin alegría.
09:17—Ya está arruinado, José Luis.
09:20Tú lo arruinaste cuando me cambiaste por esa mujer.
09:23Adriana se levantó con calma.
09:25—No vine a quitarle nada, señora.
09:28Solo a construir lo que ustedes destruyeron.
09:31Victoria la miró con desprecio.
09:33—¿Construir?
09:34—Una mujer como tú solo sabe destruir hogares.
09:37—No hable de lo que no entiende —replicó Adriana con voz firme.
09:42—Usted destruyó el suyo con mentiras y orgullo.
09:45Rafael intervino antes de que su madre dijera algo peor.
09:49—Madre, basta.
09:50Pero Victoria no escuchó.
09:52Tomó la copa que tenía frente a ella y la arrojó al suelo.
09:56—Basta tú.
09:57—Todos ustedes.
09:58—No saben lo que es amar hasta que el amor se pudre en las manos.
10:02El eco del cristal roto resonó por todo el salón.
10:06Nadie se movió.
10:07José Luis la miró con profunda tristeza.
10:10—Victoria, te perdoné más veces de las que merecías.
10:14Pero esta es la última.
10:16Ella lo miró un instante, y por primera vez en mucho tiempo, sus ojos se llenaron de lágrimas
10:21verdaderas.
10:22—Perdón —murmuró—, pero ya era tarde.
10:26Salió corriendo del salón y su figura se perdió entre los corredores oscuros.
10:30Epílogo.
10:31El silencio del valle.
10:33Esa noche, una tormenta azotó valle salvaje.
10:37Truenos, viento, lluvia.
10:39Parecía que la tierra misma lloraba.
10:41En los establos, Martín velaba con los demás sirvientes, temiendo que algo terrible ocurriera.
10:47En la casa grande, José Luis se asomó por la ventana, viendo cómo los relámpagos iluminaban
10:53el jardín.
10:54—Todo lo que amé, lo perdí en esta casa —susurró.
10:59—Rafael, a su lado —respondió con calma.
11:02—No todo, padre.
11:04Aún tenemos el mañana.
11:06Y en el piso superior, Adriana dormía abrazando su vientre, mientras el trueno se mezclaba con
11:12el latido de una nueva vida.
11:13Victoria, sola en los jardines, miró la tormenta con los ojos llenos de ira y lágrimas.
11:20Victoria se detuvo frente a Rafael, el abanico temblando entre sus dedos.
11:25—Apártate —le ordenó con voz baja, pero cortante.
11:29—Esto no va contigo.
11:31Rafael no se movió.
11:32Su semblante, firme y dolido, reflejaba la determinación de un hombre cansado de las
11:38guerras domésticas.
11:39—Si va conmigo —respondió—, porque cada palabra que dices destruye un poco más
11:44de lo que queda de esta familia.
11:46La duquesa soltó una carcajada vacía.
11:49—¿Familia?
11:50—¿A eso llamas familia?
11:52—Un marido que me desprecia.
11:54—Un hijo que me desafía.
11:56—Otro que no me dirige la palabra y una bastarda a la que llaman hija.
12:00José Luis dio un golpe en la mesa.
12:02—Harto.
12:03—Basta.
12:04—Victoria.
12:05—Pero ella no lo escuchó.
12:07Dio un paso al frente.
12:08Su voz subiendo como un látigo.
12:10—Has convertido mi casa en una farsa.
12:13Esa mujer que traes de la mano se pasea como si fuera la duquesa.
12:17Todos la veneran.
12:18Todos la llaman señora.
12:20—¿Y tú?
12:21—José Luis.
12:22—Tú.
12:23Su voz tembló, mezclando furia y humillación.
12:26Tú la miras como nunca me miraste a mí.
12:29Adriana, con el rostro sereno pero pálido, dio un paso adelante.
12:33—Doña Victoria.
12:35No vine a quitarle nada.
12:36Ni su nombre, ni su lugar, ni su memoria.
12:40Solo intento hacer las cosas bien.
12:42No te atrevas a hablarme de memoria.
12:44Gritó la duquesa, señalándola con el abanico cerrado.
12:48Si tuvieras memoria, sabrías quién eres.
12:51La hija de la desgracia, del escándalo.
12:54La que jamás debió volver.
12:56José Luis se interpuso.
12:58—Un paso más, y te haré callar yo mismo.
13:01Un silencio absoluto cayó sobre el salón.
13:05Hasta el tic-tac del reloj de pared pareció detenerse.
