En el corazón de Alcobendas, escondido entre la arboleda del Arroyo de la Vega, el Museo Bonsái Luis Vallejo parece respirar al compás de sus árboles en miniatura. No es un vivero ni una exposición al uso, sino –como su creador insiste– "una instalación artística donde cada ejemplar dialoga con el espacio, la luz y el silencio".
En 2025 se cumplen 30 años de su inauguración, y el recinto conserva la serenidad de un lugar fuera del tiempo. "No quería un conjunto de árboles en fila, sino un recorrido emocional", recuerda Vallejo al hablar de aquel proyecto que empezó a gestarse en 1994, cuando el Ayuntamiento de Alcobendas le propuso crear un museo dedicado al bonsái.
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