13:08La mirada de José Luis era dura, la de Victoria, herida y desorbitada.
13:13Durante años, el orgullo había sido su escudo, pero en ese instante se rompió.
13:19—¿Así qué eso harás? —dijo ella con un hilo de voz.
13:23—Callarme, como hiciste siempre.
13:25Dejó caer el abanico al suelo y se giró lentamente.
13:29—Muy bien, José Luis.
13:31Tendrás tu silencio.
13:33—Pero no tu paz.
13:34Y salió del salón sin mirar atrás.
13:37Rafael pasó una mano por su rostro, agotado.
13:40—Padre, ella está perdiendo el control.
13:43José Luis no respondió.
13:45Se quedó mirando la puerta por donde Victoria había desaparecido.
13:49Adriana, sintiendo un escalofrío, colocó una mano sobre el brazo del duque.
13:54—Déjela ir —susurró.
13:57A veces el orgullo es una cárcel, y ella no sabe vivir fuera de él.
14:01José Luis asintió lentamente.
14:04—Tal vez, pero temo lo que puede hacer desde dentro de esa cárcel.
14:08Horas después, la tormenta prometida por el cielo estalló con violencia.
14:13En el ala norte de la mansión, Victoria permanecía de pie frente al espejo,
14:17el cabello suelto y el rostro bañado en lágrimas.
14:21Sobre la mesa, una carta sin firmar reposaba junto a una copa de vino.
14:26—¿Cómo pudieron? —murmuró, hablando con su reflejo.
14:29—¿Cómo se atrevieron a humillarme así?
14:32Recordó los días de gloria, los bailes, las visitas al palacio,
14:37el brillo de su apellido antes de que todo se ensuciara con rumores y traiciones.
14:42Pero lo que más la atormentaba no era la pérdida del poder.
14:45Era haber sido olvidada.
14:47—Me borraron —susurró.
14:50—Me borraron de su historia.
14:52Se sentó y tomó la pluma.
14:54La carta comenzó con manos temblorosas.
14:56—José Luis, cuando leas esto, tal vez ya no quede nada de mí que puedas reconocer.
15:02Pero quiero que recuerdes algo.
15:04No fui yo quien destruyó esta familia.
15:07Fuiste tú, con tu perdón inútil y tu fe en los débiles.
15:11Todo lo que hiciste por redimirte será tu condena.
15:13Te amaré siempre, pero ese amor será mi venganza.
15:18Una lágrima cayó sobre la tinta fresca.
15:21Luego dobló la carta y la guardó en el cajón.
15:24—Aún no —murmuró.
15:25—No todavía.
15:26Al amanecer siguiente, Rafael montó a caballo rumbo al valle.
15:31El aire olía a tierra mojada.
15:33A su lado, Adriana lo alcanzó montando con esfuerzo, decidida a acompañarlo.
15:39—No deberías estar aquí —dijo el con tono preocupado.
15:42—Y tú no deberías enfrentarte solo a todo esto —replicó ella.
15:47Rafael sonrió apenas.
15:49—Me conoces demasiado bien.
15:51Cabalgaban en silencio cuando divisaron a Leonardo al otro lado del río, desmontando con furia.
15:57Su caballo estaba cubierto de espuma.
15:59—Leonardo —lo llamó Rafael al acercarse—.
16:02—¿Qué ocurre?
16:03El joven levantó la mirada, el rostro endurecido.
16:07—He roto con mi padre.
16:08—Esta vez es definitivo.
16:10—¿Qué pasó?
16:11—preguntó Adriana con inquietud.
16:13—Todo —respondió él con voz ronca.
16:16—Descubrí que obligó a Bárbara a alejarse de mí.
16:20Que la amenazó, la humilló.
16:22Y cuando lo enfrenté, me dijo que ella no valía nada.
16:26Rafael apretó la mandíbula.
16:28—Ese hombre no tiene límites.
16:30Leonardo respiró hondo, mirando el horizonte del valle.
16:33—No pienso dejarlo así.
16:35Si mi padre quiere guerra, la tendrá.
16:38Adriana bajó la voz.
16:40—La venganza no traerá a paz, Leonardo.
16:43Él la miró con una mezcla de tristeza y resolución.
16:46Tal vez no, pero traerá a justicia.
16:49El viento sopló entre los árboles, como si la tierra misma presintiera que una nueva
16:54tormenta, no de lluvia, sino de sangre y destino, se acercaba al valle salvaje.
17:00Y mientras el sol nacía entre las montañas, cada uno de ellos comprendía, en silencio,
17:05que el verdadero conflicto apenas comenzaba.
17:09Apretón de manos Victoria se detuvo frente a Rafael, el abanico temblando entre sus dedos.
17:14—Apártate —le ordenó con voz baja, pero cortante.
17:18—Esto no va contigo.
17:20—Rafael no se movió.
17:22—Su semblante, firme y dolido, reflejaba la determinación de un hombre cansado de las
17:28guerras domésticas.
17:29—Si va conmigo —respondió.
17:31—Porque cada palabra que dices destruye un poco más de lo que queda de esta familia.
17:36La duquesa soltó una carcajada vacía.
17:39—¿Familia?
17:40—¿A eso llamas familia?
17:42—Un marido que me desprecia.
17:44—Un hijo que me desafía.
17:46—Otro que no me dirige la palabra y una bastarda a la que llaman hija.
17:50José Luis dio un golpe en la mesa, harto.
17:53—Basta.
17:54—Victoria.
17:55—Pero ella no lo escuchó.
17:57Dio un paso al frente, su voz subiendo como un látigo.
18:00—Has convertido mi casa en una farsa.
18:03Esa mujer que traes de la mano se pasea como si fuera la duquesa.
18:07Todos la veneran, todos la llaman señora.
18:10—¿Y tú?
18:11—José Luis.
18:12—Tú.
18:13Su voz tembló, mezclando furia y humillación.
18:16Tú la miras como nunca me miraste a mí.
18:19Adriana, con el rostro sereno pero pálido, dio un paso adelante.
18:23—Doña Victoria, no vine a quitarle nada.
18:26Ni su nombre, ni su lugar, ni su memoria.
18:29—Sólo intento hacer las cosas bien.
18:32—No te atrevas a hablarme de memoria.
18:35—gritó la duquesa, señalándola con el abanico cerrado.
18:38—Si tuvieras memoria, sabrías quién eres.
18:42—La hija de la desgracia, del escándalo.
18:45—La que jamás debió volver.
18:47José Luis se interpuso.
18:49—Un paso más, y te haré callar yo mismo.
18:52Un silencio absoluto cayó sobre el salón.
18:55Hasta el tic-tac del reloj de pared pareció detenerse.
18:58La mirada de José Luis era dura, la de Victoria, herida y desorbitada.
19:04Durante años, el orgullo había sido su escudo, pero en ese instante se rompió.
19:09—Así que eso harás —dijo ella con un hilo de voz.
19:13—Callarme, como hiciste siempre.
19:15Dejó caer el abanico al suelo y se giró lentamente.
19:19—Muy bien, José Luis.
19:21Tendrás tu silencio.
19:23—Pero no tu paz.
19:24Y salió del salón sin mirar atrás.
19:27Victoria se detuvo frente a Rafael, el abanico temblando entre sus dedos.
19:31—Apártate —le ordenó con voz baja, pero cortante.
19:36—Esto no va contigo.
19:38Rafael no se movió.
19:39Su semblante, firme y dolido, reflejaba la determinación de un hombre cansado de las
19:45guerras domésticas.
19:46—Si va conmigo —respondió—, porque cada palabra que dices destruye un poco más de
19:51lo que queda de esta familia.
19:53La duquesa soltó una carcajada vacía.
19:56—¿Familia?
19:57—¿A eso llamas familia?
19:59Un marido que me desprecia.
20:01Un hijo que me desafía.
20:03Otro que no me dirige la palabra y una bastarda a la que llaman hija.
20:06José Luis dio un golpe en la mesa.
20:09Harto.
20:10—Basta.
20:11—Victoria.
20:12Pero ella no lo escuchó.
20:14Dio un paso al frente, su voz subiendo como un látigo.
20:17—Has convertido mi casa en una farsa.
20:19—Esa mujer que traes de la mano se pasea como si fuera la duquesa.
20:24Todos la veneran.
20:25Todos la llaman señora.
20:27—¿Y tú?
20:28—José Luis.
20:29—¿Tú?
20:30Su voz tembló, mezclando furia y humillación.
20:33Tú la miras como nunca me miraste a mí.
20:35—Adriana.
20:36Con el rostro sereno pero pálido, dio un paso adelante.
20:40—Doña Victoria.
20:41No vine a quitarle nada.
20:43Ni su nombre, ni su lugar, ni su memoria.
20:47Solo intento hacer las cosas bien.
20:48—No te atrevas a hablarme de memoria.
20:51Gritó la duquesa, señalándola con el abanico cerrado.
20:55Si tuvieras memoria, sabrías quién eres.
20:58La hija de la desgracia, del escándalo.
21:01La que jamás debió volver.
21:03José Luis se interpuso.
21:05—Un paso más, y te haré callar yo mismo.
21:08Un silencio absoluto cayó sobre el salón.
21:12Hasta el tic-tac del reloj de pared pareció detenerse.
21:15La mirada de José Luis era dura, la de Victoria, herida y desorbitada.
21:20Durante años, el orgullo había sido su escudo, pero en ese instante se rompió.
21:26—Así que eso harás —dijo ella con un hilo de voz.
21:29—Callarme.
21:30Como hiciste siempre.
21:32Dejó caer el abanico al suelo y se giró lentamente.
21:36—Muy bien, José Luis.
21:38Tendrás tu silencio.
21:39Pero no tu paz.
21:40Y salió del salón sin mirar atrás.
21:43Rafael pasó una mano por su rostro, agotado.
21:47—Padre, ella está perdiendo el control.
21:50José Luis no respondió.
21:52Se quedó mirando la puerta por donde Victoria había desaparecido.
21:56Adriana, sintiendo un escalofrío, colocó una mano sobre el brazo del duque.
22:01—Déjela ir —susurró.
22:04A veces el orgullo es una cárcel, y ella no sabe vivir fuera de él.
22:08José Luis asintió lentamente.
22:11Tal vez, pero temo lo que puede hacer desde dentro de esa cárcel.
22:15Horas después, la tormenta prometida por el cielo estalló con violencia.
22:20En el ala norte de la mansión, Victoria permanecía de pie frente al espejo,
22:25el cabello suelto y el rostro bañado en lágrimas.
22:28Sobre la mesa, una carta sin firmar reposaba junto a una copa de vino.
22:32—¿Cómo pudieron? —murmuró, hablando con su reflejo.
22:36—¿Cómo se atrevieron a humillarme así?
22:39Recordó los días de gloria, los bailes, las visitas al palacio, el brillo de su apellido
22:45antes de que todo se ensuciara con rumores y traiciones.
22:48Pero lo que más la atormentaba no era la pérdida del poder, era haber sido olvidada.
22:54—Me borraron —susurró.
22:57—Me borraron de su historia.
22:59Se sentó y tomó la pluma.
23:01La carta comenzó con manos temblorosas.
23:03—José Luis, cuando leas esto, tal vez ya no quede nada de mí que puedas reconocer.
23:09Pero quiero que recuerdes algo.
23:11No fui yo quien destruyó esta familia.
23:14Fuiste tú, con tu perdón inútil y tu fe en los débiles.
23:18Todo lo que hiciste por redimirte será tu condena.
23:21Te amaré siempre, pero ese amor será mi venganza.
23:25Una lágrima cayó sobre la tinta fresca.
23:27Luego dobló la carta y la guardó en el cajón.
23:30—Aún no —murmuró.
23:32—No todavía.
23:34Al amanecer siguiente, Rafael montó a caballo rumbo al valle.
23:38El aire olía a tierra mojada.
23:40A su lado, Adriana lo alcanzó montando con esfuerzo, decidida a acompañarlo.
23:45—No deberías estar aquí —dijo el con tono preocupado.
23:49—Y tú no deberías enfrentarte solo a todo esto —replicó ella.
23:53Rafael sonrió apenas.
23:55—Me conoces demasiado bien.
23:58Cabalgaban en silencio cuando divisaron a Leonardo al otro lado del río, desmontando
24:02con furia.
24:03Su caballo estaba cubierto de espuma.
24:06—Leonardo —lo llamó Rafael al acercarse—.
24:09—¿Qué ocurre?
24:10El joven levantó la mirada, el rostro endurecido.
24:14—He roto con mi padre.
24:15Esta vez es definitivo.
24:17—¿Qué pasó?
24:18—preguntó Adriana con inquietud.
24:20—Todo —respondió él con voz ronca.
24:23Descubrí que obligó a Bárbara a alejarse de mí.
24:26Que la amenazó, la humilló.
24:29Y cuando lo enfrenté, me dijo que ella no valía nada.
24:32Rafael apretó la mandíbula.
24:35—Ese hombre no tiene límites.
24:37Leonardo respiró hondo, mirando el horizonte del valle.
24:40—No pienso dejarlo así.
24:42Si mi padre quiere guerra, la tendrá.
24:45Adriana bajó la voz.
24:46—La venganza no traerá paz, Leonardo.
24:49Él la miró con una mezcla de tristeza y resolución.
24:53Tal vez no, pero traerá justicia.
24:56El viento sopló entre los árboles, como si la tierra misma presintiera que una nueva tormenta,
25:02no de lluvia, sino de sangre y destino, se acercaba al valle salvaje.
25:06Y mientras el sol nacía entre las montañas, cada uno de ellos comprendía, en silencio,
25:13que el verdadero conflicto apenas comenzaba.
25:16Apretón de manos Victoria se detuvo frente a Rafael, el abanico temblando entre sus dedos.
25:21—Apártate —le ordenó con voz baja, pero cortante.
25:25—Esto no va contigo.
25:27Rafael no se movió.
25:29Su semblante, firme y dolido, reflejaba la determinación de un hombre cansado de las
25:35guerras domésticas.
25:36—Si va conmigo —respondió—, porque cada palabra que dices destruye un poco más
25:41de lo que queda de esta familia.
25:43La duquesa soltó una carcajada vacía.
25:46—¿Familia?
25:47—¿A eso llamas familia?
25:49—Un marido que me desprecia, un hijo que me desafía, otro que no me dirige la palabra
25:54y una bastarda a la que llaman hija.
25:57José Luis dio un golpe en la mesa, harto.
26:00—Basta.
26:01—Victoria.
26:02—Pero ella no lo escuchó.
26:03—Dio un paso al frente, su voz subiendo como un látigo.
26:07—Has convertido mi casa en una farsa.
26:10Esa mujer que traes de la mano se pasea como si fuera la duquesa.
26:14Todos la veneran, todos la llaman señora.
26:17—¿Y tú?
26:18—José Luis.
26:19—¿Tú?
26:20—Su voz tembló, mezclando furia y humillación.
26:23—Tú la miras como nunca me miraste a mí.
26:26—Adriana, con el rostro sereno pero pálido, dio un paso adelante.
26:30—Doña Victoria.
26:32—No vine a quitarle nada.
26:33—Ni su nombre, ni su lugar, ni su memoria.
26:37—Sólo intento hacer las cosas bien.
26:39—No te atrevas a hablarme de memoria.
26:42—gritó la duquesa, señalándola con el abanico cerrado.
26:45—Si tuvieras memoria, sabrías quién eres.
26:49—La hija de la desgracia, del escándalo.
26:52—La que jamás debió volver.
26:53José Luis se interpuso.
26:55—Un paso más, y te haré callar yo mismo.
26:58Un silencio absoluto cayó sobre el salón.
27:01Hasta el tic-tac del reloj de pared pareció detenerse.
27:05La mirada de José Luis era dura, la de Victoria, herida y desorbitada.
27:10Durante años, el orgullo había sido su escudo, pero en ese instante se rompió.
27:16—Así que eso harás —dijo ella con un hilo de voz.
27:19—Callarme, como hiciste siempre.
27:22Dejó caer el abanico al suelo y se giró lentamente.
27:26—Muy bien, José Luis.
27:28Tendrás tu silencio.
27:30—Pero no tu paz.
27:31Y salió del salón sin mirar atrás.
27:34Victoria se detuvo frente a Rafael, el abanico temblando entre sus dedos.
27:38—Apártate —le ordenó con voz baja, pero cortante.
27:42—Esto no va contigo.
27:44Rafael no se movió.
27:46Su semblante, firme y dolido, reflejaba la determinación de un hombre cansado de las
27:52guerras domésticas.
27:53—Si va conmigo —respondió—, porque cada palabra que dices destruye un poco más de
27:58lo que queda de esta familia.
28:00La duquesa soltó una carcajada vacía.
28:03—¿Familia?
28:04¿A eso llamas familia?
28:06Un marido que me desprecia.
28:08Un hijo que me desafía.
28:09Otro que no me dirige la palabra y una bastarda a la que llaman hija.
28:13José Luis dio un golpe en la mesa.
28:16Harto.
28:17—Basta.
28:18Victoria.
28:19Pero ella no lo escuchó.
28:20Dio un paso al frente, su voz subiendo como un látigo.
28:24—Has convertido mi casa en una farsa.
28:27Esa mujer que traes de la mano se pasea como si fuera la duquesa.
28:31Todos la veneran.
28:32Todos la llaman señora.
28:33—¿Y tú, José Luis?
28:36—Tú.
28:37Su voz tembló, mezclando furia y humillación.
28:40Tú la miras como nunca me miraste a mí.
28:42Adriana, con el rostro sereno pero pálido, dio un paso adelante.
28:47—Doña Victoria.
28:48No vine a quitarle nada.
28:50Ni su nombre, ni su lugar, ni su memoria.
28:54Solo intento hacer las cosas bien.
28:56No te atrevas a hablarme de memoria.
28:58Gritó la duquesa, señalándola con el abanico cerrado.
29:02Si tuvieras memoria, sabrías quién eres.
29:05La hija de la desgracia, del escándalo.
29:08La que jamás debió volver.
29:10José Luis se interpuso.
29:12—Un paso más, y te haré callar yo mismo.
29:15Un silencio absoluto cayó sobre el salón.
29:18Hasta el tic-tac del reloj de pared pareció detenerse.
29:21La mirada de José Luis era dura, la de Victoria, herida y desorbitada.
29:27Durante años, el orgullo había sido su escudo,
29:30pero en ese instante se rompió.
29:33—Así que eso harás —dijo ella con un hilo de voz.
29:36—Callarme, como hiciste siempre.
29:39Dejó caer el abanico al suelo y se giró lentamente.
29:43—Muy bien, José Luis.
29:45Tendrás tu silencio.
29:46—Pero no tu paz.
29:48Y salió del salón sin mirar atrás.
29:50Rafael pasó una mano por su rostro, agotado.
29:54—Padre, ella está perdiendo el control.
29:57José Luis no respondió.
29:58Se quedó mirando la puerta por donde Victoria había desaparecido.
30:03Adriana, sintiendo un escalofrío, colocó una mano sobre el brazo del duque.
30:08—Déjela ir —susurró.
30:10A veces el orgullo es una cárcel y ella no sabe vivir fuera de él.
30:15José Luis asintió lentamente.
30:18—Tal vez, pero temo lo que puede hacer desde dentro de esa cárcel.
30:21Horas después, la tormenta prometida por el cielo estalló con violencia.
30:27En el ala norte de la mansión, Victoria permanecía de pie frente al espejo, el cabello suelto y el rostro bañado en lágrimas.
30:35Sobre la mesa, una carta sin firmar reposaba junto a una copa de vino.
30:39—¿Cómo pudieron? —murmuró, hablando con su reflejo.
30:43—¿Cómo se atrevieron a humillarme así?
30:46Recordó los días de gloria, los bailes, las visitas al palacio, el brillo de su apellido antes de que todo se ensuciara con rumores y traiciones.
30:56Pero lo que más la atormentaba no era la pérdida del poder.
30:59Era haber sido olvidada.
31:01—Me borraron —susurró.
31:03—Me borraron de su historia.
31:05Se sentó y tomó la pluma.
31:07La carta comenzó con manos temblorosas.
31:10—José Luis, cuando leas esto, tal vez ya no quede nada de mí que puedas reconocer.
31:16Pero quiero que recuerdes algo.
31:18No fui yo quien destruyó esta familia.
31:20Fuiste tú, con tu perdón inútil y tu fe en los débiles.
31:24Todo lo que hiciste por redimirte será tu condena.
31:28Te amaré siempre, pero ese amor será mi venganza.
31:31Una lágrima cayó sobre la tinta fresca.
31:34Luego dobló la carta y la guardó en el cajón.
31:37—Aún no —murmuró.
31:39—No todavía.
31:41Al amanecer siguiente, Rafael montó a caballo rumbo al valle.
31:45El aire olía a tierra mojada.
31:47A su lado, Adriana lo alcanzó montando con esfuerzo, decidida a acompañarlo.
31:52—No deberías estar aquí —dijo el con tono preocupado.
31:56—Y tú no deberías enfrentarte solo a todo esto —replicó ella.
32:00Rafael sonrió apenas.
32:02—Me conoces demasiado bien.
32:04Cabalgaban en silencio cuando divisaron a Leonardo al otro lado del río, desmontando con furia.
32:10Su caballo estaba cubierto de espuma.
32:13—Leonardo —lo llamó Rafael al acercarse.
32:16—¿Qué ocurre?
32:17El joven levantó la mirada, el rostro endurecido.
32:21—He roto con mi padre.
32:22Esta vez es definitivo.
32:24—¿Qué pasó? —preguntó Adriana con inquietud.
32:27—Todo —respondió.
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